martes, 29 de julio de 2014
LA PEREGRINACIÓN A MANAGUA.
LA PEREGRINACIÓN A MANAGUA.
Renegar que fue un grave error respaldar “la causa emancipadora del pueblo nicaragüense" frente a la dinastía y el despotismo somocista, solo por el hecho de que fue traicionada y usurpada la revolución sandinista de 1979 por la tendencia izquierdista del somocismo - esta es la familia de Daniel Ortega y su séquito -, es igual que “condenar” erróneamente las victoriosas guerras libertadoras de independencia de las colonias americanas (Enrique Benavides Chaverri, 1982), porque se consolidaron a través de ellas regímenes políticos opresivos, sustentados en estructuras económicas y sociales tan verticales como desigualitarias. Resabios que todavía perduran en las sociedades latinoamericanas.
El somocismo, otrora amo de Nicaragua y en aquel entonces un padecimiento más de toda Nicaragua que de Costa Rica. “tenía que caer” por criminal e inmoral. Las leyes de la historia casi siempre se demoran en reaccionar, pero difícilmente se les refrena, menos se les engaña. En estos tiempos el nuevo amo de Nicaragua, “tendrá también que caer”, a pesar del respaldo que le proporcionan gobiernos de la región, aferrados a ideologías rudimentarias, además de su vocación autoritaria y represiva.
El enemigo perpetuo lo serán siempre los antecedentes históricos y las virtudes de ese país vecino, cuyo pueblo siempre ha guardado, aunque no se crea, distancia de la ignorancia y de la sumisión. Si estas últimas enfermedades hubieron de apoderarse en alguna etapa de su historia, fue por obra de las arbitrariedades y errores de poderes superiores de naturaleza transnacional: el de los Estados Unidos de América, primero, quien por más de cuatro décadas patrocinó vergonzosamente la dinastía somocista; hoy le son indiferentes las artimañas de la familia Ortega Murillo por adueñarse de Nicaragua.
Luego sobrevino el antiguo e impostor eje cubano soviético, importado por los pseudosandinistas de manera alevosa, así también a espaldas de los múltiples sectores democráticos que lucharon por la liberación.
A causa del enorme sacrificio, debió ser un imperativo que después de 1979 a los nicaragüenses les fuera adherida la consolidación de la democracia representativa, “para todos ellos”, libre, pluralista y decente, diferente a la de un régimen dictatorial que vulgarmente le metió “gato por liebre” (Enrique Benavides, idem) a la comunidad internacional, en especial a la sociedad costarricense, quien se había unido para derrocar “al somozato”.
Por ello y más razones, continuaremos deplorando ese régimen, que en el 2010 se atrevió a invadir la isla Portillos – isla Calero del territorio costarricense, y de paso agredir verbalmente a la nación costarricense bajo el exabrupto de reivindicar derechos de posesión sobre la provincia de Guanacaste. Matonadas que a la Presidenta Laura Chinchilla le resultó un hecho inaceptable, al extremo de no titubear en hacer uso de los recursos del derecho internacional, a fin de defender la dignidad y los intereses nacionales.
Por su parte, el Presidente Luis Guillermo Solís Rivera - comprometido con la verdad y que siempre se ha reconocido en los valores de la libertad y la decencia - al atisbar las maniobras del gobierno “inconstitucional” de Managua, se rehusó a invitar a Daniel Ortega a los actos oficiales del traspaso del mando presidencial.
Pero, en contraste con este comportamiento patriótico de nuestros mandatarios, empeñados en defender los altos intereses nacionales ante la Corte de La Haya, lejos de servirle de espejo a un grupo de legisladores costarricenses del Frente Amplio, más bien demostraron afuera lo que realmente son: demasiado devotos y leales a su ideología rudimentaria, totalitaria “e internacionalista”,
Alegremente viajaron a Nicaragua a fin de conmemorar al lado de los pseudosandinistas – invasores del territorio costarricense - los 35 años del derrocamiento de la tiranía somocista; aquel capítulo hermoso de la historia de Nicaragua, el cual la elite de cleptócratas del Siglo XXl continúa pervirtiendo de modo mayúsculo, en medio de la extraña convergencia (o fusión) entre populismo neosomocista y rancio neoliberalismo, en pos del intento de vender a ese noble pueblo al mejor postor. Me pregunto si el pasado 19 de julio asistieron legisladores izquierdistas colombianos a “la plaza roja y negra” de Managua.
Ronald Obaldía González (Opinión personal)
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TE FELICITO AMIGO, INTERPRETAS A CABALIDAD LO QUE VIVIMOS CADA DÍA EN MANAGUA. UN ABRAZO.
ResponderEliminarXXS
Alexis Arias Mora escribió:
ResponderEliminarExcelente tus comentarios estimado Ronald, además de muy acertados como siempre.
Gracias por mantenernos actualizados en temas de la política internacional.
Jimmy Bolaños Gonzalez escribió:
ResponderEliminarHola Ronald:
Creo que ha sido acertado que diputados del Frente Amplio asistieran al evento conmemorativo de Nicaragua. Eso los ha terminado de posicionar de forma irrefutable ante la opinión pública costarricense como un partido político que simpatiza con la revolución sandinista, con todo lo bueno y malo que eso trae consigo. Lo mismo con su propuesta de Petrocaribe.
Será difícil que en una futura campaña electoral pueda la dirigencia del FA negar esos hechos y creo que se sentirán más libres y auténticos en sus opciones, aunque tendrá un costo político.
Lo cierto es que en la región hay bloques de países que se agrupan según sus ideologías e intereses, destacando por sus extremos, dos grupos: el Alba -ubicado a la izquierda de influencia chavista- y Alianza del Pacífico -ubicado a la derecha de influencia neoliberal o TLCs -.
Creo que Costa Rica necesita tener partidos que ofrezcan opciones, del espectro político a todas las personas y que esas opciones no sean satanizadas, sino que haya debate de ideas y modelos, en un sistema de pesos y contrapesos que ayude a que unos y otros se moderen.
Y algo más: si Costa Rica entra a PetroCaribe, quiérase o no la influencia del chavismo se acrecentará en nuestro país, ya que parte del compromiso son reuniones anuales de Jefes de Estado normalmente realizadas en Venezuela, y otros mecanismos de reuniones ministeriales y de otros altos funcionarios multilaterales, con lo cual nos iremos acostumbrando a ver a nuestros líderes reunidos con sus homólogos cubanos, nicaraguenses, etc., incluyendo visitas de Nicolas Maduro, quien de todos modos tendrá que venir al país el otro año cuando CR entregue la presidencia protempore de la CELAC. Lo anterior, sin contar con los intercambios comerciales y relacionamiento que Petrocaribe genera gracias a los millones de dólares que significa el convenio.
Finalmente, estimo que el sandinismo y el chavismo están fuertes en sus países, pese a todas las críticas externos e internas. Ambos tienen recursos económicos que los sostienen como fuerzas hegemónicas: Venezuela por su petroleo, gas y demás riquezas minerales abundantísimas; Nicaragua potenciada ahora por el Gran Canal que empezarán a construir a finales del 2014, y que el empresario chino concesionario ha ofrecido terminar en 5 años, sin perjuicio de concluir antes con dos nuevos puertos: uno en el Caribe y otro en el Pacífico. Es decir, están más cerca que nunca antes de cumplir con un sueño de siglos que están en el ADN nacional nica. Eso políticamente no tiene precio -pareciera que habrá sandinismo para años-, geopolíticamente elevará las acciones del Alba y económicamente significará el despegue sostenido de la economía nicaraguense.
Es decir, en ese nuevo ajedrez regional y vecinal CR debe saber medir sus pasos, lo cual a mi juicio incluye pragmáticamente estar abiertos a determinados e incrementales grados de cooperación con todos los demás bloques -incluido Mercosur-, si no quiere perjudicarse innecesariamente a sí misma, claro, hasta donde aguanten las buenas relaciones con el socio mayor (EEUU). Pero estoy seguro que finalmente prevalecerá lo económico sobre lo ideológico, eso es lo racional y lo que beneficia a los pueblos.
Jimmy Bolaños
Elías Calderón Monge escribió:
ResponderEliminarMuy bien don Ronald, así es y muchas gracias por compartirme su pensamiento.