martes, 22 de diciembre de 2015

AGREGANDO VALOR HUMANO A LA ECONOMÍA COSTARRICENSE, MEDIANTE LA ABSORCIÓN RESPONSABLE DE MIGRANTES.

AGREGANDO VALOR HUMANO A LA ECONOMÍA COSTARRICENSE, MEDIANTE LA ABSORCIÓN RESPONSABLE DE MIGRANTES. Sin ella difícilmente podría realizar sus actividades profesionales, así como sus otras tareas responsabilidades familiares. Lo confirma sin reparos la inteligente y laboriosa Trabajadora Social, poseedora de ingresos económicos equiparables a los del nivel de los ciudadanos, pertenecientes a la clase media alta de Costa Rica. No se reserva sentimientos para exhibir insistentemente la gratitud, el cariño y la total confianza que le guarda a su servidora doméstica, ella nacida en Nicaragua. Ambas han cultivado una madura relación interpersonal, al extremo que el vínculo laboral de 15 años se ha ido desdibujando para dar lugar a una comunicación llena de empatía. La nicaragüense administra las finanzas de su patrona; realiza los pagos de sus tarjetas y el resto de los trámites bancarios. Sus servicios los ofrece a otros hogares, aunque no tanto con la amplitud y variedad que lo hace para con esa profesional tica. Opciones laborales se le han presentado en dicho ámbito ocupacional, dominado por mujeres nicaragüenses, ciertamente protegido por ellas con celo y probidad. La trabajadora nicaragüense decidió asentarse con su esposo en Costa Rica. Él eligió la ocupación de vigilante de residencias (o guachimán"), lo cual le ha permitido granjearse la confianza de los usuarios de sus servicios, tanto así, de llegar a convertirse en el principal sostén de la seguridad de las viviendas, dada su fraternal colaboración. La pareja nicaragüense engendró a su única hija en nuestro país, quien por cierto ni siquiera ha tenido conciencia del lugar de nacimiento de sus progenitores. La adolescente de 16 años siente plena felicidad de ser costarricense, de ahí que sus padres, satisfechos de lo alcanzado materialmente, mediante el trabajo honrado, ni por la mente les pasa regresar a su país natal, menos a la joven adolescente. Sabe que aquí se le abrirán las posibilidades de concluir sus estudios y trascender como persona, por eso el interés de ingresar a la universidad, tras la conclusión de los estudios secundarios. Justamente, en la institución pública donde ella cursa la secundaria, además de convivir armoniosamente, ha encontrado jóvenes en su misma condición: hijos de padres nicaragüenses, quienes emigraron a nuestro país en búsqueda de reconstruir sus vidas. Entrando en detalle, el hecho o escena real aquí citado es ya demasiado común en la sociedad costarricense, la cual refleja los propios rasgos de las pequeñas economías desarrolladas; insertadas en la globalización y la digitalización. Como otras, ha llegado a ser “una democracia liberal orgullosa de su compromiso con los valores de la libertad política y económica (Carola García-Calvo. ARI 71/2015 - 3/12/2015); fortalecida, en los últimos tiempos, como una comunidad multicultural y étnicamente diversa, la cual gira a favor del desarrollo humano y la protección del medio ambiente; destino a la vez de miles de emigrantes, especialmente centroamericanos, caribeños, suramericanos, estadounidenses, chinos y en menor volumen europeos; una tendencia casi que irreversible. Desde los comienzos de la independencia nacional, nuestros estadistas habían considerado la conveniencia de facilitar la inmigración extranjera. Para los fines de este comentario, nos interesa apenas recordar la forma en que se originó la colonización de la región selvática y agreste de San Vito de Coto Brus, localizada al sur - sur del territorio nacional. Si bien, sus primeros habitantes fueron costarricenses e indígenas panameños, quienes se organizaron con el objetivo de fundar una comunidad próspera (basada en el café, primordialmente), fueron los inmigrantes italianos (casi 120 familias) que entraron por el puerto de Golfito, relegados en Italia después de la Segunda Guerra Mundial. Primero, por el presidente José Figueres Ferrer (1948 - 1949), avalado luego por el presidente Otilio Ulate Blanco (1949 - 1953), se le brindaron facilidades a la Sociedad Italiana de Colonización Agrícola (SICA), con tal de impulsar a estos colonos italianos "a poblar y ocupar gran cantidad de tierras, que aún para las décadas de los cincuenta y sesenta estaban libres". De este modo, se logró expandir la frontera agrícola, por lo que 45.000 personas habitan una zona dedicada a la producción agrícola, proyectos forestales y ecológicos, así también al turismo y el comercio, producto de su cercanía con las comunidades fronterizas de Panamá. La presencia extranjera en la historia y el desarrollo nacional ha sido de enorme provecho. Solo hemos puesto el ejemplo de los orígenes de la colonización del cantón de San Vito. Se nos quedan atrás el Caribe, las antiguas comunidades bananeras de la zona sur, así como los cantones de Los Chiles, Upala y Guatuso, o bien, Guanacaste, entre otros. Los estudios acerca de los antecedentes de la composición étnica costarricense, han puesto de manifiesto la exclusión de críticas divisiones o discriminaciones. Hubo algunos brotes racistas, particularmente contra los alemanes e italianos en la década de 1940, influenciados, más que todo, por la confrontación ideológica y militar en el lapso de la Segunda Guerra Mundial. Con la excepción de este caso especial, y tal vez otros menores por allí, la constructiva receptividad nativista hacia los diferentes flujos migratorios nos ha permitido enriquecer nuestra cultura cívica nacional. Tal y como hemos visto, nos preguntamos si en su condición de migrantes económicos, los cientos de cubanos - jóvenes en su mayoría -, refugiados en los albergues, organizados por nuestra Comisión Nacional de Emergencias, al mismo tiempo (los cubanos) un capital humano de elevada formación académica e instrucción técnica, habrían de poseer motivos o intereses irrenunciables, en cuanto a abstenerse de escoger a Costa Rica como su destino en lugar de los Estados Unidos de América. Siendo de otro modo, con la subrayada ayuda de las organizaciones internacionales, el Gobierno y la sociedad costarricense bien podría ponerse en práctica un experimento similar al aplicado con la comunidad italiana asentada en Coto Brus, a principios de la década de 1950. Tengamos en cuenta que Costa Rica cada vez es más vieja. Eso ya lo conocemos desde tiempo atrás. Los más recientes datos lo prueban. La investigadora "del Programa Estado de la Nación", Natalia Morales, menciona que los adultos mayores representarán el 15% de la población para el periodo 2030-35, en el 2050 serán una cuarta parte. Morales recuerda que el fenómeno repercutirá en el sistema de pensiones, de salud, atención en centros de cuido, etcétera. Por lo tanto, los cubanos aquí varados podrían repoblar zonas periféricas de bajo desarrollo, ya sea fundando Pymes y proyectos productivos. En cambio, en los Estados Unidos de América seguro que los esperan labores escasamente creativas. En fin, multiplicidad de tareas hay en nuestro país a la disposición de gente inteligente y capacitada como ellos. Otrora, lo conseguimos a través del efecto positivo de nuestras políticas sociales y modernas leyes migratorias, las cuales giraron hacia la integración de los miles de inmigrantes centroamericanos, que, en su conjunto, representan uno de los principales factores de desarrollo y prosperidad nacional. Tan revelador sentido ostentan los generosos testimonios de la profesional costarricense y la servidora doméstica, con los cuales iniciamos este comentario, que al final concluyó en esta atrevida fórmula, la cual, por su parte, se aleja de "la tesis de puertas abiertas a la migración". Feliz Navidad, amigos todos. Ronald Obaldía González (Opinión personal)

jueves, 17 de diciembre de 2015

VISIÓN REAL DEL FALLO DE LA CIJ. AUTOR: FREDDY PACHECO LEÓN.

· VISIÓN REAL DEL FALLO DE LA CIJ. Autor; Freddy Pacheco León . EN BREVE: Sabíamos que esas 300 ha de isla Portillo, invadidas por el soldado Pastora y sus hombres, eran costarricenses. Pero Nicaragua decía y defendió lo contrario. Ahora que la Corte declaró que isla Portillo es nuestra, el titular en La Prensa de Nicaragua, resalta que PERDIERON isla Portillo. Y dicen además, que la laguna Harbor Head quedó enclavada en territorio costarricense. Así de importante fue esa sentencia. - - Además, aunque Pastora dice lo contrario (no se puede esperar mucho de él) la CIJ condenó a Nicaragua por la apertura de los caños artificiales y POR EL DAÑO AMBIENTAL provocado sobre el humedal Ramsar. Y muy importante, A INDEMNIZAR A COSTA RICA por ese daño ambiental. Pago que habrá de plantearse dentro de los siguientes 12 meses (donde habría de acordarse entre los dos Estados). Si no fuere así, el asunto deberá ser llevado a La Haya para su decisión. No es correcto decir (como Pastora y por aquí) que no se le hubiera condenado a Nicaragua por ese daño al ecosistema costarricense. -- En cuanto a la trocha, la Corte reafirmó lo determinado hace dos años al rechazar las medidas cautelares solicitadas por el equipo nicaragüense, en el sentido de que Nicaragua NO había podido demostrar el alegado daño causado a la navegabilidad del río San Juan (y los jueces dieron por buenos los estudios hechos por profesionales del ICE y otros, que cuantificaron el aumento en los sedimentos entre un 1 y un 2%). Pues bien, pese a eso, expresó correctamente que existe RIESGO ambiental con la construcción de la carretera y que, por tanto, debió de haberse presentado un estudio de impacto ambiental previo. Fallo que fortalece la normativa ambiental de ambas naciones (Nicaragua se ha negado a entregar sendos estudios, uno sobre el fallido proyecto hidroeléctrico Brito... que hubiera secado el río San Juan en un gran trecho, y el que pareciere también fallido proyecto del gigantesco canal interoceánico). Ahora las reglas tendrían que ser otras. No se dio la llamada sentencia "salomónica" que algunos dijeron que se daría (otro error de algunos analistas). El fallo fue contundente a favor de Costa Rica y demostró que el equipo profesional costarricense es de la mayor calidad, con la incorporación de expertos extranjeros que siempre nos dieron confianza y que, como se demostró, siempre caminaron por buenos caminos. Los especialistas nacionales (encabezados por don Édgar Ugalde, don Arnoldo Brenes, don Sergio Ugalde...) con su trabajo calificado y gran dedicación nos han dado una gran alegría a la mayoría de los costarricenses. Vencieron, y vencieron bien, frente a un equipo nicaragüense que, algunos dijeron, eran altamente calificados, expertos reconocidos, que incluso habían "humillado a Colombia" (algo que no es cierto) y que seguramente se lucirían frente al equipo costarricense. Bueno, qué bueno que por aquí también se equivocaron. Costa Rica ha recuperado su integridad y soberanía territorial en un área que mide más de CUATRO VECES lo que mide el parque La Sabana, aunque, como es lógico, se ve como un pequeño punto en los mapas a escala 1:50.000 del IGN. Estoy celebrando (¡y no soy político!) y más cuando pienso en cómo nos sentiríamos los compatriotas en el hipotético caso de que la sentencia hubiere sido a favor de Nicaragua, y hubiéramos perdido (nosotros sí) ese rico humedal limonense. Saludos cordiales. Freddy Pacheco León

sábado, 5 de diciembre de 2015

QUIZÁS SEA EL COMIENZO DEL FINAL DEL CHAVISMO EN VENEZUELA.

QUIZÁS SEA EL COMIENZO DEL FINAL DEL CHAVISMO EN VENEZUELA. Hagamos referencia de la Nomenclatura chavista de Venezuela y su propósito inquebrantable de perpetuación en el poder, hasta matar líderes opositores, entre ellos, Luis Manuel Díaz; “ebria del poder”, hostil a los Estados Unidos de América, Canadá y España, en cuenta otras democracias occidentales; centrada en desarrollar “un instinto de conservación”, a pesar de los estragos económicos en ese país, de los cuales es responsable directa. La nueva clase “boliburguesa”, saqueadora, despectiva frente a los derechos humanos. “Mastermind” del chavismo”, relacionado con el narcotráfico, nos estremece el desprecio de Diosdado Cabello por la vida, en ocasión del recién acribillamiento del dirigente de la oposición - seguro quedará impune - , así también el encarcelamiento de líderes opositores. Lo que pone en evidencia la descomposición moral y la conducta criminal del gobierno de Nicolás Maduro, un gobierno sospechoso al mismo tiempo de mantener comunicaciones con el Estado Islámico (ISIS), la organización terrorista del Medio Oriente (Carlos Morales, fundador y director ejecutivo de Strategies Consulting CA. 2015), pues a ambos los une el odio antiestadounidense. Paradójicamente, el odio “contra la nación imperialista” adonde se dirigen casi el 50% de las exportaciones de la producción petrolera venezolana, a sabiendas que su economía nacional depende de esa materia prima; que el 95% de los dólares que entran al país vienen de dicho comercio (Daniel Pardo, 2014). Las prácticas dictatoriales y semi - totalitarias del chavismo, “el diccionario de injurias e insultos y demás excesos”, despiertan los peores recuerdos del impacto en América Latina de la doctrina de seguridad nacional, en los tiempos del predominio de las dictaduras militares de derecha. Adentrado el Siglo XXl, presenciamos la nueva versión de esa tal doctrina de muerte y oscurantista, guiada en esta ocasión por un sector de la pseudo - izquierda de la región. Sí, la pseudoizquierda vulgar, porque tampoco podemos negar que hay izquierda inteligente y racional, a saber, la chilena, la brasileña, la uruguaya, incluso la salvadoreña, respetuosa del Estado de derecho, ajena a los artificios de los fraudes electorales, esos preparados por Nicolás Maduro; invisiblemente engañosos, por lo pronto pillados, al plantearse el ascenso de la opresiva Junta Cívico-Militar, con la que (Maduro) ha amenazado si las urnas le son adversas. El chavismo ha diseñado un sistema electoral a su medida. De igual modo, haciendo uso de los recursos del Estado, los dictadores Alfredo Stroessner, la familia Somoza y los militares guatemaltecos y salvadoreños, entre otros, organizaron campañas electorales en aquel entonces; asimismo, en un ambiente de muerte, persecución, vejámenes, hostigamiento y chantaje contra la oposición. La Nomenclatura como tal posee el poder total, administra la economía a su antojo, bajo regresivos dogmas bolcheviques, que apuntan contra la economía de mercado y la propiedad privada. Los dogmas sobre los que opera el sistema educativo y la red de asistencia social. Adoptándolos como punto de partida de su peculiar revolución, el chavismo se dedicó a controlar toda la vida de la nación. Por eso, boicotea y censura los medios de comunicación, acosa los partidos políticos y las organizaciones cívicas que lo adversan. Se adueñó de las fuerzas armadas, en medio de la asesoría y la influencia de la inteligencia del régimen castrista de Cuba. Para haberse asegurado una base social de apoyo, el régimen venezolano ejecutó una política social, que relativamente llegó a mejorar las condiciones de pobreza de los sectores social y prolongadamente excluidos por los antecesores al chavismo, fueran las antiguas dictaduras y los partidos políticos (corruptos en exceso), que en el contexto de una elevada concentración y acumulación de la riqueza nacional, representaron las élites políticas y económicas tradicionales. Allí aparece Carlos Andrés Pérez y su clan político, ha sido el mejor exponente, otrora un asalariado periodista, exiliado en Costa Rica en la década de 1950, residente en el populoso cantón de Guadalupe, pero luego de su paso por la presidencia venezolana, se convirtió en uno de los personajes más acaudalados de América Latina. Por su parte, Hugo Chávez procedió a despilfarrar descaradamente los ingresos acumulados - sus allegados se enriquecen - , producto del período de los buenos precios internacionales del petróleo - ahora en picada - , los cuales aliviaron la frustración de los grupos postergados, sostén del partido oficialista. El actual partido gobernante, el Partido Socialista Unido de Venezuela, cuyo apoyo popular ha ido disminuyendo desde la muerte del presidente Hugo Chávez en 2013, enfrenta actualmente una serie de acusaciones internacionales por narcotráfico y violaciones a los derechos humanos. Difícilmente, las denuncias por narcotráfico podrían influir en las elecciones de Venezuela, principalmente en una sociedad signada y deconstruida ya por el crimen organizado; este bien armado y enriquecido, gracias a Hugo Chávez - además, protector de la guerrilla colombiana - , quien desde el inicio resultó indulgente con el uso de armas por parte de las pandillas armadas en las zonas marginales, ellas también dedicadas al comercio de la droga. El mandatario culpaba “a la burguesía criolla” de la condición de pobreza y violencia que rodeaba a tales “estratos desposeídos”. Eso sí, con este punto de vista, la revolución bolivariana ha hecho de esa nación una de los más violentas del mundo. Ni la fallida democracia liberal de Venezuela, tampoco el chavismo llegaron a tener la paternidad de las justas aspiraciones de justicia social y del humanismo latinoamericano. Ambos fueron incapaces de cambiar la realidad de los hechos, particularmente en un país carcomido por la fragilidad del Estado de derecho, la corrupción rampante, la crónica desigualdad social, titubeante en normalidad democrática. Y en cuanto al área económica, sujeto a la dependencia de la renta petrolera, en desmedro de la diversidad productiva. Con todo, el descrédito del Partido Socialista Unido de Venezuela, son demasiado las dudas que nos asaltan con respecto a la oposición antichavista. Ayuna de un proyecto unificador; a la vista luce lejana la visión de su voluntad y capacidad de gestar y ejecutar políticas sociales a favor de los sectores populares rezagados, donde se pone de manifiesto lo antipopular que resulta ser. En el conjunto de la sociedad, dadas las divisiones políticas, la constelación de intereses, la reproducción de “la burguesía conservadora”, las huellas del chavismo, simplemente llegaría a ser complejísima la tarea política de “hacer borrón y cuenta nueva”, específicamente tras la supuesta derrota del chavismo, prevista el 6 de diciembre de este año en las elecciones legislativas, o bien, en un futuro próximo, en caso de su parcial destronamiento. Decimos parcial, por cuanto las fuerzas armadas y los órganos de inteligencia, enteramente chavistas, acusados de complicidad con el narcotráfico, entraron en tal complicación. Los distintos niveles de los cuerpos militares perfilaron su actual accionar en el largo periodo del chavismo, el cual desvió su rol institucional, improbable de desestimar ante un renovado proceso de remodelación del Estado. Todo ello comporta la lógica de sostenerse (las fuerzas armadas) como agente decisivo de la sociedad política, en dirección de preservar sus privilegios y las transacciones consolidadas con el socialismo bolivariano, para lo cual los asesores cubanos hicieron “un efectivo lavado de cerebro”. Síntoma de una Venezuela convertida “en un instrumento al servicio de los intereses de Cuba”, en especial, de su política exterior y la correspondiente sujeción servil. Curiosamente hacia la Cuba, que ha puesto los pies sobre la tierra, limando asperezas con los Estados Unidos de América. Raúl Castro se convenció de que “su isla” no puede sobrevivir sin una relación de intercambio con la economía norteamericana (Enrique Benavides Chaverri, 1981). De cualquier forma, la comunidad internacional debe prepararse para dar una respuesta conjunta y categórica a cualquiera de los escenarios de fraude del chavismo (Alejandro Tarre, 2015), con tal de contener su perpetuación en el poder. Lo otro es sustraerse del ingenuo seguimiento a las maniobras guerreristas, al cabo que eso significará el concederle respiración artificial a la dictadura decadente de Maduro, la cual viene fabricando conflictos fronterizos con Colombia y Guyana. Una táctica que la capitalizara con nacionalismos demagógicos, tanto Anastasio Somoza como hoy “el neosomocismo” de Daniel Ortega, al desviar las constantes tensiones domésticas, esculpiendo enemigos externos. Confirmando su vocación democrática, el Gobierno de Costa Rica, así como Mauricio Macri, el Presidente electo de Argentina nos ofrecen, dichosamente, lecciones inspiradoras y aprendidas a favor de la defensa del sistema democrático y de los derechos humanos, de cara a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en Venezuela. En cambio, guardan silencio sepulcral “los papanatas”, los doblegados por el sectarismo, lo mismo que los dirigentes de las naciones adheridas a la revolución bolivariana, para exportación en América Latina y el Caribe, “cuyo medio, la petrodiplomacia”, es decir, “el recorrido por la región con chequeras, comprando lealtades y sobornando”. En cierta medida le dio resultados y réditos en distintos escenarios regionales. Algunos aprovechados vieron incrementados sus bolsillos, sea Daniel Ortega y su espurio partido político, receptor de más de 3.000 millones de petrodólares venezolanos. “¡Lo que hay que ver todavía!”. Ronald Obaldía González (Opinión personal) Colaboradora: Priscilla Soto Cascante, estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica.

lunes, 23 de noviembre de 2015

LLEGÓ EL TIEMPO DE REPENSAR EN EL SISTEMA PENITENCIARIO COSTARRICENSE.

LLEGÓ EL TIEMPO DE REPENSAR EN EL SISTEMA PENITENCIARIO COSTARRICENSE. Frente a la estulticia y el egoísmo humanos, frecuentes en casi todas las organizaciones pública y privadas, en su lugar llegan a ser refrescantes las iniciativas atinadas de aquellas autoridades públicas, quienes hacen esfuerzos supremos por apartarse de tales comportamientos destructivos. Me refiero esta vez a la tesis de la brillante (y elegante) Ministra costarricense de Justicia y Paz, Cecilia Sánchez Romero, en cuanto a cuestionar relativamente la cárcel, como único instituto y recurso de sanción contra los infractores de las leyes penales. Coincidimos con esta inteligente mujer tica en que la cárcel llega a ser degradante en estos tiempos, cuando las sociedades civilizadas aspiran a hacer realidad (a ultranza) el pleno respeto de los derechos humanos, consustanciales al respeto a la dignidad de la personalidad humana; al cabo de que los asesinatos en las ciudades y las cárceles costarricenses distan de experimentar incrementos exponenciales o patológicos. Siempre en consonancia con el Estado de derecho y al amparo de su buen juicio, la Ministra Sánchez Romero, interesada en la aplicación de modalidades alternativas al de la odiosa cárcel, así también preocupada por el hacinamiento carcelario - "barbarie", impermisible en Costa Rica - , nos trae a la memoria al sacerdote jesuita (cristiano) de la India, Anthony de Mello, psicoterapeuta a la vez, conocido por sus libros y conferencias sobre espiritualidad, en los cuales se apoyaba en los postulados teológicos de otras religiones, entre ellas, el budismo y el hinduísmo, además de la tradición judeocristiana. Este sacerdote proclamaba que a los enfermos mentales, lo mismo que a los privados de libertad "no había que encerrarlos, lo que había que hacer era curarlos". Tras leer buena parte de los libros de este sacerdote asiático, difícilmente encontré algún tratadista penal, que encarne con la beligerancia del caso, tal visión humanista y revolucionaria, llena de base moral. Una visión que persiste en el convencimiento, en cuanto a la posibilidad modificar y rehabilitar al infractor, o el comportamiento negativo de cualquier persona, a pesar de su dramática vulnerabilidad social. Eso sí, teniendo presente la compasión, la educación, la cultura, el entorno ecológico y comunitario, es decir, el justo reconocimiento de su humanidad, de lo cual tampoco podemos prescindir. En línea con este principio filosófico, el abogado nacional Carlos Tiffer sugiere la promoción de alternativas al encarcelamiento, o sea, otro tipo de sanciones más integradoras socialmente, pensándose siempre en la reinserción del infractor a la sociedad, mediante “la inserción al trabajo”, el servicio a favor de la comunidad, la reparación de los daños, así como el uso de los dispositivos electrónicos, etcétera. Incluso, los programas de reintegración hay que acompañarlos de estrategias efectivas para prevenir en la población la adicción a las drogas y el alcohol, a sabiendas que esta enfermedad incrementa los factores de riesgo en el auge de conductas delicuenciales. Por esto mismo, resulta conveniente reforzar la misión y la gran labor científica del Instituto costarricense sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), en la perspectiva de enfatizar en la prevención del delito, mediante la salud física y mental (Carlos Tiffer, 2015). En cambio, en el Siglo XlX el criminólogo italiano Ezequiel Cesare Lombrosio planteó erróneamente que los delincuentes son natos, accionan por instintivos, sobre todo, proclives únicamente a romper los frenos inhibitorios, estos que sí poseen las personas normales. Su escuela positivista (racista, discriminante, siempre la he acercado al darwinismo) suponía que las taras genéticas o las causas genético hereditarias (ausentes en los sujetos normales), entre ellas, la protuberancia en la frente, los pómulos salientes, los ojos achinados, las protuberancias en el cráneo, determinaban que un sujeto cometiera delitos. Un supuesto apresurado, pues un rasgo de estos forma parte del fenotipo de cualquiera de nosotros. Desde antes, un hecho singular, comenzó a poner, paradójicamente, en entredicho el planteamiento biológicamente determinista o condicionante de Lombrosio. A finales del siglo XVIII un grueso número de convictos británicos - aproximadamente 200.000 - fueron transportados a la fuerza a las diversas colonias (penales) de Australia. En ese entonces, el gobierno británico había analizado varias alternativas, a fin de aliviar la condición de sus prisiones, las cuales estaban saturadas. El incidente de las prisiones coincidió con uno de los argumentos que justificaron, propiamente, la exploración del continente australiano, en esa época convertido en colonia agrícola de ultramar. De este modo, los convictos realizaron allí trabajos duros, casi en situación de esclavitud. Los últimos convictos que fueron trasladados a la fuerza a Australia llegaron en 1868; es decir, hace apenas poco tiempo. Al cumplir su sentencia, ellos quedaban liberados. Igualmente, sus hijos eran libres desde su nacimiento. Todos en familia se enriquecieron, se transformaron en la clase de colonos prósperos, capaces de construir un poderoso territorio, como la nación australiana moderna, en cuya grandeza aportaron personas delincuentes, en este caso, quedó confirmada su naturaleza modificable, en contraposición a Lombrosio, al declarar su innata e instintiva condición violenta y delictiva. El origen de esos australianos, expuesto a estigmas posteriores, complicado y sensible "fue convenientemente olvidado o encubierto". Así, ellos lograron tener en sus manos la oportunidad de reconstruir sus vidas en aquellas remotas tierras, temple que en el fondo, como dijimos, lo llegó a negar la escuela positivista clásica, la cual presumiblemente encuentra adeptos en Costa Rica. Es reveladora la resistencia de algún sector de la opinión nacional a admitir los preceptos jurídicos y los métodos de intervención de los sistemas de adaptación social. Variaciones que tampoco se proponen marginar la sanción racional, objetiva de la pena. Dicho sea de paso, nuestro sistema penitenciario cuenta con personal competente y probo. Al mismo tiempo, en nuestro medio abundan los apologistas de la aplicación de mayor represión, incluso la violencia, al defender la portación de armas de fuego; opciones que en nada resuelven el objetivo de contener la delincuencia. Da pena escuchar a no pocos alarmistas en los espacios de opinión, manipulando signos emocionales y melodramáticos. Caen en el abuso de homologar nuestro país con los sombríos escenarios del triángulo del norte de la región centroamericana, al igual que México y Venezuela, estos, ciertamente, situados a años luz de nuestra realidad delictiva. Con ello, llegan a desvirtuar la verdadera política pública, de la cual el régimen penitenciario está ayuno. Tengamos fe en la Ministra Sánchez Romero, y que ella aprenda “a dar abrazos” a quien se le interponga en esta empresa. Ronald Obaldía González (Opinión personal). Colaboradora: Priscilla Soto Cascante, estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica.

lunes, 16 de noviembre de 2015

La dictadura de Nicaragua agredió inmigrantes cubanos. Tras este acto salvaje, la diputada costarricense Sandra Piszk lo condenó

La diputada costarricense Sandra Piszk escribió: "La confrontacion ideologica entre izquierdas y derechas en nuestro pais, es intrascendente ante los horrores que dia a dia vive nuestra generacion y ante los grandes problemas humanitarios, cuyo combate no deberia tener signo politico. Hoy en Costa Rica amanecemos horrorizados no solo por lo sucedido en Paris y en Libano sino por la violencia del ejercito nicaraguense contra los migrantes cubanos. El Gobierno de Daniel Ortega en un nuevo desplante de prepotencia y guerrerismo lanza gases lacrimogenos y ataca indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños cubanos cuando tan solo han puesto un pie en su territorio. Y lo mas ironico del asunto es que Rosario Murillo, vocera del Gobierno y conyugue de Ortega culpa a nuestro pais de atentar contra la seguridad nicaraguense. Es ese el regimen que los nicaraguenses que pelearon en el 79, querian para Nicaragua? Es ese el ideal de los sandinistas que sacrificaron su vida combatiendo la dictadura de Somoza? Es esa la promesa de una sociedad equitativa, generosa, y libre? Hoy el Gobierno, los partidos politicos y los sindicatos especialmente aquellos aliados del regimen de Ortega, los sectores sociales y grupos organizados, todos,.... tenemos que levantar la voz. Es un asunto de humanidad!"

sábado, 7 de noviembre de 2015

DIÁLOGO SOBRE LA RIQUEZA INJUSTA.

DIÁLOGO SOBRE LA RIQUEZA INJUSTA. Ronald Obaldía González escribió: Rodrigo, siempre he tenido problemas de interpretación con este párrafo bíblico, podrías explicármelo: "Evangelio según San Lucas 16,9-15. Jesús decía a sus discípulos: "Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. " Siempre me ha resultado complejo entenderlo. Rodrigo Díaz Bermúdez escribió: Ronald, los capítulos de los evangelios son muchas veces un conjunto de perícopas compuestas a base de lo que se llama logoi o dichos de Jesús y para entenderlos hay que comparar diversos manuscritos. La versión armonizada nos da una imagen final, pero el proceso redaccional y la evolución del texto nos permite ver cómo llega hasta el momento final. Esto nos obliga a ver el contexto o contextos, internos y externos para comprender cuál es el tema principal y no solo las sentencias a veces irónicas que acompañan la pieza completa. Veamos: El capítulo 16 se relaciona con el contexto del capítulo 15: Ambos están dirigidos a los fariseos, 15:2-3; 16:14 Los oyentes adicionales eran los discípulos, 14:33; 16:1 Las parábolas de los dos capítulos tenían como objetivo exhortar las actitudes de los líderes religiosos y revelar a losdiscípulos el plan redentor y las características del corazón que siempre busca de Dios. El hilo conductor del capítulo 15 es el amor de Dios para con los pecadores perdidos; mientras que el enfoque del capítulo 16 es el amor de losfariseos al dinero, 16:14-15 (el capítulo 16 se unifica mediante el contraste rabínico de "avaricia-dinero"). La parábola (16:1-13) causó mucha controversia por su interpretación; ya que al parecer alaba el fraude. Sin embargo, debe entenderse quecierto tipo de parábolas (ej. las historias contrastadas) sirven para ilustrar una enseñanza positiva a través de un ejemplo negativo (cf.18:1-8): La clave para la correcta interpretación de la parábola es: ¿Quién habla en el v.8 de la parábola, Jesús o el dueño del terreno? Los versículos 8b-13: Jesús comenta el amor al dinero los comentarios de la Iglesia primitiva (el autor del Evangelio) ¿Constituyen una unidad literaria? No se detenga a leer los detalles de la parábola. Busque la verdad central. Hay similitudes entre el Hijo pródigo y el Mayordomo injusto: Un padre terrateniente y misericordioso En la primera, un hijo infiel; en la otra, un mayordomo bien pagado, pero infiel En ambas, ninguno ofreció excusas por sus pecados, pero confiaron en la misericordia del padre/acreedor. Es evidente que el capítulo no cuenta con un tema conductor. Con frecuencia se hace difícil identificar las unidades literarias. ¿El v.13es un dicho independiente? ¿Cómo se relacionan los vv. 16-18 con un contexto más amplio? Lucas parece haber interrelacionado varios dichosde Jesús, pero queda en duda el porqué y el cómo. El tema central es la inadecuada priorización del yo, la riqueza y el orden de estemundo. El relato de Lázaro, que aparece en los vv. 19-31, es la quinta parábola de una serie (capítulos 15-16). Intenta ilustrar las verdades delos vv. 8b-14. El excesivo amor al dinero es el asunto del capítulo 16. Los fariseos, a quienes se dirigía Jesús, eran como los hermanos deLázaro (v.29). ¡Conocían la Ley y los profetas, pero escogieron no responder apropiadamente! Ellos creían en una futura vidafísica con Dios, pero no comprendieron el hecho de que la fe en Jesús es la llave de esta vida futura. Hay una sorpresa inesperada reservada paralos líderes religiosos de los tiempos de Jesús. Kenneth E. Bayley en, Poeta y Campesinos, desde la mirada de los campesinos, señala que hay una estructura de pensamiento que nos permiteinterpretar las parábolas de Lucas desde una perspectiva cultural. Rodrigo Díaz Bermúdez escribió: También tengo en mi archivo esa pregunta que la hicieron en la iglesia hace algun tiempo. La respuesta es la siguiente. Casi repeticion de lo anterior.Las "riquezas injustas" mencionadas por Cristo en Lucas 16:9,11 no son riquezas ganadas por medios injustos o deshonestos. El contraste señalado con "riquezas injustas" es con "lo verdadero". Las riquezas materiales NO SON "lo verdadero". Son posesiones o riquezas relacionadas más con este mundo y su injusticia. Las riquezas materiales son peligrosas tentaciones. El amor a ellas es raíz de toda clase de injusticia o maldad (I Timoteo 6:9,10). En ningún momento no debemos pensar que Cristo esté aprobando riquezas logradas por medios deshonestos o injustos. En este contexto "riquezas injustas" es lo opuesto de la verdaderas riquezas espirituales "lo verdadero" (compare I Timoteo 6:17 19; Mateo 6:19 21). La exhortación de Cristo a Sus discípulos ("Ganad amigos por medio de las riquezas injustas") señala el uso CORRECTO y SABIO de estas riquezas materiales. La mayoría de las personas gastan todas sus ganancias en sí mismo en forma totalmente egoísta. Pero el discípulo de Cristo debe usarlas para el beneficio de otras personas (expresando de esta manera un amor concreto y práctico a los demás y ganando así amigos vea I Juan 3:16,17). Nos aclara que estas buenas obras nos beneficiarán después de esta vida ("cuando éstas nos falten") porque de esta manera nos recibirán "en las moradas eternas". Esto nos recuerda de la enseñanza de Cristo en Mateo 25:31 46. Cristo declara que una base fundamental en el día del juicio final ser si hemos ayudado a los necesitados en forma práctica o no. También nos aclara: "en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (Mateo 25:40). A estos discípulos fieles que amaron al prójimo y en ellos a Cristo se les dirá en aquel día: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" (Mateo 25:34). Luego en Lucas 16:10 Cristo nos explica que nuestra fidelidad en el uso correcto y sabio de estas cosas materiales (lo muy poco) es medida de la fidelidad que mostraremos en "lo más" cosas espirituales de mayor importancia eterna. Al mismo tiempo en Lucas 16:11,12 nos exhorta a la fidelidad ( lo opuesto del mayordomo en la parábola) en el uso de los bienes materiales que Dios pone en nuestras manos. La última exhortación en esta enseñanza de Cristo es a servir a Dios, no a las riquezas (Lucas 16:13). El mayordomo infiel usó las riquezas del amo para su propio beneficio. Realmente sirvió las riquezas en vez de servir a su señor. El discípulo de Cristo debe entender que es imposible ser discípulo verdadero y al mismo tiempo servir o amar las riquezas. En cada parte de esta aplicación al cristiano, el Señor Jesucristo nos pone EN CONTRASTE con el mayordomo infiel. (1) Nosotros debemos reconocer que las riquezas materiales son "injustas" en contraste con "lo verdadero" las bendiciones espirituales y eternas. (2) En vez de usar las riquezas materiales en forma egoísta, las debemos usar para el beneficio de otras personas. (3) En vez de un beneficio material ahora, nosotros recibimos la entrada en "las moradas eternas". (4) En vez de ser infieles (injustos) en el uso de las posesiones materiales que Dios nos presta, debemos ser fieles. (5) En vez de servir las riquezas, debemos servir a nuestro Señor. Debemos aprender del mayordomo infiel pero debemos aprender a actuar en forma DISTINTA con motivos DISTINTOS y resultados DISTINTOS que aquel siervo injusto. Rodrigo Díaz Bermúdez escribió: Riquezas injustas son todas, Ronald, todas. Para Jesús ninguna fue justa. Y eso es una gran verdad. La riqueza es el resultado del trabajo injusto. Bendiciones. Rodrigo Díaz Bermúdez escribió: El salario que tu recibes es riqueza injusta. Lo que Jesús hace es decirte que lo uses para ganar amigos, para fines altos, generosos, que esa siembra dará fruto a tu favor en algún momento. La forma de ganarse el dinero, parte de la riqueza acumulada de la sociedad, puede ser honesta, pero la riqueza en sí, no es justa nunca, siempre es producto de lo injusto de la vida. Profundo. Rodrigo Díaz Bermúdez escribió: Si rastreas todo la Biblia, evoluciona desde una comprensión de las riquezas como bendición de Dios, hacia una concepción de la riqueza como un peligro, que Dios permite para usarlo en beneficio del Reino. Las riquezas pasan del atractivo del A.T. a la sospecha del N.T. donde son consideradas injustas.¿Por qué el Señor dijo: “Riquezas injustas”? las riquezas ¿son injustas o justas? Las riquezas de por sí, son injustas; no hay riquezas justas. Las riquezas fueron y son causa de esclavitud; los ricos, son esclavos de sus riquezas y los pobres, son esclavo los ricos a causa de las riquezas (Lc.12:34). En una oportunidad (nos dice la Palabra de Dios), vino un joven, y le pidió al Señor que interviniera a favor de el, para que su hermano repartiera con el la herencia pero, el Señor le respondió: “Hombre ¿Quién me ha puesto entre vosotros como juez o partidor”? Y añadió:… “Miren y cuídense de toda avaricia; porque la vida del ser humano, no consiste en los bienes que posee”. La Palabra de Dios, nos dice que las riquezas es considerada como un “dios” (Mateos 6:24). Tal es la influencia de la riqueza que los que las poseen, tienen puesto todas su confianza en el (su fe en el dios $). Mucho de los asaltos, robos, estafas y asesinatos, son inspirado por las riquezas ¿luego, las riquezas son justas? La Biblia nos dice que no. Ronald Obaldía González Excelente explicación, déjame poner este escrito tuyo en el blog personal. Rodrigo Díaz Bermúdez escribió: Fijate que la palabra traducida como “riquezas” es la palabra aramea mamon, que en griego se convierte en mamona, y también es utilizada en los vv. 11 y 13. La exhortación puede ser contrastada con la actitud fútil del rico insensato, cuya avaricia no le permite ver más allá de lo inmediato (Lucas 12:13-21). Ronald Obaldía González escribió: ahora que leo este artìculo tuyo me hace muy bien observar el pleito entre unos allegados cercanos por la avaricia que se tienen por la venta de la casa donde nacieron y se criaron, ni siquiera respetaron que sus padres con todo el esfuerzo la compraron para ser justos con sus hijos; ahora que murieron, profanan aquel gesto de nobleza de sus progenitores. Rodrigo Díaz Bermúdez escribió: Sí, asi es, Jesús tenia razón. En Eclesiastés 11: 1. Echa tu pan sobre las aguas, que después de muchos días lo hallarás. 2 Reparte tu porción con siete, o aun con ocho, porque no sabes qué mal puede venir sobre la tierra.…

domingo, 1 de noviembre de 2015

EN GUATEMALA Y ARGENTINA HAY, DE VERDAD, PODERES DETRÁS DEL TRONO.

EN GUATEMALA Y ARGENTINA HAY, DE VERDAD, PODERES DETRÁS DEL TRONO. De toda suerte, Guatemala concluyó la semana pasada sus propios comicios generales, que transcurrieron sin mayores zozobras y poco entusiasmo. Jimmy Morales comediante, enchapado de rancio racismo, quien dice "temer a Dios" y al que se le vincula con empresarios y militares conservadores es el nuevo presidente electo de Guatemala. Con amplia ventaja en la segunda vuelta de las elecciones ganó a Sandra Torres, la exprimera dama social - demócrata. El alto abstencionismo, que rondó el 52%, “da una seña inequívoca” sobre la crisis de credibilidad que afecta la política guatemalteca (Sergio Erick Ardón, 2015), una debilidad agrandada, merced a la intromisión de los militares en la estructura burocrática del Estado, al igual que la reveladora infiltración del crimen organizado y sus peligrosas cuotas de poder. Las elecciones guatemaltecas estuvieron signadas por el escándalo de corrupción, relacionado con el cobro de sobornos, asociados a la evasión de impuestos aduaneros, lo cual culminó con la renuncia a inicios de setiembre pasado del presidente Otto Pérez - también militar y con antecedentes de violaciones a los derechos humanos en los tiempos de la guerra, protagonizada por el ejército y la guerrilla izquierdista. Los argumentos de la desgastante guerra: la irremediable desigualdad social, además de la desintegración étnica, era la justificación de la guerrilla para superarla, en este empeño nada logró. Por su parte, sirvió de justificación al ejército y la oligarquía cuasi - feudal para desactivar cualquier reforma social, como aquella la de Arévalo y Arbenz (1944 - 1954), que la CIA estadounidense frustró o, en su lugar, contrarrestar la amenaza del comunismo. Tras la fallida reforma social guatemalteca, las arcaicas estructuras de poder y la discriminación étnica guatemaltecas continúan casi intactas. Los Acuerdos de Paz (1996), suscritos por el gobierno y los insurgentes resultaron insuficientes, y con ello poner fin a los factores determinantes de la desintegración y la ausencia de cohesión social, incluidas la continua influencia del ejército y la fragilidad de las instituciones políticas y judiciales. La corrupción es apenas una de las desgracias, encima de ello hay un panorama todavía más riesgoso, eso sí, la dimisión del Presidente Pérez no deja de resultar algo esperanzadora. Sin embargo, la cruda realidad social, que inmovilizó a sus predecesores, sin talante, ni poder de decisión, es tal, que puede programar otra vez al nuevo Presidente, es de preverlo. Su mandato, como es usual en Guatemala, da cuenta que entrará demasiado hipotecado “a los mismos de siempre”. En Argentina hubo también elecciones generales. En una segunda ronda, que tendrá lugar el 22 de noviembre del año en curso se definirá si habrá continuidad o no del oficialismo, es decir, el peronismo (kirchnerista). El peronismo ronda los ochenta años de historia en la culta e inteligente nación suramericana, surgido del carisma de Juan Domingo Perón y de su primera esposa Eva. Esbozó la doctrina de la justicia social, basada en políticas sociales paternalistas a favor de la clase trabajadora; prohijó el nacionalismo e impulsó la industrialización; en cuanto a tendencias políticas, sin desprenderse de la economía de libre mercado, ha girado a la derecha (con Carlos Menem a la cabeza) o a la izquierda (algo así como la familia Kirchner). En 1973 Perón había alcanzado otra vez el poder, le sucedió de inmediato María Estela Martínez, quien, poco antes enviudó de Perón. Pero, en medio de la radicalización, las agitadas y violentas contradicciones internas entre los grupos izquierdistas y derechistas dentro de este movimiento, al igual que en el pasado, llegó a ser objeto de otro golpe de Estado, el cual dio origen a la dictadura militar en 1976. Así se inició el periodo más traumático y oscuro de la historia argentina, el de “la guerra sucia”, que implicó el asesinato de activistas sociales e intelectuales, opuestos al gobierno de facto de los militares, así como la eliminación de los guerrilleros izquierdistas, llamados “los montoneros”. Una de ramas contemporáneas del peronismo, a saber, la familia Kirchner y su círculo íntimo suma 12 años de mandato; el decir de no pocos de sus adeptos, es que la prefieren para gobernar, “porque a pesar de robar, hace mucho por el país”. Al adoptar políticas sociales populistas, regidas por el Estado intervencionista, al lado de una política exterior cercana “al eje chavista bolivariano” - nada extraño en esto, en los inicios de su farragoso movimiento, Juan Domingo Perón (con su esposa Eva) se alió al nazi fascismo alemán - , ahora el mandato del peronismo (kirchnerista) puede llegar a su fin en el balotaje. Hubo avisos recientes de ello, el candidato oficialista a la Presidencia de la nación, el multimillonario Daniel Scioli (antes derechista, hoy “populista”), obtuvo una victoria pírrica frente a su principal opositor Mauricio Macri, este seguidor del libre mercado y de políticas de ajuste, hasta de mejorar las relaciones y entendimientos con los Estados Unidos de América. El también candidato oficialista acaba de perder definitivamente la elección de gobernador de la provincia de Buenos Aires, luego de casi 30 años de ser gobernada por el peronismo; como dijimos, las señales de derrota en el balotaje se expanden, sobre todo, al tenerse en cuenta que dicha provincia alberga el 40% del padrón electoral. Ya sea en la oposición o en el gobierno, el peronismo y sus múltiples tendencias oficiales poseen “un arco de alianzas sociales y corporativas” extremadamente influyentes, entre ellos también, senadores y diputados sagaces, el sindicalismo, los empresarios nacionales, medios de prensa (Julio Burdman, 2015). Si bien, Argentina atraviesa una crisis económica, lo cierto es que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner deja la presidencia con popularidad, con legitimidad y lealtades (Burdman, idem), tanto dentro del peronismo como en las estructuras burocráticas del Estado, así como aliados en el poder federal y corporativo. Lo cual significa que si la sucediera la oposición anti - peronista, esta vez representada en la segunda vuelta por un partido realmente “novato”, la tarea de gobernar quizás estará lejos de serle sencilla. Hay que tener astucia y agallas para enfrentar un peronismo, colocado en la oposición. Los presidentes Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa lo experimentaron, tienen malos recuerdos. Ronald Obaldía González (Opinión personal),con la colaboración de Priscilla Soto, estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica.

miércoles, 21 de octubre de 2015

EN SIRIA, INEVITABLES LAS SOLUCIONES MILITARES, PERO TAMBIÉN LAS VISIONES DIPLOMÁTICAS.

EN SIRIA, INEVITABLES LAS SOLUCIONES MILITARES, PERO TAMBIÉN LAS VISIONES DIPLOMÁTICAS. Reducidas las capacidades políticas, sobre todo, sociales y económicas de las naciones emergentes, entre ellas, Brasil, India, México, Argentina - dejemos a un lado de este grupo a China, lo mismo que Rusia, una potencia todavía, heredera de la extinta Unión Soviética -, bien convendría hacer un ejercicio académico, o no sé qué, acerca de la necesidad de repensar en argumentos de índole civilizatorio o cultural, para con ello iniciar el debate acerca de la ampliación de la estructura y la composición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), tomando en cuenta a África y las naciones árabo musulmanas. Reconocemos que como hipótesis para la reforma amplia del Consejo puede tener mayor relevancia y significación el factor civilizatorio (étnico, cultural y religioso) que el trabajado hasta ahora: ese que favorece el ascenso a él de las económicamente riesgosas y vulnerables llamadas potencias emergentes, las que aspiran ocupar allí titularidad permanente. La perspectiva y la riqueza de los valores y propòsitos del diálogo intercivilizatorio, un primer paso lo representa el reciente acuerdo nuclear con Irán, podrían ser elevados al ámbito de la esfera superior del multilateralismo, esto para la mitigación de crónicos y severos riesgos universales (el yihadismo y el terrorismo), empeoramientos que no necesariamente tienen como origen los distintos ámbitos de la economía global. Habíamos comentado que de los citados países se excluyó a China y Rusia, quienes son miembros permanentes del órgano preponderante de la ONU; hace tiempo que los emergentes insisten también en poseer ese estatus, un rango jurídico que preservan además Estados Unidos de América, Gran Bretaña y Francia. Este hecho, para casi todos, obedece a razonamientos históricos, políticos, económicos y militares. Las cinco grandes potencias adquirieron ese derecho, merecidamente, al vencer al nazismo y el fascismo en la Segunda Guerra Mundial; por ninguna razón este poder llegó a ser una decisión antojadiza de la comunidad internacional. Líneas arriba calificamos a la Rusia (imperial) de Vladimir Putin, como una potencia mundial. La mejor evidencia de este poder ha sido el remezón, causado por ella en las últimas semanas al tomar la decisión (realista) de intervenir en la guerra civil de Siria en alianza con el Irán, Irak, posiblemente China Popular se uniría más adelante, todo ello con el propósito de acabar con los yihadistas (islámicos - sunitas) del Estado Islámico (EI o Daesh) y Al Qaeda (ambos antioccidentales), así también golpear la oposición, supuestamente moderada, lo cual equivale a sostener al disminuido mandatario sirio Bachar el Asad, cuya dinastía opresora fundada por su padre, ha estado aliada a los rusos desde los tiempos de la Guerra Fría. Especialmente, Rusia e Irán han puesto todos sus activos diplomáticos, económicos y militares detrás de ellos (José Ignacio Torrealba, 2015), con tal de eliminar el yihadismo del Medio Oriente. En la guerra siria el encontrar islamitas moderados es complejo, a decir de los rusos; de igual forma, en toda la región, por eso son también atacados - , Puede ser verdad, la mejor prueba llegó a ser la Primavera Árabe en Egipto, de ella sacó ventaja únicamente la radical Hermandad musulmana, quien menoscabó las fuerzas cvilizatorias democráticas, especialmente en Egipto. A pesar de la repugnancia de las soluciones militares o “el poder duro” de las grandes potencias, en Siria son imprescindibles. Hay que reconocer que “el repliegue militar”, en compañia de las fallidas y dubitativas fórmulas diplomáticas y políticas de Estados Unidos de América, secundadas por la Unión Europea, al final dieron como resultado la consolidación de los terroristas islámicos en territorios sirios e iraquíes, los cuales les sirven de refugios y de justificación hacia la constitución de “un delirante califato”. A falta de una política común en Siria, incluso Irak, los europeos y los estadounidenses no consiguieron ponerse de acuerdo “y el resultado es una guerra civil dentro de una guerra civil” (Entrevista de Javier Morán a Emilio Lamo de Espinosa en La Nueva España, 2015). Occidente perdió la oportunidad de acercarse en el inicio de la Primavera Árabe a la rama alauita chiita - la menos dogmática del Islam -, con base en las tácticas del poder blando se hubiera podido desplazar del poder a la dinastía gobernante de Siria, se hubiera impedido el derramamiento de sangre que arroja la pérdida de casi 250.000 vidas. Con todo, sus desaciertos en Ucrania y Crimea, la mano dura de Rusia y de sus aliados han demostrado poner freno a la irracionalidad y el fanatismo de los terroristas, en parte, causantes de las conmociones en el Medio Oriente y del África subsahariana; un talante trocado en crueldad y en violaciones a los derechos humanos, lo cual hace imposible cualesquier arreglos políticos. Apenas las intervenciones militares y los bombardeos de las fuerzas militares rusas tienden a crear fricciones (por incursiones aéreas) en países como la diezmada y dividida Turquía, quien, enfrentada al sector extremista de los Kurdos, guarda vecindad con la zona de conflicto, al cabo que al principio su gobierno pro-islámico, a la vez enemigo del régimen sirio, se mostró reacio a participar en las acciones contra el EI, conducta que hace poco resintió Washington. Recientemente, Ankara dio un giro en su estrategia de cara al EI, al ser víctima de varios actos terroristas, al albergar miles de refugiados sirios, decidió abrirse a la coalición, dirigida por un Estados Unidos de América inquieto por la precisión de la intervención militar rusa en Siria y de su idea pertinaz de sostener a al Assad, al que Occidente considera el principal obstáculo de la pacificación. Al intervenir en la guerra, Moscú sabe que una respuesta militar de Occidente en su contra sería una opción altamente improbable, pues hasta ahora se ha calculado que es preferible mantener en el poder al gobierno sirio, por un tiempo, que verlo en el suelo a manos del Estado islámico y de Al Qaeda, enemigos tanto de Occidente como de Rusia. Por ello, ambos se inclinan en ser capaces de dar forma a una intervención con una coalición en la que los países árabes deberían estar claramente en vanguardia, y detrás de ello, por supuesto, la OTAN (Idem, entrevista de Morán a Lamo). La táctica de rearmar y entrenar los grupos islámicos (parcialmente) moderados, opuestos a la vez al gobierno del dictador el Asad, pues derrocarlo es su objetivo prioritario - en cuenta la rama alauita chiita a la cual pertenece - tampoco resulta exitosa, menos aún, para atacar al EI, quien desgastó al gobierno sirio y pone al descubierto la ineficacia del ejército de Irak; dicho sea verdad, un país fragmentado en tres frentes, a saber, los sunitas, sus enemigos los chiitas y la minoría étnica de los Kurdos, quienes periódicamente entran en disputas militares. Miembros de estas denominaciones, además de los sirios, libios, afganos, africanos, etcétera, conforman el incontenible flujo de inmigrantes que huyen de la guerra y la pobreza. Y que particularmente a la Unión Europea mantienen en alta tensión, dado el desacuerdo interno, el estancamiento social y las complicaciones económicas que dificultan el darles refugio. Los nacionalismos y las corrientes anti - integracionistas europeas aceleran el rechazo a los nuevos éxodos, los estigmas culturales y religiosos, así también los eventos traumáticos del terrorismo islámico, la peor amenaza de la seguridad mundial, fertilizan las tales resistencias de no pocos europeos; la propia Alemania, abierta a aceptar mayor cantidad de inmigrantes, tampoco se escapa de los movimientos xenofóbicos, en particular, los islamofóbicos. Ciertamente, tiene sentido la creación de una amplia coalición internacional entre Occidente, Rusia e Irán, a fin de combatir a las organizaciones terroristas en Siria e Irak, algo parecido a aquella contra el nazi fascismo de Adolfo Hitler en la Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces se sentaron los principios y la columna vertebral de la diplomacia multilateral, con ello, la creación de la ONU. Pasando a nuestro tiempo, una vez derrotados el EI y Al Qaeda, bajo una perspectiva geocultural y antropológica - en lugar de la geoeconómica, propuesta por las potencias emergentes - valga la pena asignarle en este Siglo XXl un rol clave a la cultura arabo islámica, al igual que a África. Hay que enmendar las arbitrariedades y errores pasados “del neocolonialismo y del paternalismo”, protagonizados por la cultura Occidental en dichos confines, fuente también de la prolongada inestabilidad, la violencia, las actuales guerras civiles, el atraso y la desesperación social. El orden internacional además de plantear complicaciones económicas, al mismo tiempo acompaña hondas sensibilidades políticas, culturales, étnicas y religiosas, de carácter histórico y estructural. Significa, entonces, admitir “el reto que supone la libre expresión de la culturas árabe y africana” en el ámbito del multilateralismo, ello se gana concediéndole a cada una de ellas un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Supongamos que esta visión comportaría erosionar el complejo de superioridad del mundo desarrollado y de las superpotencias, a cambio de hacer predominantes nuevos paradigmas en las relaciones con los países árabes (Jesús Núñez Villaverde, 2015) y la cultura negra africana. Sabemos que dicho tipo cambio expone sus resistencias, dados los privilegios de las potencias tradicionales en la diplomacia multilateral. Sin embargo, las concepciones justas y equilibradas, hacen que la comunidad internacional sea coherente con los propios postulados democráticos, los derechos humanos y del diálogo intercivilizatorio, siempre en la confianza de enfrentar el radicalismo y la perpetuación de “Estados fallidos”. Ronald Obaldía González (Opinión personal)

lunes, 28 de septiembre de 2015

ETIQUETAS POLÍTICAS: MAQUIAVELO, ESTADO NACIONAL, MAL GOBIERNO, COLOMBIA.

ETIQUETAS POLÍTICAS: MAQUIAVELO, ESTADO NACIONAL, MAL GOBIERNO, COLOMBIA. En su mayoría, los líderes políticos mundiales fallan, frecuentemente, en astucia y creatividad, principalmente en cuanto a sortear situaciones específicas de inestabilidad en el Estado nacional, ya sea por “la mala fortuna”, la ingratitud de los ciudadanos - hay demasiado de ello -; consideremos la envidia, las intrigas de la gente, tanto de sus aliados como adversarios, bien sea toda clase de conspiraciones, así como la inconstancia de la opinión pública; todo lo cual llega a poner en entredicho o no las habilidades políticas de los estadistas. Es a estos últimos a quienes fijamos la mirada cuando, especialmente, el Estado, ese complejo aparato, poseedor del monopolio del poder y la fuerza, se torna incapaz de salvaguardar la unidad y la cohesión nacional: su causa fundacional y final; e inútil, en cuanto a ofrecer paz, prosperidad, felicidad y esperanza al soberano (o el pueblo), como lo explicamos en un artículo anterior. Repasamos al florentino Nicolás Maquiavelo (1513) y de nuevo nos salta la preocupación del déficit en “el arte de gobernar y en saber mandar”, que caracteriza en las sociedades nacionales a no pocos dirigentes (“el príncipe”, así llamado por Maquiavelo al dirigente de su época). Esto es la mala preparación de quienes han escogido la vocación de adquirir poder. A su decir, significa la pérdida de destrezas “de los antiguos y los nuevos príncipes”, quienes pierden esa habilidad, la cual consiste en desnudar los hechos y la realidad, una realidad que se vuelve más poderosa que los Estados, quienes, al carecer “de redentores”, son “el vulgo” o “los bárbaros”, quienes se apoderan de la sociedad, por lo que ésta termina “pudriéndose y deshaciéndose”. Trasladando “el realismo” de Maquiavelo a nuestros tiempos, nos desvela el deterioro de múltiples sociedades, a causa de la incapacidad de sus propios Estados, unido a líderes “desarmados de virtud, valor, prudencia y habilidad”, que hacen crónicos los males. Así entonces, le resulta imposible a la institucionalidad mantenerse, fortalecerse y preservar la cohesión y la unidad social (“la razón de Estado”). Sus armas inmediatas, las cuales otorgan poder a la sociedad política, tales como la burocracia, el sistema legal, la (des) legitimación de la fuerza y su gama de recursos, serán responsables también, al reducirse gravemente su capacidad de convencimiento y eficacia. Al llegarse a tal extremo, el pueblo se resistirá a los entes políticos, se comenzará a percibir que las instituciones antiguas perecerán pronto, dado que el soberano deja de creer en ellas, son ajenas a él, pues las emplea el más fuerte; al ser inseguras tendrán limitaciones en cuanto a reafirmar su creencia o recobrar el valor que antes pudieron haber poseído. De este modo, seremos testigos de la erosión del Estado nacional y la ruina del gobernante (el príncipe, según el florentino), asi como de la pérdida del control ideológico del Estado sobre la sociedad civil (Antonio Gramsci, 1891 - 1937). Las fisuras se han de ensanchar entre ambas instancias, tal que la gradual ruptura en las intercomunicaciones entre ambas instancias ha de acarrear “el mal gobierno”, el desorden, en pérdida de confianza en “la fe pactada” con los líderes y responsables del funcionamiento de los órganos del Estado. (El príncipe o) el gobernante trastabilla. "Ya no piensa bien para congeniar con la sociedad civil", se distancia de la virtud de ser fiel a su palabra y de “obrar siempre francamente”, una disciplina de la “ética política” (Jean Jacques Chevallier, 1974), que, de ser acatada, habrá de comprometer al líder a conciliar de manera constante con la sociedad civil". Pero, si en vez de este valor, (el príncipe) emplea el vicio de sustituir el comportamiento virtuoso por “frases ampulosas, llenas de adornos extraños” (la demagogia), ello lo conducirá a la pérdida de poder dentro del Estado. Enseguida no más, salen a flote los reproches de los súbditos o del soberano - complicación que en nuestros tiempos salpica peligrosamente a los partidos políticos, “el príncipe corporativo”, estos, las entidades mediadoras entre la sociedad política y la sociedad civil, aunque susceptibles de amenazar la institucionalidad, “al obsesionarse por las conjuraciones”. En el contexto de un panorama decadente, el Estado pierde la perspectiva del bien o el sentido de la evolución. Por lo tanto, las anormalidades habrán de salir a la superficie; en su conjunto adquieren el rasgo de peligrosas mutaciones, a este nivel se “perdieron los Estados”, como decía Maquiavelo. En casos de opresión y desorden, la aplicación de “la fuerza justa”, la cual es hasta imprescindible (ya sea la del derecho o hasta la física, pero bien empleadas para conservar el Estado, al contrario de las crueldades mal practicadas) estará lejos, en un momento determinado, de ser la receta (será injusta) contra “el río impetuoso que descarga sus furores”, la metáfora de un Estado nacional que entró en “ruina”. Hasta aquí llegó a acechar la sombra de la destrucción, al acentuarse los vacíos de legitimidad, que solo la previene la estabilidad y fortalecimiento social; que es a su vez la materia prima del poder. Ese vacío, el cual representa el factor de riesgo mayúsculo de los Estados democráticos y pacíficos, sobre todo que ellos se muestran débiles, pues pueden carecer “de armas y fuerza” para mantenerse, adquirir persuasión y ofrecer seguridad. Incluso, al desgastarse sus puntales, perder su misión, será posible que el Estado dé chance a la tiranía o a la anarquía. Igualmente, los intereses particulares (los nuevos “invasores”) tenderán a superponerse por encima del bien común, el que acoge la virtud y la dignidad de los derechos fundamentales del soberano, quien pide únicamente estar lejos de la opresión. Los Estados han de trabajar en preservar “sus raíces profundas”, nos enseñó Maquiavelo. De esta sabiduría se desprende el arte de gobernar, lo cual se impone frente a los factores manifiestamente adversos. “Es menester, pues, que el dirigente tenga el espíritu bastante flexible para girar a todos lados, según venga el viento y lo ordenen los accidentes de la fortuna”. Asimismo, resulta fundamental que el líder (o el príncipe) conserve su vida, la del Estado y la sociedad (fin “teleológico”). Si ha de conseguirlo - esto es el éxito político, como resultado - , todos los medios que deba emplear - preferiblemente los buenos, si la condición humana lo permite, pero, también es dable la crudeza, porque “el hombre es malo” también - serán juzgados honorables y alabados por todo el mundo (Maquiavelo/Jean Jacques Chevalier). En lo más allá del bien y del mal reside el interés del Estado: evitar los desórdenes (sean los provocados por “los bárbaros”), los que hieren la sociedad entera, a quien hay que proteger, expresaba Maquiavelo, pues es aquí donde “radica la verdadera clemencia del Estado”; el aparato guiado por la cabeza y las manos de un príncipe (“temido, no odiado”), que sepa emplear las habilidades del zorro - que disimula y evita la trampa - , así también las del león - dueño de su fuerza -; todo ello, para espantar los lobos, o sea, los enemigos. Tampoco ese príncipe puede ser demasiado bueno, pues en la sociedad hay perfidia, ella estará presente en “la realidad de las cosas”, a lo cual hay que atenerse, por cuanto “las especulaciones dan lugar a un juego de tontos” (Chevallier, idem). En ello consisten parte de las cualidades del “príncipe”, ilusionado en conservar una sociedad nueva y libre, quien para alcanzarla, además de conciliarse con los súbditos, debe aprender, en un mundo de tantos malvados (o lobos), a no ser siempre bueno, a serlo o a no serlo, “según la necesidad”. De estas abstracciones personales, a veces caprichosas acerca de nuestro Maquiavelo, nos hemos tomado la libertad de expresar la profunda admiración por Juan Manuel Santos Calderón, Presidente de Colombia, que sabe distinguir perfectamente entre el bien y el mal, además de ser un conocedor “de las servidumbres de la condición humana”, parte de las enseñanzas, exigidas por el florentino. Dándole la espalda a la cobardía y la irracionalidad de las pasiones (de los lobos), seguro que el Presidente Santos, mediante su propuesta de paz llegará a evitar la ruina de lo que pudo haber sido la perpetuación de una república incurable con instituciones perdidas, con gente oprimida, vicios que tanto le provocaron dolor a Maquiavelo. Adelante Colombia. Ronald Obaldía González (Opinión personal).

lunes, 7 de septiembre de 2015

EVOCANDO A JUAN JACOBO ROUSSEAU (1712 - 1778).

EVOCANDO A JUAN JACOBO ROUSSEAU (1712 - 1778). En la civilización occidental se ha hecho común desplazar de los sistemas educativos la enseñanza de la religión, la filosofía, la psicología; en términos generales, lo que damos en llamar las ciencias humanistas. Costa Rica tampoco se ha escapado de este error monumental. En nuestros niveles intermedios de formación colegial, nos resultó provechoso haber tenido contacto con la inteligente profesora de psicología, comprometida en inculcar a sus alumnos a tener conciencia del valor de la introspección, como hábito de vida, lo cual los alejaría, según ella, del autoengaño y la mentira personales. En cambio, todavía un expresidente costarricense en repetidas ocasiones se ha pronunciado en contra de la inclinación de la juventud hacia tales estudios académicos, cuando en esta época se impone que desde la niñez se aprendan los postulados básicos de esos saberes. El fondo de esa sibilina concepción pragmatista y utilitarista incita al ser humano a girar alrededor de la producción, el mercado y el lucro, y no al revés: que sean estas creaciones materiales las que presupongan como eje central a la persona humana, "ésta el centro y medida de todas las cosas". En esta línea, se coloca en primer orden la enseñanza y la aplicación de los principios y postulados de los saberes humanistas desde los niveles básicos de la educación, pues hay un hondo vacío, con la ventaja de que ello ha de contribuir a la construcción de pueblos más virtuosos, ilustrados, prudentes, guiados por el bien común, en su sentido amplio, así como lo había enunciado el ginebrino Juan Jacobo Rousseau, igualmente convencido de las ideas democráticas, como sus antecesores humanistas liberales. Dado que esta vez nuestro móvil es Rousseau, hay que comenzar y tener en cuenta uno de los postulados principales del filósofo, en cuanto a plantear "que el hombre es bueno por naturaleza", quien lo corrompe es la sociedad - decía - , siempre y cuando su comportamiento se distancie de su estado natural. Ese estado que en nuestros tiempos sería el reencuentro constante con las grandes verdades: la libertad, la justicia (proveniente de Dios) y la igualdad, lo cual nos conduce alcanzar "felicidad pública", clase de virtud, en el estado social, o la convivencia en colectividad, sujeta al espíritu de cuerpo, ésta que implica el renunciamiento de sí mismo, como lo entendía del mismo modo Montesquieu. En tal orden y coincidentes con los fundamentos rousseaunistas, los gobiernos y las instituciones políticas se encargarán de la ejecución de las leyes (legitimadas) y del mantenimiento de la justicia, la libertad, tanto civil como política (Jean-Jacques Chevallier, 1974). El aparato de fuerza como tal, que junto con las leyes (flexibles), que además de estar al servicio del soberano (o el pueblo), habrían de expresar la voluntad general, que para Rousseau equivalía al soberano o el "Todo o cuerpo social". Entidad y organización viviente, “que es cada uno de nosotros en espíritu de cuerpo”, en el cual a la vez nadie puede ser injusto consigo mismo (menos con los demás), toda vez de tener presente que en el contrato social se comisiona el buen juicio y el compromiso de “la moderación en los ricos y el contentamiento de los pobres”. Pues todos están sometidos a la naturaleza física, a las necesidades físicas, a las "cosas" materiales, que habrán de satisfacerse. Al cabo que en unidad y paz alcanzamos sabiduría, en tanto la naturaleza, el corazón y la razón dirijan nuestros actos. Es prevenir al mismo tiempo que se imponga la tiranía y el abuso de un reducido grupo de hombres, que, movidos por intereses particulares y egoístas, la avaricia, los vicios, consiguen debilitar el espíritu y “los lazos sociales”, que para Rousseau “son sagrados”. Exactamente, lo que abunda en la sociedad contemporánea es la preocupación mayor por “la gula excesiva del tener” y acumular, en lugar de ser (y crecer) en libertad natural, virtud, así como en genialidad. En palabras adicionales, que son nuestras imaginaciones, entramos en las "turbadoras cuestiones", esas que en Occidente tienden a apartar a Dios y, en consecuencia, a despreciar nuestra “desnaturación”, es decir, el desligarse del ideal y la experiencia de la transformación, la cual supone que el ser humano, para su bien y para el de todos, es capaz de criar, en libertad, frutos sociales, lo que hace que su alma entera se desarrolle en razón y ennoblecimiento. Marcado en todas sus fibras por el cristianismo (Chevallier, idem), a sabiendas que el reino del otro mundo podría convertirse en éste, a nuestro juicio Rousseau hubiera señalado el aborto, como parte de las "ruinas espirituales", asimismo, la ideología comercial y de muerte que lo lleva del brazo; sea a su vez el creciente deterioro del medio ambiente, que en la realidad es la autodestrucción del ser humano; la falta de miedo a la muerte y la subcultura que la intensifica, atizada por la incontenible producción y comercio de armas, que llegan a ser conductas "antisociales", o “dictaduras”, contrapuestas al instinto de sobrevivencia, esto mismo inherente a la naturaleza providente: “dogma positivo” para nuestro filósofo preferido. Nos preguntamos cuál sería el pensamiento de Rousseau si hubiera sido testigo de la indiferencia e insensibilidad, prevaleciente frente al drama de los emigrantes sirios, libios y africanos, quienes huyen de sus propios países, deprimidos en la guerra ("antisocial" por naturaleza). Probablemente, nuestro filósofo se estaría sometiendo a la tesis del inglés Thomas Hobbes (1588-1679), quien había proclamado que el ser humano, es malvado y cruel de nacimiento, que vivía matándose y conspirando unos contra otros (Esteban Galisteo Gámez, 2013). Al aceptar el castigo a los malvados y los intolerantes, seguro que el ginebrino hubiera censurado los macabros eventos en mención, reportados por la prensa internacional desde el mar Mediterráneo, donde más allá de su ribera sur presenciamos con angustia la indecisión de las instituciones políticas y, simultáneamente, la resistencia de los neofascistas y ultraderechistas europeos (“los insociables”), amenazando en sus propios Estados nacionales a los refugiados e inmigrantes, a quienes por su parte otros “malvados” (merecedores de castigos) y los déspotas de sus naciones de origen les negaron la “felicidad pública”, ni siquiera “en sus corazones” malignos entró el reconocimiento “de los sagrados contratos sociales”. Es de imaginar que el Rousseau del Siglo XXl se hubiera arrepentido de enunciar más atrás que “el hombre es bueno por naturaleza”, se hubiera reconocido mejor en el estado primitivo de la humanidad, cuando en verdad lo era. En cambio, lo de ahora - la muerte de inmigrantes en alta mar - es nada menos que la falta de moral y ausencia de caridad, mejor dicho, representa la “insociabilidad”. Si los seguidores de su pensamiento hablaran por él en el Siglo XXl, habrían de poner de manifiesto el doloroso panorama de la descalificación de “la moralidad” y la felicidad “de la vida futura”. Una ética ampliamente intrínseca en el espíritu de “los contratos o pactos sociales”, que, según filósofo liberal y cristiano, siempre hubieron de colocar la dignidad y el respeto del ser humano (derecho divino natural) por encima de cualquier argumentación política y cultural (o del derecho civil). Habría de ser la responsabilidad y compromiso del soberano, que al ser, por naturaleza, solidario y generoso consigo mismo, igualmente lo “debería ser” con el extranjero, sobre todo con el oprimido, un sueño al cual a nuestro Rousseau le faltó tiempo, a que de nuevo y amorosamente se hubiera abierto. Sin embargo, quien quita que en las actuales angustias y apremios puedan renacer las genialidades. Ronald Obaldía González (Opinión personal).

jueves, 20 de agosto de 2015

LO DE DONALD TRUMP ES TRANSITORIO.

LO DE DONALD TRUMP ES TRANSITORIO. Verificadas por la CNN, la poderosa cadena televisa, nos da cuenta del comportamiento de las encuestas de opinión en estos días, las cuales giran demasiado a favor del “fenómeno” Donald Trump, el magnate inmobiliario y hotelero, cuyos disparates racistas y xenofóbicos en la larga carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos de América, ponen en riesgo la solidez y la rígida disciplina del Partido Republicano, “el Gran Partido Viejo”. Reconociendo que la comunidad hispana será decisiva en los comicios presidenciales, que tendrán lugar en noviembre del 2016 - porque esta vez se ven amenazados frente al pronunciado alejamiento del voto hispano, y probablemente de las demás minorías - , los líderes republicanos de peso se anticiparon a desdecir al magnate poseedor de un capital de $4.000 millones, este dependiente de una travesía de negocios, no exenta de cuestionamientos. Qué más, las salidas irreflexivas de Trump, en cuanto a asegurar con toda convicción que el 98% de los crímenes violentos los cometen negros e hispanos, éstos últimos que conforman una comunidad de casi 55 millones de personas, en tanto que más de 13 millones de ellas tendrán derecho a votar en los próximos comicios presidenciales. Tengamos presente que Barack Obama logró el 80% en el 2012 del voto latino y un poco más del 40% del voto sajón - blanco. Por su parte, los republicanos continuaron cometiendo errores garrafales, al poner tropiezos a la reforma migratoria, así como favorecer el endurecimiento de los procedimientos, por los cuales continúan aumentando las deportaciones, de las que son objetivo “los 12 millones de ilegales”. Trump, entonces, está lejos de ser un evento político accidental, refleja la postura cultural de los conservadores (radicales) blancos - antiinmigracionistas - , que al igual que el magnate soberbio consideran, en este caso a los mexicanos (hay más de 34 millones en suelo estadounidense) de violadores y narcotraficantes. Son los mismos quienes a la vez expresan su rechazo frente a “la nueva revolución americana” (Vicente Jiménez, 2014), impulsada por las pujantes comunidades afroamericana e hispana (junto con los blancos no republicanos), todos artífices del arribo de Barack Obama a la Casa Blanca, siempre sobre la base de un activismo ético, efectivo y convincente. Captando aún así la mayoría del voto blanco conservador, el costo es altísimo para los republicanos en lo que respecta a alcanzar el control de Washington. Presienten que a causa del “circo” de Trump - el narcisista, adicto a la publicidad personal, organizador de concursos de belleza, “quien no tiene pelos en la lengua” – el segmento de votantes latinos, los actuales enemigos de él, se les escapará abruptamente, tanto así, que la derrota la ven inminente (Héctor E. Schamis, 2015). Las vicisitudes de los republicanos se agudizan frente a su propia “paradoja”: “es difícil ganar las primarias republicanas siendo pro - inmigración. Pero no puedes ganar las elecciones generales (refiriéndose a un supuesto candidato suyo) sin ser pro - inmigrante” (Ross D. Franklin, 2015). En línea con esas angustias, la principal rival demócrata de cualquier aspirante republicano, Hillary Clinton, les lleva a todos una “cómoda ventaja” dentro del electorado hispano. En el caso de una final Clinton-Trump, la diferencia sería 70-16. Como citamos antes, Barack Obama logró el 80% en 2012 del voto latino; imaginemos esta vez la reacción de esta colectividad frente al controversial multimillonario Donald Trump, como candidato oficial, quien trata a los políticos de ser unos inútiles (Pablo Ximénez de Sandoval, 2015), además de que amenaza con obligar a México a pagar por el levantamiento de un muro en la frontera común con los Estados Unidos de América. Lo cual se une a sus advertencias de derogar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). Es “la racionalidad” “necesaria para ganar una elección”. Pero, llega a ser la racionalidad (xenofóbica) que esconde, maliciosamente, el movimiento significativo de la relación comercial entre Estados Unidos y México. Solo entre 1999 y 2012 los estadounidenses invirtieron 153.000 millones de dólares en México. Este considerable volumen representó el 50% de la inversión directa en el país ( Jan Martínez Ahrens, 2015). Asimismo, México es el segundo socio comercial de Estados Unidos y el primer destino de las exportaciones de California, Arizona y Texas, además del segundo mercado para otros 20 estados. Aproximadamente seis millones de empleos en EEUU dependen del comercio con México, y cada minuto se comercia un millón de dólares ( Martínez, Arhens, idem). Más allá del comercio, hoy día más de 53 millones de personas hablan español en la superpotencia, buena parte de ellos son blancos sajones. Las bases del Partido Demócrata (también los más de 625 millones de latinoamericanos), lo mismo que las organizaciones civiles, sean sajonas y de las minorías étnicas, “están disfrutando de lo lindo” con un candidato circense, a pesar que difama a los inmigrantes, agrede al Gobierno de Obama, así también ataca al establishment republicano, en especial al comedido caballero John McCain, de quien duda que sea héroe en la guerra del Vietnam. Según Trump, la política ha de quedar en manos de hombres de negocios, porque los políticos de oficio “son unos inútiles” (Pablo Ximénez de Sandoval, 2015). Por ello, se proclama como “el mejor can­di­da­to para ma­ne­jar la eco­no­mía” - que por cierto se ha restablecido con Obama - . Entre un sector de los blancos conservadores, los radicales, el magnate pa­re­ce convertirse en su emblema y vocero, las polémicas circenses y sucesivas, en las que el candidato se ha enfrascado, según ellos, habrán de experimentar la moderación, una vez que alcance la Presidencia. Se remiten a Ronald Reagan, el candidato de línea dura, pero que, habitando la Casa Blanca, pudo equilibrar su ácido lenguaje de los tiempos de la Guerra Fría; igualmente había atacado la política de derechos humanos del Presidente Jimmy Carter, al calificarla de “pusilánime”, puesto que a través de ella Estados Unidos de América perdía hegemonía en el mundo. Afirman que hasta en lo social, Reagan sentó las bases del “conservadurismo compasivo”, de donde logró conseguir múltiples réditos electorales. En tanto que permanecieron intactos los dogmas republicanos intrínsecos a la visión del voto blanco conservador, tales como la libertad e iniciativa individual, el libre mercado, el respeto a la propiedad privada y el mínimo de intervencionismo estatal en el sistema económico. La antípoda del fenómeno Trump como tal, la encarna en el mismo terreno de los hechos, la reciente misión del Presidente Barack Obama a África, en donde proclamó la defensa de los derechos humanos, en particular la igualdad de género, el respeto a la diversidad sexual. Allí censuró el autoritarismo político, factor de estancamiento en todos los niveles de las sociedades nacionales. A mi juicio, incluso, en el México, socialmente desigual, dotado de enormes recursos materiales, el reino de “la dictadura perfecta” del primer “PRI” - de más de setenta años en el poder -, y de sus socios en la oposición. Todos responsables de haberle dado hoy argumentos a Trump, en cuanto atacar a sus ciudadanos, muchos de ellos convertidos en inmigrantes ilegales (o mojados, al igual que los miles de centroamericanos emigrantes), habida cuenta que su nación de origen los excluyó de las mínimas condiciones sociales de existencia. Una complejidad, producto de la corrupción oficial, seguida de la del “chapo Guzmán”, que la hace crónica y espeluznante. Por eso, en Trump yace el desprecio, la apología de la superioridad del grupo étnico al que pertenece, fundada en los prejuicios y estereotipos, extraídos de la supuesta pulcritud racial. Lo cual es inherente a “la racionalidad” (Héctor E. Schamis, 2015) de los excluidores, aquella que intenta negar la historia y la formación nacional, en cuyas bases multirraciales y pluriculturales descansa el poderío y la sostenibilidad de los Estados Unidos de América. Justamente, Obama retrata el legado de los ideales humanistas, lo que ha hecho grande y completa a la nación estadounidense, ahora puestos en práctica en los nuevos entendimientos diplomáticos con Cuba, así como en el acuerdo nuclear con el Irán. Inteligencia y discernimiento, en donde descansa el sistema democrático “del coloso del norte”. Reiteramos que del origen y formación nacional, con raíces multiétnicas, parten además sus fortalezas. En ello, los hispanos han dado singular contribución, equivalentes a los aportes de las comunidades negra, judía y asiática (¨los dreamers¨) que, con las oportunidades ofrecidas por la nación estadounidense, la sienten ya como su propia patria, a la cual se han integrado y asimilado su cultura. Es un hecho cierto que en los dos últimos gobiernos del partido demócrata de Obama, la doctrina liberal (o pensamiento socialista al modo estadounidense), ha sido adherida como práctica de gobierno; la política de seguridad social es una de sus expresiones. En su tesitura de ser consecuente con los fundamentos nacionales, Obama arriesga todavía más. Las complicaciones del cambio climático han llegado a ocupar un alto lugar en su agenda, sabiendo que al asumir un guión de tal complejidad, al frente encontrará la férrea resistencia de no pocos sectores económicos más enfrascados en reactivar la economía, sin regulaciones de ningún tipo, que en reducir la contaminación o la polución provocada por la actividad industrial. Los contestatarios del Presidente Obama, los republicanos, además de Trump, se muestran recelosos del giro "socialista" de sus dos administraciones. Así también de su política blanda, aplicada en Irán, operada en la salida de tropas en Irak y la gradual retirada de Afganistán; de la diplomacia dubitativa frente al terrorismo islámico, actuante en el Medio Oriente. A la vista del poder creciente de China y Rusia, la desatención de Obama sigue su curso, pero significa, según ellos, un riesgo potencial que resiente el poder blanco, específicamente el sector ultraconservador, a quien Trump representa genuinamente. Con todo, comparto la opinión que los insultos de Donald Trump distan de representar al grueso del Partido Republicano. Las veces que esa organización partidaria ha ocupado la Casa Blanca, de las derivaciones de sus políticas de comercio exterior, al igual que en el ámbito diplomático, América Latina ha obtenido múltiples ventajas, en particular Centroamérica, mediante el accionar de la desaparecida Iniciativa de la Cuenca del Caribe. Razón tiene John McCain, prestigioso senador republicano; preguntado por el fenómeno Trump, dijo que había “excitado a los locos”. Entonces, calma, porque hasta en política los locos pueden ser rehabilitados. Ronald Obaldía González (Opinión personal).

domingo, 2 de agosto de 2015

"LA NEGRITA" ES COSTA RICA.

"LA NEGRITA" ES COSTA RICA. Es nuestra nación construida sobre bases profundamente cristianas, una cosmovisión trascendental, espiritual, también material, llegada de España, nuestra Madre Patria, cuyos hijos tuvieron la generosa virtud de fundar con los pobladores autóctonos del nuevo mundo una nueva sociedad, alimentada por la interculturalidad europea, judía, africana y amerindia. Asimismo, una novedosa sociedad biológica, con particularidades psicosociales, frecuentemente determinadas por la multiformidad geográfica y la variedad climática. Lo cierto, a pesar de las múltiples vicisitudes históricas, también políticas y económicas, es que los basamentos pluriculturales y multiétnicos enriquecieron el Nuevo Mundo, mientras en otras civilizaciones ello hasta ahora ha sido motivo de crónicas contradicciones y conflictos, en nuestra América hemos admirablemente progresado en soluciones, teniendo presente la plena integración y el pleno respeto a la naturaleza y dignidad de todos los seres humanos. Si nuestro continente hubiera sido conquistado y colonizado por poderes diferentes, probablemente estuviéramos enfrentando el trauma del apartheid, las limpiezas étnicas o la sharia. Al contrario, el cristianismo, como cosmovisión llegó a contrarrestar semejantes divisiones y exclusiones, actuando desde el punto de vista ideológico, filosófico y cultural, aunque determinadas estructuras políticas y económicas injustas fueron disociables frente a tales postulados y principios humanistas. Sin embargo, la Virgen de los Ángeles, la Negrita, portadora de los valores de la integración étnica, contribuyó a neutralizar en nuestra nación tales divisiones (o disociaciones sociales), a través de su mensaje de amor, ágape, humildad y felicidad. Ella continúa haciendo todavía más fecundos estos valores universales. La Negrita nos ha guiado y dado luces para construir una Patria digna y libre, defendida por nuestro pueblo con ahínco, primero contra los piratas ingleses en tiempos del período colonial, luego en la Campaña de 1856, cuando nos enfrentamos a las corrientes esclavistas, promovidas por William Walker. En esta línea de conducta, todos los costarricenses se unieron en 1979 para ayudar a los hermanos nicaragüenses en su anhelo de derrocar la prolongada dinastía de la familia Somoza, causante en ese pueblo de opresión e injusticia por casi medio siglo. Lamentablemente, tales esfuerzos resultaron en vano, pues de las cenizas del somocismo cobró auge el sandinismo, la vigente y traicionera dictadura, tan corrupta como su predecesora, además de amenazante contra el sistema democrático costarricense. Seguro que la Negrita sabrá proteger a nuestros hermanos del norte, porque tenemos un pasado y genes comunes. Bendita sea la Virgen de los Ángeles, por habernos obsequiado una Patria libre, democrática, cuyo pueblo le demuestra su indisoluble gratitud, visitándola en Romería la víspera del 2 de agosto: el referéndum convincente e inapelable de nuestra identidad como nación.Amén. Ronald Obaldía González (Opinión personal)

jueves, 23 de julio de 2015

AMÉRICA LATINA: TAN CERCA DE MARIO BERGOGLIO COMO DE BARACK OBAMA.

AMÉRICA LATINA: TAN CERCA DE MARIO BERGOGLIO COMO DE BARACK OBAMA. ¿Quedarán atrás las arengas antiestadounidenses, lanzadas continuamente por el régimen castrista, siempre con el propósito de colocar a la superpotencia como victimaria del estancamiento económico de Cuba? Probablemente. Lo cierto es que entre un sinnúmero de hechos violentos en el Medio Oriente, llega a ser un bálsamo la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos de América y Cuba y la reinstalación de las respectivas embajadas. Decisiones tan aceptadas por los conservadores republicanos como las nuevas generaciones de cubanos americanos, que comienzan a darle forma al viraje alcanzado, en el cual el Papa Francisco cumplió un rol determinante. El sector agrícola hace sus cálculos, desde ya el resto del sector empresarial organiza misiones. Cuba fue excluida de la lista de patrocinadores del terrorismo, lo cual abre los flujos financieros. Asimismo, la mayoría de cubanos se dice optimista y se convence que el restablecimiento de las relaciones mejorará la vida en la isla. La resolución política de los Presidentes Barack Obama y Raúl Castro hay que aplaudirla, es “la obra maestra” de ambos, más aún al haber prevalecido en sus tratativas los verdaderos fundamentos de la diplomacia, sean los esfuerzos de reconciliación y superación de episodios históricos altamente complejos, como la vez de “la Crisis de los misiles en Cuba en octubre de 1962. Todo lo cual puso en suspenso al planeta, porque fue la ocasión en que se estuvo más cerca de la hecatombe nuclear. La inteligencia estadounidense había descubierto el hallazgo de las bases de misiles soviéticos, instaladas en la isla caribeña. Aquello significó la amenaza real contra la seguridad del territorio estadounidense; imperdonable, tanto así que los misiles poseían la capacidad de alcanzarlo. Tengamos en cuenta que apenas 200 kilómetros separan al territorio estadounidense de las costas cubanas, distancia fácilmente superable por los misiles soviéticos. Washington estaba empeñado en destronar la revolución cubana (1959), comandada por Fidel Castro, quien como tabla de salvación ya había adoptado la decisión de aliarse a la esfera del comunismo internacional, liderado por la desaparecida Unión Soviética (URSS), el enemigo ideológico y militar de los estadounidenses, sorprendidos que en su “traspatio geográfico”, es decir, América Latina, el comunismo internacional se hubiera introducido en una de sus zonas de influencia. Se suponía que el marxismo leninismo cobraría fuerza en esta región, teniendo a Cuba como plataforma. Los cálculos y las sospechas de Washington, basados “en su teoría del dominó”, tuvieron asidero en la realidad. En términos generales, esa teoría predecía que tras la revolución castrista irían a caer gradualmente los otros países; en cada caso, con credenciales bastante precarios en democracia, derechos humanos y distribución de la riqueza. En su conjunto, funcionaron bajo regímenes políticos autoritarios, socialmente excluyentes. Al cabo encontraron a la guerrilla marxista contestataria, dado que dieron continuidad a las estructuras sociales desigualitarias, heredadas del período colonial, las cuales sirvieron de detonante a la llegada del socialismo totalitario en Cuba. La solución a la crisis de los misiles, esto fue, el desmantelamiento y traslado de vuelta a la URSS, quedó condicionada a las exigencias del líder soviético Nikita Jrushchov, en el sentido que Estados Unidos de América debería abstenerse de organizar una invasión; las ejecutadas anteriormente habían fracasado, entre ellas, la de Bahía Cochinos. A cambio, los soviéticos se comprometían “a no intervenir directamente” en los movimientos de “guerra de guerrillas”, expandidos en la región latinoamericana. Nuestra impresión es que propiamente Moscú se mantuvo distante del objetivo de acelerar dichos procesos de insurgencia, con tal de evitar las reacciones hostiles del gobierno estadounidense. Ni en el punto más álgido de la guerra contra la dinastía de Somoza en Nicaragua se comprobó la injerencia de la Embajada Rusa en Costa Rica (testimonios de don Pepe Figueres y el expresidente Rodrigo Carazo Odio), lo cual puso de manifiesto el vigor de lo acordado con Washington para poner fin a la crisis de los misiles. Dentro de su cuestionable autonomía de la URSS en tiempos de la Guerra Fría, fue un hecho cierto que Cuba se le salió de las manos a los soviéticos, al ser incapaces de alejar al régimen castrista de las conflagraciones regionales, en particular, de Centroamérica y Colombia. Por su parte, nunca quedaron documentados los planes estadounidenses de atacar la isla caribeña por esta causa. Del salto de una inminente guerra nuclear hace más de 50 años, al inicio de la normalización de las relaciones diplomáticas entre dos enemigos declarados, hay que abonar al Presidente Obama el mérito de cerrar “con broche de oro” la recta final de su gobierno, primordialmente en materia de política exterior. Un acontecimiento resonante en el mundo, en especial América Latina - “más independiente de Washington que nunca” - , por cuanto el aislamiento político y comercial del régimen cubano se convirtió en una piedra en el zapato, lo cual ralentizó los entendimientos birregionales. A partir de diciembre pasado, hemos sido testigos de una atmósfera "esperanzadora". Hace rato que este valor había desaparecido del diccionario político, al cual en este clímax diplomático, que absorbe a Colombia y las sensibles negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC’s, el Papa Francisco sigue alimentándolo con versiones teológicas renovadas, apegadas a la doctrina y las encíclicas sociales de la tradición católica, carentes eso sí de relación alguna con la Escuela de la teología de la liberación. Las misiones pastorales del Papa en América del Sur, en las cuales también sacó a relucir la complicación del cambio climático, al igual que la programada el año en curso a los Estados Unidos de América y Cuba, avizoran aires de cambio entre los vínculos entre el Vaticano - usualmente concentrado en las cuestiones europeas - , y una América Latina, de raíces católicas, pero donde el protestantismo cristiano y las corrientes secularistas le arrebatan terreno. Al contrario del neopopulismo de las naciones del ALBA que, exceptuando las transitorias contradicciones con el chavismo venezolano “hoy en cuidados intensivos”, ha sido menos antagónico, en comparación con los tiempos en que Fidel Castro asfixiaba la religión Católica. Aunque menos acogido por la opinión pública estadounidense, así también sus tesis ecologistas, reconocedoras de los efectos del cambio climático, sumemos a esta actuación de Obama el haber asumido grandes retos y riesgos, a través del acuerdo nuclear con el Irán, en el cual intervinieron además las grandes potencias globales. Ahora está de por medio la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de aprobarlo, lo cual habrá de posibilitar el levantamiento de las sanciones económicas, que pesan contra la nación persa, a quien la comunidad internacional le brindará la oportunidad de generar confianza, siempre que desista de sus proyectos nucleares para objetivos militares. Poniendo a un lado las diferencias ideológicas, a Cuba se le han trazado líneas similares, destinadas a fomentar confianza. Las autoridades cubanas se comprometieron a liberar a una cincuentena de disidentes políticos, mientras que los estadounidenses accedieron a ir desenredando la telaraña de restricciones al comercio y otros intercambios mutuos (Peter Hakim, 2015). Tal rompimiento con el pasado conflictivo hacia Cuba, junto con la postura cautelosa frente al caos venezolano, terminan perfilando a un Barack Obama (en “click” con Mario Bergoglio), comprometido en la aplicación de políticas generales más constructivas y comedidas respecto a América Latina, generadoras de réditos a favor del Partido Demócrata, este capaz de captar otra vez el respaldo del voto hispano en los próximos comicios generales. Cabe señalar que Washington ha dejado de ser en la región el árbitro en lo que respecta a la lucha contra el narcotráfico (Hakim, idem), área en la cual se registran múltiples desencuentros. Prácticamente, imaginable es tener confianza en la modernización del sistema político y económico cubano. Así entonces, Venezuela, imposibilitada a encontrar rutas de salida, a causa de su desintegración y rápido deterioro económico, se aproxima a “dejar de ser un socio cumplidor y responsable”. Conforme avance la normalización plena de los lazos entre La Habana y Washington y entre en crecimiento exponencial los intercambios en las diversas áreas cooperativas, la sociedad cubana se alterará y tenderá a abrirse sustancialmente. Ante la inminente reforma, seguro que los cubanos defenderán sus políticas sociales, de las cuales se sienten orgullosos. Pero, es tal la gravedad de la economía de esa nación, que solamente el avance hacia acuerdos comerciales, de inversiones y turismo, etcétera, con los estadounidenses pueden sostenerlas, y marcarse así el camino hacia la mejora de las perspectivas, en cuanto a libertades, derechos humanos, así también en la estructura productiva, ésta susceptible de ser renovada, gracias al alto nivel educativo y cultural de ese pueblo latinoamericano. Ese pueblo, que entre otros comportamientos, tampoco llegó a renunciar de los valores cristianos, los que el Papa Francisco en su misión pronto habrá de reforzar. Ronald Obaldía González (Opinión personal)

jueves, 9 de julio de 2015

ROZANDO LA TEORÍA DE LA ORGANIZACIÓN.

ROZANDO LA TEORÍA DE LA ORGANIZACIÓN. En aquellas décadas de efervescencia política, nos referimos a las de 1940 y 1950, cuando figuraron cambios significativos en la economía costarricense, el Presbítero Benjamín Núñez, censurado por las élites conservadoras - pues, según ellas, era “un promotor del comunismo" - optó por “sacarse de la sotana” el siguiente epitafio: "unos viejos como ustedes ya no aprenden". La frase del inteligente y fogoso sacerdote, además de originar disgusto entre los aludidos, iba más allá de las tensiones sociales de aquel entonces. Dicho sea verdad, distanciarse de la cultura del aprendizaje es como inmolarse, más si nos señalan con el dedo. Lo curioso es que, con frecuencia, palpamos que dicho comportamiento no solamente resulta un patrimonio de "los viejos". Al contrario, hay gente de este grupo etario que vive renovándose y hasta aportando conocimiento. En cambio, es una pena comprobar las actitudes de rechazo de no pocas personas (ya sean jóvenes y adultos- jóvenes) de abrirse a los llamados de la innovación, la creatividad, esto es, salirse de lo convencional y rutinario. De ahí la importancia de convencernos que son componentes de la filosofía y la cultura del conocimiento, lo resultante del método sistemático de investigación, cuyos productos y créditos - aplicables a la realidad - al final se encaminan a la búsqueda del bien común y la verdad. Pongamos un ejemplo. ¿Acaso no sería un reto innovador ponernos hacer una detallada valoración de riesgo político acerca de las implicaciones económicas, que acarrea para Centroamérica el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos de América y Cuba?. En lugar de apreciarlos como un reto y aventura a favor del conocimiento y del saber, así como gozo y realización personal, más bien la innovación a veces la percibimos como amenaza o riesgo, pues llega a sacudir zonas de confort, equivalentes a estabilidad y protección de intereses propios y específicos, hasta confundirse con la defensa de privilegios y gollerías sindicales y corporativas, patrones de conducta que casi siempre van de la mano de la ley del mínimo esfuerzo. La mejor demostración de ello fueron las recientes declaraciones “anti - empresa privada” de la dirigente de un gremio de educadores, desvirtuando la metodología de la educación dual, aplicada con éxito en naciones desarrolladas como Alemania. Nada extraño poseen estas corrientes “anti - empresa privada”, que odian la eficiencia, la invención, el lucro y las propuestas de modernización del Estado; tan difundidas por gremios como por partidos políticos neo - populistas. Lo peor son las herramientas de movilización y presión, acaparados por grupos como estos, entregados a la defensa de sus intereses particulares y renuentes al cambio, unos recursos que están fuera del alcance de la mayoría de los habitantes, en especial los socialmente postergados. Aquí es cuando nos aseguramos que "el ser viejo" está lejos de tener únicamente relación con el registro de los años, porque paradójicamente hay grupos de personas - en plenitud de condiciones - cuya mentalidad posee cercanía con el envejecimiento, ese que precisaba el Presbítero Núñez. En este caso en particular, hay escasa correspondencia y coherencia entre la edad cronológica y la edad mental de ellos. Suele surgir esta complicación en los distintas actividades laborales y segmentos ocupacionales, independientemente si forman parte de organizaciones públicas o privadas, o bien en aquellas personas que se desempeñan por cuenta propia en el mundo del trabajo. Por todo ello, da pena ser testigo de comentarios obstruccionistas y descalificadores, que salen a relucir en cuanto foro sea necesario, incluidos los de entidades privadas, las cuales tampoco se eximen de tales vicios; se emplean como recurso contra proyectos innovadores, que invierten talento humano, centrados en hacer versátil y eficaces los cometidos de las organizaciones, en perseguir mejoramiento de cualesquiera organizaciones, en las que la cultura, el arte de la investigación y el desarrollo ocupen prioridad. En esas reacciones sobresale también “la cultura del no”, experta en la fabricación de rituales, una salida que consiste en usar como pretexto los “escrúpulos” abusivos (obviamente, con dudoso propósito), pues al final llegan a identificar el ánimo torcido - y antieconómico - de quienes a toda costa se esfuerzan en contener cualquier tendencia de cambio organizacional, y enseguida restarle méritos a los creadores de ideas, a los emprendedores, a quienes arriesgan. Ese “no” que apenas se compara con la manifestación de nuestras flaquezas psicológicas, materializadas en acciones destructivas y acientíficas. Por eso, el reconocido psicólogo laboral Enrique Umaña Montero concedía escaso reconocimiento a alguien que blasonaba de "los años de experiencia laboral" en su haber. Recuerdo que este profesional desconfiaba, en que se diera fe ciega a tal carta de presentación. En vez de ello, prefería la exacta medición “del grado de calidad de esa experiencia anunciada”: los logros y productos personales cosechados y la creación de valor social y económico de la experiencia como tal. Ciertamente, hay gente que ha pasado sin pena ni gloria por las organizaciones, ninguna huella ha dejado por el paso de su vida laboral. Debo expresar que todavía me he abstenido de practicar un autoexamen de conciencia sobre este respecto, quizá sea doloroso. Con todo, me apego a la tesis del especialista de la conducta humana que mencioné líneas arriba. En línea con la recomendación de tener sospechas de la certeza del factor de experiencia laboral de las personas, cabe destacar que de este escrutinio tampoco se escapa la acumulación de grados académicos, incluso la formación o capacitación técnica. Hay teóricos de la educación, quines introducen el argumento didáctico de hacer todavía más productivos, retadores y emprendedores a los individuos, virtudes y cualificaciones que no necesariamente se adquieren a través de la obtención de títulos académicos o certificados de formación profesional. Dicha teoría se respalda en la promoción de ambientes laborales - también educativos, comunitarios y familiares - libres y óptimos para sembrar el espíritu creativo y productivo, en los cuales se fomente el trabajo en equipo, la acción cívica, al tiempo que las capacidades individuales sean objeto de estímulo. Sin embargo, tengo mis serias preocupaciones que los pactos sociales neopopulistas del Estado social burocrático, así también la figura política de "la democracia callejera", que goza de la impunidad, sean los mejores consejeros de nuestras trasnochadas. Ronald Obaldía González (Opinión personal)