martes, 22 de abril de 2014

CON PENSAMIENTO HUMANISTA SE VIVE MEJOR.

CON PENSAMIENTO HUMANISTA SE VIVE MEJOR. Corre fuertemente la tendencia de inculcar en la juventud costarricense la preferencia por el estudio de las ciencias de la ingeniería, así como las carreras académicas relacionadas con la alta tecnología y la informática, en tanto que ellas sí calzan con las exigencias del mercado laboral, modelado por la nueva economía, sobre el cual descansa parte del crecimiento del PIB nacional. Lamentándose de la escasez de profesionales y técnicos en dichas áreas del conocimiento, un ex-presidente, apóstol de la tesis Costa Rica S.A, que empujó – sin éxito, dichosamente – la minería a cielo abierto, en uno de sus comentarios escritos, estuvo casi cerca de plantear hasta el cierre en las universidades estatales de las escuelas académicas humanistas, o también denominadas ciencias sociales. A nuestro juicio, una postura riesgosa, puesto que en otras latitudes, así se ha intentado maniatar la educación superior. No estoy convencido acerca de los arrestos del “homo faber” - el sujeto creador de objetos artificiales - en la empinada misión de “la búsqueda del sentido (o recomposición) de las virtudes y los valores éticos, en los que toda sociedad libre, democrática y pluralista ha de descansar. Una responsabilidad de por sí filosófica y antropológica, por cuanto es allí en que el ser humano - en su entorno y circunstancia – deberá ser el eje central de cualquier proyecto de cambio y progreso que la sociedad experimente. Entonces, es cuando podemos cuestionar el supuesto rol autónomo de la economía; una disciplina insuficiente y limitada en lo tocante a dar respuestas a las complejidades, relacionadas con la verdad de la justicia social, la solidaridad y la angustia de los vacíos espirituales. Lo que no precisamente se resuelve en el ámbito y vertiginoso ascenso de la ciencia y la tecnología, así como en la propia sociedad de consumo, facilitadora de su crecimiento desmedido y hasta ayuna “de responsabilidad ecológica y social”. Sin axiomas, sustentados en la razón, ningún Estado nacional puede sobrevivir; menos sin leyes y normas de convivencia escrupulosas, que garanticen el bien común. Al ser marginadas la visión o sensibilidad humanista, así como la base ética del desarrollo, seguro que habrá degradación en la cultura cívica. Al paso, será tarea gigantesca el frenar la concentración del poder político y económico, a cambio de invertirlo en voluntades y decisiones cívicas, cuya orientación sea la reducción de la inequidad y la discriminación. Lo antes dicho comporta el mejoramiento de la distribución de la riqueza, incluidos el disfrute de los logros y beneficios, resultantes de los sistemas productivos de última generación, de cuya sofisticación industrial se expanden los negocios transnacionales, rara vez ocupados de universalizar oportunidades, que puedan alcanzar las poblaciones y regiones postergadas. La ciencia y la tecnología en los sistemas económicos no existen en el vacío, sobre todo, se desenvuelven en medio de una realidad social e histórica (Oscar Álvarez Araya, 2010). Agregaríamos además que esa misma realidad ha de someterse a la verificación, a fin de ahondar en el tipo de valores que cultiva. Al mismo tiempo, esa entidad histórica, política y cultural, esto es, el Estado como identidad colectiva y dinámica, tampoco puede renunciar a la autocrítica y al escrutinio de parte de sus miembros, siempre con la mirada puesta en la reconstrucción de las interacciones entre individuos libres y diferentes, la sociedad civil y el poder institucionalizado. En abundancia las ciencias sociales y el saber filosófico pueden guiar la reconstrucción de órdenes sociales, que entrañan felicidad, libertad de producir pero con justicia, para que la comunidad de personas libres “pueda avanzar hacia niveles superiores de desarrollo humano” (Oscar Álvarez Araya), así también en lo cultural y lo espiritual, a prudente distancia de los fetiches y dioses ficticios. Por ello celebro, sin alabanzas palaciegas, que un obispo religioso llegue a ser un participante activo en el gabinete del próximo gobierno de Costa Rica. Así sea. Ronald Obaldía González (Opinión personal).

7 comentarios:

  1. rodrigo diaz bermúdez escribió:

    Pierdes de visa Ronald que este "homotransitorio" representando en esta generación humanamente superficial y adicta a los efectos tecnológicos del nuevo consumo de la masa mal llamada privilegiada, es decir que no es de la gran sabana africana, repito este homotransitus, es el que determina el mercado incluyendo el académico.

    Una minoría real, que busca la cultura y la respuesta a esos llamados vacíos espirituales, está desfasada y tiende a reciclarse, otra como ud. tiende a ir buscando ya la Funeraria Polini. Pero antes de eso, podrías escribir un libro, porque una vez que toda esta borrachera pase, la ciclicidad de la historia nos pondrá de nuevo a buscar fundamentos filosóficos y valores trascendentes, pero por ahora no se haga ilusiones. En este momento es suficiente una religión rápida, casi erótica, sin mucha fundamentación teológica y un humanismo intrascendente representado no en los pensadores de la filosofía alemana de los siglos XIX o en los desarrollos teóricos del XX, sino en lo que lleva a gobiernos como los de Arias y caricaturas como la de Chincilla al poder y ensaya con intentos fallidos como el actual, del señor semiizquierdista, semiderechista, semi-de todo que acaban de uds. de elegir. Y una sociedad que en su desesperación y locura produce a un Maduro y a un loquito viejo como el de Uruguay.

    Lo que sí es sostenible debe quedar dentro de un marco social fundamentado en el derecho. Y en las sociedades como la costarricense es más factible defender desde ese terreno lo que conquistaron grandes humanistas como Omar Dengo desde las ideas, Figueres desde lo político, Monseñor Sanabria y Calderón desde lo social y el Padre Núñez desde el pensamiento pedagógico alternativa al modelo clásico también muy valioso de los Malavasi y la derecha tica interesante junto a la izquierda arqueestructura en los centros de poder ideológico innegociables, como son los llamados aparatos ideológicos del estado de los cuales hablaron pensadores hoy extraños a los jóvenes que languidecen en los mall o se lanzan a las calles a amparar las locuras de justificar el aborto, el irrespeto a las canas y el sensualismo desorbitado. No tienen norte, ni este, ni oeste, solo celulares y consiganas inmediatistas sin ideologias respaldadas por teorias del conocimiento humanísticas o humanistas, ambas en fin.

    Así que lo que ud. pudiera hacer antes de morirse, es escribir un buen paquetón de libros para aportarlos al conocimiento , que será valorado unos 30 o más años después de su muerte.

    Y no tenga mucha esperanza en este nuevo gobierno, que no será tan malo, gracias al pésimo que uds. acaban de finalizar.

    Mi más sincero afecto,

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  2. Ronald, dispuesta a rector para la discusión dos puntos , muy políticamente correctos en estos días , pero no tan sostenibles en una discusión más sería e informada .
    Un saludo cariñosos, Mimi Prado.

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  3. Estoy de acuerdo y también me alegró el nombramiento de este obispo en el gabinete.
    Saludos y mis respetos de siempre hacia tu honorable persona,

    Cecilia Martén

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  4. Lizbeth Arias Aguilar escribió:


    Que bien Ronital me gustó su mensaje, sin ciencias sociales no hay sociedad justa y equitativa. Ronital necesito que me llame urgentemente.

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  5. LUCIA LOPEZ REGIDOR ESCRIBIÓ:

    Estimado Ronald:

    Primero que nada un cordial saludo. Muy acertado Sergio al reenviar este artículo.

    Este artículo está excelente. El pragmatismo de las ciencias y la tecnología no debe metalizarnos, no debemos olvidar la parte humana que es el cimiento fundamental de nuestra sociedad.

    Esperemos que la planificación y la conducción del futuro gobierno puede empatar todos esos aspectos, al menos en los proyectos más importantes. Que lo social no se vea como un simple gasto público, sino como una inversión en calidad de vida y que la parte tecnológica e ingenieril no se reduzca la generación de rentabilidad.

    Dentro de este tema del humanismo en la gestión de gobierno, me preocupa el tema del empleo, principalmente para los más jóvenes. Se les exige tener varios títulos (universitarios, preferiblemente) y mínimo un segundo idioma (inglés), pero las fuentes de empleo que se anuncian con bombos y platillos en las ferias de empleo, bajo el nombre de servicios, ahora se están reduciendo, porque si no se trabaja en actividades relacionadas con el turismo, solo se ofrece empleo en un call center. Se le pide a la gente que hable inglés hasta para barrer, cuando hay actividades en las que no se ocupa. De qué vale estudiar tanto, si solo basta con aprender inglés, para terminar atendiendo un teléfono, se reducen las oportunidades para desarrollarse como profesionales. Y todavía se dejan decir que en Costa Rica no hay gente preparada. Estamos como en la zona fronteriza del norte de México, donde se cree que sus habitantes solo sirven para operarios de maquila.

    Es importante ver el trasfondo de esta situación y no dejar de lado la parte humana.

    Un abrazo a ambos,

    Licda. Lucía López Regidor
    Ejecutiva de Turismo 2
    Unidad de Planificación Institucional ICT
    2299-5800 Ext. 5790

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  6. Flory Montero (florymv@gmail.com) escribió:

    Muy interesante, y concuerdo con el análisis que hace pero no con su deducción final.

    Un "religioso instituido" no asegura por sí mismo la carencia que señala.

    Si bien la política y la religión no tienen por qué excluirse mutuamente, ya en el pasado hemos vivido la corrupción de ambas cuando sus ámbitos de acción, en puestos de poder, se entremezclan. Como bien lo dice Benedicto en su libro "Jesús de Nazareth": es peligroso caer en la tentación de usar la fe para asegurar el poder político y v.v, pues fácilmente la fe se verá sofocada cuando no doblegada a otros criterios e intereses.

    Quizás el pluralismo y democracia serían más tangibles si en lugar de limitarnos a la "representatividad" promovemos el aprendizaje del razonar y el pensar, pues podemos tener un grupo de individuos en teoría diverso que, al fin y al cabo, sin éstas herramientas fundamentales, terminarán siendo masificados bajo la misma visión utilitarista (no humanista) que actualmente predomina.

    Grx!!

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  7. Lourdes Montero Gómez escribió:

    Qué extraordinaria reflexión, somos seres humanos integrales, donde el conocimiento, debe ir unido a lo social, cultural, y espiritual. Si no es así está formando autómatas o robots deshumanizados. Gracias.
    En la institutución que trabajé muchos años el currículo giraba sobre el trípode saber-trabajar--convivir.

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