domingo, 21 de diciembre de 2025

AÑORANZAS Y REENCUENTROS CON LA CALLE "LA CONCEPCIÓN DE MARÍA" DEL DISTRITO DE ZAPOTE (SAN JOSÉ - COSTA RICA) Y CON LA FAMILIA CALVO CAMACHO. Autor: Ronald Obaldía González

AÑORANZAS Y REENCUENTROS CON LA CALLE "LA CONCEPCIÓN DE MARÍA" DEL DISTRITO DE ZAPOTE (SAN JOSÉ - COSTA RICA) Y CON LA FAMILIA CALVO CAMACHO. Entre las vías que son versiones genuinas del "reviejo" Distrito de Zapote (San José) está inscrito el pasadizo llamado "La Concepción de María - conforme asiento registral -, el cual colinda con el margen norte del río María Aguilar. La calle sin salida sirve de punto de unión entre San Francisco de Dos Ríos y el barrio Moreno Cañas. Familias nativas, entre ellas la de don Jesús Mora Díaz, los hermanos Obando Amador, los Barboza y los Umaña, poseyeron ahí los principales terrenos, loteados posteriormente, lo cual facilitó el ingreso de nuevos grupos de personas, entre ellos la querida familia Calvo Camacho, compuesta por aproximadamente 100 miembros, al contemplarse hermanos, nueras, yernos y las nuevas generaciones (nietos, bisnietos). Curiosamente, en el rincón de "La Concepción" hay varios hogares cuyos miembros poseen el apellido Calvo, solo que no son parientes. De acuerdo con la versión popular a ese minúsculo meandro se le llama "la calle de los Calvo". Tengamos presente que otrora, en el Siglo XlX y principios del Siglo XX, San Francisco de Dos Ríos había formado parte de la barriada de Zapote, esto permite mirar esa peculiar calle como un resabio de aquella antigua unión entre los dos pueblos, con ascendencias comunes. En nuestra época revividas ante la cercanía geográfica, habida cuenta de la notoriedad de las interacciones humanas entre las gentes del apartado rincón zapoteño (La Concepción) y los habitantes del distrito vecino. Ellos comparten, sin enojos, los servicios públicos (la escuela, el kínder), el EBAIS y los centros comerciales. No pocos zapoteños de dicho recoveco hacen feligresía en la Iglesia Católica del Distrito colindante. Por su parte, la comunidad zapoteña ha contribuido a dotar a los adolescentes y jóvenes del aledaño distrito, de educación de enseñanza media de elevada calidad, a través de la existencia de nuestro Liceo Rodrigo Facio Brenes, originándose así una perfecta cooperación. Después de haber levantado un negocio de pulpería (denominado "La bodeguita", instalado en las inmediaciones de la Iglesia de La Soledad (San José), don Miguel Calvo Mora, conocido como Miguelito - casado con doña Julia Camacho Sibaja - decidió cambiar de ocupación. Tal que llegó a ser contratado por don Raúl Vargas, un empresario de buses. Según cuenta su hija doña Marta Calvo Camacho, personalidades del ámbito político nacional fueron clientes del negocio de su padre. El entonces estudiante del Liceo de Costa Rica, Daniel Oduber Quirós era uno de ellos, él vivió cerca de "La bodeguita"; el zapoteño lo conoció bastante joven, llegó a admirarlo profundamente, hasta cultivaron una buena amistad. Ello explica que aquel operador de los buses de nuestra localidad fuera un dedicado autodidacta, al nutrirse de la cultura del liceísta aquel. En adelante se dedicó a conducir autobuses, oficio que su compadre Ramón Alfaro le enseñó, con el cual sacó adelante a la prole suya. Ciertamente, el señor Calvo fue un sereno, complaciente y respetuoso operador de vehículo de transporte público, que prestaba servicios al trayecto fijo entre el distrito de Zapote y el centro de la ciudad de San José. Prudente, cauteloso en el desempeño del volante, por esto la vida de los pasajeros estaba bien resguardada. Las labores las realizaba acompañado de un radio que les permitía a los pasajeros escuchar música de ensueño; el viaje de aproximadamente de 30 minutos era único con él. Siempre don Juan Obando Amador coincidía con los recorridos de aquel chofer zapoteño, quien había perdido a sus padres a la edad de 7 años. El inteligente dirigente comunal se sentaba atrás del bus bajo la responsabilidad de Miguelito. Varias de ellas llenas de humor, iniciaba sus acostumbradas pláticas con el resto de los pasajeros, quienes se le unían sin pensarlo. Haciendo comunidad como solía acostumbrar, don Juan abordaba múltiples remembranzas y temas de actualidad, era un personaje bien informado. De vez en cuando lanzaba una jovial anécdota, disfrutada por los restantes usuarios. Los viajes en bus se convertían en la prolongación de la vida de nuestros expresivos barrios. Tampoco los parloteos, los cuales abonaban a la óptima salud mental, pasaban desapercibidos a don Miguel, amigo cercano del señor Obando (+). En su ejemplar y valerosa vida matrimonial Miguelito (+) y Julia (+) engendraron 13 hijos, fueron una pareja que convivieron juntos durante 66 años, fervientemente Católica. Él nació en Guaitil de Acosta; su esposa salió del vientre materno en el poblado de Tucurrique - tierra de la producción de pejibayes - , perteneciente a la provincia de Cartago. Luego de residir en San Francisco de Dos Ríos, a finales de la década de 1950 arribaron a Zapote, específicamente al barrio Quesada Durán. Posteriormente, los esposos se trasladaron a la calle o al sitio que hemos hecho referencia, ubicado en el barrio Moreno Cañas. En la década de 1960 compraron un terreno a los hermanos Obando Amador, a fin de construir de manera ingeniosa una espaciosa vivienda, conformada por un largo zaguán - el cual todavía hace gala, separando los dormitorios -. Es semejante a los tradicionales y cómodos domicilios de Acosta y Aserrí, los cuales han dejado de estar a la vista de nuestros pueblos urbanos y rurales. Justamente, la de los Calvo Camacho fue erigida por operarios, provenientes del pueblo natal del progenitor. Todavía al famoso zaguán lo acompañan el jardín frontal y el bien cuidado patio trasero - da lugar a un gallinero - , antecedido por la frescura del espacio de la cocina - comedor. En la estructura y paredes fueron empleadas maderas, desaparecidas en estos tiempos. Allí vivieron los 13 hijos del citado hogar; varios de ellos allí fueron concebidos, entre ellos fue engendrado José Antonio Calvo (+), egresado de nuestro colegio, quien fuera destacado catedrático en la Universidad de Costa Rica (UCR) en el área académica de la Estadística, aplicada a la Psicología; tuvo bajo su cargo la dirección del Instituto Costarricense de Estadística y Censos (INEC). Asimismo, él llegó a ser un destacado futbolista en la Universidad; y en nuestra comunidad integró los equipos Rosoba y el Zapote F.C. Tampoco han estado ausentes las ofertas de compra del acogedor inmueble, propuestas que los herederos rechazan rotundamente. El pequeño lugar se ha ido poblando con la llegada de personas originarias de distintas regiones del país, al tiempo que el levantamiento de pequeños condominios ha variado su aspecto físico original; no obstante, de la subsistencia de las respectivas parcelas de las familias Obando y Barboza. Cada año y en su casa de habitación los Calvo Camacho celebraban con gozosa devoción el Rosario del Niño Dios; en ella Miguelito (89 años) y Julia (90 años) terminaron sus nobles existencias. Al evento del Rosario - que aún celebran sus vástagos - invitaban a todos los vecinos. Ofrecían con esmero comidas típicas acordes con la relevancia de la celebración. Según y como lo dictaban Miguelito y Julia: "Al Niñito Dios había que entregarle de todo, por eso en honor a Él no podía faltar la comilona, la chicha, el rompope, para quienes desearan participar , amenizado con la buena música de don Lelo Fonseca, residente del Barrio Quesada Durán, además del estallido de pólvora". ¡Puro Tiquicia! Dentro del Programa del Rescate de la Memoria Histórica de Zapote, puesto en ejecución en la biblioteca local, entre otras personalidades, fue colocado el retrato de doña Julia Camacho. Al perder a su madre, siendo una criatura de dos años, a ella y su otra hermana las asumieron primero su abuelito materno y luego unos amigos cercanos de la familia, los Jiménez Zárate. Con los últimos vivió parte de su niñez en Barrio Luján, quienes se encargaron de la educación de ambas niñas. Es así como Julia logra graduarse en la Escuela España y en el Colegio de Señoritas, lo que le facilitó convertirse en educadora en la Escuela de San Gabriel de Aserrí. Dado que Miguelito poseía su negocio cerca del colegio donde se formaría la dama zapoteña, le sucedió el hecho feliz de conocerla; sobra narrar la influencia de Cupido en los dos jóvenes. A diferencia de su marido, la señora Camacho había sido una entusiasta activista política en nuestra comunidad, así también una dirigente cívica comunal, comprometida con el voluntariado de las caritativas Damas Vicentinas. En los inicios de la formación del Liceo Rodrigo Facio e impulsada por el líder Juan Obando, asumió distintas posiciones en la Asociación de Padres de Familia. Al ser convecinos, ambos personajes, junto con don Jesús Cruz Sánchez (Cachuta padre), ellos de ideas y acciones firmes, se concentraron en generar bienestar material en el diminuto caserío, pues desde siempre solo había sido una desolada senda hecha principalmente de tierra, difícil de transitar cuando caía la lluvia. Carecía de los servicios de alumbrado público y de permanente agua potable. Merced al tenaz y perseverante trabajo llevado a cabo ante la Municipalidad del Cantón Central de San José y ante las autoridades políticas nacionales, por la educadora zapoteña de la Escuela de San Gabriel de Aserrí y por los señores Obando y Cruz, la calle de "La Concepción" fue adquiriendo fisonomía de progreso. Y esto que ninguno de los tres ocupó cargos de elección política, dentro de dicho gobierno local. Ni les interesó, a pesar de su afiliación con el Partido Liberación Nacional, decisión que nunca experimentó el rechazo del resto de los moradores del barrio. Al cabo que se ganaron el respeto y la admiración de ciertos políticos costarricenses. En "la Concepción de María" hubo disputas con un incómodo y arbitrario vecino que entorpecía a la par de su propiedad el paso de los lugareños hacia el otro distrito aledaño. Razón por la cual la emprendedora, educada y estricta Julia Camacho - ni un accidente sufrido la hizo retroceder -, con la compañía de don Rodolfo Calvo Naranjo (conocido como "Canelo"), impulsó su último proyecto comunitario, fuera la construcción del imprescindible y robusto puente peatonal sobre el río María Aguilar, obra coronada, entrado el presente Siglo, cuyo financiamiento corrió por cuenta de la Municipalidad josefina. Exactamente esto llegó a estrechar todavía más las remotas relaciones de convivialidad entre las gentes del pequeño caserío de nuestro distrito y las de San Francisco de Dos Ríos. En resumen, el sitio casi escondido, al cual hemos hecho referencia en este escrito, representa una muestra o un exponente de la continuidad histórica del Zapote tradicional. Todavía encapsula parte de nuestra identidad comunitaria. Ella que se resiste a ser borrada. Familias nativas construyen allí sus vidas, sean los Obando - Rojas, Barboza, Calvo, Camacho, Díaz - Cerdas - Mattey, Ugalde, Portilla, Fernández, Solís, Umaña, Cruz - Sánchez - Miranda, etcétera. En el pasado residieron en el camino de "la Concepción de María" personajes que habían sido una leyenda: animadores de nuestro sentido de pertenencia e identidad compartidos, fueran Rodolfo Calvo Naranjo (+) - un excelente futbolista, cónyuge de doña María Elena Barboza Obando, hijo nada menos que de don Isidro Calvo, propietario de aquel legendario molino de maíz. Mencionemos al bueno de don Jesús Solís Ulate, el portero de la Escuela Napoleón Quesada, testigo fiel del crecimiento y desarrollo educativo de cientos de niños, además guardián de la finca de don Jesús Mora Díaz, dirigente comunal y fundador del Liceo Rodrigo Facio. Los pequeños empresarios don Hernán Gamboa y don Carlos Vargas, este último dueño de la mueblería, ubicada cerca del puente sobre el río María Aguilar, así también fueron emblemas del llamativo rincón del barrio Moreno Cañas, el cual con el esfuerzo mancomunado de sus escasos habitantes constituye un sitio seguro, placentero, custodiado por hogares honorables. Finalizamos este escrito, expresando gratitud a doña Marta Calvo Camacho, dilecta amiga y excompañera de trabajo, una distinguida dama quien se ocupa de conservar el patrimonio documental de su familia, vinculado al legado social y cultural de su minúsculo barrio, siendo esto un aporte ciudadano, que en la ocasión ella lo convirtió en nuestra principal fuente de conocimiento y memoria. FELIZ NAVIDAD Y BENDICIONES. (El zaguán de la vivienda de la familia Calvo Camacho)