lunes, 31 de diciembre de 2018

SÍ, A DEFENDER LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA.

SÍ, A DEFENDER LA DEFENDER LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA. Días atrás habíamos leído un artículo del ciudadano costarricense Alfonso J. Rojas Álvarez, y quedé entusiasmado, ya que en él se reconocía que “Costa Rica sigue siendo un faro de luz y esperanza para la humanidad”. Dichosamente, encontré un aliado en cuanto a este punto de vista. Con todo, la sociedad costarricense siempre ha sabido “sacar la casta” en tiempos sensibles. Se ha asumido con responsabilidad y comedimiento ”el espíritu de supervivencia”, ya sea “esperando que se despejen los nublados del día”. A la politiquería divisoria y a los demagogos les resulta casi incomprensible tal comportamiento, arraigado en nuestra psicología nacional. Ellos tienden a estrellarse severamente al comportarse en sentido contrario. Esta vez, las víctimas de nuestra forma de ser lo fueron las extremistas cúpulas sindicales, opuestas a las políticas fiscales del Gobierno. “Fueron por lana, y salieron trasquilados”. Demasiado se ha opinado sobre el particular, por eso resultan innecesarias las acotaciones. Lo cierto es que los extremismos y los fanatismos ideológicos (y hasta religiosos), en los distintos contextos de nuestra historia, han contado con el rechazo del pueblo. En los dos últimos procesos electorales, tanto el populismo de izquierda, como el fundamentalismo religioso, en ese entonces fuerzas políticas alternativas, experimentaron contundentes derrotas, lo que llega a comprobar el supuesto antes dicho. Es Costa Rica de las naciones, a diferencia de algunas potencias globales como la China comunista y Rusia, que posee el máximo compromiso e interés superior a favor de la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos, incluido el trato humanitario a los inmigrantes y los refugiados. Sobre la base de tales axiomas y fundamentales descansa nuestra convivialidad nacional, así como las interrelaciones y comunicaciones cooperativas y solidarias con la comunidad internacional. Lo argumentado por Rojas Álvarez nos transporta al Campeonato Mundial de Fútbol, el cual tuvo lugar en el 2002 en Alemania, en ocasión aprovechada por los activistas de los derechos humanos, para organizar protestas frente a no pocos representativos o selecciones nacionales, de las cuales, justamente, eximieron a Costa Rica de cualesquier condenas y acusaciones, alrededor de violaciones o atropellos contra sus habitantes. Más bien, nos declararon el único país en el evento deportivo, que podría jactarse de poseer una elevada autoridad moral en el tópico de los derechos fundamentales. Sin embargo, la difusión de los comentarios de los activistas pasaron inadvertidos en nuestro medio local. Esto quiere decir que la sociedad costarricense como un todo tiene que evitar dormirse en los laureles, ante nuestra historia y reconocimientos democráticos, así también de los réditos políticos, económicos y culturales acumulados. Una historia que nos mueve a redoblar esfuerzos en lo tocante a garantizar la mayor cantidad de felicidad y bienestar a todo el conglomerado costarricense, concediendo un orden prioritario a la transparencia ética, la permanente reducción de la pobreza y las inconcluyentes brechas sociales y económicas. En línea con lo anterior, las políticas sociales han de quedar empalmadas con “el crecimiento y la competitividad de la economía, la generación del empleo y la reducción del costo de la vida”. El constante desarrollo humano en los países ha de demandar líderes políticos "hacedores de políticas públicas", capaces de inspirar a la ciudadanía, dispuestos a implementar coherentes iniciativas pro-crecimiento (Mohamed A. El-Erian), a través de la gestión creativa. La visión de escoger líderes idóneos llega a ser crucial en nuestro país, si pretendemos continuar reeditando los logros y beneficios presentes. Dicho sea verdad, la realidad es que la globalización y la apertura comercial para Costa Rica han sido una real oportunidad . Más del 35 % de nuestra renta nacional proviene del comercio internacional. A ello hay que abonar los resultados satisfactorios en el incremento de las inversiones y la venta de servicios de calidad, la liberalización de determinados servicios públicos (Jorge Woodbridge). Ante estas circunstancias favorables, nos asiste la responsabilidad en hacer más fecundas las relaciones bilaterales con las naciones o bloques integracionistas que piensan y obran de manera casi igual a la nuestra: con los partidarios de la apertura comercial y los abocados a impulsar la economía tecnológica digital, sin precedentes de comienzos del siglo XXI (Bryan Acuña Obando). Eso sí, el esquema de inversiones en infraestructuras y de otorgamientos de créditos (turbios) de China, relacionados con la Franja y la Ruta, podrían considerarse engañosos, sabemos que dicha potencia lo que persigue en sus vínculos es demostrar peligrosamente su poderío en América Latina. Costa Rica posee demasiado talento humano. Justo ahora Costa Rica guía sus políticas a favor de la descarbonización, todo ello en dirección a proteger el medio ambiente y la salud pública. El Poder Ejecutivo da impulso a los esfuerzos de modernización mediante la creación de la agencia de gobierno digital. Se refuerzan las políticas de inversión pública a proyectos con impacto en el desarrollo sostenible, con énfasis en las asociaciones público-privadas y en la reconversión productiva, nuevas tecnologías y la inversión en economía verde. Es imperativo planear políticas públicas que lleguen a transformar nuestra educación pública, para ofrecer los recursos humanos necesarios en esta nueva economía basada en el conocimiento, la tecnología y la innovación (Bryan Acuña Obando). Olfatear el entorno internacional comporta la práctica insoslayable. El contexto global definitivamente se complicado todavía más, a veces poco colaborador, por los conflictos entre Estados Unidos de América y China en lo concerniente a "la guerra comercial" (Francisco de Paula Gutiérrez); la Eurozona golpeada por el Brexit, los euroescépticos y los ultraderechistas – nacionalistas, resistentes a las migraciones y proclives al proteccionismo comercial. La CEPAL subraya que los países de América Latina y el Caribe enfrentarán un escenario económico mundial complejo en los próximos años, en el cual se espera una reducción de la dinámica del crecimiento, tanto de los países desarrollados, como de las economías emergentes, acompañada por un aumento en la volatilidad de los mercados financieros internacionales. Al mismo tiempo, el norte de Costa Rica nos proporciona pésimas realidades. Hallamos a México, a riesgo de convertirse en Estado fallido. En los siguientes seis años será gobernado por el populista de izquierda Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien surgió con fuerza en los pasados comicios. Lo más amenazador de todo es que AMLO ha recurrido a una estrategia similar a la usada por Hugo Chávez, para instalar procónsules seleccionados en cada uno de los 32 estados de México. Estos datos leales dejarán de lado, efectivamente, al gobernador debidamente elegido de cada estado (Jorge G. Castañeda). Tras las alarmas autoritarias, nacionalistas y populistas, el riesgo inminente de la militarización ya sea por el narcotráfico, por las migraciones masivas o por la inseguridad interna de los Estados, el panorama latinoamericano tiende a oscurecerse, a causa del regreso a Centroamérica del autoritarismo y el retroceso democrático, alimentado por la casi inexistencia de cohesión social y de políticas distributivas de la riqueza. Y más migrantes a la vista (Jorge Vargas Cullel): “una verdadera sangría empujada por la desesperación, la corrupción, la pobreza y la violencia”, en la cual viven millones de seres humanos. El pequeño istmo tan lleno de visibles flaquezas, cuya sociedad política es controlada por “granujas y bribones” (Carlos Montaner), dominantes a la vez en varias naciones latinoamericanas, es Venezuela de los circunstancias caóticas, dramáticas e irresueltas, demostrando ya la Organización de Estados Americanos (OEA) su total indolencia, cobardía e incapacidad para cumplir con sus deberes y obligaciones. Para empeorar las cosas, resurge el cuadro de inestabilidad política de Nicaragua, esta vez gobernada por una pareja genocida, acusada de delitos de lesa humanidad, según lo pone de manifiesto las investigaciones comprometedoras de algunas organizaciones internacionales. En la esfera de la novedad del populismo, mezclado con nacionalismo, en América del Sur, Jair Bolsonaro, el Presidente electo de Brasil, “tan popular porque es populista”, se suma a la corriente “iliberal” de América Latina, aunque esta vez llega a ser un líder proveniente de la ultraderecha. Su base de apoyo reside en los evangélicos y una vasta clase media”. Defensor de la dictadura militar brasileña que se prolongó de 1964 a 1985, este conservador cultural se presenta como el antipolítico, inclinado por las medidas de mano dura contra la criminalidad y la corrupción. Opuesto a los postulados de los derechos humanos, su discurso se sustenta en el racismo, la homofobia y la misoginia. Con cinco exgenerales en el gabinete, el gobierno de Brasil, regido por Bolsonaro, tendrá más oficiales de alto rango que en ningún otro momento desde el final de la dictadura militar en 1985. Su objetivo es militarizar la aplicación de la ley en todo el país y hacer que las armas estén ampliamente disponibles para el público. Para él, la Policía brasileña tendrá “carta blanca” para matar criminales (Jorge G. Castañeda). En política económica, se propone implementar un ajuste fiscal rápido, de shock y privatizar varios sectores de la economía nacional (Castañeda, idem). Dos de las naciones que han ejercido influencia a través de los mecanismos de concertación e integración, sean México y Brasil se abren a la peligrosa corriente de permitir el retorno de los militares dentro de las esferas de sus respectivos gobiernos. Distantes están de proteger la democracia liberal. Pésimo síntoma. Agreguemos, como lo señala el académico Bryan Acuña Obando, la desconfianza en la clase política latinoamericana, todo lo cual “ha llevado a que en la actualidad no exista una posición positiva sobre los modelos de integración” y aparezcan personas y tendencias promotoras de los nacionalismos, por encima de los esquemas regionalistas”. Lejos de pensar en un brexit tico en oposición a los esquemas integracionistas de la región, habida cuenta de que estamos rodeados de la ola iliberal autoritaria, o de dudosas o cínicas compañías, en su lugar Costa Rica merece levantar la cabeza, de forma honrosa, consecuente y valiente, en cuanto a la defensa de la democracia en el hemisferio, a mantener viva la llama de los derechos humanos, a pesar del discurso desviacionista, chantajista e intimidador de la sarta de populistas, extremistas de derecha e izquierda, los demagogos, más los dictadores asesinos, entre ellos Daniel Ortega, Rosario Murillo, Nicolás Maduro, decididos a socavar los regímenes de libertades, y a oscurecer la convivencia democrática en América Latina. FELIZ AÑO NUEVO. RONALD OBALDÍA GONZÁLEZ (OPINIÓN PERSONAL)