lunes, 27 de mayo de 2013

SOCIEDAD Y TRASCENDENCIA.

 
SOCIEDAD Y TRASCENDENCIA
 
Transcurrida más de una década del Siglo XXl, el temario internacional (convencional) nos ofrece escasas novedades.  Tal vez el auge del  euro-escepticismo en la zona del euro ha llegado  a sacudir  las relaciones internacionales,  poniéndolo a debutar  con bríos mayúsculos.
La  incredulidad  frente a la plena integración europea  era  apenas una  suposición,  tras  la caída del Muro de Berlín (1989) y el estrepitoso desmembramiento del bloque comunista de la Europa del Este (década de 1990). 
Entonces, cobró  mayor peso  la seducción hacia las tesis del fortalecimiento del   “techo común europeo”,  cuyo fundamento jurídico reside en el Tratado de Maastricht  (1992), el cual llegó a dar  forma a la superestructura de la Unión Europea. 
Luego la fascinación de la eurozona (o la unión monetaria de 1999) acabó convocando a menos socios europeos (17 Estados), al contrario del Tratado de Maastricht, con mayor aceptación.   Porque el sacrificio de perder soberanía nacional tocó techo.  Las reservas se acentuaron a  cinco años de las turbulencias económicas dentro del bloque comunitario.  
Así también, los estándares relacionados con la estabilidad macroeconómica, entre otras condicionalidades,  echaron atrás los propósitos de varios Estados de tener acceso al euro como moneda oficial.  
Simultáneamente,  el comportamiento receloso de Gran Bretaña hizo perder unanimidad a la zona euro,  en especial, su oposición a perder  control sobre su política monetaria y el poder de sus entidades financieras, frente al amenazante  superávit del ganador de la eurozona:  Alemania. 
Ésta última  torpedeada hoy por los otros socios europeos indisciplinados  y  golpeados por las deudas públicas y los déficits fiscales. Todo lo cual, arrastra, igualmente,  consecuencias económicas y sociales de carácter global. 
Le esperan años complicados a Europa, habida cuenta del resurgimiento de partidos políticos anti – europeístas, entre los que destacan los ultranacionalistas y los neo – fascistas.   
En la sucesión temática,  todavía ocupa un lugar preponderante el cambio climático,  su estudio y debate,  estructurado  por categorías de asuntos sensibles, tales como, el calentamiento, el riesgo de los pequeños Estados insulares,  los energéticos, el efecto invernadero, el agotamiento del agua, la desertificación, el desarrollo sostenible, los desastres, en fin,  una lista de nunca acabar.
Pero,  de acuerdo con las tesis de  no pocos científicos  calificados,  la cuestión del calentamiento del planeta constituyen  “majaderías  de muchos alarmistas y burócratas”  (“Global Warming  –  Debunked”).  Los renegados escriben constantemente,  siendo atendidos  por algunos líderes de  naciones  desarrolladas y de las economías emergentes.   Quizás en los siguientes años seremos testigos de intensas contradicciones alrededor del cambio climático, pues, ciertamente,  hasta ahora nos hemos familiarizado con “la verdad oficial”.
Los últimos  zarpazos contra el terrorismo global  desacreditaron  la hipótesis de la más alta amenaza mundial, signada  a los jihadistas islámicos, tanto del Medio Oriente como del Asia del sur.  
La desfiguración de la Primavera  Árabe,  de la cual nos hemos desilusionado,  pone de manifiesto la cruda realidad del conflicto en Siria,  encendido  por  la enemistad histórica entre sectas confesionales  musulmanas  (chiitas y sunitas), apoyadas,  respectivamente,  por las organizaciones terroristas Hizbullah y al Qaeda;  sin dejar de mencionar  los intereses en curso de las potencias regionales  y las globales.   De modo tal, que será más de la misma barbarie,  lo deparado por el Medio Oriente en las siguientes décadas. 
La llegada de un Papa latinoamericano al Vaticano, antecedida de la renuncia inusitada  del Papa Benedicto XVl, ambos hechos, rodeados  de sabiduría, honestidad y humildad profundas,  esto sí, llegó a transformar el temario convencional de la política internacional. 
El análisis del contenido del mensaje apostólico del Papa Francisco, nos abre la esperanza de concentrarnos de lleno en las profundidades del alma humana. 
 Aquí (en el alma) encontramos el origen de la desobediencia de la libertad (abusiva)  contra la Verdad y el Bien; lo mismo que la pérdida del juicio y la prudencia - según la visión del Papa latinoamericano -  la raíz de  las grandes complejidades de la sociedad contemporánea, incluida la cultura de la muerte (el aborto y la violencia social), así como la pobreza material y espiritual, lo más vergonzoso de esta generación, empeñada en hacer a un lado el misterio viviente de Dios.  
Ronald Obaldía González (Opinión personal). 

viernes, 24 de mayo de 2013

Adolfo Constenla escribe: Costa Rica: "En el ombligo de América y centro de desarrollo a partir de las alianzas estratégicas comerciales".



Costa Rica: “ En el ombligo de América y centro de desarrollo a partir de las alianzas estratégicas comerciales”.
 

Adolfo Felipe Constenla Arguedas

                                                       

Señalaba  el constituyente y diplomático de los Estados Unidos de América, Benjamín Franklin, que: “Ninguna nación fue arruinada jamás por el comercio”.  

Costa Rica, desde antes de convertirse en República independiente, en 1848, comprendió la importancia de unirse, mediante el intercambio comercial, al mundo. Desde ese entonces, el país ha sido consciente de las posibilidades de progreso que ello podía traer a nuestro desarrollo. Ejemplo de nuestros primeros pasos exitosos en el Comercio Internacional, lo constituyó, en 1837,  nuestra primera exportación de café a Valparaíso, República de Chile. Este hecho fue obra del capitán William Le Lecheur, fundador de la empresa naviera William Le Lecheur and Son, la principal compañía que se encargaba de transportar el café costarricense hasta Inglaterra. La primera exportación se realizó en 1839, en la goleta Halcyon, que partió cargada con 2 397 quintales de café y un cargamento de cueros. 

Es así como, Costa Rica, desde sus inicios dentro del concierto de las naciones, reconoce, en el Comercio Internacional, un medio para estrechar relaciones de amistad y vínculos con diferentes actores mundiales. 

Siguiendo esa misma idea, la geopolítica del siglo XXI la determinan, cada vez en mayor medida, las relaciones de interdependencia de los diversos bloques regionales, por lo general, dentro de un marco multilateral.

Costa Rica, no ha dejado de ser ajena a esta realidad y, entrelazando las bondades del capitalismo con el respeto a los derechos laborales, impulsados por las corrientes del sistema socialista, ha logrado conjugar su emprendedurismo con la ubicación geográfica que tiene, para convertirlos en ventajas comparativas en cuanto a engancharnos al carruaje del Comercio Internacional  como mecanismo de progreso. Esto nos ha permitido desempeñarnos, como un hábil “cazador”, dentro del conjunto de “especies” que forman parte de la biodiversidad mundial.  

Nuestra posición geográfica, en el ombligo del continente americano, nos ha permitido aprovechar las posibilidades de  negociar acuerdos comerciales con países de América del Norte (Canadá, Estados Unidos de América y Estados Unidos Mexicanos), Centroamérica, Caribe ( Comunidad de Estados del Caribe CARICOM)  América del Sur (Chile, Perú, y, recientemente, Colombia), e incluso, surcar los Océanos Pacífico y Atlántico para establecer alianzas estratégicas, trascendentales, con países como la República Popular China o la Unión Europea. Estos logros, nos permiten contar con mercados más grandes, para vender nuestros productos, e importar productos para satisfacer nuestras necesidades y mejorar nuestra competitividad –aspectos que también son fundamentales para atraer inversión extranjera directa al país y generar empleo.  

Cabe recordar que,  desde la Antigüedad, pueblos que han impreso su huella en el desarrollo de la Historia, como: fenicios, griegos, romanos, chinos o musulmanes lograron desplegar su influencia, en diversas áreas del quehacer humano, partiendo del comercio como motivación para alcanzar sus logros. 

Hoy en día, Costa Rica, emulando esas iniciativas, enfila su rumbo hacia las oportunidades que existen en el horizonte comercial a lo largo y ancho de todo el planeta. Esas nuevas rutas constituyen posibilidades para mejorar nuestra forma de vida y consolidar nuestro desarrollo mediante el intercambio político, cultural y comercial.

Gracias a los acuerdos comerciales, nuestros productos pueden ingresar, libremente, a esos mercados, y los productos provenientes de allí ingresan al nuestro, como resultado de lo cual ambas partes resultan beneficiadas. Internamente, también, ganamos todos, pues nuestros productores amplían, enormemente, su mercado y su potencial de producción y exportación (lo que se traduce en articulaciones productivas con empresas proveedoras, en un crecimiento generalizado de las ventas, y, por ende, en la mejora de los niveles de empleo.

El Comercio Internacional, regulado de forma correcta, tal y como lo entendía el autor con el que empezamos este comentario, logra sumar voluntades y esfuerzos, de manera clara y reglada, para seguir construyendo el camino de la prosperidad, la cooperación y la amistad entre los destinos de los países. Compartimos, por lo tanto, las palabras del poeta norteamericano Ezra Pound, en torno al Comercio Internacional, como medio de lograr alianzas y esperanzas:  “Tenemos la misma savia y la misma raíz, haya comercio, pues, entre nosotros.”

 

 

 

domingo, 19 de mayo de 2013

EL CENTRO DEL DISTRITO DE ZAPOTE (SAN JOSÉ - COSTA RICA)

 
 
 
El centro del Distrito de Zapote (San José - Costa Rica)

Imitando la tradición de la Avenida Central en la capital San José, la mayoría de las ciudades costarricenses tienen como dinámica social un centro clave, en el cual suelen converger periódicamente sus habitantes, a fin de consolidar las relaciones comunitarias, o bien realizar allí su vida civil, como cumplir con las diligencias personales, acudir a los servicios públicos, visitar establecimientos comerciales y de esparcimiento.
Así también los servicios religiosos, arraigados en la cultura nacional, se focalizan en ese núcleo; que entonces, además de ser un espacio físico, llega a ser un sitio de interacción social y de generación de valores morales y culturales, en función de consolidar una identidad y comportamiento local (o comunal).
Por supuesto, que entre las décadas de 1950 y 1980 el Distrito de Zapote poseyó ese núcleo o centro fundamental. A mi juicio, este se extendió desde la antigua esquina del bar... Rio Janeiro hasta el desaparecido cine Caribe, integrando de manera activísima las barras (especialmente las del sector oeste), que rodearon la Iglesia Católica María Inmaculada.
Con la fundación del Liceo Rodrigo Facio Brenes (1962) el centro zapoteño cobró un vigor mayúsculo, sobre todo, por la concurrencia hacia la naciente institución de jóvenes de otras localidades. Al igual, la expansión física de las barriadas tradicionales, alentadas por el movimiento de las inmigraciones internas dentro de nuestro país, contribuyeron a hacerlo más fecundo en actividades y experiencias humanas.
La soda “el Caribe”, localizada en el edificio que albergaba el cine del mismo nombre, fue de los sitios representativos de dicho centro básico de la vida del pacífico pueblo zapoteño - vigilado, entre otros, por el abnegado policía don Arturo Salazar (ver su imagen) - , así como de los estudiantes que lo emplearon como lugar de encuentro y amistad, más si todo ello era acompañado por el arreglado hecho por Evelio y su principal invento: “la coca cola con helado”. Comparto con ustedes una fotografía de Evelio en la soda, la cual nos trae recuerdos imborrables.

Ronald Obaldía González.
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    jueves, 16 de mayo de 2013

    LA LIBERTAD EXPRESIÓN, VALOR SUPREMO.


    LA LIBERTAD EXPRESIÓN, VALOR SUPREMO.
    Las limitaciones en materia jurídica le impiden a este católico - liberal entrar al fondo del debate sobre las presiones hechas por el bloque de naciones, fundado por el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, denominado la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), dirigidas a limitar la relatoría especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano de la Organización de los Estados Americanos.
    Aunque tales carencias resultan innecesarias, en nuestro propósito de repudiar los movimientos tácticos del ALBA, contrastantes con la práctica y la experiencia costarricense de proteger el ejercicio de la libertad de expresión. Esto unido a la valentía de nuestro Gobierno de oponerse, sin tapujos, a los desatinos de ese grupo de gobiernos latinoamericanos semi – autoritarios, empeñados en reducir el margen de actuación de la relatoría de la CIDH.
    La idea de coartar las facultades de ese órgano, específicamente, la supervisión del estado de la libertad de prensa en el hemisferio, habla por sí solo de la naturaleza antidemocrática de los países de dicho bloque, bulliciosos e ideológicamente mohosos.
    El “alter ego” del chavismo, Don Diosdado, el presidente del Congreso venezolano hizo gala en días anteriores de las restricciones a la libertad de pensamiento, persistentes en el trastornado país. A viva voz, ese dirigente sentenció que los diputados de la oposición debían cerrar la boca en las sesiones parlamentarias, de no reconocer la victoria electoral de Don Maduro; una conducta sistemática y coherente con el blanco del gobierno de Caracas y sus satélites de borrar del mapa a las organizaciones y activistas defensores de la libertad de prensa.
    Teniendo ejemplos en la región de naciones cercenadoras de la crítica y la opinión pública, fue un error que los costarricenses no pusieron suficiente pensamiento al mérito de la decisión de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) de celebrar en Costa Rica “el Día mundial de la libertad de expresión”, el cual a principios de este mes estuvo rodeado de varios eventos académicos y culturales.
    Lamentablemente, un pasquín alarmista, meses atrás, magnificó más de la cuenta un yerro de nuestra Asamblea Legislativa en materia de secretos de Estado, simultáneamente corregido en el instante de las celebraciones de la UNESCO en Costa Rica. Las rápidas enmiendas de los Poderes de la República concordaron con el "Día", y otra vez reafirmamos la consciencia histórica de poseer un régimen completo de libertades, centrado en la primacía y la dignidad de la persona humana.
    Hasta "los anarcos”, promotores el 1 de mayo de actos vandálicos, pusieron también de relieve la sensatez de nuestro sistema democrático. La policía civilista cumplió ese día con su deber; más adelante las autoridades penales los dejaron en libertad, imponiéndoles apenas sanciones simbólicas (pintar edificios públicos), a consecuencia de sus excesos y reacciones desproporcionadas; no así por la naturaleza de las diatribas, entendidas solo por ellos.
    Es entonces que cabe recordar las piezas de un artículo escrito por don Luis Paulino Mora (+), Presidente de la Corte Suprema de Justicia, por el cual dio magistrales explicaciones sobre los fundamentos de nuestro sistema judicial. Un aparato determinado ante todo a respetar los principios y los valores de las libertades de los ciudadanos, siendo éste el camino escogido por esta nación democrática; a diferencia del autoritarismo emergente en algunas naciones suramericanas, con predisposición a lesionar gravemente los derechos humanos.
    “A mi nadie me calla la boca”, eso escuché decir  de una díscola joven universitaria en una de esas protestas organizadas en la ciudad de San José.
     Dicha expresión la internalicé, feliz de que los costarricenses conviven constantemente en el espíritu libre, propio de nuestra sociedad y en especial del Estado nacional. Este último, cuya inherente responsabilidad consiste en inculcar en las mentes de los líderes políticos y de los ciudadanos el valor ético de nuestro “deber de escuchar, lo que no se quiere escuchar”, así de claro, como lo expresa don Arturo Monge, abogado y especialista en derechos humanos de la Cancillería costarricense.
    Y si nos sintiéramos difamados alguna vez en nuestra obligación de escuchar, eso sí, seamos fuertes y evitemos sacrificar a toda costa el valor de la libertad de expresión. En esta circunstancia será preferible imitar a la Madre Teresa de Calcuta, quien a un insulto de una empequeñecida alma, respondió estoicamente: “Oiga, todos hablamos de la basura que llevamos dentro, ¿no le parece?”.

    Ronald Obaldía González (Opinión personal)

    domingo, 5 de mayo de 2013

    COSTA RICA EN SINTONÍA CON LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, SU AMIGO PREFERIDO.


    COSTA RICA EN SINTONÍA CON LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, SU AMIGO PREFERIDO.

     Entre el repertorio de asuntos  y la sólida  argumentación, hecha  pública en días pasados   por el Presidente estadounidense Barack Obama, con motivo de su visita de trabajo a Costa Rica, hubo una  tesis relacionada con la educación precoz o temprana de los niños,   mínimamente resaltada  por la mayoría de periodistas y comentaristas, dedicados a analizar los puntos de vista del inteligente y culto mandatario en los distintos ámbitos de diálogo, correspondientes al  formato diplomático y protocolario, previsto para la histórica ocasión.

    El reflexivo aporte (de psicología social) del Presidente Obama sobre la  genérica asignatura de la educación,   únicamente  lo captó  la Presidenta Laura Chinchilla en el foro empresarial, realizado en el complejo de la antigua Aduana. Con la precisión hecha, el planteamiento  tampoco lo he escuchado en boca de otros mandatarios.

    Quizás en ese instante regresaron   a la mente de la Presidenta costarricense  las lecciones, impartidas por su profesor, el politólogo costarricense José Miguel Rodríguez Zamora,  alrededor del psicoanalista  Sigmund Freud  y también sobre  Jean Piaget, el  psicopedagogo suizo, perfeccionador de la teoría freudiana de las raíces de la personalidad y del desarrollo cognitivo infantil, cuyo periodo o estadio fundamental, según ambos,  reside entre la edad de  los  0 y 5 años de la vida del ser humano. 

    A Obama  le alcanzó poco el tiempo para su cátedra de psicopedagogía y continuar recalcando sobre el poder de la sociedad como  inculcadora y mediadora de los patrones psicológicos y  culturales de los infantes, así también de la responsabilidad en cuanto a su bienestar físico. Y que por lo tanto, ésta debe  intensificar en este caso en particular, los programas que estimulen la inteligencia de los niños (el porvenir de los países)  en la fase temprana de su crecimiento, combinando  – tal como lo aseveró el presidente de EEUU -   la calidad del vocabulario, los juegos creativos  y el contacto con los colores, esto es, en la sensibilidad del arte,  generadores todos ellos  del futuro talento nacional.

    De haber proseguido el Presidente estadounidense con el enfoque psicopedagógico de Piaget y sus seguidores, probablemente hubiera enfatizado más en la virtualidad de la formación precoz de nuestros pequeños, porque tanto él como los niños estadounidenses heredan dicha experiencia. Suya fue esta maravillosa expresión:  "No existe cosa más productiva que la inversión en la educación infantil precoz".

    En el fondo, tal inversión la recomendó en el encuentro de empresarios, sobre todo que  tales principios de estimulación temprana a favor de los niños de las naciones en desarrollo, son  traducibles en  personalidades prometedoras  en talento y conocimiento, según lo cual determina el futuro y los niveles de prosperidad y felicidad de los pueblos.

    Sin embargo, la visión en comentario  va mucho más allá del mero conocimiento lógico e intelectual de los infantes, puesto que el ideal de la propia escuela de Piaget será concebir personas libres y tenaces, así también éticamente  comprometidas, solidarias y sensibles en inteligencia y espíritu ante el mundo que les rodea.

    He aquí en la educación total de la niñez, el punto de partida de la búsqueda de resoluciones, basadas en la inteligencia y la grandeza humana para enfrentar la injusticia y la postergación social. Justamente, en este mundo, que a veces pareciera claudicar en superar la pobreza, la ignorancia y demás desigualdades;  complejidades que el propio Obama ni tendría que viajar lejos en corroborarlo, por cuanto  Centroamérica sigue reincidiendo en estos males.  Ciertamente, nos causó real admiración el planteamiento del Presidente Obama en cuestiones psicopedagógicas.

    En otros órdenes de la visita del Presidente Barack Obama, se puso de manifiesto otra vez que Costa Rica sigue caracterizándose  por definir con exactitud sus prioridades e intereses particulares en lo correspondiente a sus vínculos con los Estados Unidos de América.

    Por todo ello, hay que acoger favorablemente los resultados que arrojaron, fundamentalmente,  las conversaciones entre los Presidentes de Costa Rica y los Estados Unidos de América. La mandataria Chinchilla dejó perfectamente claro que dichas relaciones bilaterales no pueden quedar acaparadas solo por la batalla frente al narcotráfico y el crimen organizado, habida cuenta que existe el potencial por continuar por la ruta del balance y la  diversificación de las relaciones de cooperación en su conjunto.

    Al mismo tiempo, los costarricenses deben quedar sumamente  satisfechos por el respaldo del Presidente Barack Obama a  Costa Rica, a efecto de abrirnos el paso para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

    Dicha entidad es demasiado  influyente en materia de cooperación internacional; se compone  por los Estados más prósperos del mundo, y en ella  se examinan  y se establecen orientaciones sobre temas de relevancia internacional como economía, educación,  medio ambiente, así como el favorecimiento de la expansión del comercio mundial sobre una base multilateral y no discriminatoria.

    Al escuchar dicho respaldo del inteligente Presidente estadounidense, me saltó a la mente  nuestro compañero de trabajo  Walter Fonseca Ramírez, diplomático costarricense, que desde tiempo atrás  ha puyado por el acceso de Costa Rica a la OCDE; dicho sea de paso, un triunfo que posee entonces  aroma de Cancillería.   

    Ronald Obaldía González (Opinión personal).