sábado, 14 de mayo de 2016

TURISMO PARA UN MUNDO SIN FRONTERAS.

TURISMO PARA UN MUNDO SIN FRONTERAS. El turismo camina más lejos que una mera actividad comercial. Múltiples propiedades acarrea consigo. En él hallamos ciencia, psicología y comunicación social, relaciones internacionales, el creativo encuentro de culturas y, por supuesto, representa un sector económico suficientemente rentable y acelerador de casi todo un sistema económico nacional. Cuando las personas deciden viajar al extranjero, o al interior de su propio país, el semblante y las emociones positivas comienzan apoderarse de su espíritu y lo transforman a la vez. Esto es porque el turismo origina paz, felicidad, incógnitas también. Mediante él hacemos imprescindible nuestro reto de encontrarnos con lo ajeno, con lo que es diferente, a modificar por unos instantes nuestra cotidianidad y convencionalismos, al contrastarlos con los hechos descubiertos, que con frecuencia impresionan. Dependiendo de las circunstancias del sitio geográfico visitado, éste podrá darnos a conocer las raíces de nuestro pasado civilizatorio o historia nacional y personal; ya sea la evolución de nuestro presente (nada estático), que puede justificarnos o quitarnos el sueño; o bien, las realizaciones o expectativas creadas que al fin y al cabo habrán de determinar el futuro, lo que en nuestros tiempos pareciera que sí existe, dada la velocidad del conocimiento, que tiende a controlar lo azaroso, predice comportamientos y eventos, que pronostica el destino de las sociedades, sobre todo las que arrastran conflicto, y hasta los fenómenos naturales, al informarnos de las causas y efectos, relacionadas con el cambio climático. Gente de todos los confines del planeta convergen adondequiera, a través de la práctica del turismo, primordialmente en aquellos lugares que poseen un elevado atractivo y misterio, ya sean los que dan testimonio histórico, cultural y artístico, los de interés científico, asimismo, en los destinos para la recreación y el entretenimiento. E, incluso, en los que sus particularidades de ser sociedades abiertas y libres reúnen las condiciones apropiadas para celebrar congresos políticos y académicos de cualquier índole, sin discriminaciones. Un atributo del sistema político costarricense, sobre el cual exhibe indiscutibles ventajas, para obtener réditos, frente a cualquier nación. Sabemos que, ciertamente, una buena mayoría adolece de restricciones a la libertad de expresión y de prejuicios alrededor del debate amplio. Rara vez se registra en un ambiente cosmopolita un incidente político, religioso y étnico; nos atrevemos a pensar que entre quienes se califican como enemigos, al menos por una porción breve de tiempo marginan sus frustraciones e instintos violentos y destructivos; podría ser que allí afloren sentimientos benignos, quizás por el estímulo psicológico, que todos experimentan cuando hacen turismo, gracias a la renovación química de sus respectivos cerebros en ese instante de contactarse con otra realidad. Resultan gratificantes los esfuerzos hechos entre foráneos, así como de estos con los nativos de tal hogar de la Tierra en lograr entenderse y comunicarse (hasta unir sus vidas), a pesar de la barrera del idioma, hábitos y costumbres, entre otros distintivos, lo cual deja de ser un obstáculo, casi siempre, puesto que el ser humano es una obra de arte, por lo que es tan capaz de salir de apuros. A la vez, personas provenientes de regiones disímiles se protegen en las aventuras, hacen negocios y comercio, se reconocen y valoran mutuamente como habitantes de “una aldea global” - incorrectamente dividida en Estados Nacionales - , donde se tienen los mismos derechos para realizarse como persona humana, hecha para amar y convivir solidariamente. He aquí para que “un club de amigos” como la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se decida a repensar en las virtudes (pacífistas) del turismo, que consiga democratizarlo, abaratando sus costos, con tal de que la humanidad entera tenga acceso a una actividad que nos permite reencontrarnos con nuestro Ser Supremo. Ronald Obaldía González (Opinión personal)

6 comentarios:

  1. Patricia Durán Valladares escribió:

    Querido Ronald excelente artículo y muy loable, velar para que cada día haya más gente con posibilidad de exponerse a la creación del Señor. Como muy bien lo señalas, no solo debe ser un enfoque comercial sino de solidaridad y acercamiento de culturas.
    Un abrazo, saludes

    patricia Durán

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  2. Apreciado Ronald:

    Los "clubes de amigos" son importantes, pero es una lástima que varios no pasen, como acertadmente lo planteas, de ser el club de amigos. Que bien logrado tu artículo; se notan tus convicciones y tu madurez...es bonita esta edad en que estamos.

    Un fuerte abrazo,

    CManuelE.

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  3. Juan Manuel Otárola Duran escribió:

    Me resulta muy interesante y comparto en su mayoría los términos de su artículo.

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  4. Javier Castro González escribió:


    Estimado Don Ronald, muchas gracias por su comentario, siempre muy enriquecedor .

    Saludos.

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  5. Alexis Arias Mora escribió:

    Exelente Ronital, muchas gracias.

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  6. El 18 de mayo de 2016, Doris Osterlof Obregón escribió:

    Ronald, gracias. Un fuerte abrazo. Doris

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