lunes, 20 de octubre de 2014

EN BOLIVIA: ¿VIVA EVO MORALES?

EN BOLIVIA: ¿VIVA EVO MORALES? Dicho de la manera más simple, las imágenes del indigenismo tanto en Bolivia como en Guatemala – sociedades atropelladas desde los tiempos de la colonia española - nos retratan varias comunidades o pueblos ancestrales, que en pleno Siglo XXl, aceptan con resignación absoluta la discriminación y marginalidad, a la que han sido sometidos antes de la era precolombina y después de ella; como si aquello fuera “un fósil viviente” y revelador de las condiciones invariables de rezago de tales comunidades, contactadas cinco siglos atrás por los europeos. Algunos indígenas, entre ellos, los productores de la hoja de coca (los cocaleros en Bolivia y Perú), mejor organizados se atreven a defender sus derechos culturales, políticos y económicos, ya sea en su “condición de minorías étnicas”, una valoración confusa, principalmente tendenciosa, puesto que ha sido común escucharla de parte de los mestizos (o ladinos) guatemaltecos al referirse así de los mayas, que conforman casi el 50% de la población. También, en medio del apartheid de Sudáfrica fue usual que los blancos, descendientes de europeos calificaran de minoría a la población negra, pese a que representa el 76% de los habitantes: el trasfondo racista estuvo arraigado en tal odioso calificativo. En el caso particular de Bolivia, los quechuas y los aymaras componen el 57% de los habitantes, víctimas además de la extrema pobreza, al extremo que se han visto obligados a emigrar a destinos como Brasil, Argentina y Chile; la economía informal allí los acoge. Curiosamente, a causa de tales flujos migratorios, dos de esas naciones suramericanas (Chile en 1879 – 1883 y Brasil en 1904) pagan hoy costosas facturas: habían sido los autores del desmembramiento territorial de ese país andino, en cuenta la pérdida de sus costas oceánicas, sobre lo cual a Bolivia le asiste la razón del derecho de recuperar, a través de su litigio ante la Corte Internacional de Justicia. Poco más del 25% de mestizos y la minoría de origen europeo constituyen la clase dominante, se concentra en Santa Cruz (este del país), la región de mayor desarrollo, junto a Beni, Pando y Tarija, los motores económicos: “las otras Bolivias”, inspiradas en la oligarquía criolla y los intereses mineros transnacionales. Al principio, estos círculos de poder se negaron a aceptar a Evo Morales como el primer presidente indígena (y cocalero) en la historia de la nación, eso significó que el país estuviera a un paso de fragmentarse en diversas “Bolivias”, amenaza que llegó a superar hábilmente el presidente, al menos por ahora. “La otra Bolivia” ha estado en manos de las mayorías postergadas, los obreros mineros y las etnias indígenas, promotores de la reforma agraria y de la nacionalización de las compañías de minerales, propiedad de capitales extranjeros. De esta Bolivia, recientemente han cobrado auge las ganancias de un sector reducido de cocaleros indígenas, “los nuevos ricos” o “los neoliberales de la coca”, vinculados al tráfico internacional de drogas, protegidos a la vez por el gobierno de Evo, quien resiste por su parte las exigencias de la política antidrogas de los Estados Unidos de América. De ahí, las continuas controversias diplomáticas entre ambos, secundadas por el discurso “antiimperialista”, revivido hoy en varios países suramericanos. Tan apropiada fue a la guerrilla izquierdista, ordenada luego por Ernesto "Che" Guevara, como a las sanguinarias dictaduras militares - unas socias del negocio de la cocaína - el cúmulo de férreas contradicciones sociales, que simultáneamente le sirvió de justificación a la lucha armada. Sin embargo, siguió reproduciéndose "el tipo de antidesarrollo" social y económico, el cual llegó a afianzar estructuras discriminatorias y polarizadas en la sociedad nacional, replicadas por organizaciones sindicales alrededor de la poderosa Central Obrera Boliviana, la cuna política del actual Presidente. Las secuelas destructivas siguen activadas. Ni el esquema de mercado libre y abierto, así también la privatización de las empresas mineras y de hidrocarburos, de los servicios públicos del (“medio gringo”) Presidente de Gonzalo Sánchez de Lozada - fueron capaces de reducirlas; apenas el nacionalismo populista del presidente Morales lo ha conseguido llevar a cabo de modo discreto, a menos que la propaganda oficial sea efectiva para que haga creer resultados ficticios. El logro político desde diez años atrás se materializa en la estabilidad marcada por las sucesivas administraciones de Evo; justamente, en una nación en que fueron recurrentes los golpes de Estado, en la mayoría de los casos patrocinados por el ejército - en asocio con las élites económicas - , aunque en su interior saltó a la palestra el general Juan José Torres (1969) de orientación anti - estadounidense y populista. Como sea, se disiparon serios escollos, causantes de inestabilidad: las pretensiones secesionistas o autonomistas de “los blancos”; incluso, esta vez, Evo obtuvo una victoria en Santa Cruz, donde se concentra el grueso de la oposición. El presidente indígena se convenció de que estorbar en los negocios, - o entorpecer las boyantes exportaciones de gas a través de un puerto peruano - era contraproducente, concretó acuerdos con los empresarios, especialmente los de Santa Cruz, sus enemigos declarados. Bolivia ha pasado de ingresar por la exportación de hidrocarburos 600 millones de dólares en el 2005 a 14 mil millones en el 2014 (Rogelio Núñez, Infolatam, 2014), el incremento en el precio internacional de las materias primas, en particular petróleo y gas natural, viene a ser el factor principal de ello. Lo que supone las aceptables mejoras sociales a favor de los grupos históricamente discriminados, la creación de empleo y la reconocida popularidad del régimen “Evista”; quien a sus inicios (2006) nacionalizó los hidrocarburos, por lo que “se revirtió el reloj de la distribución de la riqueza”: el Estado boliviano se queda con el 75-85 por ciento. Al mismo tiempo, ese país posee reservas internacionales que superan los 14.000 millones de dólares, según lo constata César Navarro, Ministro de Minería. El riesgo que apuntan los especialistas a Bolivia es su alta dependencia alrededor de los ingresos generados por los hidrocarburos, cuyos precios están sometidos a severas fluctuaciones globales. Es decir, frente a un descenso severo de los precios del gas y el petróleo habría una reducción en las entradas de capital (Wilfredo Rojo Parada), con la desventaja que su economía es poco diversificada; cuya debilidad se manifiesta en las escasas capacidades y opciones de recurrir a otro sector productivo, con tal de reponerse de inmediato, en caso del descenso en los precios de esas principales fuentes generadoras de ganancias. Con todo, la permanencia de Evo en el poder continuará dependiendo de la bonanza originada de las exportaciones de hidrocarburos, factor que otorga tranquilidad y estabilidad política a su mandato, lo cual de hecho llegará a influir en el 6,5% de crecimiento del PIB, pronosticado este año en Bolivia, de los mayores en América del Sur. En esta asignatura influye que las empresas pagan más impuestos, los precios de los productos básicos han mejorado, se ha alcanzado el equilibrio fiscal y el déficit bajo”, comportamiento económico que ha dado confianza al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial. Posee la ventaja “del peso abrumador” del aparato del Estado que no es neutral, sino que está completamente al servicio de las políticas clientelistas y prebendarias del presidente (Fernando Molina. Infolatam, 2014). Evo administra a su antojo los recursos del Estado - pero administra mejor que el despilfarrador y “antiimperialista” Gobierno de Venezuela los recursos del “boom” de los hidrocarburos -; “sujeta con mano de hierro un bloque de medios de comunicación; así también, controla la Justicia y manipula movimientos sociales, sindicatos” y las organizaciones indígenas. El gobierno ejerce control sobre el Tribunal Supremo Electoral y “sus malas prácticas”, pone restricciones a la competencia democrática justa - la pasada elección lo puso de manifiesto - , donde los periodistas y activistas de oposición son hostigados, arrestados y a veces hasta exiliados (Steven Levisky, 2014). Al igual que sus pares del ALBA, el líder indígena construyó un partido robusto, el Movimiento al Socialismo, convertido en el único movimiento (personalista) de alcance nacional, tras quebrantarse los impopulares partidos de la acera del frente (Fernando Molina, idem), que otrora pactaron entre sí, al cabo que se desacreditaron, pues hasta el narcotráfico y el enriquecimiento irregular se entronizaron de lleno en las altas estructuras. Pongamos el caso de la oscura alianza entre los enemigos de otro tiempo: el MIR del izquierdista Jaime Paz Zamora y el militar derechista Hugo Bánzer, máximo dirigente del partido Acción Democrática Nacionalista (ADN). Más grave aún, las posturas relacionadas con la plena liberalización de la economía, adoptadas por Sánchez de Lozada - refugiado en Miami - , a las cuales sigue apegada buena parte de la oposición, tienden a ser superadas por los logros sociales aceptables del mandatario indígena, quien tal vez disimula el deseo de reelegirse indefinidamente. Su aplastante triunfo en los pasados comicios es desesperanzador en lo concerniente a las ambiciones electorales de una oposición bastante desunida y deslucida, sobre todo, que el líder aymara ya aprendió a negociar con los empresarios de los tradicionales y complicados aliados de las denominaciones políticas que lo adversan. Según nuestros vaticinios, habrá Evo para rato. Ronald Obaldía González (Opinión personal).

3 comentarios:


  1. Ingrid María Mora Camacho escribió:


    Hola Ronald, muy interesante. Al menos en América se han abierto estas posibilidades. Hace unos días leía un informe de ONU que certifica que efectivamente después de la expulsión de la DEA el gobierno "armó" algunos programas para reducir la siembra de coca y lo ha logrado eficientemente, como también en Perú. sin embargo, algunos expertos muestran su preocupación no solo por Bolivia sino en general por américa Latina, en el tanto señalan que ha habido un fenómeno de "reprimarización" de la economía incentivado en buena medida, por la demanda de materias primas de la locomotora china. Pero cuando ese proceso tropiece, América Latina sentirá los efectos; lo tradicional alguien estornuda y a América le da gripe; solo que ahora el estornudo viene de otras latitudes. CIAO

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ronald por su artículo de opinión sobre el papel y protagonismo del Presidente Morales.

    Atte.

    Alejandro Solano Ortiz
    Viceministro de Relaciones Exteriores y Culto
    Tel. 00506 25395308
    EMAIL. alsolano@rree.go.cr

    ResponderEliminar
  3. Ingrid María Mora Camacho escribió:
    23 de oct.

    ´Diay Sí, buen ejemplo de los diferentes aspectos de la capacidad humana; una cosa es la siembra de coca y otra perversa, la industrialización con otros fines como la producción de la cocaína y todas las lacras que esto significa. Pero en el mundo hay de todo verdad?

    ResponderEliminar