lunes, 19 de febrero de 2024

CRÓNICA DE LA FAMILIA MORA FALLAS - RIOTTE, FUNDAMENTAL EN LA RECONSTRUCCIÓN DE UN BARRIO ZAPOTEÑO. Autor: Ronald Obaldía González.

 

CRÓNICA DE LA FAMILIA MORA FALLAS - RIOTTE, FUNDAMENTAL EN LA RECONSTRUCCIÓN DE UN BARRIO ZAPOTEÑO. Autor: Ronald Obaldía González.
Ciertamente, el distrito de Zapote del cantón central de la provincia de San José es donde se hace patente el buen nivel de vida de sus habitantes, al cabo que los servicios públicos fundamentales los tienen en su haber; y en la eficacia de ellos hay probada aceptación.
Las dominicales Ferias del Agricultor, que se distinguen por la calidad y los buenos precios de los productos agrícolas, constituyen una garantía de bienestar, extensiva a los habitantes de las comunidades circunvecinas. Un factor que hace elevar las credenciales socioeconómicas del distrito quinto de San José, facilitador del constante auge comercial, habitacional, así como del mejoramiento de la infraestructura física.
Obviamente, el tener como atributo ese encomiable avance dentro del Gran Área Metropolitana (GAM), constituye un hecho que obedece significativamente a la visión de los líderes comunales y las familias laboriosas y honestas, las cuales se empeñaron desde el Siglo XlX en fundar un asentamiento pacífico, solidario y ávido de progreso social.
A mediados de la década de 1920 ellos se pronunciaron en contra de continuar formando parte del distrito de San Pedro del Mojón (hoy el cantón de Montes de Oca), debido a la escasa intercomunicación y las acciones cooperativas habidas entre ambas comunidades.
La mejor evidencia es que quienes escriben la "Memoria Histórica del Cantón de Montes de Oca apenas se refieren de pasada a la antigua pertenencia del territorio zapoteño, sin ofrecer detalles sustantivos. Sin embargo, hay que destacar los posibles parentescos de consanguinidad entre las familias de los dos pueblos, los cuales también se hicieron comunes con Curridabat, Desamparados, incluso.
Un sitio de acogida de pequeños flujos de habitantes llegaron a ser parte de nuestro distrito, atraídos por los empleos ofrecidos en las fincas de café. En los escritos nuestros hemos ido haciendo reseña de ello. Gentes de Cartago, y de otras zonas rurales y urbanas de nuestro país llegaron aquí a reconstruir sus vidas desde antes de la fundación de nuestra Ciudadela.
A CONSERVAR LA IDENTIDAD DE UNA BARRIADA
Dedicaremos comentarios acerca de nuestro barrio "La Gloria", casi desplazado su nombre original por el del distrito jurisdiccional al que pertenece, habida cuenta que solo es "Zapote": el renombrado por la mayoría de las gentes de nuestro país.
Ya poco se le menciona fuera de nuestro distrito, aunque sea él quien alberga el extenso campo ferial, a efecto de la realización de las multitudinarias fiestas populares del cantón central josefino, las que tienen lugar los últimos días de cada año. Siendo "el redondel de las corridas de los toros a la tica" el que constituye la principal atracción.
Sin perder de vista tampoco, que antes en sus alrededores funcionó simultáneamente el peculiar "salón Las Vegas" (1970 - 1975) , cuyo propietario don José Fonseca llegó a hacerle competencia al añorado salón Monte Carlo.
El Salón y Bar «La Caribeña», con sus más de 35 años es un sitio de entretenimiento relevante, el cual ha llegado a convertirse en un agregado social a favor de dicho vecindario, el que vino a variar sus características originales, su intimidad comunitaria, dominadas en un principio por aquel Zapote tradicional, inmerso en fincas de café.
Porque al igual que el campo ferial es visitado por miles de costarricenses, quienes acuden a ese también centro turístico a fin de encontrarse con la cultura, el arte y la cocina afrolimonenses.
Un centro que ha cobrado fama internacional. Por razones de trabajo, recuerdo haber acompañado, en una ocasión, una delegación oficial del Gobierno de Trinidad y Tobago, quien ya venía bien informada de él, el deseo de sus integrantes era visitarlo.
El progreso continúa invadiendo ese barrio, cuya privilegiada ubicación es su principal amenaza. El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) inició la sustitución del puente modular sobre el río María Aguilar, en barrio La Gloria, en el límite distrital de Zapote a San Francisco de Dos Ríos. Resulta obvio que habrá incremento del volumen del tránsito de vehículos automotores, lo cual provocará mayor contaminación sónica, en perjuicio de los vecinos.
El asentamiento en precario, conocido como "Barrio Nuevo de Zapote" fue fundado en el año 1991, por familias procedentes de varios lugares del país. El asentamiento se localiza a 350 metros de la esquina sureste del Redondel, contiguo a residencial Las Rosas.
Ha habido hechos de violencia que han alterado el clima de seguridad y el ambiente pacífico entre los vecinos, cuya unidad los hace verse como un clan familiar.
Con todo, ni la original denominación de su barriada pasa de moda a sus habitantes; de ella continúan estando orgullosos. Tampoco la fama de las Ferias del Agricultor, las Fiestas Populares y el resto de los eventos han hecho mella en la autoestima y la cohesión social del dinámico vecindario de las familias Mora, Riotte, Rojas, Madrigal, Tenorio, Obando, Porras, Sánchez, Garro, Díaz, Mata, Cerdas, Mattey, Araya, Sandí, Tenorio, Jiménez, Amador, etcétera.
TOPONIMIA.
El barrio La Gloria le debe su nombre original a la famosa tienda La Gloria, ubicada en la Avenida Central de la ciudad de San José, fundada a principios del Siglo XX. Hubo un sorteo de dos viviendas que esa empresa comercial realizó - se desconoce la fecha exacta - , del cual salieron favorecidos los hermanos Filiberto y Humberto Madrigal, miembros de una familia oriunda de nuestro distrito.
Todavía las viviendas existen; se sitúan al sur del campo ferial. El hecho en sí dio motivos de sobra para que enseguida fuera denominado el lugar de ambas casas con el nombre de la tienda patrocinadora del difundido sorteo. Esto último, además que solía haber escasa población en cada uno de los barrios componentes del solariego Zapote, hicieron posible que "La Gloria" pudiera ser la mejor referencia: tal que pudiera encajar para la designación del poblado, el que esta vez centra el interés de nuestro escrito.
RIQUEZA NATURAL.
En ese pequeño terruño por adonde fluyen las aguas del río María Aguilar, quien forma parte de sus memorias, otrora era el balneario de cientos de niños, jóvenes y de los adultos. Un balneario que daba "refugio" a las pozas de los novillos, los patitos, la montoyita, los sauces, etcétera. Allí aprendimos a nadar. Las cristalinas y limpias aguas eran utilizables hasta en los quehaceres domésticos de los hogares.
Según cuentan varios lugareños, soy testigo de ello a la vez, que hace unos 55 años hacia atrás dicho río estuvo libre de cualesquier contaminaciones. Fue el hábitat de los peces “barbudos”, aparte de otras especies menores de pescados. Por lo tanto, sus aguas se prestaban para la pesca con anzuelo.
Variedad de aves anidaban en los árboles, situados dentro de sus márgenes; era una travesía ir a nadar a sus “pozas” (Fuente: "viajes, cuentos e historietas del profesor José Alberto Villalobos Morales).
El río María Aguilar era una un atractivo natural. Las visitas a través de la ribera constituían un verdadero encuentro con un corredor biológico. Apenas quedan resabios marginales de aquel paisaje bucólico. Ahora posee un alto grado de contaminación a causa de los depósitos en él de residuos sólidos, así también por el arrastre y la acumulación de lodo (Villalobos Morales, idem).
DE UNA FINCA EN ABANDONO A UN CAMPO FERIAL
Nos narra el señor Freddy Mora Riotte que la explanada que aloja el campo ferial había sido una finca casi abandonada y descuidada por los propietarios suyos: una familia apellidada Bonilla. En el centro de esa finca se había improvisado una plaza de futbol, en tanto don Odilio el cuidador del terreno tampoco ofrecía oposición, de modo que ello posibilitaba allí la práctica del deporte.
En algún momento se previó allí la construcción del Estadio Ricardo Saprissa, al final la dirigencia del equipo saprisista se decidió por el cantón de Tibás, con tal de materializar la compleja obra.
LAS VITALES FAMILIAS MORA FALLAS - MORA RIOTTE.
Estrechamente vinculado con la trayectoria "del barrio del redondel de los toros", en esta oportunidad haremos mención de la familia del comerciante y dirigente político local don Fernando Mora Fallas (1908 - 1992), quien fuera propietario de la tradicional pulpería "La Gloria", ubicada en el barrio del mismo nombre; una familia que por sus orígenes resulta un ejemplo de nuestra aseveración, expuesta en un párrafo anterior: la afluencia de nuevas poblaciones.
Su hijo mayor, Freddy Mora Riotte, en compañía de su señora esposa Jeanette Solano Salas, aceptaron amablemente recibirnos en su hogar, con el propósito de acercarnos a los orígenes de las familias Mora Fallas y Mora Riotte, de sus parientes cercanos, así también de sus reconocidas contribuciones en pro de la superación social y económica de una de las antiguas barriadas - los Mora nacieron para servirle -. De las más absorbidas ante los crecientes intereses y programas de diversa índole, provenientes del Estado costarricense y la Municipalidad de San José.
Aún así, las familias autóctonas han hecho todos los esfuerzos por que su morada esté lejos de perder su identidad, la que se ve abonada por la armonía y la bondadosa convivialidad, predominantes en sus relaciones de vecindad y fecunda amistad.
El núcleo familiar Mora Fallas lo componen nueve hermanos. Seis de ellos (Fernando, Carlos, Tulio, Beatriz, Marita, Cristina) decidieron construir sus vidas en dicha localidad. Otrora fueron vecinos (activos) de las gentes del barrio San Gerardo ("o el Barrio Pinto de Zapote"). Algunos de ellos residen en los Estados Unidos de América. Aproximadamente, cien personas pertenecientes a ese grupo parental habitan en Zapote.
Las familias Mora Fallas y Mora Riotte son de las emblemáticas de Barrio La Gloria, el negocio homónimo les concedió el atributo como tal. Justamente, fundado a inicios de la década de 1950 por don Fernando Mora, quien nunca ocultó su adherencia política a favor del Presidente costarricense el doctor Rafael Ángel Calderón Guardia (1940 -1944); él fue de los combatientes durante la guerra civil de 1948.
Mora Fallas fue un hombre versátil, emprendedor, político, de los primeros organizadores del grupo religioso del Santo Sepulcro de nuestra Iglesia María Inmaculada. Trabajó como mecánico al servicio del Ferrocarril Eléctrico al Pacífico. Habida militancia con el partido político de Calderón Guardia, el señor Mora Fallas se desempeñó como Síndico del distrito de Zapote ante la Municipalidad de San José durante dos cuatrienios municipales (1958 - 1962; 1966 - 1970).
De las iniciativas cruciales del Síndico Fernando Mora cabe destacar la influencia suya ante la Municipalidad, por lo que hizo realidad la construcción del campo ferial en Zapote, la que comenzó en 1969, un proyecto aceptado por la mayoría de los lugareños. El cual dio lugar a las celebraciones anuales de los Festejos Populares de San José. Así, entonces, por medio del Síndico Mora fueron iniciadas aquí tales festividades de magnitud nacional.
A pesar de ser de bandos políticos contrarios, (Mora Fallas) tuvo armoniosas relaciones con los líderes liberacionistas de Zapote, quienes como él estuvieron comprometidos con el levantamiento de las principales obras civiles.
DATOS ESENCIALES DE NUESTRO INTERLOCUTOR Y PRINCIPAL FUENTE DE CONSULTA.
Don Freddy Mora Riotte, de los herederos de la pulpería "La Gloria", todavía conserva sus orígenes europeos, el biotipo suyo lo pone en evidencia. Más adelante sabremos el por qué.
Nuestro colaborador de este escrito (Freddy, igualmente su esposa doña Jeanette Solano) es hijo de don Fernando Mora Fallas (el Síndico) y de doña Carlota Riotte Padilla. Por supuesto que él también proviene de familias costarricenses, en el caso suyo asentadas en Acosta y Desamparados.
Los apellidos de su abuelo y abuela paternos, don Abel Mora y doña Graciela Fallas Fallas, hablan por sí solos. Ya en matrimonio, Abel y Graciela, con sus diez hijos, en 1917 decidieron trasladarse a vivir al barrio zapoteño de San Gerardo ("o el Barrio Pinto de Zapote"), en la ocasión que su hijo Fernando Mora - el padre de Freddy - contaba con 9 años de edad. Ellos fijaron su hogar en el terreno donde años después operó la famosa sala de billar, cuyo dueño era el renombrado "Chele" González (+), un personaje interesante de ahí.
Nuestro relato se torna evocador al mencionar la influyente familia Riotte, de gratos recuerdos en el vecindario sangerardeño, especialmente para los adultos mayores, entre los que me encuentro; quienes allí dejaron enterrado su ombligo.
La madre de Freddy, Carlota Riotte Padilla (1917 - 2004) tuvo como padres a don Carlos Riotte Araya y doña Orfilia Padilla Marín. Tristemente, la pareja Riotte Padilla murió bastante joven. Siendo menores de edad, y al quedar en estado de orfandad, Carlota y su hermana la bella doña Julia Riotte debieron recibir la protección y la asistencia institucionalizada por parte del Estado.
Dada nuestra afición por la genealogía, haremos un tramo especial en esta narración, siempre relacionada con la familia Mora Fallas del barrio "La Gloria".
El apellido Riotte tiene sus raíces en Alemania. En 1861 el diplomático Charles N. Riotte, un descendiente de alemanes, fue designado por el Presidente Abraham Lincoln (1861 - 1865) como Embajador Plenipotenciario de los Estados Unidos de América para Costa Rica y Nicaragua. Así las cosas, en nuestro tropical país el casanova diplomático procreó un hijo: a Carlos Riotte, el único hijo reconocido. Pero, según la tradición oral, al embajador le agradaron "las ticas", presuntamente dejó más descendencia.
Cuando ambas (Carlota y Julia) alcanzaron la mayoría de edad debieron valerse por sí solas. Comenzaron a incorporarse al mundo del trabajo. Doña Carlota llegó a prestar sus servicios en el Hospital San Juan de Dios. Por su parte, su hermana doña Julia Riotte, una esbelta dama, quien tampoco podía ocultar sus rasgos europeos, criando su hijo Manuel Riotte, tomó la decisión de hacer su vida en el barrio San Gerardo.
Poco después Carlota se trasladó allí mismo. Julia, su hermana y a la vez vecina, al lado de su esposo Miguel Monge Salazar, adquirieron una de las casas rústicas de la época, procrearon tanto a Manuel Riotte como a Miguel e Ilse Monge. Ahí instalados los Mora Fallas desde antes, Carlos Luis logró empatar a su hermano Fernando Mora con la linda joven Carlota (Riotte), por lo que poco hubo que esperar, con tal de ver instituido un nuevo y próspero matrimonio; quien luego se trasladó a fijar la vivienda suya en el barrio "La Gloria", en donde concretaron el proyecto de la fundación de su propio abastecedor, el principal movedor del comercio y el adelanto social.
Merece atención especial el caballero don Manuel Riotte Padilla (primo hermano de Freddy); un pequeño empresario, un líder comunalista, deportista, de los gestores de la construcción del estadio de Zapote. Don Manuel llegó a ocupar posiciones relevantes en la Federación Costarricense de Fútbol.
Contrajo matrimonio con doña Dora Garita Hidalgo, miembro de la distinguida familia Garita Abarca, de las fundadoras del barrio sangerardeño, emparentada a la vez con la numerosa familia Díaz Quesada de nuestro distrito, encabezada por don David y doña Melchora.
Don Miguel Monge Riotte (+) se desposó con su vecina Melba Corella Valverde, hija de los dueños del popular negocio "La Venus", ubicado también en San Gerardo. Fueron uniones entre familias completadas por pequeños comerciantes, gestoras de progreso.
De tales datos genealógicos, bien se puede comprobar que tan directivos y influyentes fueron las familias Mora Fallas y Mora Riotte en dos de esas significativas barriadas, de las cuales hemos hecho mención.
Doña Julia, la madre de Manuel Riotte, era una mujer culta, de una belleza proverbial, de un gran carisma, se había granjeado la confianza y el cariño de los vecinos; venas que heredaron sus propios hijos. Emprendedora, había levantado en su vivienda un negocio de venta de comidas caseras.
Prácticamente, el San Gerardo y La Gloria son barrios hermanos, en su momento dirigidos por las familias Garita Abarca, Riotte, Monge Riotte y Mora Fallas; al cabo que ellas mantienen parentescos cercanos.
En este orden de los lazos zapoteños de consanguinidad, cabe reseñar que doña Marita Mora contrajo nupcias con Filiberto Robles Muñoz, otro descendiente de nuestras familias oriundas, también dueño de un negocio, alojado en el terreno de su esposa.
Por igual, las relaciones de parentesco de los descendientes de los Mora Fallas alcanzaron otra de las muy conocidas aquí: la de los hermanos Eddie, Ismael y Otto Álvarez González, primos del expresidente costarricense Luis Alberto Monge Álvarez (1982 - 1986). De ella provienen nuestros compañeros de escuela y colegio Róger y Sergio Álvarez Jiménez. En casi la totalidad de los miembros de dichos linajes corre la sangre empresarial y de la política.
Freddy Mora, padre de dos hijos, al igual que una gruesa cantidad de zapoteños, fue empleado de la Republic Tobacco Company, cuya sede central se ubicó en nuestro terruño. Él goza de su jubilación. En arreglo con sus hermanos y su esposa Jeanette Solano, acabaron por cerrar las puertas de su negocio, de larga data. Lo impulsaron a ello las altas cargas impositivas, las excesivas regulaciones estatales, al mismo tiempo la competencia desproporcionada con los comerciantes de origen chino. La alternativa de alquilar el local de la pulpería "La Gloria" le resultó favorable. Ahora unos hermanos nicaragüenses instalaron en el local un pequeño restaurant, llamado "Mis dos tierras".
En definitiva, aquellos grupos familiares nativistas y las novedosas poblaciones ulteriores, las de varias décadas atrás del propio Siglo XX, quienes contribuyeron a la creación de identidad y desarrollo humano en nuestro amado distrito de Zapote, representan nuestras verdaderas "joyas o activos" patrimoniales. Sobre todo, porque heredaron inmortales y constructivos valores éticos, morales, existenciales; dignos de ser tomados como lecciones o modelos de vida. Sinónimos de riqueza histórica y cultural, que deben digerir las nuevas generaciones de zapoteños, igualmente quienes en el presente siglo eligieron este terruño urbano en la búsqueda de superior ciudadanía, convivialidad y de realizaciones personales e intra-comunitarias.

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