domingo, 18 de diciembre de 2011

Costa Rica unida frente a su enemigo.

Costa Rica unida frente a su enemigo.

La mafia organizada del pseudo sandinismo volvió por sus fueros; aunque por ahora atraviesa el atolondramiento del informe de la Unión Europea, revelador del descarado  fraude electoral de los recientes comicios generales, sobre los cuales reposará “el  gobierno de hecho” de Nicaragua, en la peculiar democracia, “adaptada” a la realidad nacional.   Tal vez el medroso y el bien maquillado  reporte de la Organización de los Estados Americanos (OEA) le ayude a los renombrados delincuentes a capotear (“o cardenalizar”) las protestas de la débil oposición interna.  
Otra vez, ese país en manos de Daniel Ortega…el presidente que, junto con la compañera  Rosario Murillo (alias “la Chamuca”), según dicen por ahí, a finales de la década de 1980, solicitaron   nombramientos honoríficos de Embajadores al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF),  merced  a su humanitario desempeño  a favor de la protección de la niñez nicaragüense,  pues el testimonio de su hijastra Zoila América Narvaez, los hacía merecedores de tan real  distinción. 
Por supuesto, que los mafiosos, patrocinadores del atentado de La Penca, aliada por entonces de Pablo Escobar Gaviria,  deben oponerse, por su condición, a la carretera construida por el Gobierno de Costa Rica,  la cual unirá al cantón de Los Chiles con Barra del Colorado, señal de amenaza para el patrimonio indebido de la cúpula del  régimen espurio, dado que la obra puede ser objeto de presiones y exigencias sociales de los  pueblos fronterizos del lado nicaragüense, como Cárdenas y Papaturro, entre otros.
Valga destacar que esas nobles comunidades que soportan, estoicamente, la  extrema pobreza, como consecuencia de los saqueos del neo-somozato y del pseudo-sandinismo, podrían plantear otra vez su anexión a Costa Rica, al igual que lo hicieron diez años atrás, al observar con pesar los esfuerzos realizados por los gobiernos costarricenses en dotar de desarrollo y  calidad de vida a los vecinos sureños.  Mientras tanto, Arnoldo Alemán, Daniel Ortega y sus respectivas gavillas, se solazan al robar los escasos recursos de ese país, incluida la malversación de los fondos de la cooperación internacional.
Cualquier mafia organizada tiene que repartir el botín para sobrevivir, sea comprando consciencias o distribuyendo migajas entre los más necesitados. Llega a ser  la manera de agenciarse su propia seguridad y continuidad, si bien tales prácticas “altruistas” resultan dolorosas, porque les representan un costo económico.    La reducción de los ingresos, obtenidos por las vías fáciles de los pactos oscuros o las acciones de hecho, resulta incompatible con los códigos de conducta de las organizaciones mafiosas, cuya “razón de ser” consiste en llenar “la huaca”.  
Las destrezas financieras de engordar “la huaca”, el genial invento de la otrora dinastía somocista, vinieron a reivindicarla, de manera perfecta,  sus primos hermanos, la familia Ortega – Murillo, pues en ambos linajes  domina el convencimiento (el temor) de que “un caudillo político pobre, es un pobre caudillo”:   el perfecto eufemismo de la visión socialista, cristiana y solidaria del partido gobernante, encarnado en  “la doctrina liberal” del movimiento político de Arnoldo Alemán, alias “Gordoman”.    
Ante el funesto panorama en la tierra pinolera, la mejor reacción es taparse la nariz.  Eso sí, el Gobierno de Costa Rica hace bastante bien, en negarse a mantener cualquier comunicación  con el dizque gobierno nicaragüense. Hay que ignorar  -  a saber si son sus aduladores -    las voces de quienes proclaman aquí, por el acercamiento con delincuentes y genocidas de tal calaña,  desconocedores de la ética y la verdad, vividores de la guerra y de la muerte; sino obsérvese los asesinatos solapados de varios dirigentes de la antigua “Contra”, ejecutados, hace poco, por los sicarios al servicio de Ortega y del hazmerreír y vergonzoso  general Julio César Avilés.            
Ayer la Nicaragua de Somoza, hoy la Nicaragua de Ortega, como sea, sigue siendo la enemiga de la democracia costarricense.  Con gran conocimiento de la historia, así lo captó por entonces la Presidenta Laura Chinchilla. De ahí, el poco valor atribuible a ese alarmista “informillo” nacional, al atacar la prioridad de la política exterior costarricense, sustentada en la defensa de nuestra soberanía ante la Corte Internacional de Justicia contra el abuso y la  invasión maliciosa de los militares pseudo – sandinistas  a la isla Calero. 
Nuestro enemigo lo representa además la fuerza bruta militar, parasitaria , cuyo oficio radica en matar y destruir pueblos. Dicho sea verdad, la invasión va más allá: reviste propósitos desestabilizadores contra Costa Rica, por parte   de un (des) gobierno - soldadesca incluida - inescrupuloso, paria, el más corrupto de Latinoamérica e imitador de los pasos del somocismo.
Resulta, entonces, injustificable  el estrabismo de algunos sectores que cuestionan el hecho de que  la protección de nuestras libertades y forma de convivencia democrática, amenazadas por la tiranía y la mafia organizada, concentre el mayor interés de las autoridades diplomáticas y de la seguridad costarricense.    
Pero, ha habido otras voces disonantes contra las posturas patrióticas de nuestra diplomacia.  En medio del aumento del riesgo, originado  por  la invasión a la isla Calero,  las quintas columnas, compuestas por nacionales y extranjeros,  que, desafortunadamente,  abrigamos en nuestro país, se movilizaron, sigilosamente, hacia las madrigueras del Presidente de facto y el fallido Embajador de la UNICEF, a fin de poner en sus manos información ambiental que, según tales tránsfugas, comprometía a Costa Rica.
Luego unos supuestos defensores de los inmigrantes se dirigieron el mes pasado  a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a difamar  Costa Rica, particularmente, a poner en duda la trayectoria del país en la protección y respeto de los derechos humanos de todos sus habitantes. Dentro de “su lógica” se abstuvieron de hacer mención de los (des)  gobiernos de  Nicaragua, culpables declarados de los éxodos humanos que allí se originan, todo ello como consecuencia de la guerra, la corrupción, la desigualdad y la discriminación social.
Y siguiendo con la legión de los quintas columnas y tránsfugas, cuya misión es agradar  al  régimen (cardenal)  neo - somocista y pseudo - sandinista, sale a relucir en estos días la noticia de  “la alianza entre ambientalistas ticos y nicas”,  dispuestos a desprestigiar  la construcción de la carretera que construye el gobierno costarricense en la zona norte. Obviamente, como bien lo  señaló la Presidenta Laura Chinchilla,  el daño ambiental en la isla Calero está ausente de la agenda de estos singulares ambientalistas.  Como decía un gran amigo:  “a otro perro con ese hueso”.
Finalmente, les deseo una Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo, en especial a quienes les transmito con mucho cariño mis sencillos artículos, fruto de un proyecto personal que me propuse iniciar hace cuatro años, cuando justamente pensé en hacer algo diferente dentro mi trabajo ordinario. Asimismo,  muchas gracias por los comentarios que me envían por esta vía, los cuales casi siempre comportan desacuerdos  con mis puntos de vista, un gesto hermoso que aprecio, pues ello me permite crecer como persona.         
Ronald Obaldía González.   (Opinión personal)             

viernes, 9 de diciembre de 2011

BUENOS DÍAS, AMÉRICA LATINA.

BUENOS DÍAS, AMÉRICA LATINA.

Julián Marías (1914 – 2005), el extraordinario filósofo español solía repetir que América Latina era “un continente fogoso”.  Él guardaba distancia del pesimismo,  o de quedar  abrumado por las consecuencias de los conflictos políticos que estremecieron  la región en las pasadas décadas de 1970 y 1980.    
Observaba que los latinoamericanos, atribulados en ese entonces, mantenían la convicción de encontrar salidas constructivas ante  la cruda realidad de la guerra y la división.  A pesar de ello,  la región poseía el pensamiento y la voluntad de cambio como sus principales activos.   Así parecía entenderlo el filósofo español, por lo que en  cierta medida acertó.   
América Latina ha logrado superar múltiples obstáculos en las dos últimas décadas. Como sea, hay en el ambiente político un discurso favorecedor de  la gobernabilidad democrática, el Estado de Derecho, la prosperidad y la competitividad económica.
Los propósitos de la integración regional tampoco merecen ser subestimados del proceso de transformación como tal, si bien la mayoría responden a una alta dosis de euforia,   de lo cual, justamente, hizo gala el inteligente Presidente del Uruguay,  José (Pepe) Mujica, en la reciente conferencia de integración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la cual tuvo lugar en Venezuela.
En cambio, si don Julián estuviera todavía en este mundo, de seguro, que se sentiría defraudado de la Europa de estos meses, la cual pareciera estar “quemada” o desgastada, sumida en trifulcas.  La praxis  del neoliberalismo radical, importada de Washington por Margaret Thatcher, a un precio bastante alto,  pareciera ahora desvanecerse,  mientras los postulados del Estado de bienestar los espantaron los principales partidos políticos europeos y los especuladores amorales.      
Por su parte, a América Latina le favoreció el injerto del cual renegó Europa.  En “el traspatio” de los Estados Unidos de América hubo la combinación de las tesis de la intervención del Estado con lo postulado por el neoliberalismo extremo,  el cual preconiza (todavía)  el “magisterio” de las leyes del mercado, guiado por “la mano invisible”.  O sea, el mercado como el  factor determinante en el comportamiento de la producción y el consumo, a lo que “sus teóricos” luego  le añadieron la capacidad real de éste para  decidir sobre la distribución de la riqueza.    
Lo cierto es que el experimento neoliberal le salió pésimo a Europa, ni el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se lo esperaban.  Dicho sea verdad, ese libreto en América Latina fue, correctamente, sopesado  tanto por la sociedad política como por la sociedad civil, a saber, los empresarios, los sindicatos y los partidos políticos, etcétera.  
De ahí el éxito de la izquierda brasileña, argentina,  chilena y uruguaya, así como de los gobiernos costarricenses, que construyeron, sin dogmatismos,  un proyecto político y económico, acorde con la historia y la estructura social particular de tales países.
La izquierda en concertación con la derecha suramericana aplicó el injerto, al que se hizo referencia líneas arriba, donde pudieron converger los  intereses de los diferentes segmentos sociales. Esto no quiere decir que la estamos pasando bonito, pero tampoco la estamos pasando tan mal.
 En vez de esto, la Jauja (neoliberal) de Europa, que desarraigó el Estado de bienestar, acabó en eso…que antes era patrimonio del sur global: incremento de déficits públicos, deuda elevada, despilfarro, desigualdad social, al tenor de “Los indignados”, de quienes puede sospecharse que se transformen en la última generación de europeos, dispuestos a cruzar el Atlántico para hacer vida en las democracias eufóricas y tropicales, éstas más autónomas y dispuestas negociar de “tú a tú” con cualquier centro de poder internacional, mas libre de “las muecas” antiestadounidenses de Hugo Chávez  y sus socios.         
Ronald Obaldía González (opinión personal)