miércoles, 21 de mayo de 2014
"IN VARIETATE CONCORDIA", ESCRITO POR EL TEÓLOGO RODRIGO DÍAZ BERMÚDEZ
(In varietate concordia)
La unidad dentro de la diversidad como plegaria es válida, como realidad es solo una utopía, aunque sí puede operar transitoriamente en el mundo de las burbujas de la apariencia. Aparentemente el P.L.N tico está unido. Entonces por qué perdió. Aparentemente el P.L.D dominicano está muy unido, claro por la lucha y descomposición del gran P.R.D. pero cuánto durará esa gran unidad. Posiblemente unas cuantas décadas más, dado el carácter de logia secreta que heredó y el leonelismo que lo supo convertir en un producto popular. Pero tarde o temprano no habrá unidad. La unidad es transitoria, es la zanahoria tras la cual corre el burro y cree tener cuando la alcance, sólo que la vida le pedirá que vuelva a correr hacia otra a ver si logra unidad entre lo orgánico sensible y lo no sensible necesario. Entre el animal y su comida vegetal.
Diversidad y Unidad se dan dentro de cada uno de los universos en contradicción, pero entre los dos polos no puede haberlo hasta no producirse una complementación o síntesis en el proceso.
Un grupo se ve unido mientras tenga un opuesto con el confrontarse.
Me referiré a dos mundos religiosos llamados ambos cristianos, el catolicismo y el protestantismo. No les llamo como debería ser nominado, o sea, catolicismos y protestantismos. Pero esa sería otra temática demasiado dificil de analizar para nuestra limitada capacidad. Eso se lo dejo a intelectuales como Ronald Obaldía González o Eliud Ecarnación, Miguel Fernández, o Bart D. Ehrman.
El catolicismo se sintió unido en las luchas contra los llamados herejes, contra el protestantismo posterior. Pero, frente a sus luchas internas, prefirió hacer uso por una parte de la nueva inquisición y por la otra moderar la situación mediante el concepto unidad en la diversidad, tan usado por los creyentes posconciliares, desde el vaticano II hasta nuestros días. De allí hasta acá el mismo catolicismo ha tenido una depresión anímica progresiva que ha tratado de aliviar y se ha refugiado en tratar de mantener su status quo en una sociedad donde no se vislumbra un enemigo definido contra esta institución. Lo que da como resultado un fortalecimiento de una aparente unidad que no busca la diversidad, ni atacar las diferencias de forma tan violenta, sino la tolerancia constipada. Tenemos una iglesia católica, conservadora en general, estratégicamente silenciosa y tolerante frente a la competencia social emergente pero intransigente en sus entrañas. No obstante, los grupos internos que aspiran por cambios profundos y abrirse a los nuevos tiempos de teologización de lo diverso, está allí, a la espera de nuevas oportunidades y soñando con un nuevo Vaticano II que sería versión III, pero pensado ya como las versiones de los nuevos celulares, en un nuevo catolicismo light, erótico, emotivo y de multicolores, mientras el conservadurismo se mantiene, oscilando entre una teología aparentemente encarcelada, analógicamente a Ratzinger, y un misticismo social franciscanista, ejercido por un jesuita que llega a Papa, mitad Italia, mitad América Latina y que tiende a llenar el vacío dejado por la santa de Calcuta y el recuerdo dinámico de J.P.II., militante mundial del anticomunismo, pero con la devoción partida entre el santo canonizado del Opus Dei, el monseñor Escriba, y el nuevo camarín dedicado a Wojtyła
Eso es sólo una aproximación mediante un ejemplo discutible. Cuál unidad y cuál diversidad. Es sólo una espera de que la olla de grillos comience su griterío desde que las fuerzas internas ocultas en la política interna explote y el detonador no viene de dentro sino de fuera. Fue la amenaza del comunismo lo que motivo a esta iglesia a buscar respuestas para atacar o montarse en el nuevo carro profetizado. Al final, prevaleció la lógica del capitalismo y la iglesia volvió a reorganizar sus fuerzas por la vía de la intelectualidad, la asimilación estratégica de sus cuadros más revolucionarios, la de la obra social y el ensayo de nuevos papas, hasta desembocar en el Francisco franciscano-jesuita, tierno y populista.
La unidad en la diversidad en el mundo protestante es otro ejemplo. El protestantismo en cuanto tal nunca ha estado unido, excepto en sus inicios frente a la persecución católica. Son precisamente las persecuciones las que producen unidades, las cuales sirven para ocultar las posibles luchas intestinas. Es una cualidad de la materia en cualquiera de sus niveles, permanente lucha, permanente síntesis, dialéctico camino hacia un punto o hacia nada. Prefiero creer que hacia un punto Omega. Cada grupo está unido y no se sabe cuando comenzará la división. Algunos grupos se han mantenido unidos. Pero básicamente dos polos, el liberal y el conservador avanzan hacia una división irremediable. Sus diferencias estuvieron ocultas, mediatizadas, a través de un trato medio hipócrita todos de alguna forma se dieron sus manos y amén, gloria a Dios sobre todo cuando pasó el peligro mundial del comunismo. Los grupos liberales fueron instrumentos de la teología de la liberación y los conservadores del fundamentalismo americano, todos recordábamos como los izquierdistas cada vez que veían un misionero norteamericano lo acusaban de ser agente de la CIA y tal v el este pobre hombre había vendido todos sus bienes y estaba predicando el evangelio de forma romántica, a lo mejor controlado por la CIA pero sin saberlo. Especulación mía por supuesto.
Terminó la guerra fría, los dos grupos siguieron divididos pero sin manifestar mucha fobia externa. Se intentaron acercamientos interdenominacionales en los que se veían de vez en cuando bautistas conservadores compartiendo con evangélicos de la nueva izquierda, todo parecía estar bien. Diversidad en la Unidad. Pero de fuera aparece en el mundo protestante liberal los primeros pastores bendiciendo uniones de personas del mismo sexo. Se publicó la declaración del obispo episcopal Robinson presentando a su cónyuge, iglesias metodistas liberales abriendo el ministerio a hombres y mujeres de closet abierto. Y explota la bomba que hace que los conservadores, aun con sus historias de escándalos morales, producto de las acusaciones internas de los tele evangelistas, Swagart y demás, aún repetimos con esas historias oscuras, comienzan a levantar sus sermones contra esta nueva situación. La diversidad ya no el comunismo es el agente que dispara el aceleramiento de esta vieja contradicción del mundo religioso protestante. Ya no las viejas luchas de conservadores fundamentales exégetas y hermeneutas defensores de los considerados mitos intocables de la Biblia, contra las escuelas de la Alta Crítica con sus herederos de las hipótesis documentarias, al fin y al cabo esto solo lo entendían las élites de las ciencias bíblicas.
Las crisis se convierten en verdaderas cuando toman cuerpo social, es decir , cuando hay masas dispuestas a tomar bandera, cuando hay instancias polacas protectoras, cuando hay agendas definidas por parte de los dueños del gran supermercado mundial. Recordemos que fueron príncipes alemanes los que protegieron a Lutero de la persecución política.
Hoy la política trazada desde los centros metrópolis del poder han dado su aval a la diversidad. Y nuevamente se resucita la letanía de la " In varietate concordia" Pero al mismo tiempo se radicalizan los polos. Los evangélicos internamente, los católicos internamente también y brota un posible ecumenismo de circunstancia entre los protestantes conservadores unidos a los católicos anti diversidad. Los católicos liberales de la diversidad con los protestantes que simpatizan y promueven dicha agenda.
Pretendemos llamar la atención que es la "doctrina" y "bandera" de la diversidad el estímulo para este ecumenismo de circunstancia. Será una real unidad en la diversidad o los síntomas de un nuevo cristianismo bicéfalo. Ya no incitado por el gnosticismo del siglo II y las consecuentes luchas cristológicas del siglo III, sino por la "herejía" de la doctrina de las diversidades.
Un catolicismo más fundamentalista no anti protestante fundamentalista. Y un catolicismo alternativo, de corte siempre episcopal pero no antagónico al protestantismo liberal. .
Quién ganará esta batalla. Dice Bart D. Erman en Cristianismos perdidos, que los llamados proto-ortodoxos ganaron en el pasado y conformaron la unidad del dogma católico, de lo contrario nuestros pueblos serían arrianos como lo fueron muchos pueblos del imperio. Pero, por fin ganaron los protoortodoxos o sea el catolicismo romano, hasta sufrir el golpe más fuerte en el siglo XVI con la Reforma Protestante.
El gnosticismo, las cristologías docetas, las llamadas herejías fueron temas que llegaron a las masas y a grupos de poder. El catolicismo del siglo IV y V cuyos orígenes fueron minoritarios y perseguidos, ahora estaba en el poder y desde el poder podía usar su propaganda paulinista en su sustancia y contar también con la mayoría de las masas. Se quemaron documentos, gentes, organizaciones y se logró aparentemente la unidad.
La oscura Edad Media trajo síntomas de división, calificadas de brujería, la cual fue
aplastada y siguió la aparente unidad , pero en la historia siempre existirán los Giordano Bruno y los Galileos poniendo en crisis al establecimiento. Siempre el desarrollo humano utilizará sus agentes para estimular la zozobra.
Quién ganará es nuestra pregunta y responderla desde esta situación mundial y global es difícil. El concepto hermenéutico más útil hoy lo resume la palabra reciclaje, como se hace con la basura clasificada.
Veremos en las estanterías , hasta en iglesias nuevas versiones de la Biblia. No la vieja vulgata latina de Jerónimo tal útil para un catolicismo tridentino, ni la versión del rey tan propia para aquella moral epocal, ni de de Jerusalén más exegética e inteligente en sus traducciones para un nuevo mundo posconciliar, ni la Reina Valera tan amada por el mundo evangélico tradicional, ni siquiera la versión ecuménica con los deuterocanónicos adjuntos al lado del Nuevo Testamento Dios llega al hombre, de corte ecuménico propio de los finales de los sesenta y comienzo de los setenta ni la versión primera de la famosa Biblia Latinoamericana que coqueteaba con los Gutiérrez, Asmann y demás profetas de la teología de la teología de la liberación, ni otras de padrinaje calvinista o pentecostal. Veremos repito, nuevas versiones como ya hay una por ahí, con tendencias feministas donde a Dios se le llamará mamá o ella, o nada, para dejar atrás el patriarcalismo propio de la cultura bíblica hebrea. Textos donde la alternativa será un hecho y la diversidad un fondo ideológico de sustrato. Eso estamos seguros ya se está elaborando hasta los extremos de que podría surgir La Nueva Biblia Gay, o cosas así. En todos los idiomas y dialectos hasta llegar a pueblos pobres que no tienen los recursos para adquirir un libro, se les regalará traducido hasta en el creole que habla el pueblo haitiano, tan patriarcal y subdesarrollado.
Sin duda la diversidad por encima de su alejamiento a la ortodoxia, aún siendo herético o considerado satánico, producirán cambios significativos en la historia que obligarán a todo el sistema a ponerse en una crisis que pueda permitirle revisarse a sí mismos.
Los católicos y protestantes que apoyan la diversidad no han revisado sus propias crisis como grupos religiosos que caminan hacia la extinción, dado que sus membresías van disminuyendo hasta encontrar templos en los Estados Unidos y en Europa que sólo son recuerdos del pasado y en el mejor de los casos edificios que se le alquilan a los cristianos proselitistas, cuyas liturgias distan completamente de las tradiciones. Entrar a un templo luterano y escuchar un griterío pentecostal es algo que abunda en los Estados Unidos.
Los católicos y protestantes que no apoyan la diversidad también deberían revisar su consistencia moral, los desprestigios en el campo político, sus desaciertos en el manejo financiero, sus manipulaciones en función de las exigencias de una sociedad de mercado,
Ir a la guerra ideológica con estas cargas no resueltas serán elementos posiblemente en contra para saber quién ganará en esta lucha.
Creemos que en un mundo posmoderno con grandes contradicciones, un cristianismo moderno, ecuménico en cuanto a la diversidad, emotivo, abierto a las hermenéuticas bíblicas subjetivas, político y con gente ostentando puestos en la polis, simpatizante de algunas ideas de izquierda, abierto a lo carismático, a lo profético, apostólico y a lo litúrgico étnico. Quizá un cristianismos con dos tendencia dentro de su unidad. Una tendencia más neo- pentecostal abierta a lo diverso y del otro lado un catolicismo más sincrético con las religiones indígenas, con el chamanismo, con una teología alternativa y diversa, carismático y político a la vez.
Esas dos cosas, más o menos, creemos que serán los resultados en cuanto a lo religioso, estimulado por agentes casi inesperados esos cisnes negros de los que brillantemente habla Nassim Nicholas Taleb en su magistral obra llamada así, Cisne Negro, refiriéndose a esos eventos que en un momento surgen fruto de circunstancias, acumulación y aleatoriedad e impactan como meteoritos inesperados para bien o para mal.
Se avecina un cristianismo que camina hacia cambios muy radicales.
Pero continuará en las catacumbas un cristianismo que no querrá entrar en la danza del tiempo actual. Su futuro es incierto, pero también allí podrían ocurrir Cisnes Negros.
Resumiendo la resumido. La llamada Unidad en la diversidad es una idea hermosa, atractiva, pero creemos que es una ideología más con que la que la dialéctica de la historia, con sus leyes y su aleatoriedad nos conducen hacia paradigmas desconocidos.
El único que sabe realmente qué pasará es Dios, inteligente creador y en el hay unidad en la diversidad, la Trinidad, según la doctrina que heredamos de la protoortodoxos ganadora. Será que en Dios es el único sitio donde se pueda encontrar realizada esta ilusión histórica, uno y a la vez tres. Será que esa doctrina es la más apropiada para esperar de El, la unidad que limpie toda cosa que no permita ingresar la verdadera diversidad. Dice el apóstol Pablo que en Cristo se termina la diversidad, del judío, del griego, del hombre y de la mujer. Será que esto sólo se verá realizado en el cielo, en el futuro, en el nuevo cielo y la nueva tierra.
Por ahora en este momento de nuestra historia creemos que la unidad es solo transitoria e ilusoria y caminamos hacia una ideología aglutinante llamada diversidad, ojalá que no se convierta en una creencia y en una religión dominante que termine persiguiendo a todos los que no creen en ella, como ha pasado repetidas veces en la historia humana.
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