jueves, 22 de mayo de 2025
CONTEMPLANDO ÉPOCAS ANTIGUAS DEL DISTRITO DE ZAPOTE (SAN JOSÉ - COSTA RICA), OTRORA LUGAREÑO.
CONTEMPLANDO ÉPOCAS ANTIGUAS DEL DISTRITO DE ZAPOTE (SAN JOSÉ - COSTA RICA), OTRORA LUGAREÑO.
A inicios de la decada de 1970 la transnacional y popular compañia estadounidense Mc Donald´s, cadena de comidas rápidas, había decidido llevar a cabo operaciones en Costa Rica.
Tengamos en cuenta que en aquella época las coberturas sobre inteconectividades internacionales habían sido limitadas, a diferencia de nuestros tiempos, las cuales son veloces y efectivas. A causa de ello, después de casi más de una década las gentes de nuestro pais, por primera vez, hubieron de tener contacto con la cadena Mc Donald´s, pues a finales de la década de 1950 la cadena alimenticia había hecho su aparición en Estados Unidos de América (EEUU).
La primera sucursal suya fue instalada en las puras barbas de la josefina Avenida Central, específicamente entre el Banco Central y la famosa tienda La Gloria. Mc Donald´s asombró la juventud local en aquella época, el diseño del local poseía cualidades innovadoras, como también el vestuario de los trabajadores.
Los jóvenes se habían dejado llevar por el consumo de las hamburguesas, las papas fritas, los pasteles de piña y de manzana, los perros calientes, etcétera, preparados por tecnologías modernas, cuya adquisición iba acompañada de las bebidas gaseosas.
Al presentarse como productos novedosos, ellos llegaron a ser una opción al gusto de ese sector de la población. Se sumaron a la comida típica nacional, aunque esta perdería el dominio exclusivo, porque la publicidad de la empresa extranjera hacía tentadora la compra de las comidas, provenientes de "gringolandia".
También los adultos y los niños se veían cautivados; la demanda de los recién entrados alimentos iba en aumento. Todavía continúan siendo bastante apetecidos, a pesar de que son objeto de repetidos cuestionamientos por parte de las instituciones veladoras de la salud alimentaria.
Inspirado en la cadena estadounidense, un pequeño emprendimiento familiar había tenido lugar en 1977 en nuestro distrito de Zapote (San José). Fue levantado en el rememorado edificio "La Pacífica", propiedad del señor Manuel Araya Matamoros (+), un comerciante, dirigente comunalista zapoteño, quien fuera toda una leyenda. Allí mismo había una verdulería; por su parte el señor Álvaro Umaña tenía bajo su administración el bar de igual denominación (La Pacífica).
Tiempo después el cómodo y tradicional edificio de la familia del señor Araya Matamoros alojó ahí una discoteca. La antigua estructura desapareció por completo; en su lugar se construyó un supermercado, propiedad de personas de origen chino.
El amplio edificio de la familia Araya había favorecido el emprendimiento de comidas ligeras o rápidas del señor Orlando Córdoba Loría, un funcionario de la Universiad de Costa Rica. Para el negocio Córdoba se apoyó en el conocimiento y la experiencia de su madre Elia Loría Alfaro, de su hermano Ronald Córdoba Loría y de su sobrina Ofelia Gamboa Córdoba; todos ellos residentes en el caserío de San Lorenzo, cercano a los distritos de Patarrá y San Antonio - cantón de Desamparados (San José) - .
Él (Orlando Córdoba) se lanzó a dar impulso al pequeño negocio de comidas rápidas, denominado " La Lonchería". El cual, en el Zapote de aquellos años, vino a llenar el vacío de la escasa existencia de establecimientos públicos donde se sirvieran comidas, almuerzos, o donde funcionaran cafeterías.
Apenas funcionaba, desde años atrás, la "soda" del señor Evelio Ávila Gómez (+), adjunta al cine Caribe, cuyo inmueble perteneciera a la familia Naranjo Rojas - originaria de San Antonio de Desamparados -. Justamente, hoy, es el área que alberga el Banco de Sangre de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
A inicios de la década de 1970 la familia Mora Porras había fundado la inolvidable "Soda Rigo", operaba al costado este sureste del Liceo Rodrigo Facio Brenes, era concurrida en su mayoría por los estudiantes, el ambiente era genuinamente juvenil.
El señalamiento de marras - acerca de las pocas "sodas" existentes -, lo había manifestado el desaparecido "Periódico Zapote", dirigido en 1977 por el periodista zapoteño Hernán Gutiérrez Oviedo, reclamo que generó molestias a un buen caballero, quien se sintió aludido por la publicación.
Posiblemente, esto lo descubrieron los miembros de la desamparadeña familia Córdoba. Por eso fundaron el pequeño restaurante. Al cabo que "La Lonchería" iba siendo aceptada por los zapoteños. Entonces, junto con "la soda" el Caribe se hubieron convertido en los sitios de encuentro, de camaradería, de las largas tertulias y los entretenimientos de los parroquianos.
Quienes además aprovecharon las simpáticas barras de hierro (hoy "destruidas"), las que rodeaban nuestra Iglesia Católica de la Inmaculada Concepción. Fueron parte de los pasatiempos comunitarios la espera de la salida de la misa dominical de las 19 horas, con tal de iniciar enseguida la realización, dentro de los jardines de nuestra Iglesia, del juego del bingo parroquial.
Ni que decir la afición por los llamativos partidos de fútbol, celebrados en la grosera cancha deportiva, donde únicamente los elegantes árboles de pino a su alrededor la hacían lucir menos irritante y riesgosa.
El éxito del negocio de los alimentos ligeros, a precios accesibles, había obedecido al tino del desamparadeño Orlando Córdoba de retomar el cocido de los productos de la estadounidense Mc Donald´s. Y es que tampoco renunció a la preparación y venta de nuestras comidas caseras. El pequeño establecimiento permaneció pocos años; desapareció a inicios de 1980.
Por esos mismos años del origen de "La Lonchería" surgió, a la vez, el primer restaurante de ciudadanos chinos. Se instaló en la que fuera la casa de habitación de la familia Quirós Mora, situada al frente de la desaparecida industria "Plásticos Star". Poco tiempo después, el negocio de esas personas asiáticas fue trasladado al costado oeste de la mencionada industria; todavía él continúa operando como tal. El comercio de servicios de comidas comenzó a diversificarse; llegó a contar con una mayor presencia.
En anteriores relatos hemos subrayado la conformación de un circuito geográfico y de interacciones humanas, el cual abarcó, de manera activa, las comunidades de Zapote, Curridabat; algunos vecindarios de Desamparados (Patarrá y San Antonio) y varios del cantón de Montes de Oca - a este último nuestro distrito había pertenecido hasta 1915 -, así como San Francisco de Dos Ríos y Barrio Luján.
Lo antes dicho se ve reforzado por la convivialidad, los enlaces familiares, los intercambios socioeconómicos y culturales, los entornos ambientales que se hubieron tejido a partir de la construcción de ellos, como colectividades integradas entre sí.
Colectividades, eso sí, dependientes de la actividad cafetalera: modo de subsistencia de los habitantes de ellas. Tales vínculos geográficos y humanos hubieron de consolidarse desde el Siglo XlX hasta la década de 1980, inclusive; luego debilitados a raíz del vigoroso proceso de modernización urbana, iniciado en la década de 1990, lo cual llegó a suprimir el paisaje rural o semi-urbano otrora dominante.
A nivel de muestra, considérese esas familias desamparadeñas Naranjo Rojas y Córdoba - Loría, quienes en aquel entonces cumplieron un rol significativo en la actividad comercial en el ayer de nuestro distrito. Hechos similares pueden corroborarse en otras áreas de la convivialidad y las múltiples interrelaciones entre las personas y las familias, pertenecientes al citado segmento de poblaciones.
Orlando, el comerciante desamparadeño, había publicitado su negocio de comidas en el Periódico Zapote (1977). Luego levantó una floristería por las inmediaciones de La Sabana (San José). Lo mantiene a flote hasta ahora.
Nos dimos a la tarea de conocer el paradero de la familia Córdoba, como dijimos, nativa de uno de los caseríos cercanos a San Antonio y Patarrá. Su madre y su hermano, quienes lo acompañaron en el emprendimiento de la lonchería, fallecieron ya. Ofelia, su sobrina, todavía vive en ese lugar.
Ella tiene presente la aventura de lo que fuera aquel negocio, el cual hubo de innovar el comercio de comidas de un Zapote: nuestro distrito, el cual daría señales en la década de 1970 de la rápida transformación que su privacidad aldeana iría a experimentar.
La gráfica, tomada en 1977, la cual compartimos con los lectores, da a conocer el aspecto físico de la fugaz lonchería el Zapote. Fijo que los zapoteños de aquella época disfrutraron de los deliciosos productos allí ofrecidos.
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