miércoles, 11 de junio de 2014
LA INTEGRACIÓN REGIONAL SOMETIDA A REALIDADES.
LA INTEGRACIÓN REGIONAL SOMETIDA A REALIDADES.
Sin ir más lejos en la reflexión, resulta notorio que los sistemas (o esquemas) de integración regional parecieran estar inmersos en una etapa de devaluación. El resultado de las elecciones parlamentarias de la Unión Europea, registrado en mayo pasado, por sí solo lo confirma; en simultaneidad con los peligrosos signos de desmembramientos en el Reino Unido, España y Bélgica (Nouriel Roubini, 2014).
El ascenso de las denominaciones políticas ultraderechistas, así como de los nacionalistas, euroescépticos y populistas, particularmente, la temida victoria en Francia del xenófobo Frente Nacional (FN), regido por la familia Le Pen, todo ello, hace presagiar “terremotos” mayores en la política doméstica de los países europeos y el bloque comunitario incluido.
Entre las causas del descrédito comunitario – atiborrado de burocracia - figuran complejidades asociadas a la ineficacia de las instituciones comunitarias, así también las nacionales, en lo concerniente a resolver la inestabilidad y el estancamiento económico, el desempleo, además del impacto negativo de las operaciones financieras de carácter especulativo, que se aprovecharon de las inescrupulosas y despilfarradoras economías de los países del sur del viejo continente, las cuales arrastran desempleo, endeudamiento y déficit fiscal.
Al mismo tiempo predomina la percepción de que las políticas económicas de austeridad minaron las condiciones de vida de la mayoría de la población; así, quedan “demonizados” la globalización y “la dictadura” ejercida por las instituciones comunitarias que gobiernan desde fuera a sus respectivas naciones, de lo cual hace eco el movimiento de “Los indignados”.
Los argumentos anti - inmigracionistas se suman al aluvión de disgustos. El emergente político británico, Nigel Farage, al sentirse halagado de vencer en las elecciones al bipartidismo tradicional , compuesto por laboristas y conservadores, dio señales evidentes de su antieuropeísmo al denunciar que en los trenes de su país, según él, “se hable y se escuche inglés cada vez menos”. Por su parte, la propia líder ultraderechista Marine Le Pen, en su peculiar cinismo, alguna vez mencionó que el virus del Ëbola sería “la fórmula para solucionar el problema de la inmigración”. Aún así su partido ocupó en Francia el primer lugar en los últimos comicios europeos. Nada de extraño: es la Europa secularista, la que perdió su norte moral.
Más allá, el tufo neonazi espera escapar totalmente de las sombras y, en efecto, intenta conquistar mayor presencia en las instituciones de la Unión. De paso, grupos de tal naturaleza, esta vez, alcanzaron en Alemania un escaño, por lo que también no han dejado de influir en regiones de ciertas naciones europeas.
Lo constatado se convierte en el útil material del menosprecio de ciertos sectores estadounidenses, que encuentran déficit de cohesión y falta de arrestos de los europeos, causantes de sus propias desviaciones políticas y morbididad en la economía; con excepción de la disciplinada Alemania, potencia que ha obtenido réditos superiores con la instauración de la eurozona, debido a su política económica responsable, aunada a la superioridad de sus métodos de producción y su rol de prestamista.
Pero la devaluación de los esquemas de integración regional dista de padecerla solamente la Unión Europea. Hay que fijarse en los hechos recientes que acusa la región del Asia Pacífico, que no hacen diferencia; en tanto que es inminente el auge de las amenazas de los nacionalismos, acompañadas posiblemente de represalias políticas, económicas y comerciales, que de paso frenan las necesidades de mayor crecimiento y desarrollo.
Las ambiciones de la China Popular - espejo de la Rusia de Vladimir Putin en Ucrania - consisten en ejercer predominio sobre las rutas comerciales marítimas. Casos similares suelen incubar tensiones, ya de por sí en días anteriores hubo enfrentamientos peligrosos entre aviones y buques de combate en el mar de China.
Eso sí, de inmediato Washington fustigó el proyecto expansionista de Pekín de poner en riesgo el orden y la seguridad internacional en esos confines, a raíz de sus reivindicaciones y escaladas en la totalidad del mar de China Meridional y Oriental, conexo al crecimiento de su presupuesto militar.
Minando la calidad de los distintos procesos de integración del Pacífico asiático, han salido a relucir diversos procesos contenciosos que enfrentan a la China Popular contra Malasia, Filipinas, Taiwán y Brunéi, así como las disputas entre las máximas potencias, Japón y la misma China, como consecuencia de los islotes ubicados en el mar de China Oriental, las que ambas continúan reclamando como suyos.
Otro de los casos delicados puede llegar a ser Vietnam y sus contradicciones con la China, con quien arrastra desde tiempo atrás controversias en materia de límites terrestres y marítimos, las que semanas atrás salieron a la superficie, originándose serios incidentes en Hanoi contra empresas chinas, esta vez por disputas limítrofes en el mar de China Meridional.
Ambos a principios de la década de 1980 se vieron envueltos en una guerra limitada, en la cual llevaron la peor parte los chinos, cuyo ocioso ejército ignoró la experiencia de guerra de los vietnamitas, así como sus habilidades, demostradas contra los Estados Unidos de América en el traumático episodio bélico, concluido en 1973. Ahora el temor es que se reabran las heridas, puesto que los nacionalismos y las diferencias históricas y culturales subyacen como factores de tensión, en verdad lejos de descartarse en la presente coyuntura de desencuentros fronterizos.
En los hilos decisivos de los procesos de integración regional faltó subrayar la ingeniosa Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), la dejamos para lo último, al constatar su momento de zozobra, equivalente a aquel símil cercano a la ley de gravedad, nada dificil de prever, esto es que los gobiernos autoritarios, que conculcan los derechos humanos caen por su propio peso, ni el propio ingenio para perpetuarse en el poder los salva. Dicha ley es sabia: comenzó ya a confirmarlo la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), realizada en Paraguay en junio de los corrientes.
Ronald Obaldía González (Opinión personal)
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Luis Fernando Amador escribió: Muy interesante el artículo. Lo cierto es que ciertos "demonios" que se crían muertos, vuelven a levantarse o es que tal vez nunca murieron.
ResponderEliminarAllan Astorga escribió:
ResponderEliminarGracias Ronald!
Muy interesante.
Saludos.
Allan
Jimmy Bolaños escribió: excelente su comentario, si te parece lo incluyo en mi blogger. Cuando hago referencia a la OEA es lo que tiene que ver a la iniciativa frustrada de Venezuela, Nicaragua y el Ecuador de restringirle competencias y el financiamiento a la Relatoría de la libertad de expresión, perteneciente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un órgano que ha denunciado los abusos de esos países contra los medios de comunicación y otras anomalìas en materia de derechos humanos. Un fuerte abrazo, Ronald.
ResponderEliminarEl 11 de junio de 2014, 5:08, Jimmy Bolaños Gonzalez escribió:
Una Europa en donde Alemania siempre sea el socio con una balanza comercial favorable y otros países "desbalanceados" comercialmente no puede arrojar buenos resultados en pos de una verdadera integración que tenga a lo económico como su sostén.
Sobre China y Rusia creo que la geopolítica son realidades: sus patios traseros no pueden quedar a merced de sus adversarios ideológicos, militares y comerciales. Es amenazante que la UE y luego la OTAN "tomen" Ucrania" y coloquen sus armas, bases y ejércitos en la propia frontera rusa, lo mismo China en sus propias fronteras con límites territoriales todavía en discusión y los EEUU a sus barbas con sus bases militares, flota militar, etc. respaldando a sus aliados: Taiwan, Japón, corea, etc.
Finalmente, no entiendo el comentario sobre el Alba y la última Asamblea de la OEA, que se concentró más bien en el tema social, aunque persiste el planteamiento del Ecuador y otros de mover a la Comisión Interamericana de Washington así como de revisar la totalidad de los derechos humanos -principio de indivisibilidad e interdependencia- sin énfasis en los civiles, sino tomando en cuenta los sociales y económicos también, sin los actuales sesgos o visiones unidireccionales.
Además en mi opinión es evidente que ese bloque del Alba y los tratados de comercio de los pueblos (TCP) es firme, y más bien creo que está siendo apoyado gracias a un amplio tejido de otras formas de integración creadas por Chavez como PetroCaribe -al que recientemente se sumó El Salvador y ya casi alcanza 20 países de nuestra región- y un acuerdo que está negociándose entre Petrocaribe y Mercosur. Si a eso sumamos la UNASUR y la CELAC me parece que no hay zozobra alguna: "deseos no preñan" y lo cierto es que los EEUU están más solos que nunca en su ánimo de constante intervencionismo e injerencia en los países del Alba y del resto de otros sistemas de integración antes mencionados, como lo demuestra el apoyo de 29 países de la OEA a Venezuela frente a la propuesta ingerencista de los EEUU contraria al principio de internacional de no intervención en los asuntos internos de los países. Esas son realidades muy difíciles de cambiar siendo que poco a poco los nuestroamericanos vamos tomando conciencia de nuestro destino común mirando al sur y caminando con nuestros propios pies. Esas realidades también son innegables.
Me parece que en Nuestra América tenemos gobiernos con distintas posiciones ideológicas como sucede en toda gran familia, y eso hay que respetarlo. De hecho el que exista la Alianza del Pacífico y el Alba es un ejemplo de los pesos y contrapesos en los sistemas de integración regional, y todos nos vamos a beneficiar con dos sistemas que compiten entre ellos por demostrar cuál es el que puede generar mejores condiciones de vida para sus pueblos, pero conservando la hermandad que nos une.
Un abrazo,
Jimmy
Carlos Echeverria escribió:
ResponderEliminarDoctor, no hay que confundir los foros de cooperación y contacto, con los procesos de integración.
Alexis Arias Mora escribió:
ResponderEliminarMuchas gracias estimado Ronald por este importante información que llama a la reflexión y al análisis.
Carlos Echeverria escribió:
ResponderEliminarMuchas gracias mi dóctor; estaré pendiente. Por otro lado, no es lo mismo el SICA por ejemplo, el CARICOM o la Comunidad Andina, con la OEA por ejemplo. Aquellos son esquemas de integración; la última es foro de debate a nivel regional
Lourdes Montero escribió:
ResponderEliminarExcelente análisis una visión del mundo preocupante, por la deshumanización de nuestros líderes.
Gracias.