martes, 23 de mayo de 2023

SEGUNDA PARTE. CONFIGURACIÓN DE LA GEOPOLÍTICA EN LA ETAPA DE LA POST - PANDEMIA DEL COVID – 19, INDUCIDA BAJO LOS PODERES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, RUSIA, LA CHINA POPULAR Y OTROS. Autor: Ronald Obaldía González

 


SEGUNDA PARTE. CONFIGURACIÓN DE LA GEOPOLÍTICA EN LA ETAPA DE LA POST - PANDEMIA DEL COVID – 19, INDUCIDA BAJO LOS PODERES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, RUSIA, LA CHINA POPULAR Y OTROS. Autor: Ronald Obaldía González

Lo de la invasión a Ucrania es previsto ampliamente entre la batalla por la vigencia de la libertad, la gobernanza democrática, el libre mercado y los valores europeos – occidentales y su contraposición, sean las corrientes favorecedoras del totalitarismo y el iliberalismo, expandidas por Vladimir Putin y Xi Jinping.
Corrientes deshumanizantes, cada vez envueltas o acompañadas del usual indiferentismo de los intereses de los mercaderes y los dirigentes políticos inescrupulosos, definitivamente decididos a colocar la codicia y la avaricia por encima de la riqueza de los postulados, la ética, los axiomas, inherentes a la civilización occidental.
Hay innegables evidencias acerca de las rivalidades y las competencias en materia de tecnología, cuestión que citaremos adelante. Pero conviene "parafrasear la recordada consigna" de la campaña de Bill Clinton de 1992: “es economía y una buena dosis de geopolítica”.
Puesto que la consigna como tal coincide con el contexto de la post-pandemia del covid – 19; en específico, la agresión “a gran escala” a (la destruida) Ucrania, proveniente de Rusia, “dotada del arsenal nuclear más numeroso a nivel mundial”. Esta vez sometida a sanciones comerciales, las cuales han estado lejos de aislarla del todo, mientras que lamentablemente Europa se decide a incrementar sus capacidades militares tan ofensivas como defensivas (Shlomo Ben-Ami).
Las turbulencias acontecen en medio de la deriva autoritaria y nacionalista en China y Rusia, y en un contexto de abierta hostilidad ideológica contra Occidente y su sistema político, basado en la libertad y en los valores democráticos universales (Juan Pablo Cardenal).
Con Xi Jinping, su país "abandonó décadas de moderación", por cuanto ha apostado por la diplomacia de línea dura. “Incluso agresiva”, al alinearse en cuestiones sensibles con Vladimir Putin, el líder nacionalista y reivindicador del poder de la antigua Unión Soviética, todo ello ha ido en detrimento de la estabilidad y la seguridad internacionales.
La sangrienta guerra ucraniana vino a agitar la política global. Y coherente con “la transitoria” asociación de conveniencia del eje autoritario ruso - chino, hizo al régimen totalitario de Xi un protagonista del descubrimiento de los entresijos (Shlomo Ben-Ami), debido a su abierto rechazo a condenar la invasión trazada por el Kremlin en desmedro de la soberanía nacional e integridad de dicho país ubicado en la Europa Oriental.
Lo antes dicho, concuerda con la política estratégica suya de elevar las tensiones en el Asia Pacífico o el Indopacífico, ejecutando allí ejercicios militares con la mira puesta a un ataque militar contra Taiwán, el país insular, o apoderándose unilateralmente de superficies en el Mar Meridional de China.
Un espaldarazo a la alianza bilateral se encargó de ofrecer días atrás el embajador chino en Francia al reafirmar que, con base en “el derecho internacional, los países provenientes de la desaparecida Unión Soviética (URSS), carecen del estatus efectivo de Estados nacionales”. O, en su defecto, hay inexistencia de algún acuerdo internacional, que les haya garantizado concretar su estatus de países soberanos, incluida Ucrania y su derecho de recuperar Crimea.
El inusual, pero sincerador, y escasamente neutral pronunciamiento del diplomático oriental ha hecho trastabillar y desacreditar aun más el confuso plan de paz de Xi, en un inicio destinado a concluir la contienda militar entre los rusos y los ucranianos. Un campo de batalla que continúa siendo encendido, a causa de las transferencias de cualesquier diversidades de armas altamente letales, demandadas por las fuerzas beligerantes.
Agravando las disrupciones y las irresponsables demostraciones de fuerza, ambos líderes autócratas (Putin y Xi) siguen tolerando los ensayos nucleares del excéntrico tirano Kim Jong-un, el Presidente de Corea del Norte, pues asumen que ese aliado les sirve de instrumento de chantaje y disuasión frente a Occidente.
Sin embargo, Kim fue objeto de fuertes advertencias de carácter militar por parte del Presidente estadounidense Joe Biden y de su homólogo de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, quienes le aseguraron que un ataque de él a su vecina del sur implicaría la eliminación absoluta de su régimen. A la fecha Kim ha guardado silencio, al igual que Moscú y Pekín, sus mecenas.
UN INSEGURO EJE ASOCIATIVO. Putin arrastra un obstáculo infranqueable, el cual le impide alejar al Oso Ruso de la civilización europea. Perfectamente, lo relata en uno de sus escritos Mina L. Khrushcheva, la nieta del gobernante de la URSS, Nikita Jrushchov (1958 – 1964), al reconocer que la civilización europea, en particular, “siempre ha formado parte del código cultura de Rusia”, con todo y los largos periodos de confrontación con Occidente, su principal socio comercial.
En cambio, China y Rusia han debido lidiar con cuestiones fronterizas, todavía irresueltas; en la primera parte de este escrito proporcionamos detalles. De los litigios más sonados “seguía haciendo referencia a la frontera en Manchuria”. Las divergencias los movieron a una guerra a finales de la década de 1960, hubo cientos de pérdidas de vidas humanas.
Prosiguieron en el siglo XXI, ya sea por el incremento de la emigración china desde Manchuria a la Siberia rusa. “En realidad, se trataba de movimientos limitados, de unas decenas de miles de personas al año, pero en las deshabitadas tierras siberianas incluso ese reducido número se hacía notar considerablemente.
Otros contenciosos se relacionan con la costumbre china "de hacer ingeniería inversa de los materiales militares rusos importados, copiando literalmente muchos productos". (Fuente: Coronel (ET) José Luis Calvo Albero / Asociación Española de Militares Escritores, AEME))”. (José Luis Calvo Albero. En: “defensa.com”.)
Dicho expediente histórico, Putin ha intentado desdibujarlo, infructuosamente. Se presume que fabricará un lío geopolítico con Europa (y con Washington) en el curso de la explotación de los múltiples y voluminosos recursos naturales localizados en el océano Ártico.
Un cariz contemporáneo de antagonismos y desafíos, descubierto en función del alto valor de una ruta marítima comercial, cuya utilización difícilmente pueda asegurar la exención de diferendos geopolíticos, debido a objetivos de la seguridad nacional de los países en pugna, así como del control de los ilimitados recursos naturales (especialmente los energéticos).
Punto de partida hacia futuras tiranteces entre las grandes potencias rivales, incluyendo a China que en el Ártico ha ido conquistando usufructos, por lo tanto podría haber reacciones en contra por parte del mismo Moscú.
TAIWÁN, EL DÍSCOLO. Las provocaciones de carácter militar son constantes en el Asia Pacífico o el Indo Pacífico, así también se acentúan las cooperaciones militares, al igual que los sistemas de espionaje.
Ante la retórica guerrerista, los ministros de Exteriores del G7, los países altamente desarrollados (Japón, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido y Estados Unidos) transmitieron una advertencia a China por sus maniobras militares y pretensiones expansionistas en el Asia-Pacífico. Le pidieron actuar de forma "responsable" para devolver la estabilidad en torno a Taiwán.
Una nación insular, autogobernada, pero rebelde, pues Pekín la considera parte inalienable de su territorio; la que posee lo propio para defenderse ante las fuerzas armadas chinas, insuficientemente experimentadas en acciones de combate - Vietnam les asestó duras derrotas a principios de la década de 1980 -.
Además de la cooperación militar recibida por parte de la estadounidense administración de Joe Biden, las fuerzas taiwanesas no escatiman esfuerzos en modernizarse en estrategia, tácticas defensivas y en sofisticación de la tecnología militar.
Una agresión al pueblo taiwanés inducirá a las empresas multinacionales abandonar el territorio chino. Sus mercados de exportación se cerrarán y se pondrán en marcha sanciones" todavía más drásticas (DW en español), probablemente decididas por el Grupo de los 7. La estabilidad en torno a la isla "es un elemento indispensable en la seguridad y prosperidad de la comunidad internacional, así lo reafirman los principales operadores del comercio global.
LA DESGLOBALIZACIÓN AL ACECHO. La sucesión de eventos ha provocado desencuentros del gigante asiático con varias naciones. Ha entrado en creciente rivalidad con Estados Unidos de América, quien, por su parte, continúa perdiendo peso en el Medio Oriente (Ana Palacio) y en el Sur Global; cítese el distanciamiento drástico con la Unión Europa, dispuesta a prohibir los envíos de semiconductores.
Las trifulcas del gobierno de Xi han quebrantado los vínculos con Australia, Canadá, la India y los países de Europa del este, estos últimos irritados por las recientes declaraciones del embajador chino en Francia.
Tómense en cuenta las disputas fronterizas con la India, que obligan al rearme, al igual que las ilegales posesiones chinas en el Mar Meridional y recientemente las inminentes hostilidades frente a Taiwán, “como telón de fondo”, entre otras contiendas geopolíticas (Cardenal, ídem).
Dicho sea verdad, representan complicaciones que abren la vía a “la desglobalización”, al escalamiento de la desconfianza, la ausencia de la cooperación, en razón de las fragmentaciones y los desentendimientos geopolíticos, en correlación con las inseguridades “geoeconómicas” (Paola Subacchi) entre Washington, Europa, China y Rusia, principalmente.
Los efectos negativos, derivados de las relaciones comerciales internacionales, parte de la fragmentación, tanto de la pandemia de la covid 19 como la guerra en Europa del Este, incluidas “las guerras comerciales” ya se han hecho sentir.
Entre el 2016 y el 2021 “la aplicación de medidas restrictivas” al librecambismo de bienes y servicios crecieron al doble (Paola Subacchi). El Fondo Monetario Internacional (FMI) asevera que esas rupturas pueden reducir el PIB global entre un 0,2 y un 7%, tal que acarrearía daños al sistema de la integración económica y monetaria (ídem), siempre dominado por los Estados Unidos de América.
A propósito de la integración monetaria, cabe señalar que el gigante asiático pone un pie en ella, dada su estrategia por desdolarizar el comercio global, de seguido consolidar la posición del yuan entre las canastas de monedas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Un reto titánico y lejano, porque“hoy el podio lo lidera el dólar con más del 80% de las operaciones internacionales, luego el euro, el yen y la libra” (Belén Ehuletche).
UN OPERADOR DE LA GLOBALIZACIÓN. Empero, a China, destinataria de las sanciones, se le debe abonar su rol positivo en la globalización, a pesar de los recurrentes empleos de las desinformaciones, dirigidas en este tiempo a justificar el ataque del Kremlin a Ucrania; incluidos los abusivos excesos en materia de propiedad intelectual, el comportamiento proteccionista suyo, en cuanto a establecer barreras arancelarias y no arancelarias.
El ascenso del capitalismo de Estado chino, el cual el Xi Jinping pretende profundizar su estatización, transformó la competencia regional y planetaria. La nación china ha logrado pasar de ser un fabricante de gama baja a tener excelente dominio en las industrias del futuro, a saber en inteligencia artificial, robótica, semiconductores, etc. (Pushan Dutt en DW en español).
A su vez continúa acumulando poder económico, financiero y tecnológico. Salvo que objeta cualesquier arreglos de deudas, aplicando coerciones a los países deudores, por lo que con frecuencia constituyen fuentes de discordia.
El régimen de Pekín es de los principales acreedores del Sur Global, a quien entre el 2008 y el 2021 prestó casi 500.00 millones de dólares, mientras que el Banco Mundial otorgó créditos por poco más de 600.000 millones de dólares (Subacchi, idem).
“LA GUERRA DE LOS CHIPS”. Es dable suponer la subordinación marginal de las complicaciones del cambio climático, las pandemias futuras, la pobreza del Sur Global y los flujos de las migraciones, etcétera.
En cambio, es un hecho explícito la prioridad concedida al predominio de la geopolítica y la economía. En medio de la alianza trasatlántica, la defensora del orden mundial basado en normas liberales, posterior a 1945 (Mark Leonard), a manera de corolario de la “guerra comercial”, implantada por el expresidente Donald Trump, se hace visible que Occidente, encabezado por los Estados Unidos de América adoptó y renovó el reiterativo enfoque polarizador.
Comenzaron a decantarse en intensidad por “la guerra de los chips” contra Pekín, alianza en la cual acaban de sumarse Japón, Australia, Corea del Sur, Filipinas, a través de lo cual se persigue evitar el uso por parte de China de esa tecnología de última generación, además la de apoyo, a fin de contrarrestarle sus propias fortalezas y las capacidades militares, orientadas presuntamente a demostrar su fuerza intimidatoria en perjuicio de las vulnerabilidades de los adversarios suyos en el Asia Pacífico.
Desde hace ya meses la administración de Joe Biden viene endureciendo las restricciones a la tecnología "made USA" a la que pueden optar las empresas chinas. Las consecuencias de las sanciones impuestas “se agudizaron a finales del 2022 y representan una barrera en ambos frentes (Xataka.com).
Por un lado impiden a los fabricantes de chips chinos “el acceso a los equipos de litografía más avanzados (idem) que producen ASML, Tokyo Electron y otras compañías extranjeras. Los efectos ya se están registrando, en abierta respuesta a los ejercicios intimidatorios del ejército de Pekín contra la insular nación taiwanesa; la ilegítima posesión y reivindicación suyas de voluminosas y disputadas áreas del mar de la China Meridional; y en cuenta la ausencia de voluntad del Presidente Xi en persuadir a Putin del cese de las hostilidades frente a Ucrania.
Cabe destacar que la nación estadounidense ocupa el más poderoso lugar y rol dentro de la cadena de los semiconductores, fundamentales en la supercomputación y la inteligencia artificial. Controla las fases sustantivas del proceso; “su tecnología sigue siendo difícil de reemplazar, extendida al diseño y la comercialización.
Casi todas las empresas del mundo dependen de equipos o software estadounidense”. Bajo “la guerra de los chips” se le está cortando a China el acceso a dichas tecnologías avanzadas (Xataka.com); por lo tanto se le ahogan sus planes de convertirse en un líder de innovación, objetivo neutralizado ahora por Washington, la Unión Europea y Japón, recientemente.
“Adoptando las prevenciones del caso, Japón por su parte se prepara en términos militares para contener los avances chinos en el Indo- Pacífico, tal que se ha comprometido a promover alianzas con Europa y los Estados Unidos de América, Australia. Tanto así que se ha pronunciado a favor de instalar en Tokio una oficina de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La nación nipona es aliada de Taiwán, para ella la isla es parte de su seguridad, Japón casi ve a China como su enemigo, más por la alianza con Rusia, quien es su amenaza superior.
En este orden, las compañías japonesas se han ido aliando con los grandes fabricantes de semiconductores, con el propósito de fortalecer la cadena mundial de suministros de chips, e ir gradualmente desplazando y hasta vedando a China la posibilidad de la adquisición de ellos, tanto por objetivos comerciales como de la relación con la seguridad militar nacional, aparte de que arrastra antiguas controversias generadas por las islas Senaku, reclamadas por Pekín.
China ha advertido a los países sancionatorios que sus esfuerzos para transformar la economía tecnológica en un arma no quedarán impunes, pero nada parece indicar que la alianza liderada por Washington y Europa vaya a desistir, por más represalias y amenazas anunciadas por el gobierno de Xi. Al menos a medio plazo.
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DESGLOBALIZACIÓN Y GUERRA DE LOS CHIPS. Las depresiones políticas ligadas a la desglobalización, en forma de rivalidades en dirección al largo plazo, posiblemente lesionarán los experimentos científicos, anclados a la carrera espacial y en lo concerniente a la inteligencia artificial, la cual es una tecnología que tiene la capacidad de cambiar el equilibrio del poder diplomático (Alexandr Wang, fundador y director ejecutivo de Scale AI), político, económico y militar.
Esta otra “guerra” (comercial desglobalizadora) trae consigo la imposición de severas restricciones a las exportaciones de los semiconductores, chips y otros bienes sensibles y avanzados con destino a la China del régimen del presidente chino Xi Jinping.
Adicionemos la relocalización de empresas transnacionales en países amistosos a Estados Unidos de América y Europa, conexo a las variaciones en las cadenas de suministros.
Con algo de razón Xi de paso reclama el daño ocasionado por el desacople, o “la malintencionada desvinculación”, tendiente, según él, a contener el crecimiento y el desarrollo, la innovación tecnológica, de “la gran factoría mundial”, así percibida su nación tras las reformas de mercado (o pro-capitalistas), llevadas a cabo por Deng Xiaoping entre 1978 y 1989.
UN LIGERO REPASO DE LA REFORMA CHINA, FIGURA DE INFLUENCIA GLOBAL . De acuerdo con la propaganda engañosa, las reformas dieron lugar a la superación de la pobreza a favor de 400 millones de ciudadanos chinos, a la consolidación de la clase media. La mayoría de los beneficiados son acérrimos militantes del Partido Comunista. Todavía en las zonas rurales la pobreza sigue siendo pronunciada.
La propaganda corre más allá, pues Xi supone que el sistema político y de producción chino , guiado por el Partido Comunista “no solo es el mejor para su nación, sino que también es superior en valores a los regímenes democráticos liberales de Occidente”.
Una visión que lo mueve a emprender “un nuevo orden internacional”, hipermultilateral, a la medida de los intereses de Pekín y sus aliados (transitorios), quizás Rusia, entre ellos, toda vez que se busca mantener “el equilibrio global de poder” (Nicolás de Pedro. Capaz de desplazar en el actual orden la hegemonía de Estados Unidos de América y de Europa . Razón por la cual él (el país de Xi) debe pasar a primer plano en la escena internacional (Ana Palacio).
A cuenta de la mediación de China y sus impulsos de actuar como potencia global logró que se aprobara el acuerdo de restablecimiento de relaciones diplomáticas que acercó a dos rivales potencias (autoritarias, violadoras de los derechos humanos) del Medio Oriente: Irán y Arabia Saudita.
Acuerdo que en parte podría contribuir de manera significativa a reducir las tensiones constantes en la convulsionada región, incluidas las confrontaciones religiosas entre los musulmanes chiitas y sunitas, así como los apetitos subimperialistas de esas dos naciones.
La tesitura china de actuar como potencia amiga y solidaria, la ha movido a expandir significativamente su presencia económica, a emprender acciones político - diplomáticas y cooperativas en el Sur Global, en particular en América Latina. Aquí actúa siendo un prestador de dinero y comprador voraz de materias primas y energéticos, especialmente.
Lo cierto es que Xi tampoco se inclina en fraguar golpes de Estado, ni le interesa el tema de la corrupción, cuando está en curso en los negocios binacionales y globales.
Obviamente, ha habido profundos e irreversibles vacíos en las reformas de Deng, en lo correspondiente a la apertura democrática y en la aceptación del régimen de los derechos humanos.
En China son reiterativos los genocidios y los crímenes de lesa humanidad contra los uigures predominantemente musulmanes, así como a miembros de otros grupos minoritarios étnicos y religiosos, asentados en Xinjiang”.
Abundan las persecuciones contra las minorías tibetanas y religiosas, lo mismo contra los disidentes políticos (las crueldades en Hong Kong). Son parte del diario vivir los encarcelamientos y las desapariciones de periodistas, de los activistas impulsores de libertades de las libertades fundamentales de las gentes, recursos del terror y la intimidación, sujetos a los mecanismos totalitarios del control y la vigilancia de toda la sociedad en su conjunto.
En la cual tampoco la resistencia clandestina deja de cobrar vigor, la que de repente puede levantarse de las sombras y luego producir un giro radical, por ahora imprevisible. Sí, por ahora.

Tenemos pendientes asignaturas adicionales relacionadas con lo comentado, las que intentaremos abordar en la tercera parte de nuestro escrito. Escogimos un tema altamente polémico, seguro que en adelante habrá materiales de sobra, los cuales con humildad y con la ayuda de nuestras convicciones trabajaremos en aras de aportar a la literatura política.