LA ESTRECHA RELACION ENTRE EL COLEGIO Y LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADIO
ZAPOTEÑOS.
Sobre todo, que Costa Rica albergará en marzo del 2013 los Juegos Deportivos Centroamericanos, ocasión en que las instalaciones del Estadio de Zapote se emplearán para las competencias del fútbol femenino, vale la pena entonces hacer mención del rol desempeñado por la Junta Administrativa, la Dirección y parte del profesorado del Liceo Rodrigo Facio Brenes en la adquisición del magnífico terreno, al cual tienen acceso los niños, los jóvenes y los adultos, que practican otras ramas deportivas, en cuenta las actividades recreativas y afines.
Tengamos presente que a principios de la década de 1970 conforme se incrementaba el tránsito
vehicular por las carreteras de San José y sus principales comunidades se transformaban
en verdaderas áreas urbanas, así también
se modificaba – hasta casi
desaparecer hoy - el formato tradicional
de reunir en un mismo contorno la Iglesia, el campo de fútbol, el centro
educativo, los locales comerciales y alguna que otra oficina de servicios
públicos.
Comunidades como Zapote, San Francisco de Dos Ríos, Guadalupe, San Pedro de Montes de Oca y el propio
Curridabat, etcétera, vinieron a dar testimonio de ese cambio drástico en su
fisonomía, tal que en el caso particular
del distrito zapoteño, la plaza de
fútbol, otrora ubicada frente a la Iglesia Católica y rodeada de vías demasiado
transitadas, representó un severo riesgo,
tanto a los deportistas como a los peatones y los conductores
de vehículos.
Los renuevos de progreso dominaron siempre la mentalidad de los
fundadores y de la Directora del
colegio, Doña Lía Gómez de Brenes, quienes además de dotar de techo al gimnasio
deportivo a finales de 1970, constataron que tampoco podía aplazarse el
traslado de la plaza de deportes hacia un lugar distinto y apropiado, puesto
que su espacio físico se deterioraba y
su reconstrucción sería inviable.
El campo dispuesto hacía
imposible la práctica de este popular deporte.
Eran repetidas las quebraduras y
las lesiones sufridas por los futbolistas.
Recuerdo el susto originado a
través de una jugada accidentada, en medio de un encuentro entre los
correspondientes equipos de los
brillantes estudiantes Róger Umaña
Chacón y Carlos Roverssi (actual
Vicecanciller de la República), en el que este último recibió la peor parte,
más que todo, por las pésimas
condiciones de la cancha. Asimismo, no pocos jugadores de equipos organizados fueron víctimas de tales accidentes.
Lo cierto es que la organización del colegio se convirtió en la gestora
de las nuevas instalaciones deportivas
de la comunidad. El 9 de marzo de 1971
la Junta Administrativa del Rodrigo Facio convocó a la Junta o Comité de Deportes de la
localidad, a fin de trabajar, de manera conjunta, en el objetivo de adquirir el nuevo terreno del Estadio de Zapote,
mediante el procedimiento de la licitación.
Para tal efecto, se respetarían las regulaciones técnicas de la Dirección General de Educación Física y
Deportes, la institución que puso como requisito obligatorio que el terreno tuviera dos manzanas de
extensión, como mínimo.
El primer paso dado por las autoridades del colegio
consistió en formalizar una reunión de
trabajo con los señores Diputados Daniel Oduber Quirós y Romilio Durán Picado
(1970 – 1974) – este último Diputado, meses antes, había conseguido los dineros del
techo del gimnasio - , la cual tuvo lugar el 17 de marzo de 1971; y en la cita participaron la Directora Lía Gómez Chacón de Brenes,
Jesús Mora Díaz, José Díaz Amador, José Joaquín Songg, Gilberto Garro
Casas, Jorge Grant Chaves, Luis Amador
Mora y Juan Obando Amador.
Fueron exitosos los
resultados de esta sesión clave entre los distinguidos señores Diputados y los
fundadores del colegio, que en su mayoría tenían bajo su conducción las
responsabilidades de la Junta Administrativa.
Los Diputados Oduber y Durán Picado no solo acuerparon las iniciativas
planteadas, sino que de inmediato cumplieron con el compromiso de favorecer con
recursos económicos (200.000 colones) el proyecto del estadio de futbol, a los que
dio trámite el Presidente del Congreso don José Luis Molina Quesada.
En cuanto a la licitación, hay que destacar que en su respectivo orden presentaron oferta la señora Trina Granados
Calvo, la señorita Pilar Núñez García y el señor José Pozuelo Apéstegui. Excepto la propiedad de la señorita Núñez, localizada
a la par de la antigua plaza de “los
ciegos” de barrio San Gerardo - éste
conocido también como Barrio Pinto -, las de Granados y Pozuelo estaban en las inmediaciones del liceo.
Acto seguido fue la apertura de las ofertas presentadas en
el marco de la licitación, la cual se llevó a cabo el 17 de mayo de 1971. Además de los miembros de la Junta
Administrativa que antes se habían reunido con los señores diputados Oduber y
Durán Picado, en esta oportunidad, ellos se hicieron acompañar de Armando Carrillo Cordero, Trinidad Granados
Calvo, Carlos Eduardo Villalobos Salazar, Carlos Brenes Bejarano, Yolanda Chacón Bolaños, Luis Enrique
Portilla Barquero, Antonio Díaz Amador, Gilberth Umaña Mora, María Eugenia
Muñoz Granados, José Tulio Oconitrillo
Garita, Luis Armando Gutiérrez Rodríguez. Varias personas de este grupo conformaban el Comité
de Deportes zapoteño.
Finalmente, el 31 de mayo de 1971 se decidió sobre la licitación,
resolviéndose a favor de la oferta de la
señora Pilar Núñez García. Se consideró que el precio de su propiedad ofrecía
condiciones específicas, las que estaban a la altura de la capacidad de
pago de la Junta Administrativa del Liceo, así como del Comité de Deportes,
encargado de conseguir luego los restantes fondos, los cuales permitirían honrar totalmente la
deuda.
En manos de los
miembros de la Junta Administrativa, así como de los señores Ángel Bejarano y
Antonio Díaz Amador, en representación de la Junta o Comité de Deportes, recayó
la decisión de designar la acogedora
propiedad que aloja al Estadio y el polideportivo. Y el 8
de junio de 1971 se informó a los interesados, principalmente a los
oferentes, sobre el resultado de la
licitación.
De haberse escogido
uno de los restantes terrenos, seguro
que hoy los habitantes se estarían lamentando de su ubicación, habida
consideración de la continuidad y agudización de los factores e inconvenientes que, en aquel entonces, habían incidido en la
determinación de cambiar el lugar de la plaza central de fútbol.
El disgusto de la dirigencia deportiva era
injustificado, en razón de que el colegio fue por mucho tiempo la única entidad
del distrito que contaba con personería jurídica, por lo tanto a él le eran
destinadas la recepción y la administración de recursos públicos, incluidos los
que se asignaran a las distintas
organizaciones cívicas. Al cabo que los
representantes del deporte tuvieron voz y voto en las sesiones de la referida licitación del Estadio.
Si bien la compra del terreno del estadio de fútbol llegó a
ser el fruto del ejercicio de un excelente liderazgo
comunal, la posterior etapa de construcción de las instalaciones demoró
notoriamente. El conflicto entre la
dirigencia comunal, un Comité de
Deportes carente de personería jurídica,
la ausencia de resultados, en
cuanto a la ejecución de las obras, entre otras cosas, vinieron a ser la constante durante más de una década.
Las anteriores complicaciones las puso en evidencia el periódico Zapote en 1977,
dirigido por Hernán Gutiérrez Oviedo,
periodista y egresado del Liceo. Por su parte, otras comunidades vecinas comenzaron a superar al distrito de Zapote en infraestructura deportiva, mientras que los futbolistas locales continuaban haciendo uso de la precaria plaza de fútbol, la cual desapareció definitivamente a
principios de la década de 1990. Después
dicho terreno, ya desocupado, dio
lugar a la construcción del parque
Nicaragua, cuyo nombre no dejó de
provocar visibles molestias entre los
habitantes del Zapote pacífico y de normas de convivencia saludables.
Todo lo anteriormente descrito, confirma que el Liceo
Rodrigo Facio, en su evolución y crecimiento, representó el principal motor de progreso del
distrito de Zapote, quizás también el de otras localidades vecinas, porque es de suponer que sus propios jóvenes, graduados
en nuestra institución, llegaron a esos lugares a poner en práctica los conocimientos y valores éticos
transmitidos por el cuerpo docente a
todos los estudiantes.
Ronald Obaldía González.