A CONCLUIR DE INMEDIATO LA GUERRA EN LA FRANJA DE GAZA, "POR EL BIEN DE LOS PALESTINOS E ISRAELÍES". Autor: Ronald Obaldía González
A la guerra de Gaza en el Medio Oriente se añaden otras tensiones globales tales como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el cual ha puesto en vilo la estabilidad y la seguridad de Europa, ahora que la República Popular China comienza a interferir a favor del Presidente Vladimir Putin.
En la Península de Corea se cierne el constante rearme atómico de Corea del Norte,y las provocaciones de su régimen dinástico totalitario contra sus vecinos Corea del Sur y Japón, las cuales podrían escalar al firmar el Presidente ruso Vladimir Putin el problemático tratado de asociación estratégica integral con su par norcoreano Kim Jong-un (Fuente: Yoon Young-kwan). Instrumento que dentro de las prioridades de la desnuclearización de la Península, tanto China como los Estados Unidos de América les causa aversión.
Considérense los intentos del Presidente de China, Xi Jinping de expansión en el mar de China, causante de riesgosas fricciones frente a sus vecinos; los de recuperar la isla de Taiwán, sea por las vías violentas. Lo cual agrava las rivalidades entre la potencia asiática y los Estados Unidos de América.
Lo antes subrayado coloca en una delicada posición al Presidente Joe Biden en lo tocante a las aspiraciones suyas en torno a la reelección presidencial, en vista de la resistencia de la opinión pública, en lo referido al giro de la política exterior, imbuida en inagotables pugnas internacionales.
Las soluciones a tales disrupciones recorrerán un camino empinado. Las interrogantes acerca de la lucidez del Presidente Biden, quien ha hecho retornar al país a cumplir un rol significativo en las cuestiones globales, tiende a ser puesta en entredicho, posibilitando un resultado desfavorable en los comicios generales a celebrarse en noviembre del año en curso.
Las complicaciones podrán acrecentarse, teniendo en cuenta las posiciones aislacionistas, neo-nacionalistas, populistas, hasta ininteligibles del candidato Donald Trump, además del descontento suyo con respecto a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Tampoco Rusia y China desisten de desacreditar el orden internacional de carácter democrático liberal, regido por Occidente - este incapaz de apagar los incidentes antes citados -, a cambio de imponer un esquema alternativo, atrayendo el auspicio de los regímenes autocráticos.
En el posible plan alternativo ("multilateral") serían incorporados Corea del Norte, así también Irán: probablemente en un futuro poseedor de armas nucleares, lo que significaría una completa amenaza.
Por ello el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea y Washington le han impuesto sanciones al régimen de los Ayatolas. A la vez que se acrecientan las sospechas de los vínculos suyos con organizaciones criminales, responsables de llevar a cabo ataques terroristas o actividades hostiles a nivel transnacional (INFOBAE).
NO CESA EL ESCALAMIENTO.
El panorama es desolador en el Medio Oriente. Hay “alto nivel” de incertidumbre geopolítica con impactos en la economía internacional.
Trastornando el comercio internacional, los rebeldes hutíes de Yemen bombardean buques mercantes que navegan en los mares Rojo y Arábigo, como parte de sus operaciones contra Israel, dados los combates en la franja de Gaza; operaciones, de inmediato respondidas por Gran Bretaña y los Estados Unidos de América.
Mientras tanto, Hezbolá, la organización terrorista, islamista chiita, con enorme poder político y militar en la fallida nación de Líbano, la sostienen Irán y su eje de la resistencia. En su alianza con Hamás continúa con el cotidiano intercambio de fuego y bombardeos con el ejército judío; ataca las ciudades norteñas de Israel. Esto mismo eleva el riesgo inminente de la confrontación regional.
Siria sigue encendido, el sufrimiento humano dista de tener solución; el autoritario régimen de Bashar al-Asad es torpedeado desde diversos frentes, en cuenta por varios grupos terroristas.
El irrespeto a la vida humana, las masacres, la intransigencia, el radicalismo, el sabotaje a la ayuda humanitaria, el menosprecio al derecho humanitario, el arribo de constante armamento han obstruido cualesquier intentos de alcanzar como mínimo una tregua en lo referido al curso de la guerra librada desde octubre del 2024 por las fuerzas armadas de Israel y el palestino movimiento fundamentalista islámico Hamás.
Una organización, declarada terrorista a nivel global, que gobierna en Gaza desde 2007. Si hubiera en el enclave un plan de restauración de posguerra, seguro que ella quedaría excluida de cualquier participación.
Es una catástrofe la devastación de la Franja de Gaza, y particularmente las operaciones militares en la ciudad Rafaf, allí en donde se concentran los principales bastiones de Hamás: sus capacidades e infraestructuras militares, los túneles, el asentamiento de los batallones de la organización terrorista, lo que comporta la prolongación de la lucha armada entre las Partes contendientes.
Según Netanyahu: "Hamás lo construyó todo (lo militar) en barrios civiles entre casas, entre mezquitas, entre la población, para crear su ecosistema del terror".
Persisten los actos de violencia en Cisjordania y Jerusalén Este. Precisamente, Jerusalén es considerada por la nación judía, como su "capital indivisible", a pesar del rechazo de ciertos sectores de la comunidad internacional.
A CONCEDER VALOR AL DERECHO INTERNACIONAL.
Una comisión de investigación de la Organización de las Naciones Unidas ha afirmado que Israel ha cometido crímenes contra la humanidad durante su ofensiva contra la Franja de Gaza, incluido el de "exterminio". Acusaciones que rechaza tajantemente el Gobierno de Israel. La comisión ha afirmado que, tanto Israel por sus actos en el enclave, como el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otros grupos armados palestinos en sus ataques del 7 de octubre, son responsables de crímenes de guerra (Madrid, 2024. Europa Press).
Sin éxito, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado a todas las partes a aprovechar la "oportunidad" que supone el plan de paz presentado a finales de mayo de este año por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para poner fin a los combates en la Franja de Gaza. Ha advertido de que "la solución a la crisis humanitaria" que vive este enclave palestino es "política" (Madrid, 2024 Europa Press).
Sin embargo, ningún progreso se registra en las negociaciones patrocinadas por los Estados Unidos de América, Qatar y Egipto, a efecto de facilitar un alto al fuego, así como el intercambio de rehenes israelíes y prisioneros palestinos.
El gobierno israelí ha rechazado los procedimientos abiertos del Tribunal Penal Internacional (TPI). Las órdenes vinculantes de la Corte Internacional de Justicia, carentes de eficacia jurídica, tendiente a obligar a Israel a abstenerse de la ofensiva militar en Rafaf, además de permitir el suministro de servicios básicos y de asistencia humanitaria en Gaza, entre otros, son desacatadas por el gobierno de Benjamin Netanyahu. Cuyo poder político se lo aseguran la extrema derecha, los ultraortodoxos, los ultranacionalistas. Es decir, los sectores recalcitrantes, opuestos a alcanzar un arreglo de pacificación, del cual Washington es gestor.
De paso el gobierno judío ofrece escasas señales en cuanto a adoptarlo, al igual que las organizaciones beligerantes islámicas.
En su lugar, es notorio que dentro de las prioridades de Netanyahu se halla la eliminación gradual de los milicianos palestinos - "así no volverán luchar contra los israelíes", según sus palabras -, como también la liberación de los rehenes.
El mandatario confirma la destrucción del 60 por ciento de las estructuras y capacidades militares de su enemigo. Incluso, amenaza con retornar al Líbano a "la Edad de Piedra", si Hezbolá insiste en apostar por acentuadas acciones bélicas.
Ha llevado la peor parte, pues más de 400 combatientes de Hezbolá, "incluidos "varios cerebros", comandantes y operativos con desempeños clave", han perdido la vida frente a las respuestas israelíes contra Líbano desde octubre pasado, "cuando estalló la guerra de Gaza; y se intensificó el fuego cruzado en la frontera entre Líbano e Israel" (Periódico El País, España, junio del 2024).
A RIESGO DE MAYOR DESCRÉDITO
El Primer Ministro hebreo no las tiene todas consigo. Él constantemente se ve obligado a enfrentar un movimiento de oposición que exige su renuncia. Se le acusa de impericia e imprevisión gubernamental, en lo concerniente a alertar desde un comienzo los hechos dolorosos del 7 de octubre pasado en el sur de Israel, donde perdieron la vida centenas de personas a manos de los terroristas, provenientes de Gaza.
Al cabo que la guerra de Gaza, que lleva más de 9 meses, causa subrayado malestar, los opositores se inclinan por la conclusión de las hostilidades.
El antisemetismo ha aumentado peligrosamente. En Europa y los Estados Unidos de América ha habido manifestaciones frente a las acciones desproporcionadas por parte de la nación judía en el contexto bélico.
La propia Casa Blanca, aliada incondicional de la nación hebrea, ha hecho advertencias; en un principio antagonizó con Netanyahu, tal que desistiera de realizar operaciones militares en Rafaf; los llamados fueron rechazados.
Israel pierde prestigio global. Al mismo tiempo España presentó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), una solicitud formal de intervención en el caso que opone Sudáfrica a Israel; en referencia "a la interpretación de varias disposiciones de la Convención contra el Genocidio de 1948 que, como Estado Parte de la misma, pretende que sea tomada en cuenta por los jueces de la CIJ a la hora de considerar el fondo de la demanda interpuesta por Sudáfrica contra Israel" (Fuente: Nicolás Boeglin).
Para empeorar las cosas contra el Estado judío, el Gobierno de Israel acaba de aprobar una confiscación de tierras en la Ribera Occidental ocupada (Cisjordania), como potencial "respuesta" al reconocimiento "unilateral" del Estado palestino por parte de España, Irlanda y Noruega, miembros dela Unión Europea (MADRID, 17 Junio, EUROPA PRESS). La mayor desde que los Acuerdos de Oslo de 1993 establecieran una vía para la paz entre Israel y los palestinos, según el grupo israelí Paz Ahora.
Con tales incautaciones se reafirma la dificultad aún más del establecimiento de "un Estado palestino junto a Israel"(Lucas Lilieholm, Hande Atay Alam, Tamar Michaelis. En CNN,4 de julio del 2024). Al mismo tiempo que el gobierno hebreo se ha interpuesto a los avances de Palestina para lograr su integración en el Sistema de Naciones Unidas (MADRID, 17 Junio,EUROPA PRESS).
Al cabo que se alejan las oportunidades de la nación judía de normalizar sus relaciones diplomáticas con Arabia Saudita y otros países árabes, en conexión a lograr "las garantías de seguridad, estabilidad y acciones cooperativas necesarias.
Israel condenó los anuncios de esas tres naciones europeas, en cuanto haber reconocido el Estado de Palestina, por lo que son más de 140 países que lo reconocen. Tales reconocimientos constituyen una grave alerta, relacionada con el disgusto diplomático contra los excesos militares puestos en evidencia en Gaza. Netanyahu se corre el riesgo que el Partido Laborista, ahora gobernante en Gran Bretaña repita la decisión de las tres naciones europeas.
SIN AGOTAR LAS VÍAS DIPLOMÁTICAS
Siempre resultaron condenables los reiterados ataques terroristas de Hamás contra el territorio judío, ocurridos desde tiempo atrás. Consideramos justo el legítimo derecho de defensa que le asiste al Estado de Israel. Pero, como nación civilizada, está exigida a cumplir el derecho internacional, en particular el derecho internacional humanitario; también en la perspectiva que ha de concretar el propósito a la solución de dos Estados, superando las diferencias y acumulando consenso (Fuente: parte de los acuerdos del Grupo de los 7, junio del 2024, en torno a Israel).
También resultan atinentes los argumentos del Ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Safadi al afirmar "que la credibilidad del derecho internacional está en juego si Israel se niega a acatar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre un plan de paz para poner fin a la guerra en Gaza" (EL PAÍS, España, 10 de junio del 2024).
Es difícil negar los errores de Israel en los combates en Gaza. En esta ocasión, solo un fanático antisionista puede negar el alto costo que representa a Israel, en cuanto a sobrevivir; el tener que defenderse continuamente de los embates de los terroristas de Hamás o Hezbolá, entre otros, cobardemente financiados por Irán. Qué otra nación podría estar segura y estable en tales condiciones de amenazas permanentes. Lo dicho tampoco debe ser un pretexto, tal que se llegue a obstaculizar cualesquier iniciativas del alto el fuego y paz en el Medio Oriente.
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