jueves, 29 de diciembre de 2022

MISCELÁNEAS POLÍTICAS DEL 2022. Autor: Ronald Obaldía González

 MISCELÁNEAS POLÍTICAS DEL 2022. Autor: Ronald Obaldía González

Seguidores de la doctrina filosófica del subjetivismo, nos hemos abocado a seleccionar, de forma antojadiza, los incidentes del 2022, los cuales realmente han atraído nuestra atención: algunos previsibles otros del todo inesperados, según lo pone de manifiesto Richard Haass, presidente del Consejo estadounidense de Relaciones Exteriores, al compás de los impactos o mejor dicho, estragos (aleccionadores) que a nivel de la esfera global comprometen a los Estados nacionales a desplegar todos los recursos e instrumentos a su haber.
A pesar de las contingencias, nos ha interesado en el 2022 la positiva reacción y la respuesta del grueso de la comunidad mundial, en cuanto a hacerle frente a nacientes e inusitadas complicaciones, inmersas en los ámbitos geopolíticos, social, económico – comerciales. A lo cual añadimos los persistentes defectos de las estructuras sanitarias y de salud pública, en cuenta lo concerniente a las limitaciones de la asistencia humanitaria, respecto al abordaje de las emergencias ambientales, los desastres y los irregulares flujos migratorios; aparte de los que podrían sobrevenir.
GOBIERNO TIMORATO. En nuestro escrito no podemos echar de menos disciplinas domésticas de la realidad de Costa Rica. Pensamos que hacer mención del gobierno del Presidente Carlos Alvarado Quesada (2018 - 2022) es un aceptable comienzo.
Lo cierto es que el poder desinformativo y tergiversador de algunos medios de comunicación, así también los troles de las redes (anti) sociales moldean, para mal o bien, la opinión del público. Una de las genuinas víctimas llegó a ser el gobierno del Presidente Alvarado Quesada. En especial, el odio y el rencor de una fracción del fundamentalismo religioso, perdidoso en balotaje del 2018, denominaciones políticas, observadores sesgados, entre otros, se convirtieron en las estrellas de tan indeseables prácticas; le hicieron bastante dificil la tarea al anterior gobierno.
En particular, un sinnúmero de estos agentes fabricaron ataques desproporcionados frente a la progresividad en materia de derechos humanos y la excelencia demostrada en la gestión de la emergencia en torno a la pandemia del Covid – 19. Logros asertivos de la Administración.
Adicionemos a ellos los frenos al gasto público y el inicio de la estabilidad de las finanzas estatales; innegablemente fueron objetivos de política monetaria y fiscal, injustamente, opacados por la dirigencia opositora frente a la administración gubernamental del Partido Acción Ciudadana (PAC), objetivos económicos que el presente gobierno ha mantenido vigentes y que paso a paso ponen en evidencia la rehabilitación post-pandemia del sistema productivo y financiero.
La agrupación política (el PAC) demostró falta de destrezas mientras arribó al poder, en cuanto a contrarrestar la táctica de producir información espuria, la cual fue aprovechada maliciosamente por los adversarios, con tal de que fuera digerida por la mayoría de un público mayormente desinformado que instruido, lo que lleva a extraer parcializadas conclusiones en torno a los escándalos públicos; sean tan comunes que ningún gobierno de cualesquier naciones ha sabido controlar en su totalidad.
UN INEXPLICABLE SILENCIO. El Papa Francisco hace frecuentes y correctos comentarios alrededor de los derramamientos de sangre, fustigando el escalamiento de las guerras (geopolíticas) en Ucrania, Yemen, Irán, Siria, etcétera. Sin embargo, causa confusión o más que indignación el absoluto silencio suyo, frente a los abusos y la persecución incontenibles en contra de la Iglesia Católica de Nicaragua, al igual que las detenciones de líderes opositores y los crímenes de lesa humanidad a manos del despótico régimen de la pareja Daniel Ortega - Rosario Murillo. Peregrinamente, el Pontífice argumenta estar informado de los hechos dramáticos de los que han sido víctimas los nicaragüenses. Apenas ha llegado hasta allí. Nos interrogamos si esa ambigüedad discursiva significa el vituperable salto del "Papa de Hitler" (con Pío Xll) al Papa de los Ortega - Murillo.
QUIÉN FRENA EL SISTEMA CAPITALISTA. Ha dado al traste el determinismo ideológico inherente a las tesis del marxismo leninismo, el que aseguró desde un inicio la futura y absoluta ruptura del sistema capitalista de producción, regido por los Estados Unidos de América y Europa. En estos tiempos interconectado con las vocingleras de la República Popular China, quien de manera arrogante proclama la presunta superioridad de "su peculiar sistema socialista" - habilitado a ser expandido - sobre cualesquier otros sistemas económicos y políticos,
A decir verdad, ello significa una forma de socialismo chino ampliamente totalitario, autocrático y represivo. Es protegido por un rígido Estado policial, de las vulnerabilidades suyas; el que se mantiene en vilo, habida cuenta del rechazo de reconocidos sectores contestatarios, unidos a las masivas protestas, entre ellos, los recientes disturbios contra la política del cero covid 19 del Presidente Xi Jinping.
Asimismo, palpamos los organizados por las minorías étnicas y religiosas, las que se resisten a seguir dominadas ante un régimen que restringe cruel y de modo atronador las libertades fundamentales y los derechos humanos. Al tiempo que busca desesperadamente que su economía evite entrar en barrena, a causa de la incertidumbre económica mundial tras el covid-19 (Mario Becedas).
Ambas corrientes políticas, el marxismo clásico y a ocasión el dual, ambiguo, cerrado “régimen socialista” de la China, aupado precisamente por el capitalismo “promercado”, continúan hundiéndose en la frustración, en el engaño propagandístico.
El sistema del mercado capitalista global, así como la democracia liberal, consustancial a él, se caracterizan por su elasticidad y la reforma de las disfuncionalidades, en cuenta el uso sistematizado y sincronizado de la información política, social, económica, bursátil, militar. Lo mismo que en lo tocante a las áreas de lo ciberespacial, el predominio en la exploración aeronáutica y espacial, lo relacionado con la inteligencia artificial, a la vez ocupada en las visiones de la seguridad y la defensa nacional, etcétera.
Los principales ideólogos, teóricos, rectores, operadores han sido capaces de digerir, asimilar y recuperarse de toda clase de alteraciones: desde las pandemias, las guerras mundiales, las turbulencias o estrés económicos y la volatilidad de los mercados financieros, las catástrofes, así como de las amenazas de las tendencias políticas autoritarias en curso.
Incluso, ha llegado a ser (el mercado capitalista) el gestor de las transformaciones e innovaciones científicas y tecnológicas, así también de las revoluciones en los patrones psicosociales y culturales, de los cuales resulta imposible que la mayoría de las sociedades nacionales puedan sustraerse. Habrá capitalismo para largo tiempo.
LA BARBARIE SIN FIN. Tan vergonzoso el sobreviviente carrusel que conforma el oscurantismo del Siglo XXl en el Medio Oriente y el mundo islámico, en cuya composición figuran el salafismo, el jihadismo, los talibanes, la escuela wahabista, las madrasas, el Hezbollah, los pathanes, Hamás, el engañoso y manipulador dogma chiíta de los ayatollahs iraníes (proclive a asesinar deportistas).
No dejemos de lado el grupo de las monarquías corruptas, entre otras patrañas, cercanas al terrorismo, "normalizadas" y hegemónicas en esos confines. Patrañas volcadas a degradar la condición de la mujer, e inútilmente desmentidas si hiciéramos mención en esa geografía de los fundamentos de la antropología filosófica: sean los sustentos de la civilización occidental.
OXÍGENO PARA LA HUMANIDAD. El momento más crítico desde la Segunda Guerra Mundial reside en la sangrienta e injustificada guerra entre Rusia y Ucrania, causante del aumento de los precios y la escasez de los alimentos y la energía, así como los atrasos de las cadenas de suministros (aceleradores de la inflación global y del estancamiento económico).
Es reveladora la guerra de la Europa Oriental como el terreno favorecedor del gasto y el uso de armas sofisticadas y destructivas, detonantes de una posible tercera guerra mundial (de carácter nuclear). Sin ocultar las funestas consecuencias de las discordias militares entre los Estados nacionales, desde una diferente perspectiva tiende a ser una completa equivocación reducir a la nada los ideales y los subrayados logros de la humanidad.
También en la esencia y la naturaleza de la sociedad humana prevalece la predisposición a favor de la coexistencia y la concordia entre los diferentes, igualmente las antípodas frente a la violencia y la hostilidad.
A fines de este año se ha puesto de relieve la extraordinaria y la pacífica celebración de la Copa Mundial de Fútbol; comprobación del ambiente de diversidad humana, convivio pluralista, competencia reglamentada y honrosa. Un evento deportivo el cual tuvo lugar en Qatar, una desarrollada nación islámica, que a pesar de sus tropiezos y retrocesos, intenta gradualmente modernizarse y adaptar sus valores religiosos, guardando distancia del fundamentalismo y el radicalismo mahometano.
CONFRONTAR LA DERIVA ANTIDEMOCRÁTICA. Tampoco en el año que casi finaliza puede pasar desapercibido en América el alarmante fenómeno de la elevada popularidad de Donald Trump, Jair Bolsonaro, Nayib Bukele, la familia argentina de los Kirchner.
De la parentela como tal excluyamos los dictadores ya reconocidos. Tan amenaza para el sistema democrático liberal resultan ser esos políticos autócratas y moralmente cuestionados, así también la amorfa masa de seguidores de tales disociadores, cautivados por el curso autoritario de los reiterados pronunciamientos de odio, intolerante, racista, nacionalista - populista, a la vez despectivo contra el Estado de derecho, las legítimas instituciones públicas y los postulados de los derechos humanos.
Valga destacar que el sistema democrático ha demostrado sus propias resistencias, fortalezas y capacidades disuasorias, a fin de protegerse y defenderse de sujetos de esa calaña, de los sicofantes o impostores que los impulsan. Asimismo, las instancias democráticas internacionales han puesto en conocimiento los desacuerdos con las posturas de ellos, en relación con los diversos contenidos de la agenda global.
Tal es que el candidato antisistema Trump perdió la reelección. Asimismo, le fueron desfavorables los resultados de las elecciones de medio periodo en los Estados Unidos de América. Los brasileños acaban de negarle al gobernante Bolsonaro la continuidad en el mando del Poder Ejecutivo. Por graves e inapelables actos de corrupción, el sistema judicial sentenció a la expresidenta argentina Cristina Kirchner, todo parece indicar que será inhabilitada, en lo que respecta a ocupar cargos públicos.
En el caso del presidente populista Bukele - aferrado al poder -, las organizaciones mundiales de derechos humanos han abiertamente condenado las ilegítimas y crueles sanciones suyas frente a las bandas delicuenciales de las maras, reproduciendo así la historia de violencia, registrada por El Salvador.
Obviamente, el presidente salvadoreño da la espalda a los determinantes sociales que les dan fuerza, o sea la pobreza, la desigualdad social, la inseguridad y la corrupción, cuya superación obedecería a la institucionalización de un cívico contrato social, en aras de la cohesión y la buena gobernanza (Daniel Zovatto). Eso inimaginable en esa pequeña nación, todavía dominada por élites cerradas y conservadoras. Pobres y fallidos pueblos centroamericanos.
A TOMAR LAS PRECAUCIONES EN ASIA. Una confrontación violenta puede estallar en el Asia (Richar Haass). Regímenes totalitarios y represivos como los de China y su aliado Corea del Norte constituyen fuente de tensiones y crecientes peligros geopolíticos. Razón por la que la India, Corea del Sur, Taiwán, Australia, Japón, etcétera, han dispuesto ahondar las comunicaciones y los vínculos con los Estados Unidos de América y la Unión Europea, a través de la reactivación de variados mecanismos intercontinentales de cooperación (Haass).
Cabe advertir acerca de los riesgos acarreados por la nueva doctrina de defensa de Japón. Política que “prevé un refuerzo drástico de sus medios de autodefensa” armada. Lo que representa “un giro para este país, dotado de una Constitución pacifista”, pero sujeto al tenso contexto geopolítico regional (Katie Forster). Según Washington y Europa, elevado principalmente por el expansionismo de China, esta vez, mediante su poderío militar, interesada en apropiarse indebidamente de espacios marítimos del Asia Pacífico.
Las credenciales históricas de la nación japonesa son objeto de enorme desconfianza entre los países vecinos. Un cambio en sus políticas de defensa, de hecho puede provocar desasosiego.
El régimen chino “plantea regularmente el riesgo de una vuelta gradual al expansionismo japonés” en la región, duradero desde finales del siglo XIX hasta el final de la Segunda Guerra Mundial; del cual China fue una de las principales víctimas (Forster, idem).
En dicha latitud, dejarle a Japón la vía despejada, o, en su defecto, carente de regulaciones en cuestiones de seguridad y defensa, sería agravar allí la ya erosionada estabilidad y los casi agotados equilibrios estratégicos, así pensamos por más afecto y admiración que siempre le hemos profesado a su pueblo.
UNA LABOR ESCASAMENTE CONVINCENTE. Capturamos unas notas informativas del 11 de setiembre de los corrientes, difundidas por la agencia AFP y el periódico costarricense La Nación, que dieron cuenta de las declaraciones del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, quien achacó al fenómeno del cambio climático, las constantes olas de calor, los incendios forestales, las inundaciones devastadoras, causadas por el rápido deshielo de los glaciares, entre otros desastres.
Señaló (Guterres) que las variaciones climáticas obedecen a la indiferencia de los países más industrializados. La indiferencia conducirá “a un suicidio colectivo”. Lamentó la inédita “masacre climática” en Pakistán con 1.400 muertos, ello por inundaciones, causadas por devastadores vientos monzones. Las inundaciones afectaron a unos 33 millones de personas que se quedaron sin casa. Quedaron destruidas viviendas, negocios, carreteras, puentes y cultivos.
Para el alto funcionario internacional otros países en desarrollo (…) y endeudados, “están pagando un precio atroz por la intransigencia de los grandes emisores [de gases de efecto invernadero], que siguen apostando por los combustibles fósiles”. Advirtió que se están postergando las inversiones a favor de las energías renovables.
A nuestro limitado conocimiento en esta materia de las emergencias ambientales, distan de ser novedosas las declaraciones del secretario general de la ONU. Tienen un sabor a “refrito”, de acuerdo con el argot de los periodistas. Pocos son los que ignoran la crisis climática, hasta Donald Trump, resuelto en su histrionismo pareciera haberla reconocido.
Por eso el pronunciamiento del señor Guterres suena a alarmismo. Nos hacemos preguntas acerca de la productividad, alcances y metas asertivas de la sucesión de conferencias internacionales, abundantes en teoría y retórica, ejercicios académicos, no más; también de saturadas proclamas, discursos y parafernalia. Lo que a la postre llega a suponer la insuficiencia de acciones eficientes y productivas en la sensible amenaza contra el ambiente.
Hasta el propio Richard Haass, presidente del Consejo estadounidense de Relaciones Exteriores, calificó de fracaso lamentable la reciente reunión de líderes mundiales en Egipto relacionada con el cambio climático (La Nación, 24 de diciembre del 2022). Es la ONU, ni se le puede exigir demasiado. FELIZ AÑO NUEVO 2023, AMIGOS Y AMIGAS.

 

lunes, 21 de noviembre de 2022

REGRESA LULA. EL RETORNO DE BRASIL A LA NORMALIDAD DEMOCRÁTICA. Autor: Ronald Obaldía González

 REGRESA LULA. EL RETORNO DE BRASIL A LA NORMALIDAD DEMOCRÁTICA. Autor: Ronald Obaldía González

La República Federativa de Brasil, étnicamente nuestro hermano mellizo latinoamericano; el país mayor poblado en la región: 210 millones de habitantes asentados en una superficie de 8.547.400 kilómetros cuadrados. Cuna del Carnaval de Río, del "jogo bonito" en el fútbol de la FIFA; el de la música alegre y erotizante (DW Alemania _español). Asimismo, constituye la mayor economía de la región y es la octava potencia global (“big players”); toda vez que, al lado de Colombia, se distingue en el continente americano en poseer la más amplia brecha entre las clases adineradas y socialmente rezagadas del continente americano.
En los comicios concluidos el 30 de octubre del 2022, Ignacio Lula da Silva, conocido simplemente como Lula, el máximo dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) derrotó al actual Presidente de la nación: el duro ultraderechista y nacionalista Jair Bolsonaro, por lo que será de nuevo presidente de Brasil.
Una excelente noticia que esperaban la mayor parte de la comunidad internacional, las organizaciones multilaterales y de la integración regional. La acogieron con abierto beneplácito, en especial las dirigencias de las entidades ambientalistas, agrupadas en la Cumbre sobre el clima COP27.
LAS CREDENCIALES IMPULSORAS. Lula da Silva, viene a ser de los pocos líderes suramericanos que nos atrae la atención. Del veterano político, ex-sindicalista - izquierdista, de orígenes humildes, estamos casi convencidos de su pensamiento y acciones de respetar los derechos humanos, de consolidar escrupulosas relaciones con el sector empresarial, así como proteger los postulados, las normativas y las reglas encarnadas en los Poderes del Estado y las instituciones jurídicas y políticas, conformantes del sistema democrático liberal.
Él y el PT consuman su retorno a la presidencia por tercera vez. Los dos gobiernos anteriores de él tuvieron lugar en el 2003-2010. En esta ocasión, con base en las elecciones más competitivas y ácidas de la historia brasileña, obtuvo el 50.86% de los votos frente al 49.14% de Bolsonaro; con una diferencia de casi dos millones de votantes, equivalente a un punto y medio por ciento.
Con el 100 % de los votos escrutados, el 1 de enero del 2023 el nuevo mandatario encontrará un Brasil dividido y peligrosamente polarizado, golpeado por la inflación (8,3% en el 2021), la inseguridad, el desabastecimiento de los alimentos. De hecho, el 15% de los habitantes atraviesa hambre (EL PAÍS América).
Ya antes en sus anteriores períodos presidenciales, Lula había abandonado el poder con una popularidad de casi 90%, “tras la ejemplar gestión en la que 30 millones de los más de 200 millones de brasileños” se despidieron de la pobreza y del desempleo, datos confirmados por las propias organizaciones internacionales.
Cabe resaltar aquí las políticas sociales de los Presidentes de la izquierda latinoamericana, los que aprovecharon los ingresos provenientes del auge de las exportaciones de “las materias primas, para llevar a cabo generosos programas sociales y reducir las desigualdades en sus países”.
Lula, el actual Presidente electo, hizo realidad su regreso al poder, tras sortear su estancia en prisión, como debe ser respondió con responsabilidad el proceso judicial. Luego se le favoreció con la anulación de la condena por la Corte Suprema. Ha sido reiterativa esa “norma común” con mayor connotación política que otra cuestión, aplicable a varios gobernantes, legisladores u otros estadistas, después de que ponen fin a los mandatos en la nación suramericana.
Por la anulación del proceso, pudo “encarar su sexta participación en las elecciones presidenciales”, frente al archirrival Jair Bolsonaro - el defensor de armar la ciudadanía -; el que aseveró que la pandemia del covid-19, era una simple “gripecilla”. Un desatino que le inculcó el incondicional aliado suyo: el fundamentalismo religioso (protestantes cristianos). Lo que a la sazón acarreó la muerte de más de 700 mil personas, incidente el cual llegó a ser el principal remozamiento popular.
Tal cual fue bien trabajado (el desatino) por los partidos de la oposición, con tal de alejarlo del poder. Ni las engañosas prácticas populistas, clientelistas y las tácticas “electoralistas”, le fueron suficientes en la jornada, saldada con la estrecha desventaja.
En medio del reñido balotaje, el carismático y realista líder izquierdista – entretanto el Presidente electo - hizo hincapié, a través del uso de las redes sociales, de sus convicciones, adheridas a la defensa de la palabra “Democracia”; asimismo en la reconstrucción de la convivencia cívica, al igual que en el quehacer de la buena gobernabilidad. El discurso de campaña, por el cual atrajo a la derecha liberal, los socialistas, la academia, los ambientalistas, los activistas sociales, las minorías étnicas, la comunidad gay, las clases de menores ingresos, lo que le facilitó, mediante una pluralista alianza de formaciones políticas y de la sociedad civil, el triunfo frente al controvertido Presidente anticomunista.
AMAGOS CONTRA EL RÉGIMEN DEMOCRÁTICO. Ha venido ganando terreno la forma arbitraria, sin transacción, tampoco negociación, o mejor dicho de la ausencia de restricciones en la administración del gobierno, inherente a las tendencias del autoritarismo iliberal (acompañado del populismo).
Este estilo se ha impuesto moldear políticamente los Estados nacionales. La reaparición de las denominaciones autoritarias y populistas acarrean graves consecuencias. Se creyó que la historia contemporánea las había confinado. Estuvimos equivocados. Retomaron fuerza a finales de la década trasanterior, especialmente en América y Europa.
Con tal configuración de gobierno han sido consecuentes la versión del activismo extremista (MAGA) del expresidente estadounidense y "estrella" antiliberal Donald Trump; correlativa y parcialmente discrepante con los planes expansionistas de los gobernantes Xi Jinping de China Popular y Vladimir Putin de Rusia, orientados a menospreciar abiertamente los principios ideológicos de la democracia liberal en Occidente.
De paso el mandatario del gigante suramericano, el ex-capitán de las fuerzas armadas, quien elogia el periodo de la dictadura militar (1964-1985) - ; un ultraderechista, populista – megalómano, resultó compulsivo en cuanto a minar el sistema democrático, bajo “contornos neofascistas”.
Meses atrás, en la atribulada mente, él dio lugar a la arrogante obsesión de aferrarse al poder, irrespetando la voluntad del soberano. En la narrativa “de demonizar” a la mayoría de los dirigentes opositores (incluidas las minorías, aparte de su misoginia), Bolsonaro “había declarado que solo podría perder si había fraude electoral” (DW_español. Alemania. El periódico suizo Neue Zürcher Zeitung). Lo que obligó a los Estados Unidos de América y las otras potencias europeas a reconocer de inmediato los resultados de las pasadas elecciones.
Ninguna novedad, pero que sirva de alarma. “El enemigo está en casa”. Los impulsores de estas corrientes (demagógicas y emocionales), continúan empleando la tergiversación, la desinformación y las noticias falsas, las agresivas y hasta violentas descalificaciones frente a los oponentes.
A través de las redes (anti) sociales “encantan a la población con promesas de soluciones fáciles”, supuestamente audaces a complejas distorsiones e irregularidades, arraigadas en las sociedades (Lorenzo Córdova Vianello), ya de por sí vulnerables y sobrecargadas de signos políticamente riesgosos.
Los dirigentes y gobernantes que adoptan tales distintivos antipolíticos los hallamos inmersos en las posturas de los operadores antisistema, cuyos patrones agresivos los entraña un sector de militantes de las ramificaciones de la ultraderecha, por igual la ultraizquierda.
Dichas figuras de dudoso compromiso democrático (Lorenzo Córdova Vianello), cuyos personajes, en esa dirección, encontraron la fórmula disruptiva y desinformativa de poner en entredicho los escrutinios finales de los comicios, al desacreditar – cuando se ven derrotados – el desempeño y la validez de los sistemas electorales, asegurados por las entidades competentes.
LA REALIDAD DE SIEMPRE. Es revelador el fenómeno extendido de las tentativas a “la autocratización”, mediante “la lógica” del método del “acoso del poder”, acompañado de la degradación de las instituciones judiciales y del control político.
El comportamiento asumido por los líderes “iliberales” y populistas, también lo repitió a su medida el mandatario ultraderechista perdedor. Se alineó con los que plantean el supuesto y falso recambio social. Se aprovechan de las debilidades funcionales y quizás estructurales de la burocracia estatal, de la desigualdad social, la escasa movilidad social, la corrupción – que además persigue al presidente electo -, así como el incumplimiento o el déficit de las políticas sociales del Estado democrático liberal, que a pesar de Bolsonaro, todavía sigue relativamente intacto en la nación amazónica.
Ciertamente, la sociedad brasileña arrastra serias fragilidades económicas. Antes de las administraciones de Lula da Silva hubo desconexión de los poderes formales con las necesidades y las expectativas de la gente (Alberto Mora Román). El indiferentismo o “el menosprecio a la igualdad social” se transformaron en toda la evidencia, provocadora de los descontentos (antisistema) de la gentes.
En el peor de los casos terminan aceptando, peligrosamente, la erosión de los fundamentos del Estado democrático. A causa de tales disrupciones, tampoco hay que extrañar el ascenso a la presidencia, primero, así también la elevada votación alcanzada esta vez por el propio Bolsonaro.
EL FALLIDO MIMETISMO. Al hacer mención de Bolsonaro cabe tomar en cuenta la veracidad de los “emblemáticos” incidentes de carácter golpista del magnate presidente Donald Trump, referidos a la organización de las tentativas insurreccionales del 6 de enero del 2021 en el Capitolio (Washington). Lo que iba a servir de vehículo para la deslegitimación de la victoria del presidente demócrata Joe Biden, habida cuenta del presunto fraude, inexistente.
En el refreno de la “cuasi insurrección”, luego se impone la verdad frente a la post-verdad de Trump, un desenlace que siguió igual cauce en días recientes. En este mes, el expresidente Trump se ha visto obligado a guardar silencio, en vista del desteñido resultado del Partido Republicano (GOP) en las elecciones de medio periodo, que tuvieron lugar en “el gran coloso del norte”. Lo que en adelante habría de augurar el desplome de su controvertido liderazgo en el “Gran Partido Viejo”.
Lo último, un similar evento que podría exportarse, en detrimento de la ultraderecha brasileña, guiada por el actual gobernante. En el caso particular del narcisista Bolsonaro, ahora con el ánimo deshecho, deberá de resignarse en ser el primer mandatario brasileño, incapaz de haberse alzado con la reelección (Armando Hernández. La Opinión, México). Las encuestas se lo habían pronosticado.
Afortunadamente, el magnate empeñado en volver a la presidencia, se estrelló con la solidez de la democracia estadounidense, al igual que las tentaciones de Jair Bolsonaro, quien hasta ahora se ha abstenido de aceptar la derrota. Lo positivo es que el ultraderechista Ejecutivo brasileño, lo mismo que Donald Trump, solo han conseguido apoyo para un mandato (El País_España): un alivio transitorio dentro de la comunidad democrática mundial. Por cuanto, el poder del radicalismo con Giorgia Meloni a la cabeza de Italia deja un panorama sofocante y pesimista.
Como sea los conservadores y la ultraderecha (sin Bolsonaro) tampoco quedarán en el ostracismo; se rehusarán “a poner en juego innecesariamente la nueva mayoría ganada en el Congreso” en la pasada contienda.
Más bien el gobierno brasileño ha adelantado los trabajos para el objetivo “del proceso de transición con el grupo de personas designado por Lula". Por su parte, el Ejército, en su primer pronunciamiento tras el término de las elecciones, ha expresado su renuencia a interferir con el cambio de gobierno, puesto que “piden que las disputas se resuelvan por las vías democráticas” (NAIARA GALARRAGA GORTÁZAR).
LEJOS DE SER UN ESTADO FALLIDO. A nuestro criterio, los desenlaces de octubre del 2022 devendrán en beneficio de la estabilidad democrática y la consolidación del Estado de derecho de la nación carioca. La cual se ha visto aislada a nivel internacional.
El presidente suramericano entró en líos frontales sobre todo con el presidente Joe Biden y con los mandatarios europeos. A ellos les desagradaron sus posturas antidemocráticas, en cuenta el escepticismo suyo sobre el cambio climático (Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, 2019).
Más que justificado (el aislamiento) ante las discordias por la cuestión de la Amazonia: un Patrimonio Natural de la Humanidad, según la UNESCO; gradualmente destruida por los incendios, permitidos por el Jefe de Estado. Se añaden las descoordinaciones con el gobierno en Brasilia, en lo relacionado con la atención internacional de la emergencia de la pandemia del covid-19, entre otras áreas de la cooperación y los intercambios económicos bilaterales y multilaterales.
Constatado el veredicto popular, favorecedor del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, han comenzado a desmoronarse las protestas de los movimientos extremistas de derecha. Los reclamos negacionistas de ellos, suponiendo el fraude en las votaciones – recreación del frustrado mandatario - pierden valor, tras conocerse el incuestionable resultado de las votaciones en su contra.
Los extremistas, desesperada e infructuosamente, optaron por suplicar el golpe de Estado a cargo de las fuerzas armadas – de odiosos credenciales en materia de derechos humanos -, con tal de evitar la tercera asunción de Lula (según ellos un comunista); cuyas calificadas habilidades y el buen olfato político se pondrán de nuevo a prueba en la búsqueda de los diálogos pluralistas a favor de la cohesión social y las cooperaciones nacionales e internacionales.
Le corresponderá la misión de convertirse, junto con Geraldo Alckmin, el liberal vicepresidente electo de la República Federativa, en los baluartes de “la desbolsonarización divisiva”, mal movilizador de la intolerancia radical, el fundamentalismo religioso, el racismo, la deforestación y la devastación de la diversidad biológica del Amazonas, cuyo rol de sumidero del carbono es vital para el resto del planeta (Izabella Texeira, Ana Toni, Laurence Tublana). La destrucción amazónica estuvo asociada a la persecusión que los pueblos indígenas experimentaron.
El territorio selvático ha sido objeto de la condenable e irracional explotación de una parte del poderoso e influyente sector empresarial de la agroindustria o de los agronegocios. Un sector responsable de más del 25% del PIB, pero desafectos a cualesquier medidas ambientales, lo que explica que fueran de los donantes de la campaña electoral de Bolsonaro – (Camila Villard Duran. DW_español. Alemania).
También de las deforestaciones amazónicas y demás ecosistemas aparecen involucrados los terratenientes, los mercaderes mineros, madereros, ganaderos, aquella toda especie de depredadores, adheridos a las políticas ultra-neoliberales del gobierno vigente hasta enero del 2023.
CON UNA VISIÓN RENOVADA. Los probados antecedentes de los mandatos de Lula nos permiten anticipar las calificadas capacidades suyas, para favorecer la impostergable reconciliación nacional. Seguros estamos que dará curso a la recuperación de las actividades económica y comercial, la inversión y el turismo, hoy desaceleradas a nivel global, en razón de los altos costos de la emergencia sanitaria relacionada con el covid-19.
Él sabrá cómo reducir las brechas sociales, de ello posee calificado conocimiento y experiencia. Porque tiene autoconciencia de lo que quieren los brasileños: "Vivir, comer y tener una buena vivienda".
La elevada cultura política del próximo mandatario de esa reconocida potencia mundial, constituye el capital natural, que lo tiene capacitado en lidiar con las severas consecuencias socioeconómicas, acumuladas por la guerra entre Ucrania y Rusia, manifiestas a través de los fluctuantes precios de los energéticos, unidos a la gradual inflación y el faltante de alimentos. En las subrayadas alteraciones y penurias, entre otras complicaciones, Brasil registra efectos adversos, tampoco de ellas se exime el norte y el sur globales.
En otro orden, resulta equivocado concebir el regreso de Lula da Silva al Poder Ejecutivo como la estricta culminación "de un ciclo de victorias en la izquierda latinoamericana”, la cual está distante de ser un bloque homogéneo (Javi López. El País_España).
Al tiempo que el Partido de los Trabajadores “es uno más”, de una coalición amplia, pluralista, la cual integra a otras nueve fuerzas políticas de diferentes y actualizados pensamientos y programas políticos. Todas ellas se unieron ante el deseo de terminar con los años de Bolsonaro (El País_España. López, idem).
Ha sido uno de los iniciales aciertos de él haber incorporado en su fórmula electoral, y en este instante el Vicepresidente electo, a Gerardo Alckmin, perteneciente a la derecha liberal; fue su contendiente en las elecciones presidenciales del 2006. Desde la Vicepresidencia, Alckmin estaría en capacidad y habilitado de coordinar la política económica del próximo gobierno.
La alianza que triunfó sobre la ultraderecha es de igual modo un triunfo de las democracias occidentales, de los derechos humanos, del ecosistema de la Amazonia, también del clima planetario, e inobjetablemente para la salud y estabilidad política del talentoso pueblo brasileño.

martes, 25 de octubre de 2022

¿FASCISTA O ULTRADERECHISTA? GIORGIA MELONI, LA DAMA DE HIERRO ITALIANA EN LA RUTA DEL EUROESCEPTICISMO. Autor: Ronald Obaldía González

¿FASCISTA O ULTRADERECHISTA? GIORGIA MELONI, LA DAMA DE HIERRO ITALIANA EN LA RUTA DEL EUROESCEPTICISMO. Autor: Ronald Obaldía González Los artífices del fascismo habían sido Benito Mussolini y Adolfo Hitler. Esa corriente imperialista salió a la luz en Europa (1919 – 1920), bajo el impulso de movimientos de masas populares, nacionalistas, defensores de las ideas del Estado totalitario, controlador de toda la vida de la sociedad; represor de los derechos humanos fundamentales; conculcador de las libertades y derechos del individuo; corporativo, favorecedor del gran capital, expansionista. “Emocionalmente, tal régimen antidemocrático estuvo firmemente fijado a ciertos cimientos arquetípicos", como el culto a la tradición, el miedo a la diferencia, el populismo selectivo o el machismo (Humberto Eco). Según esa corriente política, emocional e irracional, menos ideológica – pobre en teoría - concibió “la encarnación” del centralizado y poderoso Estado, dirigido por minorías rectoras y selectas, llamadas a subordinar las mayorías, a las cuales exigía obediencia. La acción directa y violenta, lo mismo que la guerra contra cualesquier enemigos y adversarios constituyeron sus principales recursos políticos (Diccionario de Política. Valletta Ediciones, 2001) Giorgia Meloni es la sonriente rubia de 45 años, de fuerte carácter, baja en estatura física, periodista, la primera mujer política de Italia en recibir el 22 de octubre del año en curso el mando de Primera Ministro de Gobierno, por ahora la más joven. En su época de juventud, a mediados de la década de 1990, militó en “el movimiento post-fascista social italiano”, por lo que llegó a admirar al totalitario régimen fascista de Benito Mussolini, aliado de Adolfo Hitler en la ll Guerra Mundial. No obstante, en plena campaña moderó su discurso, favorecedor de la figura de Mussolini, con tal de atraer al electorado antípodas de la amarga experiencia histórica, producto del accionar de “las Camisas Negras” del entonces líder de las naciones del Eje. Para la líder ultraderechista “él hizo mucho bien a la nación italiana”. A persignarse. La meteórica victoria en los comicios de setiembre pasado de la formación ultraderechista "Hermanos de Italia y de “su candidata estrella” ha sido un fenómeno atípico. Antes ellos habían representado una formación minoritaria, la que apenas alcanzaba el 5% de los votantes. Dicho sea verdad, esta vez lograron dar una imagen de partido de centro derecha, si bien todavía ello crea incertidumbres. Tampoco hizo mella el hecho de que a su líder la estigmatizan, a causa de su militancia con los movimientos herederos del fascismo. Realmente, los orígenes de su partido , “están estrechamente conectados con los partidos neofascistas". Pero Hermanos de Italia y Giorgia Meloni se encuentran con una encrucijada: por una parte, quieren levantar “una imagen respetable, de moderación y modernidad; por ello han dicho que han cortado el cordón umbilical con el fascismo”(Luciano Cheles), a decir verdad destacan los principales símbolos utilizados en la época de apogeo (1920 - 1945). Ella ha sido la líder indiscutible de la formación política “Hermanos de Italia – Fratelli d´Italia” (FdI, por sus siglas en italiano), la que alcanzó la mayor votación en el proceso electoral que tuvo lugar en setiembre pasado, sea el 26% de los sufragios del soberano. Explícitamente, el Fdl se ubica entre los partidos de las derechas, el cual tiene sus raíces en el movimiento post-fascista (Lorenzo Pregliasco). La polémica líder ultraderechista y conservadora se había convertido en la parlamentaria italiana más joven formando parte del gobierno del magnate derechista y populista Silvio Berlusconi y del partido Forza Italia, quien en coalición con Meloni habrá de ocupar algunos ministerios en el Gobierno ultraderechista, pues tanto Meloni y Berlusconi han mantenido estrechos lazos políticos. El incipiente Gobierno lo forman los tres partidos de la coalición de derechas, vencedora de las elecciones del 25 de septiembre de este año: los Hermanos de Italia, la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi. Surgen serias sospechas que los dos últimos partidos en la pasada campaña electoral fueron financiados por Vladimir Putin, uno de los mecenas de la ultraderecha antieuropea. Pocos días atrás de asumir el mando, dicha alianza la puso en peligro el magnate Berlusconi, al cuestionar la estrategia militar y política de la Unión Europea y la OTAN (la Alianza Atlántica) en Ucrania. Por el contrario, Meloni sigue convencida de la membresía y la afiliación de su país con las acciones y misiones militares de la alianza trasatlántica, tanto así que respaldó la decisión del gobierno de Mario Draghi (el saliente Primer Ministro) de mandar armas a Kiev. GOBIERNOS DE POCA DURACIÓN. Cabe recalcar que Italia, a diferencia de la gran mayoría de los países americanos, es una república estrictamente parlamentaria: sus electores eligen cada 5 años a 630 diputados y 315 senadores (Lorenzo Pregliasco; Paula Rosas & Angelo Attanasio). Los gobiernos han durado allí una media de 401 días: un año, un mes y seis días, un récord entre los países occidentales. Asimismo, se han formado 70 gobiernos en menos de 80 años. El Primer Ministro necesita contar con una mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado para poder gobernar, ya que cada nuevo gobierno debe recibir un voto de confianza del Parlamento. Si lo pierde cae, y nuevamente habrá de celebrarse elecciones. La naturaleza fragmentada y diversificada de la actual sociedad italiana admite un sistema político, configurado por múltiples partidos, lo que “dificulta la formación de coaliciones estables” (Lorenzo Pregliasco; Paula Rosas & Angelo Attanasio). Haciendo guasa del sistema idemocrátíco de Italia, algunos observadores lo tildan de socarrón, donde se practican “legítimos y legales golpes de Estado”. EL IDEARIO. A modo de ubicación política de la actual Primera Ministra, según nuestro criterio, sus posturas se encuadran dentro de la ultraderecha conservadora, anticomunista (en las esferas nacional e internacional), con algún entonamiento de fascismo, pero nada de antisemita. La consigna suya “de la nueva era” - había sido usada por el fascismo hace 100 años – (Paula Rosas; Annalisa Camilli). La mandataria proclama la idea de una Italia “hegemónica” - ciertamente es la tercera economía de la Unión Europea - , fuertemente “presidencialista”, sujetada al “Estado intervencionista” (Cristina Eguizábal). Un factor diferenciador, o atenuante, a la distancia del fascismo, se relaciona con la directriz de evitar el enfrentamiento con el régimen democrático como tal, jurando ella y su Gabinete "respetar la Constitución y las leyes". Meloni y su denominación se decantan por el nacionalismo populista en materia económica”. Su pensamiento es abiertamente contestatario a la globalización (desregulada); la considera una ideología erosionante del Estado y de la identidad nacional y patriótica - sustentada “en una gente, una bandera, una lengua” (DW), tal cual lo conjuga con fuertes señalamientos contra la burocracia supranacional de Bruselas - gestora de la mal vista globalización - en donde se halla la mayor parte del engranaje institucional, correspondiente al bloque comunitario de la Unión Europea (UE). Son frecuentes los reclamos suyos frente al esquema de integración, el que apenas es “una caricatura de la civilización europea", elimina las diferencias e impone absurdos mandatos, directivas u órdenes - hasta qué tipo de alimentos deben ingerir los europeos -. Todo ello gira en detrimento de las identidades nacionales, estas ávidas de “controlar sus propios destinos”. A través de ese esquema, los burócratas gobiernan, sin que hayan sido elegidos mediante el voto popular - a contrapelo del ejercicio del derecho y la autoridad soberana de los Estados Nacionales. Esas ilegítimas autoridades, según la Primera Ministra, perjudican “la excelencia” de las producciones nacionales, y desalientan un enfoque pragmático y menos ideológico por parte de las organizaciones o grupos de presión transnacionales, alrededor de “la retórica” de “la transición ecológica y energética”. Lo que por demás arrastra costos elevados medioambientales, sociales y económicos. Provocará la huida de las empresas y la pérdida de puestos de trabajo”. Se inclina por la energía nuclear y “el fracking”, o el descubrimiento del gas natural en las aguas italianas. En su programa de gobierno ratifica el carácter nacionalista y ultraconservador “en las áreas relacionadas con los derechos civiles y el proteccionismo empresarial” (El País, España). Plantea la reducción de los impuestos a las empresas y las familias (DW), así también la defensa de la industria nacional, bajo políticas económicas de resguardo. Pone en duda la pandemia del covid-19 al igual que la necesidad y la efectividad de las vacunas. Lo antes citado, resultan posiciones que ponen a desconfiar a los líderes y los burócratas del bloque europeo. Podría haber una modificación en la correlación de fuerzas dentro de la Unión Europea, dirigida por líderes, acostumbrados a estar relativamente llevando a cabo negociaciones con sectores radicalizados de la ultraderecha o de la ultraizquierda. La joven mandataria intenta tranquilizar el ambiente timorato, expresando su vocación europea, por lo que niega ser enemiga de la Unión. Solo que propone la definición de "la Europa de las Patrias”, en lugar de la Unión Europea. Dicho esto, mantendría un “bajo perfil en cuestión de las relaciones integracionistas” con la burocracia de Bruselas. Inevitablemente el de Meloni será el gobierno mayormente derechista de la Unión Europea. Igualmente, la asociarían con la fuerte retórica euroescéptica. Esa retórica que hubo de calar en la Gran Bretaña (el Brexit), la que se rehúsa a perder el afán de mostrarse a nivel internacional. Totalmente, se pronuncia a favor de la familia natural y de la identidad sexual. Su homofobia la encamina a rechazar “el lobby gay” y el matrimonio homosexual, así como la ideología de género. Los entonamientos fascista y racista residen en la real animadversión contra las inmigraciones, provenientes de varias naciones de Asia y África, en especial los de tradición islámica. Al tiempo que expresa el velado repudio frente a los árabes musulmanes, quienes según ella están programados a llevar a cabo actos terroristas, o que vienen a elevar los índices de pobreza. Razón por la cual declara su antagonismo frente al régimen de Recep Tayyip Erdoğan en Turquía, quien, entre otros males, le achaca el financiamiento del Islam político en Europa, más que justificado para impedir categóricamente la adhesión de la nación Turca a la UE. En cambio, el afianzamiento del cristianismo - amenazado por el laicisismo y la importación del Islam político - , la defensa de la cultura de la vida, los valores primigenios de la sociedad occidental están inscritos en los propagandísticos estandartes de “los Hermanos de Italia” . En el mismo orden, los lemas Dios, Patria y Familia del partido de la actual gobernante recuerdan los postulados de los fascistas de la década de 1940 (Savio). En cuanto a los vínculos con América Latina, habrá de ayudar “a los hermanos de esta región”, quienes poseen raíces latinas, de manera cooperativa a confrontar el narcotráfico, así como liberarlos de “los gobiernos social comunistas”. Al decir de ella: los que tiranizan sus gentes. LA ULTRADERECHA “LLEGÓ PARA QUEDARSE”, ALIMENTADA ANTE EL DISCURSO DE “LOS INDIGNADOS”. En el caso particular de los italianos “se ha hecho normal” convivir con gobiernos de la ultraderecha en las últimas tres décadas (Steven Forti). Tales denominaciones han coexistido con los partidos tradicionales, diestros en fraguar líneas de oposición dentro de instituciones democráticamente consolidadas. Con el expresidente estadounidense Donald Trump, la ultraderecha populista nacionalista a nivel internacional cobra mayor fuerza. Los gobiernos de Viktor Orbán en Hungría, los líderes del gobernante partido “Ley y Justicia” en Polonia, así también Jair Bolsonaro en Brasil, Nayib Bukele en El Salvador, que sobre la base de democracias iliberales, encontraron un poderoso aliado para presentarse y actuar como tales en sus propios países, contagiando así otras naciones de Europa y América Latina, especialmente. Hoy la astuta y agraciada mujer rectora del gobierno italiano se vanagloria de su cercanía con Donald Trump, a su vez la une una amistad con el tramposo de Steve Bannon, autor intelectual del asalto del Capitolio (Washington) en 6 enero del 2021. En ese perplejo panorama de derechización en ascenso, vienen cobrando fuerzas otras formaciones ultraderechistas, enlazadas con “los Hermanos” italianos. Desde la oposición nacional, ya son predominantes la formación Vox en España; igual en Francia con la Marine Le Pen, además del quehacer de la ultraderecha en Alemania, Holanda y en los países nórdicos. En el gradual ascenso de la ultraderecha ha influido el hastío y la desconfianza de los italianos y de los europeos (de los mismos latinoamericanos), casi que general, frente a la clase política. Ellos piensan que los partidos tradicionales están lejos de representarlos. Los acusan de la incontenible corrupción pública y privada, orquestada por los gobiernos de la derecha y la izquierda. De igual forma, hacen señalamientos en cuanto a ser tolerantes con la inmigración, la cual acabará sustituyendo a los italianos "de toda la vida". Desde hace un buen tiempo ha habido inseguridad económica, se han disminuido los niveles de la calidad de vida de la población, así como los desaciertos en lo tocante a la distribución de los beneficios sociales. Ha habido inacción climática, se ha puesto en evidencia las incapacidades gubernamentales en cuanto a la recuperación de los sistemas económicos, o de la superación de la ralentización productiva y el desempleo, en especial de las distorsiones, relacionadas con la pandemia del covid-19 y las consecuentes restricciones y confinamientos. Son materiales que el partido de la Primera Ministra supo aprovechar a su favor en el proceso de elecciones. INFLEXIÓN. En el público, quien se decanta por el cambio - por eso prefirió votar por Meloni - , se ha acentuado el malestar frente a la inestabilidad en el suministro y el precio de los energéticos, así también el irregular funcionamiento de los servicios públicos, en parte causantes de la inflación, la cual golpea a los sectores de menos ingresos. Tales agravamientos continuarán originando los descontentos sociales de los italianos y los europeos, toda vez que se empeorarán a consecuencia del periodo de los fríos del invierno entrante; los que se combinarán con la realidad del periodo de guerra, ya que todo hace prever la prolongación de las hostilidades entre Rusia y Ucrania. El primer país es a la postre el gran proveedor de energía a Europa. Antes de la guerra, era explícita la dependencia del bloque comunitario del gas natural producido por Moscú. El abastecimiento del gas natural a la Unión Europea por parte de la nación de Vladimir Putin alcanzaba la cifra del 40%. Debido a los chantajes y revanchas del presidente ruso, ahora bombea apenas un tercio de gas natural de aquel volumen, respondiendo así a los efectos de las severas sanciones impuestas por la Unión (El País, España; Fátima Jiménez Quirós). Alemania y Finlandia, Italia también, son los mayormente perjudicados; ahí se están aplicando esquemas de racionamiento de energía, al igual que en sus vecinos. En un futuro inmediato el bloque comunitario se verá obligado a volcar su consumo a las energías limpias, dados los desafíos fundamentales que plantean la inseguridad energética y la emergencia alrededor del cambio climático (Nick Butler). Sin embargo, el uso de energía renovable como alternativa de solución acarreará bastante tiempo, mayor investigación y cuantiosa inversión de recursos. UNA ARDUA TAREA. Las denominaciones ultraderechistas, y entre ellas “los Hermanos de Italia”, si quieren mantener el poder gubernamental por un largo periodo, deberán de asumir y ofrecer soluciones prontas y efectivas a los reclamos de “Los Indignados”, un movimiento compuesto por las clases medias y trabajadoras (Annalisa Camilli). De ellos dimos cuenta líneas arriba. Una responsabilidad nada sencilla, sobre todo en un país en que el Primer Ministro está sostenido con alfileres. Los márgenes de maniobra del Gobierno de Roma están limitados por una elevada deuda pública del 150% del Producto Interior Bruto (PIB), la proporción más alta de la zona euro después de Grecia (AFP). Aquello implicará que la Italia de Meloni habrá de ser precavida; pues provenientes de la institucionalidad de la Unión Europea, continúa siendo destinataria de créditos y asistencias para la recuperación económica post-pandemia. Ni se podrá desechar dicha cooperación, por cuanto los préstamos vienen cargados de objetivos y exigencias, destinados a cumplirse, de lo contrario a Italia se le limitarán tales beneficios y prerrogativas. Italia se ha visto en la obligación de rebajar “en un grado la calefacción en los edificios durante el invierno, una decisión que resiente el público, descontento también con la guerra en Ucrania, pero la mandataria Meloni está dispuesta a contribuir con armas a favor de las fuerzas ucranianas, de conformidad con los compromisos, fijados por la OTAN. Todo ello hace económicamente complejo la etapa de la post pandemia, la que golpea los ingresos de una considerable cantidad de italianos, agudizada todavía más por la ofensiva militar rusa en Ucrania, causante de la ralentización global y de la inseguridad energética y alimentaria, movilizadores además del proceso inflacionario mundial, y del precario equilibrio de los órdenes geopolíticos y geoestratégicos, mediante el cual Rusia y Europa habían concretado “una relación de mutua conveniencia” (Eduardo Ulibarri) y cooperación. Siendo de los fundadores de la Unión Europea y su tercera economía, a la mayor parte de la comunidad internacional le aterrará ver a Italia unida a un grupo todavía minúsculo, pero riesgoso, de democracias iliberales o tan imperfectas, tales como Hungría y Polonia, lo cual ponga “en peligro sus valores fundacionales”, originados desde épocas demasiado lejanas. Lo cita correctamente la politóloga Paula Rosas: mejor estemos convencidos “que la democracia italiana es más fuerte de lo que parece” y más robusta “de lo que era en 1922.

viernes, 23 de septiembre de 2022

COLOMBIA PAZ. FE EN EL PRESIDENTE GUSTAVO PETRO Y EN SU DISTANCIAMIENTO DEL ENCASTILLAMIENTO IDEOLÓGICO. Autor: Ronald Obaldía González

COLOMBIA PAZ. FE EN EL PRESIDENTE GUSTAVO PETRO Y EN SU DISTANCIAMIENTO DEL ENCASTILLAMIENTO IDEOLÓGICO. Autor: Ronald Obaldía González A nuestro modesto entender es la nación colombiana de los pueblos inteligentes y cultos de nuestra civilización hispanoamericana. Sobradamente, pudo haber llegado a la cúspide del desarrollo integral, habida cuenta de la privilegiada ubicación geográfica, sus enormes recursos naturales y la diversidad étnica y multiculturalidad. Por esto, siempre nos ha sido difícil aceptar que desde el Siglo XlX (enseguida en los Siglos XX y XXl) haya sido víctima del terrorismo, de los frecuentes derramamientos o baños de sangre, al registrarse aproximadamente cuarenta guerras, producto de los odios y los antagonismos entre las élites de los conservadores y los liberales. Una división partidaria, acaso distanciada por la tradicional denominación y la adhesión política. Porque ha sido notoria la inexistencia de diferencias o desacuerdos alrededor del contenido ideológico de la organización y las relaciones de producción de la joven “Gran Colombia”. Ella, liberada del Reino de España por Simón Bolívar (1819), pero históricamente condicionada bajo la explotación y los crónicos estamentos, aferrados en un tipo de sociedad semi – feudal. Por sí mismo, un sistema social, jurídico y de división del trabajo, en adelante raramente interrogado por tales dominantes tendencias políticas. En otro orden, cualquier figura de Estado nacional que se hubiese impuesto, fuera el centralista o el federalista, ninguno de los dos, menos se disponía a modificar las estructuras coloniales y semi – feudales, justificantes de la irregular concentración de la propiedad de la tierra, en su mayoría destinada a la producción del café. La prolongada concentración de la propiedad, conformada por extensos latifundios, llegó a reproducirse luego de la independencia nacional. De hecho, fue la asignatura medular del último Pacto de paz (2016), sujeto, entre otros compromisos, a dotar de tierras a los desposeídos campesinos, aparejado a la reducción de las inequidades sociales. Sea ello un histórico desacierto de un sistema tan profundamente desigual y distorsionado, que precisamente, hubo de ser el combustible para el desencadenamiento de los movimientos insurreccionales del pasado siglo; tal cual un fenómeno arraigado además en la América Latina post-colonial. Más que focalizado y odiosamente justificado aquí en plena Guerra Fría, particularmente en la etapa de la consolidación de la ofensiva geopolítica cubano soviética, resistida por los Estados Unidos de América. La liberal y robusta institucionalidad jurídica de la república suramericana ha debido soportar y coexistir con lo peor: los asesinatos, las acciones terroristas, secuestros, las frecuentes acciones terroristas de los carteles de la droga, las emigraciones, las minas letales antipersona, etcétera, producto de la guerra civil y el incontenible ascenso de la narcoactividad transnacional, enriquecedora de una minoría. Males que todavía no cesan de provocar “un temor real, ni imaginado”. Solamente durante los años 1946 y 1958, el país se vio sumido en una continua polarización: la etapa llamada «La Violencia», cuyo rasgo principal fueron las persecuciones políticas. La larga guerra civil entre liberales y conservadores, “se presume que ocasionó más de 300 mil muertos”. Una cifra similar o superior, a la acumulada en el curso de la insurgencia narco – izquierdista, cuyo estallido se remonta a finales de la década de 1940. La confrontación que fue alimentada a consecuencia del asesinato en 1948 del reformista líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, en medio de la intensa movilización popular del “Bogotazo” (Instituto del Tercer Mundo. Guía del Mundo, 2009). Más acá, las duras políticas o prácticas económicas de los ajustes estructurales del Fondo Monetario Internacional (FMI) o del Banco Mundial, inspirados en la escuela neoliberal de los Chicago boys y de Milton Friedman, estuvieron bastante distantes de beneficiar a la gran mayoría de los colombianos; por el contrario ensancharon las brechas y alentaron los disturbios sociales. BEMOLES DEL PROCESO DE PAZ. Comentando hechos que originan optimismo, en esta ocasión hacemos referencia a la prolongada evidencia del solidario respaldo internacional a la causa del Pacto (o acuerdos) de paz de Colombia, firmado el 24 de noviembre del 2016, por segunda vez y de forma definitiva, por el gobierno colombiano, presidido por Juan Manuel Santos Calderón y Rodrigo Londoño, líder de la guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Organización (irregular) que después se transformaría en un partido político, al cabo que se le asegurarían escaños en el Congreso de la República al menos por ocho años (BBC World News). El apoyo de Cuba y Noruega, como garantes del proceso de paz, resultó crucial. De igual forma, el de las naciones acompañantes Chile y Venezuela, también el de los enviados especiales de Estados Unidos de América, Bernard Aronson y de la Unión Europea, Eamon Gilmore. El pacto de pacificación colombiano atrajo el incondicional respaldo del Papa Francisco, así también el del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al pronunciarse en aquel entonces, “de modo caluroso”, sobre sus alcances. Se le ofreció a la vez una bienvenida a la conclusión del espinoso y complicado proceso de erradicación de la violencia, discutido en Cuba por los involucrados directos en las hostilidades militares. Ante la trascendencia y las expectativas creadas sobre la base de lo acordado hace seis años entre el gobierno y las fuerzas irregulares (de 8.000 insurgentes), ligeramente se posibilitó la inversión en el proyecto “Paz Colombia”, al enfatizarse en lo social, el perdón y “la reconciliación. “Hay que aprender a perdonar, a convertir la sed de venganza en reconciliación”, exponía el presidente Juan Manuel Santos, influenciado por versión cristiana y humanista ante la vida. Por su parte, el Gobierno de Barack Obama había anunciado un desembolso de $450 millones en asistencia y apoyo para la implementación de lo aprobado en la Habana (Harold Trinkunas, 2016), particularmente en lo relacionado con las tareas y las responsabilidades acerca del desarrollo sostenible, inherentes a la fase del post-conflicto. A MODO DE PRECEDENTES. Cabe subrayar que las organizaciones izquierdista de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en sus últimos tramos estuvieron aliadas al narcotráfico. Tampoco en el desolador panorama de guerra hubo de quedar descartado Hugo Chávez, el beligerante líder socialista y presidente de Venezuela, quien empleó el mecanismo integracionista del ALBA, de corte izquierdista (la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América), activo en complicidad, en cuanto a servir de pivote a la guerrilla de las FARC, entre otras agrupaciones de igual envergadura. Simultáneamente, las organizaciones criminales de la droga persisten en sumar tentáculos con los guerrilleros o las ultraderechistas organizaciones paramilitares de autodefensa, estas financiadas por los latifundistas y las oligarquías políticas y económicas. Las organizaciones (irregulares) antimarxistas solapadamente han entrado en contubernios con las Fuerzas Armadas, con tal de disminuir las posiciones y los movimientos de sus enemigos comunes. Las formaciones (tanto izquierdistas como ultraderechistas) han sabido controlar (o dominar) grandes extensiones de regiones de la geografía física colombiana. En la década de 1990 a la guerrilla izquierdista - ahora proclive al negocio de la narcoactividad, en lugar de las motivaciones originales, derivadas de “la insurrección de carácter marxista leninista” - se le presentó la oportunidad de derrotar al disminuido y desmoralizado ejército nacional, exigido posteriormente a perfeccionar sus estrategias y tácticas militares, merced a las fórmulas “del “Plan Colombia”. Un Plan que patrocinó y financió los Estados Unidos de América. De tal suerte que la institución militar pudiera sobreponerse al poder de fuego y de las capacidades de combate de la insurgencia. Tiempo después y en razón de los anacronismos ideológicos, la guerrilla marxista colombiana se dio cuenta de que se había convertido “en fósil viviente”. Repudiada por la mayoría de la población, debió tomar conciencia de su estrabismo, así también de las escasas probabilidades de triunfar, por lo que luego eligió el camino de la negociación política. Así, entonces, los insurgentes decidieron negociar la paz con el brillante presidente Juan Manuel Santos. Por lo visto, el Gobierno, las contrapartes en la guerra civil “se resistieron a tocar fondo”. Tras la aprobación del Pacto de pacificación del 2016, en la etapa del post-conflicto, ha habido varios avances, eso sí encarados por la disidencia de las FARC, además de los otros grupos rebeldes similares – últimamente fragmentados -. Lo ha torpedeado compulsivamente el derechista expresidente Álvaro Uribe Vélez (en un tiempo ligado a los grupos paramilitares). O en su defecto, los acuerdos fueron empantanados por el aliado de éste: el anterior e impopular, Presidente derechista Iván Duque Márquez (2018 - 2022), a quien se le continúan achacando cargos relacionados con la violación de los derechos humanos, su complicidad en el asesinato de líderes sociales y de reinsertados de las FARC. Se desprestigió aun más, habida cuenta de su autoría en la represión de las protestas sociales de mayo del 2021, donde hubo pérdidas de vidas humanas. No sobra subrayar que en el gobierno de Duque, la pandemia del covid-19 agudizó, como nunca antes, los niveles de desempleo, recrudeció la pobreza, cuyo descenso al 27% se estancó desde 2014, y luego de llegar al 34% que se expresó al inicio de su Gobierno. Al final ascendió al 42,5%, lo que llevó a desatar olas de violencia en varias ciudades. Según Uribe y Duque, lo contenido en el Pacto de paz expresa impunidad y rendición del Estado frente a la guerrilla de las FARC, todo ello contradice la tesis de las potencias occidentales y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) quienes pugnan por el cumplimiento del Pacto, tanto así que en un principio las Fuerzas Armadas se apuntaron a convertirse en la institución normal “en un país normal (sin guerra)”.. EL COMPÁS DE ESPERA. Un severo golpe hubo de ser el sorpresivo resultado de los votantes colombianos, cuando el 2 de octubre del 2016, mediante el referéndum, fue rechazado el Pacto pacificador, alcanzado por el gobierno del presidente Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sumiendo en la incertidumbre el proceso de reconciliación con los insurgentes y la ruptura con el pasado de violencia. Sin embargo el cese del fuego bilateral con las FARC siguió vigente (BBC News World). Menos aun, los colombianos perdieron la identificación y la vocación, favorecedora del fondo de los acuerdos, ellos aunados a perfeccionar la calidad del sistema democrático, así como superar la pobreza, las faltas de empleo y de las oportunidades sociales; por supuesto el de ser ciudadanos libres. En todo caso, hubo una señal positiva en junio de este año, lo suficientemente categórica y recuperadora. Lo fue la derrota en el pasado proceso electoral de cara a la Presidencia de la República, experimentada por la denominación política de Uribe y Duque, esto a manos del triunfador candidato de la izquierda moderada Gustavo Petro, cuyo discurso estuvo orientado a proseguir con el proceso de “la pacificación total”. Razón de más, los intentos en este mes del nuevo gobierno, a cargo del presidente Prieto, que en sus consignas de la protección del ambiente, “de paz total” pretende acercarse y propiciar el diálogo con los disidentes de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), entre otros grupos rebeldes, quienes se habían opuesto a los acuerdos del 2016, lo cual podría asegurar la reivindicación del histórico Pacto bilateral. Afortunadamente, y a la vista de su discurso, el programa político, moderado, práctico, en aras “de desarrollar el capitalismo” en el país, puntos de partida de la campaña, por la cual obtuvo en junio del año en curso el respaldo electoral de los colombianos, bien se vislumbra que esas piezas sustentarán los planes de acción democrática, seguidos por Gustavo Petro y de su Vicepresidenta la afrodescendiente y ambientalista Francia Márquez. Petro y Márquez demostraron poner a raya a los simpatizantes radicales, haber superado el disparatado dogmatismo, el sectarismo y la errada escogencia de la revolución violenta, bajo la fantasía marxista leninista de alcanzar por tal vía el cambio político o social (Vladimir Lenin). El contexto latinoamericano pone en evidencia la “recesión democrática”, lo cual da pie al autoritarismo populista (Daniel Zovatto). Añadamos la persistente violación de los derechos fundamentales de la gente, las arremetidas contra la libertad de prensa y expresión, el incremento de la corrupción. Ha habido en Colombia relativos retrocesos en contra de los planes de la pacificación. A pesar de tales fenómenos, las fuerzas civiles, sensatas y civilizadas, han renunciado a postergar los propósitos de erradicar la exclusión, la violencia política y la criminalidad transfronteriza, a diferencia del ex-presidente Álvaro Uribe (y sus seguidores) defensor del estatus quo, a quien se le siguen procesos judiciales en su contra. Lo acompaña en tal aventura extremista (de Uribe) contra los acuerdos de Santos y la guerrilla, el presidente saliente Iván Duque. Él tendrá pendiente la responsabilidad de dar cuenta de los asesinatos de ciudadanos durante las protestas sociales de mayo del 2021. A ambos políticos derechistas se les reconoce su sociedad con la oligarquía tradicional, las élites poderosas (incluso con los paramilitares), aquellas que han ejercido el dominio para beneficio de sí mismas, toda vez que fueron los magnos responsables de la prolongada guerra civil, a causa de la avaricia, la estrechez de miras y la insensibilidad social que los distingue en el ámbito de república semifeudal. Creemos que todavía abundan razones y motivos para que los pueblos se entusiasmen por su futuro. Aunque sea prematuro cualesquier vaticinios, el interesante presidente colombiano Gustavo Petro puede devolver el optimismo y la confianza en pro de la gobernabilidad y la cohesión social en la culta Colombia, siempre y cuando sea verdad que evitará adoptar posturas ideológicas ya superadas. El nuevo mandatario posee el riguroso conocimiento del significado de “las realidades objetivas”: la fuente de las leyes sociales que sencillamente son difíciles de evadir, a menos que se confirme que los órganos de los sentidos de los activistas de la política diversionista o confusa, sean así por haber entrado en franco y ya inocuo deterioro.

jueves, 25 de agosto de 2022

(SEGUNDA PARTE) ASPIRAR A FAVOR DE UN ENFOQUE HUMANISTA ALREDEDOR DE LAS CORRIENTES MIGRATORIAS. Autor: Ronald Obaldía González

(SEGUNDA PARTE) ASPIRAR A FAVOR DE UN ENFOQUE HUMANISTA ALREDEDOR DE LAS CORRIENTES MIGRATORIAS. Autor: Ronald Obaldía González El ejercicio de la autoridad soberana del Estado en las sociedades nacionales democráticas, pluralistas, abiertas al mundo, respetuosa de “los deberes y los derechos humanos”, pluralistas y abiertas al mundo está condicionado a ejercerse con sentido ético y humanista. A causa de tales valores de convivencia y postulados, injertados en Costa Rica, los Estados nacionales habrían de verse comprometidos a tomar toda clase de decisiones y acciones con benignidad y compasión para con sus habitantes. Al mismo tiempo, por humanidad, ellos deberían hacer que se vea y constate ese comportamiento, acogiendo las personas naturales de los países extranjeros, quienes por múltiples y diversos avatares debieron emigrar de sus países de origen. Allí donde históricamente persiste la ausencia de la ética, los principios de la solidaridad y la acción cooperativa entre las clases sociales de mayores y menores ingresos, sea evidencia de una forma de corrupción pública. Porque Costa Rica ha llegado a ser una de “las veinte democracias plenas” dentro de la comunidad de países. Una deseable reputación internacional, lo cual nos impone la voluntad de ir dando vida y continuidad a esa tradición y entereza histórica, por supuesto al buen vivir en cultura cívica participativa. De lo cual se nutre esa solidez de nuestra identidad, la cohesión y la integración sociales, la familiaridad con las demás naciones, pese a los ligeros vaivenes y convencionales alteraciones. A la vez resulta innegable que lo antes dicho ha dado robustez a nuestro Estado de derecho e institucionalidad política, e impulso al progreso social, económico, científico, a la sostenibilidad ecológica, al competitivo capital humano, al ser privilegiada en inversiones las causas de la educación, la salud, las fuentes renovadas del empleo; aunque algunos detractores por allí piensen distinto. VISTAZO AL PANORAMA INTERNACIONAL. Las discordantes alternativas en pugna: "autocracia versus democracia", comportan inminentes riesgos y amenazas, asociados a la seguridad y la estabilidad global, y específicamente al continente americano, los cuales fueron puestos al conocimiento de la Cumbre de las Américas, que tuvo lugar en junio pasado lugar en la ciudad de Los Ángeles-California. Añadida a ese especie de polarización, en la Cumbre se hizo constatación de la complejidad de las corrientes migratorias y de refugiados, producto del estancamiento económico, acelerados ante las frecuentes interrupciones en las logística y las cadenas de suministros, en simultaneidad con el alza del precio de los hidrocarburos, los fertilizantes y de otras materias primas. Joe Biden, el Presidente de los Estados Unidos de América, evitó en la Cumbre desconectarse “de las prioridades geoestratégicas”, de la guerra entre Ucrania y Rusia; las periódicas disputas entre China y Taiwán; el ascenso del autoritarismo; las tendencias iliberales o las contestatarias contra la apertura económica y el libre comercio a nivel global. En el encuentro hemisférico Joe Biden dio a conocer a sus homólogos más de US$ 300 millones en asistencia, dedicados a enfrentar la inseguridad alimentaria, progresar en las iniciativas de preservación de la salud, la educación, la conectividad, la asociación sobre resiliencia climática. Además, hubo de poner énfasis en otros compromisos a favor de los sectores privados (MIGUEL JIMÉNEZ Y LUIS PABLO BEAUREGARD), vinculados a neutralizar el cambio climático. Asimismo, la pobreza mundial, la inseguridad alimentaria, la ausencia de oportunidades, que refrenan la movilidad social; los gobiernos corruptos, la violencia, la persecución o la represión política, los efectos adversos de los desastres climáticos, juntos lograron ocupar un magnífico espacio de tiempo en la agenda de trabajo de la cita de los gobernantes americanos. Tampoco se quedaron atrás los recelos de Washington frente a los desafiantes avances de la China Popular en las áreas diplomática, comerciales, culturales y hasta en la cooperación militar en América Latina y el Caribe, ahora una región políticamente fragmentada. Los estándares democráticos paulatinamente decaen en ella; agudizan las asimetrías sociales, profundizadas por la pandemia del covid-19 y sus bruscas huellas en todos los extremos “societales”. El mosaico de países ubicados al sur del río Bravo (pertenecientes al Sur Global) se ve impactado y decaído “sanitaria y económicamente” (JIMÉNEZ Y BEAUREGARD). Toda vez que llegan a ser un lote de factores que desafortunadamente se transforma en detonante de las expulsiones de seres humanos, así también de los ascensos del autoritarismo, el populismo, de las oleadas antisistema. Con frecuencia las encienden los manifiestos reclamos de las movilizaciones populares y del accionar de diversas formaciones políticas, o bien la propia sociedad civil que les dan forma. LA ASIGNATURA “ESTELAR”. Lo sustantivo del encuentro diplomático de los Presidentes, llevado a cabo en la ciudad de Los Ángeles calzó sobre todo con haberse confirmado el considerable volumen de las inabordables diásporas de contingentes o caravanas humanas, las que corren en dirección hacia los Estados Unidos de América. Ellas se vienen originando principalmente en los países conformantes del Triángulo Norte de América Central (Guatemala, El Salvador, Honduras), Cuba, Haití, Venezuela, estos atrapados por diversos males sociales y serios desgastes políticos. En esas latitudes millones de personas han caído en la pobreza, y la inflación global erosiona el poder de compra de los hogares. A tales expulsiones se suma gente extracontinental en tránsito por la región, sean africanos, asiáticos, entre otras nacionalidades. Eso permitió poner al descubierto las verdaderas e insolubles crisis humanitarias, de las que obtienen amplios réditos las organizaciones del crimen organizado. Con tales complejidades de fondo, esta vez el Presidente Joe Biden en la Cumbre anunció la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas, que en la Casa Blanca consideran un apremiante y “nuevo acuerdo histórico” - excluye los inamistosos regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela -, encaminado a contener los éxodos de las personas en estado de marginalidad. Biden dió énfasis al fomento en la región´ de la innovación de los sectores público y privado; el impulso y la agilización al comercio y las inversiones; el reforzamiento de las cadenas de suministro; la seguridad energética, la modernización de la infraestructura; el financiamiento al sector privado, todo ello comprendido dentro de los objetivos de la recuperación y el crecimiento del sistema económico de todo el continente americano” (JIMÉNEZ Y BEAUREGARD). A diferencia de la presidencia de Donald Trump, quien se había distinguido en exhibir “el discurso más duro contra la inmigración”, decantado por el nacionalismo y el proteccionismo económico. De paso con él solo predominó la agenda negativa de la migración. Las naciones latinoamericanas y caribeñas fueron ignoradas por el presidente Republicano, provocando, que fuera de eso, se erosionaron los lazos de interdependencia, así como las capacidades políticas de la influencia estadounidense. Según la Casa Blanca, la Alianza de la Prosperidad habrá de comprender la renovación del trabajo de las instituciones económicas regionales, entre ellos los bancos de desarrollo de la región, en particular la CAF, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los que se ocuparán de aumentar el financiamiento del comercio y las inversiones, eliminar en tales actividades las trabas aduaneras y facilitar los créditos cooperativos a favor del desarrollo de los países que experimentan las emigraciones (idem), al cabo que su prevalencia se asocia con la exclusión y la desigualdad sociales. Recalcando en las acciones cooperativas, sustentadas en las responsabilidades colectivas y compartidas, en lo tocante a desincentivar o reducir las marejadas de migrantes hacia el norte opulento del hemisferio, los Estados Unidos de América con Biden tampoco se apartó en la Cumbre de las posturas de proteger las fronteras, garantizando “la migración segura y legal”, favorecedora del desarrollo de las naciones receptoras. En la primera parte de este escrito, hicimos comentarios alrededor del fenómeno mixto de las migraciones (y los refugiados) y las distintas manifestaciones de la criminalidad en las naciones de tránsito. – dos de ellos la narcoactividad y el tráfico ilegal de personas - . Combinación focalizada especialmente en algunas zonas fronterizos de México, o en las proximidades del cordón divisorio de los territorios de dicha nación y la estadounidense. Definitivamente, consigue ser el talón de Aquiles en las líneas defensivas de las coordinaciones y colaboraciones mutuas en materia de inteligencia, seguridad y vigilancia. Siendo el anfitrión de la Cumbre, Joe Biden pronunció un contundente mensaje en pro de la democracia, la transparencia y la integridad del buen gobierno, así como el respeto a los derechos humanos. Lo enunciado por él guarda similitud con la visión de política exterior, derivada de la Alianza para el Progreso para con nuestro subcontinente - de quien los últimos gobiernos estadounidense se han desentendido (idem) - . Aquel fue un proyecto expuesto y ejecutado con poco éxito durante la década de 1960. ARRIBO DE UNA SUPERIOR COOPERACIÓN EXTERNA. El éxodo de miles de personas provenientes de diferentes confines del planeta casi siempre pone en condición de alerta a la mayoría de los Estados nacionales; lo perciben como una amenaza a las seguridades nacionales. Con excepción de Costa Rica, la gran mayoría de ellos renuncian a convertirse en plazas de destino de nuevos extranjeros, además de la impopularidad interna (la xenofobia), que tristemente sale a relucir en las sociedades civiles. Asimismo, dada la elevada sensibilidad, trae consigo el riesgo del alto costo político y económico, pagado por los gobiernos, por cuanto las políticas a favor de la inmigración imponen el despliegue de recursos y esfuerzos adicionales, en función de ejecutar acciones institucionales, facilitadoras de “la migración ordenada” y digna (José Andrés Céspedes). En otras palabras, en medio de múltiples responsabilidades nacionales, conforme a la legislación local e internacional, la acogida por parte de los Estados implica el gasto en mayor burocracia institucional, ocupada de la atención de los complejos trámites de documentación de los nuevos habitantes, provenientes del extranjero. A la vista también van comprendidas las tareas de inspección, referidas a salvaguardarles el respeto de los derechos laborales, las normas ocupacionales y ambientales; dotarles de costosos seguros de trabajo; las de garantizarles el acceso a la salud, la seguridad social y los servicios financieros. Sean además los servicios de protección humanitaria que han de preverse, si las circunstancias lo obligan. Cabe subrayar que la experiencia demuestra que desde un principio nacen moribundos la organización y ejecución de la mayoría de los controles, propios de la seguridad policial, cuya función consiste en contener en las zonas fronterizas los ingresos irregulares de personas, tal como lo acaba de advertir el Presidente costarricense Rodrigo Chaves en la pasada Cumbre de las Américas. Al punto que acarrean un innecesario incremento de los presupuestos gubernamentales. Ciertamente, hay que reconocer la evidente estrechez de los recursos presupuestarios y el déficit fiscal afrontado por nuestras entidades gubernamentales, especializadas en la rama de la asistencia de las inmigraciones. La cooperación internacional se equivoca en negar al Estado costarricense mayores contribuciones financieras, porque pertenece a la calificación de repúblicas, colocadas dentro del rango de renta media; eso llega a constituir una razón infundada y un serio obstáculo. Pues le son insuficientes las capacidades suyas, respecto a sostenerse entre los más trabajados en responder solidariamente a la pesada carga que significa la persistente asistencia de los flujos migratorios, específicamente los originados desde Nicaragua. En el caso particular de la cooperación de la Unión Europea, sería conveniente que volcara los ojos hacia Costa Rica, financiando proyectos que, por un lado están alineados con las prioridades de la acción exterior del bloque comunitario, las que podríamos resumir en iniciativas climáticas, sostenibilidad ambiental, digitalización, o en proyectos de PYMES, generadores de impacto social, económico y ecológico en la población (Santiago Martín). PRODUCCIÓN DE NORMATIVA LEGAL. En otro orden, nuestros anteriores gobiernos se habían empeñado en actualizar la ley de migración y extranjería, así también las consecuentes políticas públicas en la materia, hecho que quedó consumado durante la administración de la Presidenta Laura Chinchilla Miranda (2010 – 2014). Cabe recalcar que Costa Rica, “una república de 5,1 millones de habitantes, representa el país latinoamericano y caribeño con mayor porcentaje de migrantes regulares en proporción a su población con un 12 %”. Perfectamente, esa cifra podría subir hasta el 20 % al tomarse en cuenta los migrantes irregulares (Presidente Rodrigo Chaves Robles). De ahí la relevancia de apoyar financieramente a los pocos países, entre ellos Costa Rica, - fuente a su vez de envíos de remesas a Centroamérica sin aplicación de impuestos - , quienes acogen un sinnúmero de migrantes irregulares o refugiados. Es una república, altamente receptiva, que eligió llevar a cabo reformas jurídicas y administrativas en dicho ámbito, igualmente coincidentes con los lineamientos y los objetivos de la Alianza para la Prosperidad Económica, proclamada por Joe Biden en junio pasado. Sobre este particular, nos atrevimos a plantear en la primera parte de este escrito el mecanismo financiero de carácter cooperativo, consistente en dispensar a Costa Rica la usual fórmula, reconocida como “swap” (término inglés). La fórmula consistente en canjear el compromiso de dar más acogida de migrantes, a cambio de la condonación de la deuda externa acumulada, contraída con los organismos financieros internacionales, quienes podrían pactar (el swap) hasta con los acreedores privados internacionales. A raíz de la moderna legislación, acá se instituyeron flexibles pero cuidadosos procedimientos legales, técnicos y administrativos, en aras de gestionar esa penosa manifestación global (la llegada de migrantes y refugiados), semejante a la reciente aprobación de la ley y su reglamento que facilita el ingreso de “los nómadas digitales” - otra modalidad del turismo foráneo -. Ya desde antes se había establecido normativa de avanzada, en lo relacionado con la regularización del poder de la migración laboral, tan necesaria en nuestra economía productiva de bienes y servicios; tan colaborativa en los métodos de productividad del trabajo, puesto que ese segmento poblacional constituye un motor del desarrollo “en un lugar seguro”, ajeno a las turbulencias sociales. Sin los aportes de los allegados, ya hubieran colapsado varias economías regionales, y no pocos sectores de la producción nacional, ya que se ha agravado el aumento del envejecimiento de la población nativa, lo mismo que la ralentización en la tasa de natalidad. Debido a la cooperación del sector privado, quien es un participante activo y constructivo alrededor de la modernización de las leyes y los reglamentos, por ello se ha conseguido elevar el grado de idoneidad de los mecanismos de contratación de las personas extranjeras dentro de la economía formal. Tal cual, sin menospreciar la economía informal. QUÉDATE MEJOR EN COSTA RICA. En una siguiente versión acerca de este tema de la informalidad empresarial y laboral, que por ahora poco ocupa nuestra atención, intentaremos posteriormente ofrecer argumentos positivos acerca del tipo de trabajo informal, del cual se benefician el comercio local, la agricultura, las exportaciones, el turismo, las obras de infraestructura, los trabajos manuales, la cultura, el deporte, etcétera. Sobre este respecto, con base en leyes visionarias se perfilan los planes futuros, relacionados con “el sostenido dinamismo económico” de las regiones costeras, rurales y fronterizas; al igual que otras actividades económicas (Coalición de Iniciativas para el Desarrollo – CINDE) que en tales zonas podrían operar. No sobra subrayar las acciones todavía pendientes, dirigidas a determinar cómo los trabajadores inmigrantes admitidos, pueden ayudar a llenar las brechas laborales existentes y emergentes en la nueva economía del conocimiento (José Andrés Céspedes). En tanto, es correcto reconocer en Costa Rica el valor poseído por la economía digital (la conectividad). La gente en los modelos de producción de última generación encuentra constantes ofertas de empleo, a causa del déficit de talento (Santiago Martín; Javier Escalante Madrigal) existente acá. La digitalización tiende velozmente a predominar en los sectores de los servicios público, privado, corporativo transnacional (zonas francas, parques industriales y tecnológicos, etcétera), lo mismo que en los hogares. Lo expuesto en el párrafo anterior resulta compatible con el objetivo de respaldar la continua y creciente inversión directa nacional y extranjera registrada, pues agrega valor a nuestra economía. Por lo pronto hay que contemplar el hecho de abrirles oportunidades dentro de los programas de formación del talento y “capital intelectual” a las personas inmigrantes y refugiadas, incluidas las mujeres de dicho conglomerado. Con esto en mente, en este grupo de extranjeros se promovería la educación, la formación técnica y profesional, el bilingüismo, “la cultura emprendedora” (Nuria Marín Raventós). Procesos de enseñanza y aprendizaje que concuerdan con las demandantes exigencias de las empresas competentes en los proyectos y los objetivos de investigación, innovación y soluciones, unidos a las áreas tecnológicas y científicas. Justamente, ese conjunto de acciones pragmáticas representa uno de los principales ejes de los avances en el conocimiento a las vistas a la producción, la riqueza económica de los Estados nacionales, consustanciales al bienestar y el progreso de los habitantes, tanto nativos como extranjeros. La noción de impulsar mayúsculos conocimientos, habilidades y destrezas en la fuerza laboral, proveniente de otras naciones, se orientaría a insertarla en las estructuras ocupacionales de las unidades empresariales, quienes registran “superior sofisticación y complejidad”. Lo dicho conlleva los objetivos nacionales de reducir los niveles de pobreza, puesto que esas unidades altamente especializadas conceden a los servidores calificados mejores ingresos salariales y bonificaciones, a ser destinados al consumo y al ahorro propios. De manera atinada y apegada a los principios humanitarios de la solidaridad internacional, ahora en la actual administración gubernamental se valora la puesta en práctica de la declaratoria de la amnistía migratoria (Marlen Luna; Reuters) - varias veces aplicada años atrás -. Posiblemente, dicha política pública no establecería requisitos de nacionalidad, por cuanto se perseguiría resolver la cruda realidad del elevado e inmanejable volumen de solicitudes de refugio, incluida la regularización de los extranjeros indocumentados, inclusive. Lo acaba de señalar bien el Presidente costarricense al probar lo poco eficaces que son las draconianas "estrategias de control migratorio, aplicadas, según ellas, para detener el ingreso irregular, mientras se descarte el otorgamiento simultáneo de alternativas legales para estas personas. O en su lugar que sean robustecidos los sistemas de protección humanitaria para los que necesitan refugio. De ningún modo, en nuestras experiencias de nación receptiva se ha renunciado al tipo de alternativas legales y políticas, de las que hace mención el actual mandatario. Aun mejor, él ha expresado su determinación de darles continuidad, reforzando lo ya establecido a nivel político e institucional, lo que tanto prestigio y confianza internacional le ha deparado a nuestra nación. Es una correcta directriz que se iguala con nuestros logros y las contribuciones, acumulados en la preservación de los bienes públicos globales (Kent Harrington) - la paz, el medioambiente, la seguridad internacional o la salud y la estructura sanitaria global. Podríamos asegurar que el tratamiento humanitario a la inmigración trasciende en prestigio internacional, en compañía de nuestras políticas de conservación y protección de la biodiversidad, enlazadas con las economías verde y digital. Las cuales son bien valoradas dentro de las propuestas sustanciales y cruciales para afrontar el cambio climático, ya que se decantan por la vía del desarrollo humano sostenible. Continúan siendo los globalizados fenómenos migratorios, parte de las asignaturas álgidas y reiterativas en las relaciones exteriores de la mayoría de los Estados, cuyas soluciones reales por parte de las distintas esferas, sean las políticas bilateral y multilateral, están bastante lejos de adquirir consenso. Los resultados resultan hasta controversiales. Ni tan efectivos llegan a ser y tampoco del agrado de todos los involucrados, dado su incontenible curso y carácter exponencial, irrefrenables. A manera de resultados apenas producen un ligero alivio a los Estados nacionales dentro del cúmulo de las presiones regulares que de distinta índole deberán afrontar, más cuando los peligros sanitarios, arrastrados por la pandemia del covid-19, todavía no han sido aplacados. Ante lo comentado, en esta ocasión pedimos a ustedes comprender las limitaciones manifiestamente contenidas por ambos escritos, redactados por este servidor. A la postre, y bajo el legítimo principio “del derecho a no emigrar”, recordaré un refrán a los costarricenses, en especial, los que piensan, en condición de migrantes irregulares, fijar como destino las repúblicas del rico Norte Global. Él dice así: “ Es preferible ser cabeza de ratón que cola de león”.