miércoles, 26 de marzo de 2014

PRESIDENTA DE COSTA RICA COMPARTE MOCIÓN APROBADA POR LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE COSTA RICA QUE RECOGE LA PREOCUPACIÓN DE LOS COSTARRICENSES FRENTE A LA SITUACIÓN QUE AFECTA AL HERMANO PUEBLO DE VENEZUELA.

Presidenta de Costa Rica Laura Chinchilla Miranda comparte moción aprobada por la Asamblea Legislativa de Costa Rica que recoge la preocupación de los costarricenses frente a la situación que afecta al hermano pueblo de Venezuela: LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA Expresa: 1. A la comunidad internacional, su consternación por el clima de violencia, la intolerancia y el arresto, levantamiento de inmunidad y enjuiciamiento... sin causa justa o procedimiento apegado al estado de derecho de líderes políticos democráticamente electos, líderes de la sociedad civil, estudiantes y líderes opositores. 2. Al parlamento venezolano, su exhorto a instaurar una mesa internacional de diálogo y una misión de exploración que permita la negociación y la adquisición de compromisos vinculantes por parte del gobierno, el movimiento estudiantil venezolano, líderes de sociedad civil y la oposición política. 3. Al gobierno venezolano, su solicitud para que amparado en los principios democráticos que fundaron la República, se respete a la oposición política y se garanticen las libertades de asociación y reunión pacíficas, así como el respeto a los derechos humanos. Reafirma: 1. Su interés en que la democracia, la paz, el diálogo y el debate constructivo florezcan en Venezuela y se detenga el arresto arbitrario de alcaldes, diputados, gobernadores y estudiantes. 2. Su apego al respeto de los pilares democráticos, la justicia social, los derechos humanos y las libertades fundamentales como vía para una salida concertada de la crisis venezolana. Insta: A los parlamentos nacionales, regionales y demás instancias a realizar un llamado al diálogo real, independiente y constructivo basado en compromisos exigibles, de respeto del derecho internacional y de las convenciones internacionales de Derechos Humanos en Venezuela.Ver más

viernes, 14 de marzo de 2014

CELO POR LA HISTORIA COSTARRICENSE.

CELO POR LA HISTORIA COSTARRICENSE. “No hay quien pueda negar sus convicciones, sin negarse a sí mismo”, lo proclamó el doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, Presidente de Costa Rica (1940 – 1944), en su ensayo intitulado: “El gobernante y el hombre frente al problema social costarricense”; escrito por él en aquella época de transformaciones y reformas sociales – y de ebulliciones -. Todo lo cual contribuyó a cimentar en este país las bases del Estado social de derecho, entrañable en nuestra identidad nacional, a pesar de las voces estridentes y autodestructivas que lo ponen en entredicho. Grandeza y belleza del espíritu sale a relucir en las palabras de Calderón Guardia: su ineludible lealtad a los dictados de la consciencia, sobre todo, en los retos y determinantes eventos de la vida personal, justo cuando se pone a prueba cuán sólidas e irrenunciables llegan a ser los pensamientos y los principios propios frente a las conveniencias personales, cuya transitoriedad y banalidad son capaces de marginar, con no poca frecuencia, la verdad y hasta volverle la cara, con tal de satisfacer la debilidad de las ambiciones y caprichos que una persona en concreto pueda arrastrar, a contrapelo del bien común y la solidaridad con el prójimo. Pensemos en el elevado espíritu de desprendimiento de Manuel Mora Valverde y del escritor Carlos Luis (calufa) Fallas, quienes renunciaron a su seguridad y al camino fácil de ceder a sus convicciones, a cambio de la continuidad y la consolidación de las Garantías Sociales, aprobadas en 1948. Las cuales la Junta Fundadora de la Segunda República extendió y perfeccionó, por cuanto su máximo líder, José Figueres, consciente de su relevancia, había escogido años atrás la ruta de “la Legión del Caribe”; desafiando así la injusticia de las dictaduras tropicales de Centroamérica y el Caribe, con las cuales jamás condescendió, menos le fue ajeno, por ninguna circunstancia, el carácter oprobioso de tales sistemas de gobierno. Algunos de ellos sobrevivientes, como el de Cuba y Nicaragua, así como el de Venezuela, sumido hoy en la desesperación. A Monseñor Víctor Manuel Sanabria tampoco lo hicieron retroceder las insinuaciones de “los príncipes de la Iglesia Católica” latinoamericana, quienes sospecharon de su comportamiento a favor de las Garantías Sociales y de su sorprendente alianza con los comunistas criollos, sector que aceptó las recomendaciones del religioso, en cuanto a modificar algunas tácticas del trabajo político, a fin de avanzar en las reformas sociales, auspiciadas por la alianza conformada con el Presidente Calderón. Al transportarnos a la historia costarricense nos damos cuenta que es innecesario recurrir a ideologías fallidas, sean éstas las que endiosan el mercado, o las que intentan rescatar las vetustas ideas del colectivismo económico, en el que tanto la propiedad y los medios de producción son confiados al poder del Estado, La recuperación de las fuentes del pensamiento liberal, social cristiano, social demócrata, incluidas las ideas socialistas de Manuel Mora, llegó a ser el hecho sobresaliente que manifestó tener la primera ronda del proceso electoral costarricense, concluida a inicios de febrero del año en curso. Todo ello pone de manifiesto que este país sabe pensar todavía con cabeza propia. Es innegable la habilidad y la fuerza de la sociedad política y civil costarricense de adaptar a la historia y realidad nacional las tendencias económicas y sociales de naturaleza global. Éstas han estado lejos de convertirse en trauma del país. Al contrario, nuestro sistema democrático abierto las ha asimilado correctamente, sin desmedro de la sustentabilidad de las instituciones fundamentales, así como de la primacía del interés público; dentro de lo cual, es digno de hacer mención de la cultura cívica nacional. La cual, desde larga data, ha privilegiado los valores de la libertad y del respeto a los derechos humanos, como forma de convivencia civilizada. Se mire como se mire en otras latitudes, no es bueno perder de vista que más allá de las fronteras de este país existen pueblos desesperados, ávidos, como mínimo, de la usual solidaridad costarricense. Sea en la fe de que estos valores naturales lleguen a ser disfrutados por ellos rápidamente. Ronald Obaldía González (Opinión personal)