domingo, 26 de junio de 2016

UN LOBO CON PIEL DE OVEJA CAMINA ERGUIDO EN EL PERÚ: "EL FUJIMORISMO".

UN LOBO CON PIEL DE OVEJA CAMINA ERGUIDO EN EL PERÚ: “EL FUJIMORISMO”. Acertamos si citamos a Perú entre las naciones latinoamericanas donde más pensamiento político se ha producido, principalmente en la primera mitad del Siglo XX. Lo pusieron de relieve las ideas socialistas del gran autodidacta José Carlos Mariátegui (1894 – 1930); las tesis americanistas y social democráticas de Víctor Raúl Haya de la Torre (1895 – 1979), cuya formación política la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) tuvo arraigada influencia en los líderes costarricenses de la Revolución de 1948; así también César Vallejo (1892 – 1938), en la etapa de su plenitud poética con sentido humanista y compromiso social. Aquellas visiones, llevadas a la práctica política, fertilizaron no sólo la nación inca, bañaron casi toda la región latinoamericana. En el caso particular de Perú, influyeron en la conducta de la fracción de militares golpistas, guiada por el general Juan Francisco Velasco Alvarado, impulsor de la corriente nacionalista reformista. Le sirvió de base para la nacionalización y estatización de la mayoría de las empresas mineras (antes en manos extranjeras), lo mismo que del sistema bancario, además de las reformas sociales y agrarias, que heredó el confuso anti – APRISMO del gobierno militar, las que en términos ideológicos pesaron mayormente. Las disputas entre Haya de la Torre y el gobierno de facto resultaron incapaces de negar el acento del APRA en el curso del poder de los militares “populistas”, principalmente bajo el comando del presidente Velasco (1968 – 1975). Sobre un discurso emotivo y de masas, el pensamiento social reformista se reivindicó otra vez en el primer gobierno de Alan García (1985 a 1990), dicho sea de paso, García era el delfín de Haya de la Torre, al cabo que era la primera ocasión que el APRA asumiría las riendas del Poder Ejecutivo peruano, antecedido por un proceso electoral en el cual el candidato García se impuso con el 52% de los votos. Casi a la mitad de su periodo gubernamental al presidente APRISTA el control de la economía salió de sus manos. La inflación alcanzó niveles desorbitantes, en tanto que se agudizó el desempleo, producto de la desactivación, o más bien el colapso de la economía. Tras esto se enfrentó al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, haciendo gala contra el pago de la deuda externa. El mandatario aducía que ésta ya se había honrado casi en su totalidad, por lo que procedió, antojadizamente, a fijar apenas el 10% del ingreso nacional, a efecto de asignarlo al cumplimiento del servicio de tales obligaciones financieras. García colocó en pésima posición al APRISMO. La corrupción alcanzó niveles alarmantes. Por su lado, el deterioro de los derechos humanos, frente al ascenso de la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso y los guevaristas del Tupac Amarú, ofrecieron argumentos a las fuerzas armadas para hacer un ambiente político demasiado crítico. Al extremo que las organizaciones internacionales se pusieron en alerta; subrayaron que los sonados casos de abusos y excesos tuvieron similitud con los delitos de lesa humanidad. Justamente, los delitos por los que en parte guarda prisión en Lima el expresidente Alberto Fujimori (de nacionalidades peruana y japonesa), además de los comprobados delitos de corrupción, fraguados bajo la complicidad de Vladimiro Montesinos, su álter ego y la versión peruana del temido “Robespierre”. Un macabro dúo, responsable de sentar las bases del narcoestado, enquistado todavía en el Fujimorismo, el que, gradualmente toma más figura y que la sociedad peruana lo continúa resintiendo. El tiempo terminó fusionando los intereses entre los cuadros tradicionales del APRISMO, presidido por Alan García y el “Fujimorismo”, particularmente en las pasadas elecciones. Ambas organizaciones están lejos de ser organizaciones anti - sistema - menos aún el partido “PPK” del candidato vencedor Pedro Pablo Kuczynski - . Por eso, el balotaje o la segunda ronda de votación, llegó a ser una especie de “test” acerca de la vigencia indiscutible del Fujimorismo, en correlación con la estrecha e inocua derrota de Keiko Fujimori - hija del caudillo - ; quien, esta vez, fue objeto del respaldo - una inversión a futuro - del antiguo enemigo de su padre. Tan enemigos fueron que, al sucederle en el poder, Alberto Fujimori, autor de un régimen democrático "iliberal" o autocrático - pues organizó procesos electorales, pese a que asumió plenos poderes con el apoyo de los militares - desató una abierta persecución contra García, luego convertido en expresidente huidor. Lo persiguieron por los mismos cargos, por los que “el Chino” guarda hoy prisión. El líder, el preferido de Haya de la Torre, quedó así desprestigiado, vetado en la escena política por más de diez años. Entre ambos líderes y formaciones hay bases comunes. Porque en lo social, los Fujimori representan “una derecha, populista, compasiva”, lo cierto es que además rondan los lavadores de dinero, quienes evocan “las épocas pasadas de los gobiernos del “Chino”: la corrupción, la compra de voluntades, los cómplices de las violaciones a los derechos humanos (entre ellos, un segmento de militares), los tecnócratas y los administradores de la dictadura. Aunque poco valieron los arrebatos y las amenazas de aquel advenedizo y opaco régimen autoritario, por cuanto el APRISMO con Alan García, eso sí, bajando la guardia con sus históricas tesis social demócratas, e invirtiendo energías por lavarle el rostro a su líder, retornó por segunda vez al poder (2006 - 2011), abrazando la ideología del libre mercado y de la apertura comercial, con lo cual, en la etapa del Presidente Alejandro Toledo, la economía nacional, basada en la producción de minerales, la industria pesquera y la intensa actividad turística, alcanzó vertiginosos crecimientos anuales cercanos al 6%. Con todo, tales logros económicos registran insuperables estancamientos sociales, es el caso que “el 70% de los peruanos se gana la vida mediante empleos informales”. A su regreso a la política, García, siendo aquel afamado orador de masas, buen recurso para desmentir su conducta dolosa, se refugió en la táctica exitosa de atemorizar a la mayor parte de la sociedad nacional (“votó por el menos peor”), exponiendo los estigmas, arrastrados por su adversario, el general Ollanta Humala, a quien se le asoció como discípulo del diversionista y disparatado régimen venezolano de Hugo Chávez - y sus aliados suramericanos -, quien, por cierto, mantuvo extrañamente una relación de buenos amigos con Fujimori. Antes mencionamos la inversión hecha esta vez por el APRISMO, urgido en sobrevivir, ya sea “como uña de león”. Seguro se creyó en que es capaz de conciliarse y después maquillar al Partido Fuerza Popular, el de los Fujimori; por eso, en el balotaje se apuntó con la controversial familia. Ella y su partido, desde un principio y sin desmarcarse tampoco de las ideas sociales, aprendidas del APRISMO fundacional de Haya de la Torre, ha trabajado de modo considerable en sectores populares o los sectores de bajo ingreso de Lima y de otras ciudades, más las zonas rurales, “gran parte de su voto viene de ahí”. Su apuesta por la mano dura (en cuenta la pena de muerte) contra la inseguridad es otra de “las esencias que ha mantenido”, lo cual atrae, peligrosamente, la aprobación de la ciudadanía. Igualmente, el expresidente Alan García practicó “la mano dura”; hasta aquí llegó la afinidad con el siempre oscuro y dúctil Fujimorismo. A diferencia del resto de naciones latinoamericanas, de lo que sí podemos estar seguros es que en las Fuerzas Armadas peruanas sobrevive todavía un sector, distanciado del comportamiento favorecedor del statu quo, aliado (casi) incondicional de las poderosas élites del poder conservador. El desenlace y la valoración de Ollanta Humala, el Presidente saliente y declarado anti Fujimorista - cumplió como gobernante, al lado de su elegante y brillante esposa, Nadine Heredia -, quien dribló los temores infundados alrededor de sus inclinaciones “chavistas”, pone de relieve nuestra hipótesis. Los propios opositores reconocen los positivos indicadores de su política social, sin poner en riesgo el esquema, el rumbo de la economía de mercado, así como la gobernabilidad institucional. Solamente su esposa es maliciosamente cuestionada apenas por el uso inadecuado de una tarjetas de crédito. Sin embargo, tales revanchismos significan el pan nuestro en la política latinoamericana. Nos hace suponer que la experiencia reformista y nacionalista del militar golpista Velasco Alvarado , así como las raíces fundacionales del APRISMO, pudieron haber ofrecido materiales ideológicos al proyecto político de la agrupación del Presidente Humala, el Partido Nacionalista Peruano. En vez de formar coaliciones con los radicales izquierdistas del Frente Amplio peruano, ya como líder opositor, Humala posee los réditos suficientes para cooperar en la reconstrucción del sistema político de su nación. A la vista identificamos el riesgo, representado por el partido de la familia Fujimori, este se convirtió en el partido más votado (40%)en la primera ronda, cuenta con la clara mayoría en el Congreso (73 diputados de 130). Mientras una oposición dividida, compuesta por la izquierda extremista del Frente Amplio contará con 20 legisladores; el partido PPK del Presidente electo, Pedro Pablo Kuczynski - empresario exitoso, exministro, músico, descendiente de judíos alemanes - contabilizará 18. Nada tiene que este año, mediante un balotaje reñido, ese hombre honesto pudiera precariamente derrotar al Fujimorismo. Así, entonces, con tal de contrarrestar dicha pesadilla, los sectores democráticos, agrupados alrededor de la figura del Presidente entrante y de Ollanta se verán obligados a construir un bloque político, que facilite la gobernabilidad institucional, particularmente, la reconstrucción del Poder Judicial para desafiar la criminalidad organizada, de la cual tanto se nutrió la espuria dictadura peruana de la década de 1990. Ronald Obaldía González (Opinión personal).

sábado, 4 de junio de 2016

Ronald Obaldía González escribe a la señora Eliette Artavia, exprofesora del Liceo Rodrigo Facio Brenes (Zapote - San José).

Ronald Obaldía González escribe a la señora Eliette Artavia, exprofesora del Liceo Rodrigo Facio Brenes (Zapote - San José). Mi querida y hermosa profesora de Biología. Esta semana que terminamos la tuve demasiado presente. Una vecina me pidió de forma angustiada que sacara de su cochera una culebra. Ella estaba sola con su niña. De inmediato acudí al llamado de ella. Dada mi fascinación por las serpientes, me hice no más de un palo de horqueta que por otros usos poseo. Me apresuré a solucionar el peligro. Cuál fue mi sorpresa que se trataba de una hermosa culebra de tierra, que en su conjunto salen a la superficie debido al impacto de la lluvia. Quien fuera, iba preparado para todo, menos acabar con la vida del reptil, menos en este caso, se trataba de un animal inofensivo. Por qué mi pensamiento?? La recordé demasiado, como le repito. Pues me llegó a la mente un evento suyo con una compañera del colegio en aquellos hermosos años. A su alumna se le había acercado un extraño insecto, exótico, por cierto, enseguida e irreflexivamente lo mató. Usted observó la escena, para mala suerte de ella, por lo que fue objeto de una fuerte llamada de atención, acompañada de sabiduría científica. Le hizo ver el daño ambiental producido con su acto instintivo y destructivo. Así también salieron a relucir los beneficios acarreados al medio y a la protección de la cadena alimenticia, gracias a esa especie de insectos, cuyo ejemplar había sido abatido. Mi querida profesora, su gesto fue toda una lección científica, llena de los más profundos sentimientos que calaron hondo para toda la vida en uno de sus estudiantes. De manera, que la osada culebra de tierra al encontrarme frente a frente intuyó que le respetaría la vida, entonces no ofreció mayor resistencia al capturarla, con los mayores cuidados para evitarle una lesión. Se dejó tomar y después simplemente la colocamos en un sitio más seguro para ella. Así arreglamos aquel litigio biológico. Gracias mi querida profesora.