CENTRO AMÉRICA Y SUS LABERINTOS (SEGUNDA PARTE Y FINAL). Autor: Ronald Obaldía González
Filosofamos esta vez, discurriendo acerca del panorama de Centro América. Contenida de real humanismo cognoscitivo y ético, relacionado con el examen de las complicaciones alrededor del ser humano, nació por el pensador alemán Max Scheler (1874 - 1928) la disciplina de la antropología filosófica, uno de los componentes de los Estudios Generales universitarios. Así entonces llegó a ocupar subrayada atención en nuestra época de estudiante.
Ella se centra en la persona humana, en identificar su esencia, su naturaleza, su existencia, cómo nos relacionamos con el mundo y con los demás seres; también acerca de su lugar en el cosmos y su destino, pues somos “el centro y medida de todas las cosas”. Su finalidad es “especular” acerca del saber mismo.
Como disciplina metódica se nutre de diversas ciencias, incluida la biología, la metafísica. Se le otorga un relevante valor a la libertad, la moral, la religión y la política a favor de nuestra humanidad. Tal cual se enfoca en resolver preguntas sensibles, entre ellas, ¿Qué somos “en todas las dimensiones y concepciones, qué seremos?.
“Esto significa que frente a los sujetos reales se tiene una actitud espejeante (reflejo de sí mismo)”. Por esto, nos ayuda (dicho estudio) “a descubrir lo demasiado que valemos” en vida, sabiendo que existimos, vivimos, sentimos, pensamos en pos del bien. O quizás del mal, si hacemos referencia a las tribulaciones, los sufrimientos, las disparidades e injusticias en la región de Centroamérica.
En síntesis, la antropología filosófica es el estudio de los fenómenos humanos que residen en las características particulares de cada sociedad civilizatoria. En la cual a través de la razón, la voluntad, el lenguaje y la conciencia, la persona alcanza su definición o su modelo de valores. O su antípodas: los antivalores puestos de manifiesto en la gente de El Salvador, fanatizadas con las medidas penales de carácter populista y dictatorial auspiciadas por Nayib Bukele – interesado en la perdurabilidad del poder a través de la transitoria popularidad del terrorismo de Estado, en clara violación a la Constitución Política de su país (Jorge G. Castañeda).
En efecto, a los salvadoreños no les bastó haber jugado con fuego en el pasado reciente. Esta vez deciden vivir en destrucción oficial, a contrapelo del Estado de derecho, las libertades y las garantías fundamentales como los derechos humanos, con los cuales los ajustes racionales y civilizados se fusionan, con tal de enfrentar la cadena de eventos críticos.
En el orden de nuestras reflexiones, el connotado escritor estadounidense Mark Twain (1835 - 1910) había expresado que “es posible que la historia no se repita, pero a veces rima”. En verdad cada día suceden eventos diferentes, “pero en el fondo no hay nada nuevo bajo el sol”. Lo que hace que la Historia rime lo explica la naturaleza humana, “inalterable”. Continúan persistiendo los antagonismos, las disparidades sociales, los mismos temores y sufrimientos, los mismos anhelos o ambiciones, las idénticas necesidades, pasiones y vicios (The Conversation, Academic rigour, journalistic flair). Es un hecho cierto que es Centroamérica la región donde “más rima la historia”.
Hay un tema filosófico antropológico, de conciencia en la región, nada imposible de desmenuzar, aunque sean los enfoques estructuralistas funcionalistas o el organicista, usuales en las ciencias sociales, quienes han poseído la última palabra en plantear los deterioros societales.
De seguido se han abandonado los fundamentos y el significado ético y moral (ontológico) prevaleciente en el fondo de los insolubles desequilibrios y las desigualdades socioeconómicas. Lo cual pone en entredicho la aberrada esencia “del ser en cuanto ser” centroamericano. Habida evidencia de la tolerancia y la prolongada historia de injusticias, sufrimientos, represión y abusos a los derechos humanos, lo que da cuenta de un desprecio por la vida; el odio a la dignidad e integridad de todas las personas por igual, de rechazo a la convivialidad solidaria, caritativa y colaborativa.
LA FALTA DE VERDADERA DEMOCRACIA PONE A COLAPSAR. Sea la excepción el sur centroamericano donde se hallan Costa Rica y Panamá, quienes albergan democracias plenas - la vía del desarrollo – ; con economías de renta media con mayor capacidad científico tecnológica instalada, positiva atracción de inversión extranjera directa (IED).
En cambio, de acuerdo con la Unidad de Inteligencia de “The Economist”, el resto de los países constituyen una prueba del estancamiento de la democracia liberal en términos globales, peligrosamente abiertos al populismo autoritario, en este caso sea El Salvador; el incontrolable dominio de la tiranía depredadora y demencial de Nicaragua. Cabe anotar que la pobreza, la corrupción, los malos resultados económicos (Luis Mesalles) se acentúan en grados mayúsculos en los regímenes autoritarios, lo que va en detrimento de la consolidación de la institucionalidad democrática.
Dilucidar a escala regional el fenómeno de “la recesión democrática”, ante el accionar de las emergentes corrientes antidemocráticas, esto habría que examinarlo, puesto que rara vez ha habido normalidad democrática en nuestro istmo. O que se tenga la plena comprensión del orden constitucional, tal que los ciudadanos puedan vivir en justicia y libertad; también seguros y confiados de los correctos desempeños económicos y sociales.
Aunque fueran mínimamente aceptables, pero capaces de respaldar el sector agrícola rural, para con ello contener las dramáticas caravanas de miles de personas que huyen desesperadas de sus países de origen, en búsqueda en otras latitudes de mejores oportunidades sociales y un mejor porvenir. Desarrollos humanos que les niegan sus insensibles, ineptos y corruptos gobiernos.
A las complicaciones históricas, ya bien entrado el Siglo XXl se ciernen factores desventajosos, relacionados con la falta de acceso a la tecnología digital de una amplia capa de los habitantes; un conjunto de territorios nacionales de más de 520.000 kilómetros cuadrados expuesto a las conmociones del cambio climático, a la deriva del calentamiento global y los desastres.
Bastantes diferentes de las dictaduras militares de viejo cuño, arribaron las tendencias anti-políticas autoritarias, populistas, iliberales, tan difundidas por el ala ultraderecha, desglobalizadora enquistada en Europa, así también en el Partido Republicano, liderado por Donald Trump. Asimismo, las expande China y Rusia desde otras ópticas opuestas a los postulados de la democracia liberal, arraigados en la civilización occidental.
Las prioridades de mayor jerarquía tales como el compromiso con la democracia liberal (la principal), asociada a la prosperidad y la diversificación económica, el libre comercio, en simultaneidad con la superación de las desigualdades y la pobreza. Han sido injusta y pésimamente despreciadas, producto de la perdurabilidad en el poder de élites políticas y adineradas, que bajo el sostén de aparatos militares, se han ocupado de obstaculizar cualesquiera reformas sociales y culturales, por las cuales podrían encararse las divisiones sociales, la marginalidad y las distintas formas de discriminación social.
CAPTURADOS POR LA POBREZA. Centro América está sumida en la pobreza, la violencia, la inseguridad, la corrupción y el atraso económico. Mejorar la equidad social pareciera ser una fantasía. Sabemos que la desigualdad impacta de forma negativa y múltiple los sistemas económicos en las áreas de la producción, la eficiencia y el crecimiento económico (Joseph Stiglitz; Ricardo Monge González). Es un factor de baja productividad, decrece el capital humano, tan imprescindible a la inversión pública y privada.
Las disparidades de los ingresos entre pocos ricos y los amplios conglomerados de pobres se ven reflejadas en servicios deficitarios atinentes a la salud, la educación, la vivienda, la conectividad e innovación tecnológica, la insuficiente infraestructura física, entre otras desventajas competitivas alrededor de las economías. Cítese la ausencia de la protección y de las transferencias sociales, además de la casi inexistente movilidad social. La precariedad de los sistemas tributarios e impositivos, están puestos al servicio de los sectores adinerados y de la corrupción. La depresión social que mencionamos en el primer escrito tiene como base la proliferación de tales anomalías socialmente descartantes.
Los déficits llegaron a multiplicarse ante el impacto de los desastres y las repercusiones de la pandemia del covid – 19, los que elevaron los niveles del desempleo, e hicieron crónica la carencia de las oportunidades de realización personal y colectiva. Todo lo cual arrastra costos económicos, políticos, sociales, interconectados al comportamiento económico deficiente (Ricardo Monge González), una incompetencia de las élites dominantes poco innovadoras y desmotivadas en la prosperidad ampliamente compartida (Joseph E. Stiglitz); de ahí el bajo grado de diversificación y complejidad productiva.
En otro orden, tampoco significa que las sociedades centroamericanas están destinadas a renunciar a la tradición de producir sus propios alimentos en función de invertir en seguridad alimentaria, nutrición, salud y en la prevención institucionalizada de las pandemias u otras enfermedades. La protección del medio ambiente a fin de encarar los riesgos climáticos, la riqueza de la biodiversidad, los océanos, los mantos acuíferos hay que enfocar y trabajarla como política común y unificada, pese al indolente e inefectivo sistema institucional de la integración regional, cuyos aportes resultan desconocidos en casi todos los propósitos.
Las distorsiones económicas aceleran las nuevas demandas sociales levantadas tras la pandemia del covid – 19. Las asumen electorados descreídos que impugnan el pésimo desempeño y la corrupción de las autoridades de los poderes públicos, de los partidos políticos tradicionales (Jorge G. Castañeda). Asimismo se decantan en denunciar los aparatos burocráticos, indolentes e incapaces de comprometerse con la gestión rigurosa y efectiva. Mal librados quedan “la (in) cultura política” y el indiferentismo amoral de aquellas élites, enriquecidas fraudulentamente de las arcas de un Estado con grandes carencias sociales, empeñadas en impedir cualesquier reformas de un orden establecido, resultante desde los tiempos coloniales.
ABOGAR POR LA PRIMAVERA GUATEMALTECA. Evocando a Mark Twain, de nuevo dicho fenómeno se está reproduciendo en Guatemala. Las fracciones dominantes oscurantistas, mafiosas que, organizando un posible golpe de Estado desde las opacas entidades judiciales y las fuerzas armadas, probablemente, se resisten a aceptar al político reformista y pro derechos humanos Bernardo Arévalo de León – con su Partido Semilla - como el categórico vencedor de los comicios concluidos el 20 de agosto pasado, quien desde la Presidencia de la República, podría impulsar cambios en el funcionamiento de la burocracia estatal; desaparecer “el pacto de los corruptos”, las extorsiones; especialmente disminuir los elevados niveles de la pobreza extrema, reveladores de la desintegración y el subdesarrollo que adolece la nación guatemalteca.
Debido a las sospechas fundadas de la ruptura del orden constitucional, o hasta la eliminación física del Presidente electo y su Vicepresidenta, Karin Herrera Aguilar, la dirigencia del Partido Semilla, conformado por antiguos diplomáticos, académicos, empresarios, profesionales, sindicalistas, activistas sociales, entre otros, ha inducido al Presidente electo a suspender el proceso de transición hacia su investidura, prevista el 14 enero del 2024.
Acerca de lo cual se ha pronunciado la Organización de los Estados Americanos y numerosos agentes democráticos de la comunidad internacional, al amparar la voluntad del soberano pueblo a favor de la opción electoral de Arévalo y su programa reformista.
En sintonía con algunas autoridades judiciales, algunas de ellas incluidas en la estadounidense “lista de los corruptos”, la propia directiva del Congreso legislativo —integrada por aliados del presidente Alejandro Giammattei— desconoció la bancada del Movimiento Semilla; declaró independientes a sus diputados, tras la suspensión temporal del partido por el Tribunal Supremo de Elecciones (EVELYN BOCHE VENTURA). Luego el Tribunal emitió una resolución que desactiva esa suspensión hasta el 31 de octubre, cuando concluya el proceso eleccionario.
"Hay mucho descontento popular” contra el “establishment, pero hay también mucha esperanza de que las cosas cambien para mejor" ante el desplazamiento del poder de las cúpulas mafiosas, extorsionadoras, las responsables de dar casi forma a un Estado fallido.
Hemos subrayado que el ascenso de Arévalo al poder alarma a la élite política y empresarial, acusada de grave corrupción. De las experiencias políticas que se extraigan del ascenso de Arévalo a la presidencia de la nación guatemalteca, en definitiva que ello tendrá implicaciones en el resto del istmo.
Si fueran exitosos los recorridos del nuevo gobierno – se avizoran accidentados - , con la continua coadyuvancia de una sólida, pluralista y activa base popular policlasista, la cual permanece al lado del Presidente electo, seríamos testigos de la consolidación de “la Primavera chapina”. En condiciones y capacidades de ser exportada a Nicaragua, Honduras y el mismo El Salvador en donde ha habido estancamientos a causa de “las agendas antidemocráticas” y la erosión en perjuicio del Estado de derecho.
Varios observadores coinciden en que la primera señal de voluntad de cambio que Arévalo le puede dar a la ciudadanía es la conformación de un gabinete intachable, profesional y técnico. “La nómina está avanzada en un 60%”, según ha dicho el presidente electo, “Al final, esos funcionarios serán su primera línea de contención contra el flagelo de la corrupción” y la ingobernabilidad.
UNA TIRANÍA DE LO MÁS DAÑINA. En Nicaragua, algunas organizaciones internacionales no Estatales plantean una estrategia para frenar los abusos, proporcionar vías para la rendición de cuentas y presionar por elecciones libres y justas, la libertad de expresión y de la prensa. Todo ello ha sido infructuoso.
La pareja gobernante de Daniel Ortega y Rosario Murillo, con el respaldo incondicional del ejército, la policía y los grupos de paramilitares roba escandalosamente, resuelve matar los desertores o encarcelarlos en mazmorras; los despoja de la nacionalidad y de los bienes patrimoniales; persigue la Iglesia Católica. En sencillas palabras, al igual que en los tiempos de la familia Somoza, se adueñó del país.
CLÁSICAS CONDUCTAS REGIONALES. El Gobierno hondureño, presidido por Xiomara Castro, supuestamente de izquierda, a la vista se dispone a suspender las garantías constitucionales, razón por la cual decretó el Estado de excepción, copiando así los abusos y las medidas desproporcionadas del presidente Nayib Bukele.
La administración de ella ha caído bastante rápido por señales de autoritarismo, y un manejo peligrosamente agresivo de la comunicación, de que "si no estás conmigo, eres mi enemigo". El oficialista partido Libre está diciendo: "Somos el Gobierno, y somos el pueblo". Ha puesto en camino “una represión narrativa muy fuerte”, divisiva; a tal punto que junto a la Casa Presidencial se les achaca la organización de “colectivos callejeros”, similares a los que surgieron en Nicaragua, con las turbas divinas, y en Venezuela con las Guarimbas, cuyo fin es operar políticamente a su conveniencia, presionar e intimidar (Raúl Pineda Alvarado).
UN VIRAJE IMPOSTERGABLE. En cuanto a la amenaza creciente del narcotráfico en América Latina, que atenaza a la región centroamericana, valga hacer una valoración de los planteamientos de los Presidentes de México y Colombia, Andrés Manuel López Obrador y Gustavo Petro, en el marco de una cumbre sobre drogas en la ciudad colombiana de Cali, celebrada en setiembre del año en curso, dedicada a explorar un enfoque menos represivo, más justo y realista frente a tal patología global (Magdalena López Fonseca en AFP).
Los mandatarios parten de la afirmación del fracaso de la guerra contra la narcoactividad transfronteriza, concentrada apenas en atacar con coerción la producción y el comercio ilícitos de las drogas, lo que de paso ha enriquecido a las organizaciones criminales, tanto nacionales como transnacionales involucradas con el negocio. "La política llamada guerra contra las drogas ha fracasado. No sirve", aseveró el Presidente Petro en la citada Conferencia.
Según ambos presidentes, la represión enriquece a las mafias, provoca más violencia y no ataca el consumo en las grandes potencias, ni la pobreza en la que se incuban las organizaciones del narco. Ha hecho a nuestras naciones vulnerables a la corrupción, la violencia, la enfermedad de la narcodependencia, aparte de que deteriora la gobernabilidad institucional.
Conviene señalar que además de Colombia y México, se suma el Ecuador, un cercano vecino productor de cocaína, en fuente de alta tensión y riesgo, habida cuenta de la ingobernabilidad y las convulsiones políticas, insufladas allí por el crimen organizado.
El consumo de tales sustancias y los objetivos y acciones remediables, al igual que la pobreza que golpea a variados colectivos adonde apunta la narcoactividad, constituyen fenómenos que quedan al margen de las políticas de seguridad regional, así como de los mismos enfoques y las realizaciones alrededor del desarrollo humano.
Siendo "las mayores víctimas" de las consecuencias de una lucha “sin frutos”, nuestros países trabajan para la producción, el tránsito, el bodegaje de las drogas. A su vez se han convertido en centro de operaciones gerenciales, cuya desarticulación es compleja y costosa en cuanto al uso de los recursos logísticos y financieros.
Todo ello es la combinación de factores geográficos, económicos y comerciales que hacen posible tales redes delictivas. Mientras Estados Unidos de América y Europa se mantienen como los mayores consumidores.
Además en los radares es registrado el combate del consumo del letal fentanilo, un opioide hasta 50 veces más potente que la heroína, “que entra por México a la nación estadounidense”; mata a casi 200 personas al día en ese país, según datos oficiales. Por sentido de humanidad, se debe de participar en el combate al consumo del fentanilo en Estados Unidos de América y desde luego evitar que el consumo de dicha sustancia se extienda por toda América Latina.
Este nuevo mercado del fentanillo podría agravar aún más el rumbo delictivo; ello obligaría a incrementar las relaciones de cooperación entre los países productores y consumidores, “bajo el principio de las responsabilidades compartidas, pero diferenciadas”.
Eso sí contemplando en el primer orden los diversos ámbitos de la prevención, tal cual sean compatibles con modalidades y formas de represión alternativas, en las que las normas del derecho y los principios del respeto de la soberanía nacional sean los presupuestos fundamentales.
REDUCIR EL PODER INDEBIDO. Uno de los factores determinantes a tomar en cuenta habrían de ser las fuerzas armadas con la ventaja que el gobierno de los Estados Unidos de América ejerce suficiente influencia en ellas, por lo que podrían quedar condicionadas a mantenerse en los cuarteles, a abstenerse de intervenir en los negocios políticos del Estado y de la sociedad civil.
Por sí mismas las fuerzas armadas tienen que ser objeto de exámenes profundos en lo que respecta a sus misiones y roles, en la perspectiva del robustecimiento de la democracia efectiva y a la completa subordinación de ellas a las autoridades de los poderes civiles.
Las instituciones militares, aunque parcialmente pasivas hasta ahora, toleran las políticas antidemocráticas de los políticos corruptos y las élites económicas conservadoras, detentadoras del poder manifiesto de interferir en los compromisos con la modernización institucional del Estado nacional.
COROLARIO. La política exterior costarricense debe ocuparse de elaborar un sistema de evaluación y valoración de riesgos (SEVRI), en función de la identificación de las contemporáneas alteraciones políticas, económicas y socioculturales, derivadas de la región centroamericana. En la cual hay amenazas y riesgos que pueden importarse. Tampoco quiere decir que esto vaya en desmedro de las convencionales relaciones cooperativas y afirmativas en marcha, bajo objetivos e intereses comunes, identificando las prioridades del caso.
A MANERA DE CIERRE. Nuestro país debe fomentar e intensificar el diálogo y la colaboración recíprocas con las organizaciones de la sociedad civil centroamericanas, quienes trabajan en las materias de los derechos humanos, el ambiente; igualmente con los artistas y creadores culturales, los deportistas, los activistas sociales y líderes comunalistas, etcétera. Impulsar labor integracionista tangible con dichos operadores, siendo cruciales las cámaras empresariales, las cooperativas, las asociaciones representantes de las pequeñas y medianas empresas (Pymes). Difícilmente, Costa Rica puede tener un pensamiento o lenguaje similar a los desacreditados gobiernos iliberales y populistas, a excepción de Panamá.
Es de suponer el avance de la deriva autoritaria, cercana a incubar Estados fallidos, irrespetuosos de los derechos humanos y de las libertades públicas, particularmente que socavan la libertad de prensa y expresión. Sobre lo cual Costa Rica debe contar con argumentos y posiciones bien definidas y ofensivas; reconociéndose también que aquellas sociedades en la que los grandes segmentos de la población carecen de oportunidades no son realmente libres (Joseph E. Stiglitz). Precisamente, la pobreza tiende a arraigarse en nuestro istmo, el objeto de este escrito, a tal extremo que el mal ya se torna imposible al menos reducir.
Milton Chaverri Soto escribió:
ResponderEliminarlun, 25 sept, 8:36 (hace 1 día)
para mí
Estimado don Ronald.
Siempre es para mí un privilegio leer lo que escribe y comparte.
Reciba mi fraterno saludo junto a mis mejores deseos.
Martin Vargas escribió;
ResponderEliminarlun, 25 sept, 9:20 (hace 23 horas)
para Alonso, mí
Buenos días. Don Ronald confirmado. Muchas gracias por su valioso artículo, lo vamos a publicar en esta edición.
Saludos,
Martín Vargas Ávila
Boletín Electrónico Historia y Sociedad de la UNED
Carlos Echeverria escribió:
ResponderEliminarAsí es. CR no puede permanecer impávida antes los desmanes en C.A., pero tiene que ser cuidadosa Ronald.
Un abrazo,
Carlos Ml..