sábado, 5 de diciembre de 2015

QUIZÁS SEA EL COMIENZO DEL FINAL DEL CHAVISMO EN VENEZUELA.

QUIZÁS SEA EL COMIENZO DEL FINAL DEL CHAVISMO EN VENEZUELA. Hagamos referencia de la Nomenclatura chavista de Venezuela y su propósito inquebrantable de perpetuación en el poder, hasta matar líderes opositores, entre ellos, Luis Manuel Díaz; “ebria del poder”, hostil a los Estados Unidos de América, Canadá y España, en cuenta otras democracias occidentales; centrada en desarrollar “un instinto de conservación”, a pesar de los estragos económicos en ese país, de los cuales es responsable directa. La nueva clase “boliburguesa”, saqueadora, despectiva frente a los derechos humanos. “Mastermind” del chavismo”, relacionado con el narcotráfico, nos estremece el desprecio de Diosdado Cabello por la vida, en ocasión del recién acribillamiento del dirigente de la oposición - seguro quedará impune - , así también el encarcelamiento de líderes opositores. Lo que pone en evidencia la descomposición moral y la conducta criminal del gobierno de Nicolás Maduro, un gobierno sospechoso al mismo tiempo de mantener comunicaciones con el Estado Islámico (ISIS), la organización terrorista del Medio Oriente (Carlos Morales, fundador y director ejecutivo de Strategies Consulting CA. 2015), pues a ambos los une el odio antiestadounidense. Paradójicamente, el odio “contra la nación imperialista” adonde se dirigen casi el 50% de las exportaciones de la producción petrolera venezolana, a sabiendas que su economía nacional depende de esa materia prima; que el 95% de los dólares que entran al país vienen de dicho comercio (Daniel Pardo, 2014). Las prácticas dictatoriales y semi - totalitarias del chavismo, “el diccionario de injurias e insultos y demás excesos”, despiertan los peores recuerdos del impacto en América Latina de la doctrina de seguridad nacional, en los tiempos del predominio de las dictaduras militares de derecha. Adentrado el Siglo XXl, presenciamos la nueva versión de esa tal doctrina de muerte y oscurantista, guiada en esta ocasión por un sector de la pseudo - izquierda de la región. Sí, la pseudoizquierda vulgar, porque tampoco podemos negar que hay izquierda inteligente y racional, a saber, la chilena, la brasileña, la uruguaya, incluso la salvadoreña, respetuosa del Estado de derecho, ajena a los artificios de los fraudes electorales, esos preparados por Nicolás Maduro; invisiblemente engañosos, por lo pronto pillados, al plantearse el ascenso de la opresiva Junta Cívico-Militar, con la que (Maduro) ha amenazado si las urnas le son adversas. El chavismo ha diseñado un sistema electoral a su medida. De igual modo, haciendo uso de los recursos del Estado, los dictadores Alfredo Stroessner, la familia Somoza y los militares guatemaltecos y salvadoreños, entre otros, organizaron campañas electorales en aquel entonces; asimismo, en un ambiente de muerte, persecución, vejámenes, hostigamiento y chantaje contra la oposición. La Nomenclatura como tal posee el poder total, administra la economía a su antojo, bajo regresivos dogmas bolcheviques, que apuntan contra la economía de mercado y la propiedad privada. Los dogmas sobre los que opera el sistema educativo y la red de asistencia social. Adoptándolos como punto de partida de su peculiar revolución, el chavismo se dedicó a controlar toda la vida de la nación. Por eso, boicotea y censura los medios de comunicación, acosa los partidos políticos y las organizaciones cívicas que lo adversan. Se adueñó de las fuerzas armadas, en medio de la asesoría y la influencia de la inteligencia del régimen castrista de Cuba. Para haberse asegurado una base social de apoyo, el régimen venezolano ejecutó una política social, que relativamente llegó a mejorar las condiciones de pobreza de los sectores social y prolongadamente excluidos por los antecesores al chavismo, fueran las antiguas dictaduras y los partidos políticos (corruptos en exceso), que en el contexto de una elevada concentración y acumulación de la riqueza nacional, representaron las élites políticas y económicas tradicionales. Allí aparece Carlos Andrés Pérez y su clan político, ha sido el mejor exponente, otrora un asalariado periodista, exiliado en Costa Rica en la década de 1950, residente en el populoso cantón de Guadalupe, pero luego de su paso por la presidencia venezolana, se convirtió en uno de los personajes más acaudalados de América Latina. Por su parte, Hugo Chávez procedió a despilfarrar descaradamente los ingresos acumulados - sus allegados se enriquecen - , producto del período de los buenos precios internacionales del petróleo - ahora en picada - , los cuales aliviaron la frustración de los grupos postergados, sostén del partido oficialista. El actual partido gobernante, el Partido Socialista Unido de Venezuela, cuyo apoyo popular ha ido disminuyendo desde la muerte del presidente Hugo Chávez en 2013, enfrenta actualmente una serie de acusaciones internacionales por narcotráfico y violaciones a los derechos humanos. Difícilmente, las denuncias por narcotráfico podrían influir en las elecciones de Venezuela, principalmente en una sociedad signada y deconstruida ya por el crimen organizado; este bien armado y enriquecido, gracias a Hugo Chávez - además, protector de la guerrilla colombiana - , quien desde el inicio resultó indulgente con el uso de armas por parte de las pandillas armadas en las zonas marginales, ellas también dedicadas al comercio de la droga. El mandatario culpaba “a la burguesía criolla” de la condición de pobreza y violencia que rodeaba a tales “estratos desposeídos”. Eso sí, con este punto de vista, la revolución bolivariana ha hecho de esa nación una de los más violentas del mundo. Ni la fallida democracia liberal de Venezuela, tampoco el chavismo llegaron a tener la paternidad de las justas aspiraciones de justicia social y del humanismo latinoamericano. Ambos fueron incapaces de cambiar la realidad de los hechos, particularmente en un país carcomido por la fragilidad del Estado de derecho, la corrupción rampante, la crónica desigualdad social, titubeante en normalidad democrática. Y en cuanto al área económica, sujeto a la dependencia de la renta petrolera, en desmedro de la diversidad productiva. Con todo, el descrédito del Partido Socialista Unido de Venezuela, son demasiado las dudas que nos asaltan con respecto a la oposición antichavista. Ayuna de un proyecto unificador; a la vista luce lejana la visión de su voluntad y capacidad de gestar y ejecutar políticas sociales a favor de los sectores populares rezagados, donde se pone de manifiesto lo antipopular que resulta ser. En el conjunto de la sociedad, dadas las divisiones políticas, la constelación de intereses, la reproducción de “la burguesía conservadora”, las huellas del chavismo, simplemente llegaría a ser complejísima la tarea política de “hacer borrón y cuenta nueva”, específicamente tras la supuesta derrota del chavismo, prevista el 6 de diciembre de este año en las elecciones legislativas, o bien, en un futuro próximo, en caso de su parcial destronamiento. Decimos parcial, por cuanto las fuerzas armadas y los órganos de inteligencia, enteramente chavistas, acusados de complicidad con el narcotráfico, entraron en tal complicación. Los distintos niveles de los cuerpos militares perfilaron su actual accionar en el largo periodo del chavismo, el cual desvió su rol institucional, improbable de desestimar ante un renovado proceso de remodelación del Estado. Todo ello comporta la lógica de sostenerse (las fuerzas armadas) como agente decisivo de la sociedad política, en dirección de preservar sus privilegios y las transacciones consolidadas con el socialismo bolivariano, para lo cual los asesores cubanos hicieron “un efectivo lavado de cerebro”. Síntoma de una Venezuela convertida “en un instrumento al servicio de los intereses de Cuba”, en especial, de su política exterior y la correspondiente sujeción servil. Curiosamente hacia la Cuba, que ha puesto los pies sobre la tierra, limando asperezas con los Estados Unidos de América. Raúl Castro se convenció de que “su isla” no puede sobrevivir sin una relación de intercambio con la economía norteamericana (Enrique Benavides Chaverri, 1981). De cualquier forma, la comunidad internacional debe prepararse para dar una respuesta conjunta y categórica a cualquiera de los escenarios de fraude del chavismo (Alejandro Tarre, 2015), con tal de contener su perpetuación en el poder. Lo otro es sustraerse del ingenuo seguimiento a las maniobras guerreristas, al cabo que eso significará el concederle respiración artificial a la dictadura decadente de Maduro, la cual viene fabricando conflictos fronterizos con Colombia y Guyana. Una táctica que la capitalizara con nacionalismos demagógicos, tanto Anastasio Somoza como hoy “el neosomocismo” de Daniel Ortega, al desviar las constantes tensiones domésticas, esculpiendo enemigos externos. Confirmando su vocación democrática, el Gobierno de Costa Rica, así como Mauricio Macri, el Presidente electo de Argentina nos ofrecen, dichosamente, lecciones inspiradoras y aprendidas a favor de la defensa del sistema democrático y de los derechos humanos, de cara a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en Venezuela. En cambio, guardan silencio sepulcral “los papanatas”, los doblegados por el sectarismo, lo mismo que los dirigentes de las naciones adheridas a la revolución bolivariana, para exportación en América Latina y el Caribe, “cuyo medio, la petrodiplomacia”, es decir, “el recorrido por la región con chequeras, comprando lealtades y sobornando”. En cierta medida le dio resultados y réditos en distintos escenarios regionales. Algunos aprovechados vieron incrementados sus bolsillos, sea Daniel Ortega y su espurio partido político, receptor de más de 3.000 millones de petrodólares venezolanos. “¡Lo que hay que ver todavía!”. Ronald Obaldía González (Opinión personal) Colaboradora: Priscilla Soto Cascante, estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica.

9 comentarios:

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  2. A Vi escribió:

    Gracias don Ronald. Un análisis muy completo de la realidad de este país.

    A Vi

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  3. A Vi escribió:

    Gracias don Ronald. Un análisis muy completo de la realidad de este país.

    A Vi

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  4. Sandra Chanto escribió:


    Excelente don Ronald, por mi trabajo viví muy de cerca el cambio de Venezuela antes. Después de Chaves.

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  5. Javier Castro González escribió:

    Gracias Don Ronald, nuevamente por compartir su sabiduría conmigo.

    Saludos un fuerte abrazo.

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  6. C. Echeverria escribió:

    Gracias Ronald. Valioso anàlisis

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  7. C. Echeverria escribió:

    Gracias Ronald. Valioso anàlisis

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  8. Lourdes Montero Gómez escribió:

    Gracias excelente análisis, Dios quiera que sea el final del chavismo...! Con esta bofetada que le dio el electorado el pasado 6 de diciembre.

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  9. Gustavo Ramírez Baca escribió:

    Estimado don Ronald,

    Muchas gracias por enviarme este mensaje. Muy interesante su análisis.

    Con mi mayor consideración y estima,

    Gustavo A. Ramírez Baca
    Oficial de Asia y Oceanía
    Dirección General de Política Exterior
    Ministerio de Relaciones Exteriores
    Tel.: (506) 2539 5460
    Skype: gustavo.ramirez.baca

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