viernes, 31 de octubre de 2025
LA OMNIPRESENCIA DE DONALD TRUMP EN LA POLÍTICA INTERNACIONAL (PRIMERA PARTE). Autor: Ronald Obaldía González
LA OMNIPRESENCIA DE DONALD TRUMP EN LA POLÍTICA INTERNACIONAL (PRIMERA
PARTE). Autor: Ronald Obaldía González
En su movimiento político en aras de la Presidencia y enseguida en el
inicio de su segundo mandato, Donald Trump, el Presidente de Estados
Unidos de América (EEUU), dio a conocer al planeta su eslogan "Make
America Great Again" - MAGA - ("Haz a Estados Unidos de América Grande
de Nuevo"). Eslogan que ha ocupado el lugar de un símbolo fundamental
de lealtad para con él.
También "MAGA" implica sobreponer los intereses de Estados Unidos en
su conjunto, haciendo a un lado las desconfianzas y las tiranteces,
transcurridas en las relaciones internacionales, específicamente con
sus aliados. Después advirtió que se lanzaría "a gobernar el mundo",
dando fuerza a su consigna propagandística, así como perfilando "un
giro de ciento ochenta grados" a su originario y conservador proyecto
ultranacionalista, unilateralista transaccional y hasta aislacionista.
Esa hoja de ruta "trumpista" corre en contradicción con el
multilateralismo liberal. La pregonó al principio; se aparta de la
defensa de la democracia liberal, los derechos humanos y del respeto
al libre comercio basado en normas y reglas. Las exigencias del
contexto geopolítico lo hizo dar un viraje. Aspiró (fallidamente) al
Premio Nobel de la Paz de este año, puesto que el gobernante de EEUU
asumió un audaz rol pacificador, alcanzando el acuerdo de Gaza en
octubre de este año, suscrito en Egipto, hecho crucial que la misma
comunidad internacional le reconoce.
Ni siquiera los acuerdos de Oslo en 1993 lograron metas similares. La
idea es alcanzar un acuerdo de paz duradero, aunque es posible que
Benjamín Netanyahu, el Primer Ministro de Israel lo torpedee. No
obstante, que las naciones árabes musulmanas anhelan alcanzar mejores
vínculos con el Estado hebreo.
"Lo que hace con la mano derecha, lo borra con la izquierda". Lo hecho
de manera constructiva, tampoco le ha impedido al trumpismo
radicalizar su discurso en contra de la oposición doméstica y sobre
cualquier organización progresista, entre ellos a "Antifa". Ha puesto
contra las cuerdas un derecho consagrado nada menos que en la Primera
Enmienda de la Constitución estadounidense: la libertad de expresión,
de los fundamentos primigenios de la democracia de la gran nación,
regida por grandes líderes universales George Washington, Thomas
Jefferson, John Adams, Benjamin Franklin, Alexander Hamilton, John
Jay, James Madison, Abraham Lincoln, Franklin D. Roosevelt, Richard
Nixon, Jimmy Carter y Ronald Reagan.
El vicepresidente J. D. Vance presentó en el podcast semanal de
Charlie Kirk el sitio del asesinato de su amigo, ocurrido el 10
setiembre pasado. Ahí incitó a la ciudadanía a denunciar a todos
aquellos que, a su entender, “celebrasen” su muerte.
En el mismo programa, el asesor presidencial Stephen Miller prometió
poner “todos los recursos” a su disposición “en el Departamento de
Justicia, el Departamento de Seguridad Nacional y en todo el Gobierno”
a eliminar una supuesta “extrema izquierda” a la que, sin mayores
precisiones, considera “terrorista” y, en parte, responsable del
asesinato de Kirk. O sea, nos ofrece una nueva cacería de brujas.
Las protestas "NO KINGS, grave síntoma de polarización, se encaminan a
condenar la deriva autoritaria del segundo mandato de Donald Trump;
las cuales ponen en aprietos a Trump y al ultraderechista movimiento
MAGA.
La cancelación del programa de Kimmel es un episodio más de la
ofensiva, con tal de extorsionar a los medios y presentadores que,
según Trump, le han “tratado injustamente” durante su carrera: no solo
la política, también la empresarial.
La Casa Blanca ha puesto toda la maquinaria represiva del Estado a
perseguir cualquier disidencia ideológica —ya lo hizo con las
universidades, las instituciones científicas y con los bufetes de
abogados que presentaban demandas contra sus políticas—. Ello resulta
preocupante en sumo grado. En la tesitura "aceptó abandonar las
políticas de diversidad, equidad e inclusión proscritas" (El PAÍS,
ESPAÑA, Editorial, 18/09/2025).
En su historia, Estados Unidos posee expedientes de pánico oficial,
con tal de amordazar la libertad de expresión, restringiéndola con
base en normativa, tendiente a reducir la capacidad de los periodistas
de mantener al público y la comunidad internacional informados de las
cuestiones vitales de la seguridad nacional y global.
El más sonado había sido la caza de brujas del "macartismo
anticomunista, en plena Guerra Fría", cuando se prohibió el trabajo de
las organizaciones políticas supuestamente sospechosas de colaborar
con el comunismo internacional; se censuraron opiniones críticas y se
condenó injustamente a inocentes. Es imprescindible que no vuelva a
ocurrir. Las instituciones y la ciudadanía se rebelaron entonces
contra tales excesos. "Esa es, también hoy, la esperanza que queda"
(El PAÍS, ESPAÑA, Editorial, 18/09/2025).
El poderío político, diplomático y militar, Washington lo ha puesto al
servicio de la solución, aunque no tan pacífica, de las discordias y
las confrontaciones globales, con la vista puesta en desdibujar las
ambiciones hegemonistas de la asociación "ilimitada" de China y Rusia:
sus principales rivales, al tiempo que en ambas potencias la
sofisticada tecnología militar corre a pasos agigantados: mayúscula
amenaza. Alianza, la cual suma al aislado, despiadado régimen político
de Corea del Norte, poseedor de armas nucleares enemigo acérrimo de
EEUU.
Probablemente, la sujeción y el control del océano Ártico, como ruta
marítima comercial y geoestratégica militar - el deshielo lo favorece
- , estarían colocando a las potencias tradicionales y la emergente
China en una escalada de disputas a mediano plazo, al cabo que algunas
potencias europeas exigirían allí su cuota de propiedad e influencia.
Líderes políticos, empresarios y académicos de fama mundial coinciden
en que la crisis del multilateralismo es hondamente sistémica, que
"las transformaciones se suceden a un ritmo endiablado". En ese
escenario de cambio —geopolítico - militar, comercial, tecnológico—,
emerge una figura tan poderosa como disruptiva y polarizante: el
presidente estadounidense, Donald Trump (El foro World in Progress
aboga por el diálogo y la cooperación para buscar soluciones a los
retos del futuro, 20/10/2025).
En lo concerniente a la economía global, es de esperar la resolución
de la Corte Suprema de EEUU, quien analizará la legalidad de las
tarifas arancelarias, puestas en ejecución por Trump, pues se supone
que "el mandatario se excedió en sus competencias al recurrir a
poderes económicos de emergencia" para entonces actuar así (Sergio
Díaz - Granados).
El argumento central de Trump es la reducción del déficit comercial,
formando cadena con la protección de la seguridad nacional; por eso ha
impuesto las tarifas, a efecto de impedir el acceso al mercado
estadounidense.
Estados Unidos ya no es un socio fiable”, sentenció Michael Shifter,
expresidente de Diálogo Interamericano. Solo recorre cuestiones de
geopolítica, se ha desprendido de los grandes desafíos de nuestro
tiempo, demandantes de la cooperación solidaria global, a saber, la
transición y seguridad energética, la innovación tecnológica y la
inteligencia artificial, la fortaleza del tejido industrial, la
sostenibilidad y la inclusión social, el freno a la expansión del
crimen organizado y las amenazas existenciales que pesan sobre el
planeta.
Lo señalamos líneas arriba. Ha habido interesantes puntos de
inflexión. A mediación de Trump, hubo el pacto del alto el fuego entre
Tailandia y Camboya luego de una disputa fronteriza. El acuerdo acerca
del cese el fuego en la Franja de Gaza, tras dos años de cruentas
acciones bélicas, ha sido determinante.
Con ello Washington tiende a recuperar la influencia y la proyección,
en términos geopolíticos, como operador de los mecanismos de solución
de controversias, particularmente arrancando con los acuerdos en
mención. El de Gaza, ciertamente quebradizo, ha de ser un alivio a las
naciones árabes, interesadas en la conclusión de la guerra, pues temen
el éxodo de palestinos hacia sus territorios.
Ni la Unión Europea (UE), menos aún la minimizada Organización de las
Naciones Unidas (ONU) pudieron alcanzar algún trato a favor de la
tregua entre israelíes y los palestinos de Hamás.
LAS CORRIENTES ANTIDEMOCRÁTICAS Y AUTORITARIAS "ESTÁN GANANDO ÍMPETU A
NIVEL GLOBAL".
Un acompasamiento entre el iliberalismo del norte global y el sur
global cobra energía. La ultraderecha, el populismo y hasta los tufos
del neofascismo en el Occidente rico ha ido traspasando las fronteras.
En América Latina deja huellas. Son patentes las experiencias en
Argentina, El Salvador y Ecuador. En paralelo, la dilatación de las
dictaduras represivas de Nicaragua, Venezuela y Cuba agravan
sobremanera el panorama, en perjuicio de la democracia liberal,
adjunto al irrespeto de los derechos humanos.
La ultraderecha ha sacado provecho del malestar que abunda en las
sociedades contemporáneas. "Están utilizando estos resquicios para
dañar la democracia”, aseguró por su parte Yolanda Díaz,
vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo y
Economía Social (El foro World in Progress aboga por el diálogo y la
cooperación para buscar soluciones a los retos del futuro,
20/10/2025). Incluso, si las fuerzas antidemocráticas ganaran
elecciones en el viejo continente, "será el fin de la Unión Europea",
tal como la conocemos: un bloque comunitario.
Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia y Premio Nobel de la Paz,
recordó que la polarización y el radicalismo “hacen inoperantes las
democracias”. “Hoy hay más países con autocracias que con democracias.
Los extremos están avanzando”.
Empeorando la escena, el Republicano Donald Trump ha puesto de relieve
el desinterés por el Sur Global, con la excepción del Asia altamente
capitalizada, Brasil y Argentina, a quien le proporcionará un rescate
financiero. Ni hace mención de él en su retórica. En ella predomina la
agenda negativa, o la "diplomacia dura", en dirección a dicho segmento
de naciones de ingresos inferiores.
En el temario yacen el combate al narcotráfico ("o el
narcoterrorismo"); la supresión de visas a gente ligada al comercio de
drogas ilegales y aliados de China; la deportación de inmigrantes,
ello engarzado con la reducción del presupuesto a la asistencia al
desarrollo; la imposición de gravámenes al comercio que entorpecen el
libre comercio. O el freno "a los actores extracontinentales malignos"
(Constantino Urcuyo Fournier).
Mientras que la China, con su poderío diplomático, económico,
comercial y científico, junto a Rusia despliegan acá un ciclo de
"repolitización", autoritario e iliberal. Con el respaldo de puntos
focales de carácter regional, intentan desplazar la supremacía de los
EEUU, antes el faro de la democracia, las libertades y el pluralismo.
El liderazgo estadounidense se está viendo nuevamente desafiado por un
régimen autoritario. Y en términos de poder económico, China es un
rival mucho más serio que la Unión Soviética", y en términos
económicos supera ya a EEUU, asegura Krugman. Porque el gigante
asiático da la imagen, por cierto ficticia y falsa, de ser un promotor
de la paz, un aliado estable, confiable en los ámbitos políticos,
comerciales y culturales. Cuando más bien China, junto a Rusia
despiertan severas inquietudes a Occidente a la vista de sus visiones
y convergencias mutuas de naturaleza autocrática, represiva y
hegemónica.
El ascenso del protagonismo de China y Rusia a nivel global, acaso
sería contrarrestado ante lo políticamente consensuado durante la
visita oficial de Donald Trump al Reino Unido en setiembre del año en
curso, cuando ambos aliados tradicionales, mediante nuevos convenios
diplomáticos, se impusieron dominar el futuro de la inteligencia
artificial, además de los acuerdos mutuos en biotecnología y
farmacéutica, a la vez que declararon "el vínculo inquebrantable"
existente. Un lenguaje similar al empleado por Rusia y China en lo
correspondiente a la "cooperación sin límites" que proclaman.
Washington abandonó su liderazgo internacional en lo tocante al
consenso multilateral hacia la búsqueda de soluciones inaplazables en
torno al complejo fenómeno del cambio climático y del calentamiento
global, cuyos daños impactan considerablemente al Sur Global. El
unilateralismo autoritario de Trump da ventajas a las energías
tradicionales, consistentes en la explotación de más pozos petroleros
("Drill, baby, drill"). Tal opción lo aleja de las regiones
meridionales.
A Trump y su nacionalismo, anti -migracionista, xenófobo, racista, lo
aceptan la gente de "los blancos" estadounidenses, la puesta en marcha
del proteccionismo económico - como antes comentamos - en aras de
disminuir el déficit comercial, conexo a los objetivos de la seguridad
nacional. Con lo actuado, está desvirtuando las bases de la
globalización económica y comercial, por ahora diezmada ante la
imposición de aranceles de Trump, incluida la guerra comercial que ha
lanzado a China y la Unión Europea (UE).
Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, se anunciaron recortes
presupuestarios masivos al Sur Global y la misma ONU, en particular a
las operaciones de mantenimiento de la paz.
Mientras tanto, China y Europa intentan reforzar la cooperación mutua,
la cual tiene porvenir en un ámbito específico. Puesto, que Pekín, a
pesar de su elevado volumen de producción industrial es de los grandes
emisores de dióxido de carbono, causante del efecto invernadero, pone
énfasis en el objetivo de la reducción de emisiones. Esto es que se
esfuerza más en descarbonizar su industria pesada, lo cual coincide
con las tesis europeas, de la mayoría de las naciones del Sur Global y
las organizaciones internacionales, en cuanto a impulsar tecnologías
limpias o verdes (Adair Turner).
El gobierno de Trump es un negacionista de las alertas del alza del
dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera de la Tierra, alcanzados por
los gases de efecto invernadero que el año pasado registró un aumento
sin precedentes (Ginebra - Suiza. AFP). Por esto, tanto los océanos
como los sistemas terrestres muestran debilidades para absorberlos,
todo ello producto de las actividades humanas y el incremento de los
incendios forestales, entre otras anomalías.
LA CONFLAGRACIÓN ENTRE RUSIA Y UCRANIA. TRATATIVAS ESTÉRILES.
Trump busca la paz en Ucrania tras atribuirse el éxito en el cese el
fuego en lo correspondiente a la masacre de Gaza, mediante el acuerdo
alcanzado en Egipto por las Partes contendientes: el Gobierno de
Israel y la organización fundamentalista islámica, Hamás, declarada a
nivel internacional como una formación terrorista.
La comentarista Macarena Vidal Liy (EL PAÍS, ESPAÑA) subraya que el
estadounidense "se siente pletórico, recibió elogios internacionales,
también de Vladimir Putin, tras lo que considera su gran éxito
internacional: el alto el fuego e intercambio de rehenes israelíes por
prisioneros palestinos en Gaza". En adelante se decidirá en resolver
la guerra de tres años entre Rusia y Ucrania. La cual, sin un
desenlace, había prometido resolver en 24 horas después de su regreso
a la Casa Blanca. Chocó con la realidad.
El Presidente de Rusia se ha negado a otorgarle categóricas
concesiones diplomáticas. Siquiera debió de abrirse "con los oropeles
y la pompa en la cumbre en la base militar de Elmendorf-Richardson en
las afueras de Anchorage (Alaska) el 15 de agosto"; como mínimo la
aceptación de una reunión tripartita entre el ucranio, el ruso y el
mismo Republicano. Habrá que redoblar esfuerzos a que esto ocurra
(Vidal Liy, idem).
De hecho, Rusia salió allí del aislamiento fijado en su contra por
Washington, ya que en las conversaciones habidas en Alaska se valoró
el objetivo de imprimir intensidad a las relaciones económicas y
comerciales, venidas a menos.
El estadounidense acaba de celebrar otra reunión de trabajo con
Volodimir Zelenski, el Presidente de Ucrania. Tiene pendiente un
encuentro en Budapest con Vladimir Putin, Presidente de Rusia.
“Creo que el éxito en Oriente Próximo nos ayudará en la negociación
para lograr el final de la guerra entre Rusia y Ucrania”, escribió en
el mensaje en redes.
El optimismo es tal que su secretario de Defensa, Pete Hegseth,
declaró que la guerra en Ucrania “no empezó durante el mandato de
Trump, pero se acabará durante el mandato de Trump” (Macarena Vidal
Liy).
Las negociaciones con Putin, han sido inútiles, se dice que es perder
el tiempo. "Es un callejón sin salida”. Algunos líderes ucranianos
opinan que la única manera de concluir con las hostilidades es armando
mayormente a Kiev, y presionando a China, tal que deje de cooperar con
el Kremlin (Víktor Yúshchenko, expresidente de Ucrania).
"Europa tiene suficiente poder político y comercial, a la vista de
apretar las tuercas a China". Le tiene programadas sanciones
económicas, a causa de las regulaciones, impuestas a las exportaciones
suyas de minerales, derivados de las tierras raras. Comentaristas de
Europa del Este sentencian que la paz es una derrota contra el
autócrata ruso, sería su final político y quizá también físico
(Yúshchenko, idem). Punto de vista que además defiende el Presidente
Zelenski.
Víktor Yúshchenko, el expresidente de Ucrania, se muestra partidario
de aplicar, sin dudarlo, las reconocidas sanciones secundarias, sean
constantes penalizaciones económicas a los países que compran petróleo
y gas ruso, entre ellos la India y China, que permiten al Kremlin
saltarse las restricciones en el mercado.
El asunto es que hasta Europa, que arropa con armamento a las fuerzas
ucranianas, adquiere energéticos rusos, paradójicamente le financia la
invasión. Acusación que el propio mandatario estadounidense le endosa.
A la vez ha sido dubitativa en lo que respecta a acelerar las
negociaciones alrededor del uso de activos rusos congelados, que
ascienden a unos $244.000 millones (EL PAÍS - ESPAÑA).
Ciertamente, la mayoría de los ucranianos aspiran a la paz.
Improbable, "con una Rusia como vecino. La Unión Europea (UE) los
secundan en la percepción, hasta presagia el inicio suyo de una
escalada militar frente "al Oso ruso". “Por muy duro que sea asumirlo,
nunca estaremos seguros mientras Rusia exista”, así lo detalló la
conocida jurista y política Oksana Siroyid. Putin continúa reiterando
que el territorio ucraniano forma parte de "la Madre Rusia", hay
justificaciones históricas y geográficas de sobra, según él. La UE lo
rechaza.
Una condición imprescindible en cuanto a alcanzar la paz en la nación
agredida, y la incertidumbre en Europa ante las ambiciones
expansionistas de enorme vecino, es la desaparición “del régimen
(autoritario) de Putin”. Y que ese país se democratice. Pero ello está
lejos de ser posible, lamenta Yushchenko. Agrega que tampoco solo es
el mandatario ruso el obstáculo a la paz. Los regímenes zarista y
soviético - comunista hubieron de desarrollar "una mentalidad de
siervos", una visión desestimante de la libertad, incapaz de luchar
por ella.
El expresidente ucraniano está equivocado al argumentar lo antes
citado. El pueblo ruso ha dado enormes sorpresas. La historia le
enseñó a derrocar los despotismos. El desplome de la Unión Soviética a
inicios de la década de 1990 constituye una prueba contundente.
VOLUBILIDAD DIPLOMÁTICA.
Unas veces Donald Trump ha anunciado un endurecimiento de su política
hacia Rusia al imponer sanciones a las petroleras Rosneft y Lukoil,
acusando a Vladimir Putin de “no ser honesto” en las negociaciones por
la guerra en Ucrania. Dice sentirse frustrado. Lo último fue la
cancelación de la cumbre prevista en Budapest; lo cual iba "marcar un
giro, tras meses de intentos diplomáticos fallidos". Se le critica al
magnate Presidente que los llamados a sanciones apenas "son meras
palabras, sin intención real de ejecutarlas":
En paralelo, la Unión Europea presentó su propio paquete de sanciones,
lo cual incluye restricciones al gas ruso y nuevas prohibiciones de
viaje a funcionarios del Kremlin" (Facu Trotta Arrieta).
Trump al inicio de su segundo mandato manifestaba un alineamiento
completo con Moscú, "e insultó públicamente a Zelenski en el Despacho
Oval". A pesar de haber suspendido las donaciones directas de armas a
favor de las fuerzas ucranianas, hechas por Joe Biden; pasó a instruir
a su secretario de Defensa a que inste a los socios de la OTAN a
aumentar su contribución al mecanismo para la compra de equipamiento
estadounidense (Macarena Vidal Liy).
Los cambios de posturas del jefe de la Casa Blanca son proverbiales.
Supuso que Zelenski podría ganar los combates. Poco después llega al
extremo de presionar a Volodímir Zelenski en que, de nuevo, acepte a
ceder al país invasor la región oriental de Donbás, quien la ocupa
(Financial Times), - rica en yacimientos de carbón, habitada por
gentes prorrusas, igual que en la península de Crimea -, con tal de
prevenir la destrucción total de su nación invadida.
Enunció que el 78% del territorio de la región de Donetsk, parte de
Donbás, ya está tomado por Rusia. Lo cierto es que las tropas de Putin
han ocupado cerca de un 20% del país enemigo (REUTERS). Aconseja a
Zelenski que "se debe dejar como está" la toma de dicho territorio, en
vista de que está perdiendo la guerra, la cual ya dura más de tres
años. Casi que le demanda la rendición de sus fuerzas armadas. El
público ucraniano de ninguna manera soportaría ceder territorios a su
enemigo, de ser así caería su Presidente.
Asimismo, ha instado a las dos Partes en pugna a firmar un alto el
fuego ya, o mínimo la tregua; y dejar las líneas de frente tal y como
están en este momento. Por su lado, la Unión Europea y Ucrania pedían
en una carta abierta un alto el fuego sin condiciones previas (EL PAÍS
- ESPAÑA, 21/10/2025). A modo de alternativa, los principales líderes
europeos y Zelenski han reclamado a Trump su postura, en cuanto que
Ucrania ceda terreno antes de negociar el cese el fuego.
La respuesta de Moscú es que la pacificación es insuficiente, ya que
aspira a someter, directa o indirectamente, a todo el país. Según el
gobierno ruso un alto el fuego o tregua inmediata "significaría
abandonar las causas profundas del conflicto y dejar la mayor parte de
Ucrania bajo el dominio nazi”. Lo que pretende es la capitulación y el
desarme de toda Ucrania como Estado soberano.
Al tiempo que la tregua en los combates permitiría a Kiev rearmarse
(EL PAÍS - ESPAÑA, idem). Putin acusa al gobierno ucraniano de estar
dominado por herederos de los nazis, quienes otrora fueron aliados de
Adolfo Hitler en la Segunda Guerra Mundial.
Pese a las intransigencias, Putin salió ganancioso ante algunas
peticiones al mandatario Republicano. Le expuso dos condiciones con el
propósito de concluir las hostilidades. "La primera, que desistiera de
entregar los misiles Tomahawk a Ucrania, como había pedido Zelenski.
En efecto así se decidió, a efecto de evitar el empeoramiento de los
vínculos entre EEUU y Moscú y con vistas a contener un peligroso
escalamiento bélico. Porque "estos misiles de largo alcance y elevada
precisión serían un severo problema a Rusia, que vería expuestas
algunas instalaciones estratégicas cerca de la capital, Moscú" (EL
PAÍS - ESPAÑA, 21/10/2025).
La segunda condición "es la entrega del control total de Donetsk",
según adelantó "The Washington Post". Donetsk es una región
estratégica ubicada en el este de Ucrania. Luego de la invasión de
Ucrania a finales de febrero de 2022, el líder ruso "estableció la
conquista de Donetsk como uno de los primeros objetivos". Sin embargo,
el ejército ruso "ha chocado una y otra vez con la resistencia de las
fuerzas ucranianas". Lo último hace más empedrado el camino hacia el
final de los combates (EL PAÍS - ESPAÑA, idem).
Tampoco pareciera estar todo perdido. Otras fuentes destacan que Rusia
se acercaría a una solución diplomática al conflicto ucraniano con
Washington y Kiev, aunque la Unión Europea (UE) persiste en aumentar
su gasto militar al 5% del PIB, a fin de rearmar a su aliado, acatando
las variantes demandas de Trump, tal que parte esos fondos se
inviertan a la compra de armamento estadounidense.
El enviado especial ruso, Kiril Dmítriev, afirma que la disposición de
Kiev a reconocer las líneas de batalla supone un cambio en su postura
y acerca a Rusia, Estados Unidos y Ucrania a una solución diplomática
(EFE). Dmítriev acaba de manifestar que Rusia, Estados Unidos y
Ucrania se encuentran «bastante cerca» de alcanzar dicho objetivo.
"Reiteró que Moscú exige no solo un alto el fuego temporal, sino «la
solución definitiva» de la crisis", es su prioridad, igualmente de
Trump, esto en aras de evitar que las Partes se rearmen y salten a una
escalada de imprevisibles consecuencias.
Ese alto cargo del Kremlin calificó de un «gran paso» la reciente
propuesta del líder del régimen de Kiev, Volodímir Zelenski, de
congelar las líneas de conflicto en su estado actual, a fin de lograr
un alto el fuego, siempre que exista aportación a las garantías de
seguridad que Ucrania reclama tras la posguerra (Macarena Vidal Liy),
a sabiendas que su ingreso a la OTAN está cargado de tropiezos.
Cabe señalar que el reconocimiento de estas «líneas de batalla»
contrasta con la «postura anterior» de Kiev, la cual exigía la
retirada rusa completa (Resumen Latinoamericano, 25 de octubre de
2025).
Macarena Vidal Liy subraya que Trump se encontrará con severas
complicaciones en Europa del Este, "como le ha ocurrido una y otra
vez", en aras de resolver la lucha armada. Según ella, es diferente
aplicar presión sobre Israel, un aliado que depende de Washington
desde el punto de vista militar y diplomático, tal que acepte un
quebradizo arreglo pacificador.
En cambio, será complejo persuadir a una Rusia hostil", quien cuenta
con el respaldo encubierto y opaco de una China, escasamente dispuesta
"a hacer concesiones a su rival sistémico" (EL PAÍS, ESPAÑA). A quien
EEUU le ocasiona daños con la política arancelaria, herramienta de la
guerra comercial, defiende a Taiwán, protege a sus vecinos rivales en
el Mar de China, y que es considerada su "superior amenaza".
VOLUMINOSA NEBULOSIDAD.
A nuestro criterio lleva razón el Presidente Putin. La crisis bélica
la provocó Occidente, hubo intromisión en la política doméstica
ucraniana. Asimismo, los intentos de Europa de ingresar al gobierno de
Kiev a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llegó a
ser un gravísimo detonante. Resultó una fundada amenaza. La
Organización ya había rozado las fronteras del territorio ruso. Eso
último, el propio Papa Francisco lo había reprochado.
Las tensiones entre Rusia, la Unión Europea (UE) y la OTAN han estado
elevándose desde que Vladímir Putin ordenara la invasión de Ucrania en
febrero de 2022. A partir de las incursiones de drones rusos en
Polonia, Rumania y las naciones Bálticas, la OTAN ha reforzado su
frontera, esto con vistas a contener las provocaciones del Kremlin,
"una amenaza real".
Es de suponer que, con la incursión de los drones, Putin continúa
poniendo a prueba las capacidades de respuesta y la unidad de la OTAN
en medio de los combates con las fuerzas militares de Zelensky.
"Seguirá probando la paciencia de los aliados occidentales de Kiev",
al tiempo que detecta las debilidades coyunturales de la Casa Blanca y
la displicencia de esta para con la UE. Varias naciones de dicho
bloque comunitario reclaman operaciones defensivas, coordinadas,
frente a los drones (Daily Digest; Ferenc Gaál; AFP; Reuters;
https://p.dw.com/p/50mMk; Deutsche Welle - DW-; Teri Schultz de DW).
Orillando a la Unión Europea, aliada de la nación ucraniana, el
Kremlin lanza una advertencia, si fracasa el diálogo entre Rusia y
EEUU: el mundo podría encarar consecuencias extremas. Así lo expresó
un enviado ruso, subrayando la trascendencia del entendimiento
bilateral, a efecto "de evitar una escalada global".
La agitación geopolítica "sigue en aumento" (Fuente:
Rusia-EEUU.Geopolítica.DiálogoInternacional.PazMundial,autor
desconocido), habido riesgo que la Unión Europea persista en dotar de
armas sofisticadas a las tropas ucranianas. Por su parte, los rusos
despliegan su poderío militar, así también recurren a la cooperación
de China, Corea del Norte y Cuba.
Acorde con lo anterior, el Kremlin ha repetido que considera a la
OTAN, y en particular a Europa, en guerra con Rusia desde que Vladímir
Putin autorizara la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
Sin embargo, la OTAN confirma "que no es así", especialistas suyos
enfatizan que la alianza se encuentra "en una zona gris entre la paz y
la guerra". Pero transmiten un mensaje directo al presidente ruso: "La
OTAN responderá, pase lo que pase".
A la postre, tomemos en cuenta a Alemania, acompañada de los
desclasificados expedientes en la Segunda Guerra Mundial, habido
riesgo de decidir el incremento de sus propio potencial y capacidades
tecnológico-militares, al margen de la OTAN. Pues se percibe
amenazada, a causa de un Kremlin, anti-europeo, vorazmente
expansionista.
Supongo que será imprescindible el inaplazable repaso en Europa de las
tesis del realismo político de Henry Kissinger. Quizás operen, dándose
por descontado de una vez la nación sacrificada.
Añadimos aquí una interrogante: ¿podremos atenernos a la supuesta
ecuanimidad y al ambivalente "espíritu pacificador" de Donald Trump?
Al cerrar este escrito con el último y desdichado párrafo, equivalente
a la pesadilla de un riesgo inminente, es de reconocer la frustración
que nos origina. Desde nuestra muy insignificante trinchera, nos mueve
la conciencia de censurar esa cruda realidad, menospreciante de la
vida, con la mente puesta en que habrá cabida a la esperanza, nutrida
de utopía.
Encontramos alivio, citando al expresidente costarricense y Premio
Nobel de la Paz, Oscar Arias Sánchez, en cuyo último libro de él se
nos ofrece una de sus expresiones universales, dice así: "Si los
cuentos de Andersen recorrieron el mundo, ¿por qué no puede la paz
recorrerlo también?
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El viernes, 31 de octubre de 2025, 02:52:33 p.m. CST, Luis Eduardo Sandí Esquivel escribió:
ResponderEliminarHola Ronald, buenas tarde, muchas gracias por el documento.