miércoles, 28 de marzo de 2012

La nueva Costa Rica

La nueva Costa Rica.

Quienquiera que se haya percatado de la decisión de las autoridades deportivas de escoger a la ciudad de Liberia y la de Jacó, como subsedes del Campeonato de fútbol femenino en la categoría Sub - 17, el cual se realizará en el 2014 en Costa Rica, podrá reflexionar a simple vista acerca de la evolución y los nuevos rasgos de nuestro desarrollo regional y ordenamiento territorial.
La noticia que ha circulado por la prensa nacional, va más lejos de ser
una crónica deportiva, que de por sí es bastante positiva. Ambas
ciudades, Liberia y Jacó, que son destinos de inversiones foráneas, gozan de una admirable infraestructura y servicios; nos permiten por ello, hacer uso de un patrón de sociabilidad, investigado por la geografía física y humana, el cual lo ha puesto en boga últimamente. Me refiero a la tipología de ciudades emergentes o de ciudades periféricas, aplicable, sobre todo, en naciones de renta media alta, entre ellas Costa Rica.
Ignoro por ahora quienes son los elaboradores de ambas tesis, por eso les pido disculpas a los autores originales. Eso sí, dicha tipología o definición ayuda a la comprensión de las transformaciones urbanas de las últimas décadas; particularmente, en el caso de
Costa Rica que creció al amparo y la preponderancia de la economía del café desde
mediados del Siglo XlX, cuando se aceleraron las exportaciones hacia los mercados centrales internacionales.
A partir de entonces, en Costa Rica se extendieron comunidades prósperas, principalmente en los sectores del occidente y oriente del Valle Central, gracias a la visión y la virtud de los liberales y cafetaleros de la época, quienes rechazaron la práctica de realizar violentas usurpaciones o adquisiciones de tierras en perjuicio de los pequeños campesinos.
Al contrario, en tiempos de Braulio Carrillo la economía del café promovió la ampliación de la frontera agrícola y, en consecuencia, el estímulo de emigraciones domésticas hacia dichas regiones, donde irrumpieron ciudades prósperas, como Paraíso, Turrialba, San Ramón, Grecia, Palmares, Palmares, etcétera, más tarde San Carlos, entre otros asentamientos humanos, todos ellos convertidos hoy en pequeñas ciudades donde coexisten la estructura urbana y rural.
Sin embargo, en los últimos treinta años, el país ha sido testigo del protagonismo de una novedosa arquitectura de ciudades, llámese emergentes o periféricas, las cuales no precisamente son el producto de la economía del café. Ellas han nacido del auge de la economía de los servicios, la industria de manufacturas y de la alta tecnología, al extremo de que a causa de su ritmo y dinámica, son susceptibles de superar en cuanto a desarrollo y modernización a las históricas, donde se adoptan todavìa las principales decisiones políticas y económicas que modifican el devenir nacional.
Algunas de las jóvenes y prósperas comunidades forman parte de la estructura geográfica del Valle Central; otras se desarrollan en las zonas costeras, principalmente del lado del Pacífico. Entre las primeras destacan Santa Ana, Escazú, Tres Ríos, San Antonio de Belén, Barva. Mientras tanto en las costas, bien se pueden citar Liberia, Jacó, Guápiles y Puerto Viejo de Limón, incluso el fenómeno en mención quiere reproducirse en la zona norte, por ejemplo en Upala y la Fortuna de San Carlos.
Las ciudades emergentes o periféricas nacionales son aquellas que albergan un
potencial y privilegiada gama de recursos humanos y naturales, estructura de base social (empresarios, líderes y voluntariado, profesionales, ambientalistas, funcionarios públicos), operadores del progreso, bajo la perspectiva de aproximarse a los estilo de vida de las ciudades tradicionales, a saber, Cartago, Heredia, San José, Alajuela. De prolongarse tal comportamiento hasta pueden llegar a sobrepasar a éstas en el lapso de pocos años.
Recordemos aquella teoría del centro y la periferia, aplicaba también a las
desigualdades que perjudicaban a las ciudades, ubicadas lejos de los centros políticos y económicos nacionales. En Costa Rica, tal tendencia asimétrica ha ido cambiando significativamente, conforme los sectores productivos de “la nueva economía”, sean las manufacturas, el comercio, el turismo, la industria agrícola, etcétera, se desplacen y fortalezcan su posición dentro de las regiones no tradicionales del país, éstas ya vinculadas ampliamente con los mercados internacionales.
El resultado de ello comporta, además de éxito y prosperidad, una mejor distribución del producto nacional, además que incentiva otra generación de migraciones internas hacia nuevos polos de desarrollo, receptores del talento y del conocimiento, antes concentrado en los centros urbanos tradicionales. Las ciudades emergentes y periféricas pueden servir de plataforma y de encadenamiento, que favorecerá el proceso de modernización y de desarrollo de las zonas adscritas a ellas, las cuales siguen rezagadas por el momento.
La integración e interdependencia social entre las poblaciones emergentes y
las comunidades subordinadas a ellas, alentará el crecimiento de mercados locales,
el mejoramiento de la infraestructura y las interconexiones sociales y culturales.
Por supuesto, que dicha interrelación ha avanzado de manera sustancial, al observarse la experiencia de la ciudad de San Carlos y de su moderno distrito de la Fortuna, así como la de Liberia y los restantes cantones de la provincia de Guanacaste.
Lo anterior son poderosas razones para coadyuvar a que las ciudades emergentes y periféricas sean capaces de renovar el funcionamiento de sus propios gobiernos locales, en sociedad con la estructura de base, que se desempeña como desarrolladora. Èsta ha demostrado su astucia en aprovechar al máximo las oportunidades que se derivan de la posición geoeconómica de los pueblos emergentes o periféricos.
Implica también conceder más amplios márgenes de acción a los grupos y sectores activos y emprendedores de la sociedad civil, en lo referente a echar mano de los recursos para respaldar sus planes e iniciativas. Asimismo, la voluntad y la acción del Estado nacional llega a ser crucial en la madurez del esquema de tal tipología de ciudades jóvenes, ello corresponde a su misión de fomentar políticas justas y racionales de gasto social.
En entredicho permanecen los enfoques trillados y escritos en piedra, que abogaban por la descentralización, la desconcentración y la regionalización de la administración pública, planeados y ejecutados por la burocracia estatal, casi que de manera vertical. O sea bajo el modelo “de arriba hacia abajo”, el cual puede obviar los particulares procesos de sociabilización, así como los principios, los intereses regionales de los ciudadanos, frecuentemente ajenos a los centros que concentran el poder tradicional. Incluso dicha contradicción se ve abonada por las visiones y aportaciones de la inmigración extranjera.
Dicho sea verdad, los postulados con los que se proponía reestructurar el Estado centralista y pasivo, trasladando apenas escritorios y funciones, quedaron condenados al fracaso. En cambio, los ciudadanos que habitan las jóvenes y emergentes ciudades encontraron vías libres y voluntariosas para alcanzar desarrollo y crecimiento social, liberadas de tecnicismos y palabrería ininteligibles. Quiere decir, que los pueblos son los verdaderos protagonistas de la historia y del cambio.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

lunes, 19 de marzo de 2012

Más del Partido Republicano de los Estados Unidos de América. Y aires de cambio en la China Popular.

Más del Partido Republicano de los Estados Unidos de América. Y aires de cambio en la China Popular.
El  2012 continuará cargado de hechos de política internacional, los cuales pueden llegar a constituirse en un punto de partida de transformaciones futuras. Comencemos con la actual contienda en los Estados Unidos de América del Partido Republicano, cuya atención, entre otras cuestiones,  se centra en la recuperación de la economía, las críticas alrededor del costo de los programas sociales del Presidente Barack Obama,  el cambio en la orientación de determinados principios, tales como la legalización del aborto, la institucionalización del matrimonio homosexual y la separación entre la Iglesia y el Estado.    
Por ahora damos puntual seguimiento a  un debate político y social de alto voltaje en “el Gran Partido Viejo” (GOP), el mismo Partido que fuera organizado a mediados del Siglo XlX  por Abraham Lincoln, mentor de la primacía del poder general de la Unión federal sobre los particulares de los diversos Estados”,  e insigne defensor de los  postulados antiesclavistas y del “democratismo”, que buscaba conceder también a los pobres la posibilidad de ascender socialmente.  
Hay dos tendencias claramente definidas en la carrera republicana, lo cual supone una ligera variación en el pensamiento tradicional del GOP.  Una de ellas es la representada por el mormón Mitt Roomey, que  lleva una “insegura” ventaja. Este multimillonario es proclive a consolidar la clase media; tildado de “liberal y reformista” por sus adversarios conservadores; estos últimos quienes siguen mayoritariamente  a  Rick Santorum, el ultraconservador católico,  opuesto al aborto y a la contraconcepción, al tiempo que plantea  la necesidad de equilibrar las finanzas de la Unión,  así como en disminuir  impuestos a las empresas privadas, lo cual debe ir de la mano con la reducción de los gastos del gobierno federal.
Prácticamente, los dos restantes candidatos republicanos han quedado a la orilla de la lid. El conservador y expresidente de la Cámara de Representantes del Congreso, Newt Gingrich, enfrenta presiones de sus partidarios en torno a anticipar su retiro,  así  sea adherido su caudal electoral a Santorum. Es la forma de los conservadores republicanos de contener bajo un solo bloque,  la irrupción de un mormón como el candidato oficial, pues según ellos dicho credo religioso se aparta de la fe cristiana.
Eso sí, en sus ofertas políticas, tanto Roomey como Santorum destacan como asunto de primer orden  la creación de mayores empleos, puesto que la cifra que supera el 8%  de desempleo, resulta inadmisible para la única superpotencia política y económica del planeta. Con la obviedad de que ambos postulantes a la candidatura republicana ocultan los desbordados gastos, en que incurrió el Presidente George W. Bush en su estrategia de economía de guerra, en cuenta la consecuente desregulación de los mercados financieros, toda vez  que arrastró quiebras bancarias, luego  intervenciones estatales de salvamento, generadores de la   inestabilidad global del último lustro.         
El proceso de los Republicanos, relacionado con el escogimiento de su candidato, que enfrentará en noviembre del año en curso al Presidente Obama, candidato del Partido Demócrata, cuya reelección tampoco está garantizada, pone de relieve un prolongado debate, que podría condicionar el futuro perfil ideológico de los Republicanos. La interrogante radica en si predominará la línea conservadora, proponente del Estado “bien atado”, mercados desregulados y el predominio casi absoluto de la propiedad privada. O bien, habrá una aproximación a  tesis liberales específicas del Partido Demócrata, las cuales coinciden en imponer mayores  impuestos a los grandes ricos y a las empresas privadas, como también en aumentar las atribuciones del  Estado para que eleve la inversión y las transferencias sociales, a favor de los sectores menos aventajados.   
Eso quiere decir, que “el Gran Partido Viejo"  constantemente dará que hablar dentro de la gran superpotencia.  El Presidente Ronald Reagan llegó a levantarlo, sobremanera, tras el descrédito en que cayó en tiempos del Presidente Richard Nixon, con el desbordamiento del escándalo del Watergate.  Asimismo,  la reivindicación de los Republicanos se explica, en parte, por la actuación débil y farragosa  del Presidente demócrata James Carter, en especial, sus desaciertos en materia de política exterior, sobre todo, frente a los ayatolas iraníes, quienes en 1979 provocaron el asalto en Teherán de la Embajada de los Estados Unidos de América, donde fueron tomados todos sus ocupantes como rehenes, cuyo rescate a manos de  los soldados norteamericanos vino a resultar un completo fracaso.
 Por supuesto, que la reacción negativa del público  estadounidense era de esperarse, ya que aquello ponía en entredicho el poderío global de Washington, burlado por un enemigo de mucha menor capacidad:  el Irán de los fundamentalistas islámicos del ayatola  Ruhollah Jomeini, quienes, además de ser allegados a Moscú,  llegaron, a desafiarlo, doblemente, en el Medio Oriente, tras el derrocamiento  de Mohamed Reza Pahlevi, el sha de Irán, cuyo régimen era un aliado incondicional de los Estados Unidos de América.  
A pesar de sus contradicciones con la China Popular, todo ello ponía en evidencia que  la Unión Soviética ganaba influencia más allá de las regiones de la Europa del Este, Corea del Norte y Cuba. Al mismo tiempo que se expandía por Centroamérica, se consolidaba en la Indochina; el imperialismo soviético alcanzaba no pocas regiones del África.  En el Medio Oriente se granjeaba aliados con Siria, Irak y en parte el  Irán. Había decidido invadir Afganistán (1979) para poner a salvo un gobierno títere, que servía a sus intereses hegemónicos.
En cambio, el Presidente Reagan, el carismático  "cowboy" de línea dura, vino a liquidar  la expansión soviética, merced al respaldo absoluto del Papa Juan Pablo ll. Todavía tengo mis reservas si la primera ministra británica  Margaret Thatcher, fue protagonista de primer orden, del colapso del totalitarismo leninista -  stalinista, pues a mi juicio la Gran Bretaña es una potencia en decadencia.
Lo cierto es que Reagan y el Papa polaco estimularon de modo decidido a  Lech Walesa, en particular,  sus rebeliones sindicales, organizadas en  Polonia;  justamente,  las que iniciaron la ruta de la erosión del “Oso Soviético” y de sus satélites europeos.  El apoyo a “Solidaridad”  obedeció a una política bien pensada de Washington y del Vaticano, en lo cual contribuyó la fortaleza de un Partido Republicano; diseñador de una estrategia político militar,  incapaz de ser controlada por el Kremlin, al igual que la diplomacia activa y beligerante de la Casa Blanca, cuyos resultados positivos elevaron la moral, e hicieron recuperar la confianza de los estadounidenses en torno al poderío y los valores primigenios de la nación.    
Castigado por el Partido Demócrata, en tiempos del Presidente Bill Clinton,  el Partido Republicano no se dio por vencido, dado que llegaron a controlar en varias oportunidades el Congreso.   Mientras fueron oposición fortalecieron su ideario político.   El pensamiento del contrato con América", así como la doctrina del "conservadurismo compasivo", fue rejuvenecido, por lo que después conquistaron nuevamente  la confianza del electorado.
En el ámbito estratégico militar,  "los Halcones" de la Casa Blanca y del Pentágono se encargaron de despejar cualquier duda, acerca del poderío estratégico y militar del “coloso del norte”, con todo el descuido inexplicable frente al sorpresivo ataque terrorista de al Qaeda contra las Torres Gemelas de Nueva York.  Sin embargo, hoy  la misma organización terrorista, casi que ha sido desarticulada por el Ejército estadounidense. Incluso, fallaron por dicha los posteriores cálculos pesimistas y alarmistas de aquel  11 de setiembre del 2001, que  le daban un repunte a al Qaeda. Por el contrario,   con su fanatismo islámico e ideas oscurantistas, los terroristas están demasiado lejos de predominar  en las naciones árabes, éstas decididas a conquistar la libertad e instituir sistemas políticos democráticos, tal como lo demuestra la Primavera Árabe.           
En conclusión, arrebatarle un triunfo electoral al Partido Republicano, arraigado en el espíritu de la nación,  será siempre una tarea difícil y complicada, por lo que el siguiente  proceso electoral, tampoco habrá de ser la excepción; principalmente, por la razón de que el Irán y Corea del Norte persisten en su pulso o juego de poder, equivalentes a  amenazas serias contra la civilización occidental, cuyas argucias y chantajes los Republicanos saben controlar o mitigar perfectamente.      
La otra novedad de la política internacional radica en las declaraciones del saliente Primer Ministro de la China Popular, Wen Jiabao, que acaba de abogar por reformas políticas y económicas urgentes, incluyendo al Estado y al Partido Comunista Chino.
Cabe destacar que  Wen “es considerado el máximo líder del ala reformista del régimen”.  Esta prédica de él por reformas políticas, ha sido la más vigorosa en un país que en tres décadas de apertura, se convirtió en una economía pujante,  pero que es gobernado hace 62 años con mano de hierro por el Partido Comunista y su élite privilegiada, la cual se mantiene de los peajes que pagan los inversionistas extranjeros por ingresar al mercado chino. 
En este orden y dentro de la política de relevo generacional en China,  la prensa internacional ha dado cuenta de la purga de líderes, entre ellos,  Bo Xilai, todavía adeptos a la genocida Revolución Cultural de Mao Tse-tung, lo que da serios indicios de luchas internas dentro del régimen, particularmente las que enfrenta a los reformistas al estilo de Wen y los conservadores dirigidos por el Presidente Hu Jintao.
Pongamos por el momento un asterisco a este tema de la China Popular, con la promesa de abordarlo en otra entrega. Sin embargo, no dejemos de suponer que ese gran dragón asiático nos concederá enormes sorpresas en el 2012.  
Ronald Obaldía González (opinión personal).   

viernes, 9 de marzo de 2012

GUATEMALA TRAS UN CURSO DE ACCIÓN.

GUATEMALA TRAS UN CURSO DE ACCIÓN.

Excelente la interpretación del doctor Guillermo Pacheco Gaitán, profesor estadounidense -  guatemalteco, sobre el trasfondo y los móviles de la postura de Guatemala alrededor de la despenalización de la droga.

 Yendo más allá  de lo polémico y sensible de la tesis como tal, hay que reconocerle, esta vez,  a la diplomacia guatemalteca su creatividad o búsqueda y sentido de oportunidad, particularmente al sacarla a colación, justamente cuando el país centroamericano ocupa un escaño no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Dicha asociación hecha por el doctor Pacheco posee suficiente lógica. Un pequeño Estado nacional está haciendo ahora uso de su poder transitorio en el principal órgano de las Naciones Unidas.  Se sostiene de esto,  para colocar en la agenda internacional una tesis que otras personalidades políticas de América Latina  han hecho tímida referencia; a diferencia de la forma explícita, planteada (oficialmente)  por el gobierno del Presidente Otto Pérez Molina. 

El punto crítico de la sorprendente postura está íntimamente vinculada con los fuertes tentáculos de la droga en Guatemala, al extremo que se ha mencionado la existencia ahí de un Estado paralelo, con un poder mayúsculo que el Estado oficial, pues el primero controla  las estructuras política, militar y civil guatemaltecas.        

Mitigar los efectos progresivos del narcotráfico representa la tarea de mayor prioridad para el gobierno de Pérez Molina. Ello constituye la necesidad real y objetiva de ese pueblo, antes castigado por  guerras civiles que enfrentaron a las conservadoras Fuerzas Armadas, protectoras de dictadores genocidas y a la guerrilla izquierdista, ésta financiada en su momento por el eje cubano soviético.

La posición bien aprovechada de Guatemala en el Consejo de Seguridad deja enormes enseñanzas, por cuanto  llega allí a exponer, con la urgencia del caso, un objetivo e interés nacional bien específico, sentado en una problemática real y profunda, causante de estragos, y amenazadora de la sobrevivencia del Estado Nacional.

El gobierno guatemalteco ha estremecido con su tesis  a las grandes naciones consumidoras de drogas, cuyos progresos respecto a la reducción del consumo de drogas han sido modestos, en simultaneidad con  su proverbial  rechazo de contener las transacciones de sus poderosas industrias armamentistas, cuyos clientes principales en la región llegan a ser los carteles mexicanos y colombianos.  
  
Independientemente, de los argumentos que favorezcan o no la despenalización de la droga, la tesis osada de Guatemala, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad, se aleja de modo significativo del desempeño habitual de los Estados del sur global.

Una buena parte de ellos, al haber alcanzado esa misma representación en el Consejo, llegan a repetir posturas trilladas y cargadas de retórica, por lo demás un ejercicio académico, incapaz de percibir y medir el poder asimétrico prevaleciente en el sistema de las Naciones Unidas.

Por eso  considero que es  falta de imaginación e inacción, que el gobierno de un país determinado, en su condición de miembro transitorio del Consejo de Seguridad, entre otras simplezas, exponga apenas como estandartes las reformas en torno a la organización y a los  métodos de trabajo de ese órgano global;  un debate ya de por sí infructuoso, el cual lleva más de dos décadas, sin reporte de resultados tangibles.

Tan innecesario lo descrito líneas arriba, pues no sobra señalar que las potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad hasta se encargan de minimizar la acción de ese órgano y la propia Organización de las Naciones Unidas, creando fuera de ella  instrumentos de negociación y ejecutando decisiones políticas, económicas y militares que concuerden con sus propios intereses.  

En cambio, Guatemala arriesga y hace buena inversión diplomática con su punto de vista sobre la despenalización de la droga.  Asimismo, causa satisfacción que el Gobierno de Costa Rica contribuya a promover las discusiones alrededor de la tesitura guatemalteca y del  fenómeno del narcotráfico en general, cuyas consecuencias,   Centroamérica ha sufrido en carne propia.   

Aquí lo que interesa es el salto a la palestra internacional de una cuestión, que ha sido eludida, sobre todo,  por el poder transnacional y los burócratas  internacionales,  que, además de sus cálculos fallidos e inoperancia para enfrentar la narcoactividad,  su desempeño responde, con frecuencia, a los dictados e intereses de los grandes países consumidores de la droga.  Siga adelante Guatemala.         

Ronald Obaldía González (opinión personal)

miércoles, 7 de marzo de 2012

GOBIERNO DE COSTA RICA ACTÚA CON SENTIDO SOCIAL. Sala IV rechaza recurso que pretendía frenar construcción de trocha fronteriza.

GOBIERNO DE COSTA RICA ACTÚA CON SENTIDO SOCIAL. AVALADO CAMINO EN LA FRONTERA NORTE.

GOBIERNO DE COSTA RICA ACTÚA CON SENTIDO SOCIAL. Sala IV rechaza recurso que pretendía frenar construcción de trocha fronteriza.
Los magistrados de la Sala Constitucional rechazaron esta tarde el recurso de amparo que pretendía frenar la construcción de la trocha fronteriza, en la margen tica del río San Juan.
Se trata de un recurso interpuesto por la Asociación Déjame Vivir en Paz, que dirige  ALBERTO CABEZAS VILLALOBOS, de nacionalidad costarricense, aunque muy  amigo y allegado del gobierno pseudo - sandinista de Nicaragua.  En el alegato de Cabezas  se aducía  la falta de rampas e infraestructura adecuada para personas con discapacidad.
En un escueto comunicado de un párrafo, la corte no expone los argumentos por los cuales se rechazó el recurso.
COSTA RICA ES LA DEMOCRACIA MÁS CONSOLIDADA DEL PLANETA.

domingo, 4 de marzo de 2012

“El Artista” en la geopolítica moderna. Autor: Adolfo Constenla Arguedas.

“El Artista” en la geopolítica moderna


Autor:   Adolfo Constenla Arguedas, diplomático y abogado.


Estamos en temporada de hechos relevantes dentro de la óptica de las relaciones internacionales: crisis económica en Europa debida a sus planteamientos económicos, futuras elecciones en los Estados Unidos de América, secuelas y continuación de la Primavera Árabe, en particular en la República Árabe Siria o la paulatina consolidación de la República Popular China como potencia económica, política y militar. Todos estos eventos, dignos de ser analizados, una y otra vez, en las primeras planas de los periódicos del mundo o, inclusive, en el cine.

Recientemente, también, ha sido la entrega de los premios que, la Academia de Cine de los Estados Unidos de América, otorga a las mejores obras cinematográficas producidas anualmente. Este tema, también, ha sido reflejado en múltiples foros de comunicación colectiva en las últimas semanas.

Si bien es cierto, se tratan, a primera vista, de temas totalmente ajenos, considero, personalmente, que existen aspectos comunes que pueden ser analizados en ambos casos.

Las crisis que está pasando, en los últimos tiempos, uno de los principales focos de poder en el mundo Occidental: los Estados Unidos de América, ha repercutido en sus producciones cinematográficas. Ejemplo de esto lo constituye el hecho de que, en los últimos dos años, han sido filmes extranjeros, (uno británico, el año pasado (El Discurso del Rey), y otro francés, este año (El Artista), los que han merecido obtener el galardón a mejor película del año, siendo los merecedores del Óscar por esa categoría.

Recién habiendo observado el filme “El Artista”, se puede intuir una sensación de recordar los buenos tiempos pasados, en ese caso los del inicio del cine. El filme, al tratar la época del cine mudo, de los años de primeras bonanzas de la industria cinematográfica en esa potencia americana o el paso al cine hablado, refleja un ideal de retomar recuerdos de épocas pasadas. Lo mismo está ocurriendo en la geopolítica en la actualidad.  La crisis que afecta, tanto a Europa, como a los Estados Unidos de América, especialmente en el campo económico, han hecho mella en su realidad, tal y como le sucede al actor principal del filme, que obtuvo el Oscar a mejor actor este año, el francés Jean Dujardin.

La existencia de un nuevo reto (en el filme “El Artista”, el paso del cine mudo al cine hablado y en la realidad geopolítica actual, la pérdida de predominio de esos actores internacionales mencionados), conduce a los involucrados a un estado de inconformidad, que los lleva a ver disminuida su confianza en el futuro.

En este sentido, otras adversidades (la crisis económica de 1929, en el filme,  y la crisis económica actual que viven el Viejo Continente y la principal potencia americana, en la realidad geopolítica, la idea de dar paso “a los jóvenes actores” (la joven actriz que empieza a desbancar al actor principal, de su “Belle Epoque” en el filme y el correlativo surgimiento de “potencias emergentes” en la geopolítica actual (los BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), que, igualmente, le están robando protagonismo a las “viejas potencias”, conducen a que se puedan dar similitudes entre situaciones de la ficción y la realidad en la que vivimos en este momento.

No obstante esos enfrentamientos, la única forma de superar los retos, que se presentan en la ficción y la realidad, es sobreponiéndose a los hechos (la pérdida de confianza en sí mismo, la aparición de nuevos sujetos que compiten contra los poderes ya establecidos, la crisis económica), recurriendo a formas clásicas de apoyos como recurrir a los viejos amigos ( en el filme la relación entre el actor principal y su mascota y la relación entre “El Artista” y su fiel mayordomo y en la realidad geopolítica actual, los vínculos históricos, culturales, sociales y políticos que caracterizan a Europa y a América, para salir adelante, juntos, de ese bache que los afecta en este momento). Igualmente, el aceptar, no como obstáculos, sino como oportunidades, la necesidad de modificar las formas de pensamiento. Vemos, en cuanto a este aspecto, en la película, que “El Artista” decide, finalmente, incursionar en el cine sonoro, aplicando sus “ventajas comparativas (galantería, experiencia, conocimiento) para superar los difíciles momentos que tuvo que soportar, por causa de una momentánea arrogancia y depresión.

Precisamente, creo, firmemente, que Europa y Estados Unidos de América podrán sopesar la situación de inestabilidad económica, que están padeciendo actualmente, si retoman sus “ventajas comparativas”, particularmente, su experiencia y conocimiento, sabiendo ajustarse a los nuevos paradigmas que presenta un mundo en el cual la existencia de retos y actores nuevos ya no es un “filme de ciencia ficción” sino una realidad presente.

Para Occidente este es un paso necesario y fundamental y, de lograr concretarse, estoy seguro que todos seremos testigos de una realidad, que, nuevamente, nos recuerde esa “Belle Epoque” como la que nos presenta el Artista en su filme.

viernes, 2 de marzo de 2012

LA IMPREVISIBLE PRIMAVERA ÁRABE.

LA IMPREVISIBLE PRIMAVERA ÁRABE.

Suele acontecer que las civilizaciones,  o llámese también las  regiones y  los países en particular,  recorran periodos de sosiego; incluso puede ser que éstos sean cortos o  largos.  A veces  las explicaciones sobre este fenómeno dejan de ser convincentes.   Tampoco existe una sola causa que proporcione orientaciones categóricas,  sobre el por qué  ese comportamiento colectivo es susceptible de ser alterado de manera súbita y drástica.    

Tomemos en cuenta las  tensiones históricas y políticas, específicamente las motivadas  hasta a mediados del Siglo XX  por los apetitos colonialistas de los territorios de ultramar.   El Medio Oriente llegó a  experimentar una etapa de relativo  reposo, sobre todo,  en tiempos del predominio del Imperio turco otomano, prolongado  desde el Siglo  XlV  hasta poco después de la conclusión de la Primera Guerra Mundial, en que se deshizo por completo.  No sobra destacar que hubo  una  convivencia aceptable  entre judíos y árabes  en tal  lapso del Imperio euroasiático, en el que la tolerancia religiosa ocupó cierto lugar respetable.

El Levante, así como el Magreb africano,  apenas se vieron perturbados por los efectos de las dos Grandes Guerras Mundiales.  Los factores de conflicto de carácter doméstico,  que afloraron  entre el 11 de setiembre del 2001 y el 2010,   antes habían estado  sumergidos, aunque en posición cercana a  la superficie de lo representado  hoy por la  Revolución de la Primavera Árabe.

La irritación de los árabes  musulmanes, despertada  frente a  la creación del moderno Estado Hebreo en 1948,   vino alterar significativamente la quietud de la citada región,  pero  la enemistad llegó   a  estancarse y a ocupar  niveles marginales desde el 2010 para acá,   con la excepción del Irán de los ayatolas. 

En las ebulliciones  de Túnez, Egipto, Libia,  Yemen, Bahrein y en la propia Siria,  la cuestión sionista se ahuyentó, al menos por ahora.  De nada le sirvió al déspota sirio Bashar al – Assad  utilizar, como pretexto, el conflicto fronterizo con Israel,  para desviar la atención de las protestas de la mayoría sunita  contra el régimen de terror, procreado  bajo el mandato de su padre, el otro tirano, adicto también a los genocidios.                 

Factores de conflicto, otrora controlados,   como las rivalidades  entre las dos corrientes del Islam (los chiitas y los sunitas),   particularmente en Bahrein, Siria y Yemen, flotaron a la superficie en la Primavera Árabe con demasiada fuerza, siempre en la perspectiva de la transformación.  Tampoco Irak  queda excluida, aquí todavía es más crítico el panorama,  porque se sumaron los intereses particulares de los kurdos.   

De igual forma, los sistemas de gobierno represivos,  la desigualdad y discriminación social como fuentes de tensión, alcanzaron un lugar predominante en el orden del día de la Revolución de la Primavera, sin descartar  la amenaza del Internet contra los sistemas represivos.   Se supuso por demasiado tiempo,  que tales realidades estaban lejos de provocar, como ahora,  tanta inestabilidad en los sistemas sociales arcaicos,  que fueron el denominador común del Medio Oriente por bastantes siglos.    

Se  advertía que la quietud de las tierras desérticas y el  lento paso de los camellos atemperaron la conducta colectiva de los árabes, tal que el propio Islam, manipulado por monarcas y sátrapas, cumplió su rol en justificar  tal comportamiento, ya que  “culturalizó”  en parte los abusos de los gobernantes.  Todo hacía indicar  la perpetuación de tal “estado de cosas”. Sin  embargo, hubo allí un inesperado giro radical,  el cual tiende a expandirse por todo el Medio Oriente.

El nebuloso escenario de la cultura occidental dista  de haber influido en la  Primavera del Levante, lo cual hace más incomprensibles  los orígenes o los móviles  insurreccionales, en apariencia  cohesionada, a su manera, aunque ciertamente su adversario inmediato, tal vez lo constituía el Estado Hebreo, así como algunas políticas desacertadas, según los árabes, provenientes de Europa y los estadounidenses.  

Valga la digresión para afirmar que  la degradación europea, en todos sus ámbitos, elimina la posibilidad de que sus (anti) valores,  relacionados con el despilfarro económico,  las ideas ultranacionalistas y el secularismo extremo, favorecedor del aborto, revelan  por sí mismos su inutilidad, en cuanto haber incidido en los pueblos árabes del presente contexto.  Jamás la  mentalidad europea del Siglo XXl  se hubiera  ganado  la confianza de los nacionalistas, los musulmanes, los demócratas, los desertores de los ejércitos,  todos ellos dispuestos a dar un viraje a sus sociedades.

En cambio, con  todo y sus errores, los Estados Unidos de América se levanta como el mejor exponente,  para representar los intereses de la comunidad internacional en el proceso de cambio social que sacude a la convulsionada  zona. Porque otra vez la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha demostrado su inoperancia, especialmente para frenar las argucias de China Popular y Rusia,  protectores de los autócratas árabes.   

La prudencia y la determinación  del Presidente Barack Obama  en abordar las turbulencias de Egipto, Libia y Yemen, lo mismo que de Siria, ha sido la clave para lograr el acercamiento y el diálogo  con los sectores políticos responsables del cambio, quienes siempre observaron con recelo la política de la guerra preventiva, puesta en marcha por “los halcones” de Washington.   
  
A Estados Unidos de América lo tomó también por sorpresa los embates de la Primavera, de ninguna manera estaba contemplada en su libro de anotaciones de riesgos y amenazas, a diferencia del conflicto israelí – palestino, el fundamentalismo islámico, así como los programas nucleares del Irán, entre otras cosas.

Desafortunadamente, las ciencias sociales han quedado  debiendo en lo que respecta a  exponer las hipótesis alrededor del avance de la novedosa reacción política en el Medio Oriente contra el despotismo, principalmente,  en el caso de  Siria, quien  hasta hace pocos meses,  era administraba, sin perturbaciones,  por  la minoría alawita – chiita que sostiene en el poder a Bashar al – Assad, con base en el método “de la solución final”.  

 Al mismo tiempo, esa ciencia, que ha perdido su espíritu de compromiso,   ha quedado en déficit,  en  cuanto a explicar las razones por las cuales el indigente régimen cubano sigue con vida, el cual,  de seguro, sobrevivirá por un tiempo  mayor.              

Eso sí,  he llegado a convencerme  que lo correcto es estudiar a profundidad los enigmas de la composición bioquímica del  cerebro humano y su consecuente evolución.   Quizás por el camino del estudio del neurotransmisor de la serotonina  y de  las  endorfinas, las cuales  determinan el comportamiento de la persona,  se encuentren  las respuestas correctas para entender el desfallecimiento, mediante procesos populares,  de tanto demente asesino, autores del oscurantismo de los pueblos árabes.

Ronald Obaldía González (opinión personal)