domingo, 9 de septiembre de 2012

HISTORIAS DEL LICEO RODRIGO FACIO BRENES (ZAPOTE - COSTA RICA), EN SU 50 ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN.


HISTORIAS DEL LICEO RODRIGO FACIO (ZAPOTE - COSTA RICA), EN SU 50 ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN.

Ronald Obaldía González   historia número 1,   27 de julio, 2012.
Si me lo permiten los queridos hermanos egresados, si no les molesta, en adelante les contaré historias pasadas de nuestro Liceo Rodrigo Facio Brenes, especialmente sobre hechos, anécdotas, personalidades, basadas en algunos documentos o que son también el fruto de la tradición oral. Esta vez les narraré un capítulo de la selección de Volley Ball, un extraordinario grupo que dirigió el egresado Gerardo "chino" Solano por la década de 1980. Resulta que uno de los fundadores del colegio y patricio de la comunidad de Zapote, el recordado Don Juan José Obando Amador, un hombre próspero, tenía un Jeep Toyota, que él cuidaba con celo. El equipo del chino Solano estaba ganando campeonatos intercolegiales, y la Junta Administrativa del Liceo, que a su vez presidía Don Juan José Obando carecía de presupuesto para atender las necesidades de aquella famosa representación deportiva. Como todo estudiante, a veces los muchachos no tenían dinero para pag...ar el pasaje. Don Juan, estaba demasiado preocupado por esta situación, al tiempo que se sentía orgulloso del equipo de Volley Ball. Para su grandeza de espíritu, le fue facil resolver el asunto del transporte de los muchachos. La cuestión es que hizo uso constante de su apreciado Jeep Toyota para movilizar al equipo hasta los lugares en que debía competir. Una vez conté hasta 11 jóvenes en aquel potente vehículo. Ignoro si en algún momento le hicieron a Don Juan J. Obando un parte por infracción. Si se lo hicieron, pesaba más en él su ánimo de servirle a aquellos muchachos entusiastas, por lo que Dios valoró aquel acto de servicio y todos llegaban a buen puerto. Así eran los apasionados patricios y fundadores de nuestro amado colegio. Ronald Obaldía González.
Ronald Obaldía González  historia número  2,   3 de agosto, 2012.
Permítanme compartir otra historia con los apreciados egresados del Liceo Rodrigo Facio, el cual desde su nacimiento se distinguió por contar con grandes deportistas. A los pocos años, la selección de baloncesto ya había conquistado el campeonato intercolegial de San José. Enseguida no más, hubo a mediados de la década de 1960 un gran atleta, el egresado Carlos Abbot, que, a nivel nacional y centroamericano, tuvo destacadísimas actuaciones. Los hermanos de él, también estudiantes del colegio, siguieron los mismos pasos de Carlos. De igual modo, entre 1969 y 1972 surgió en el Liceo otro deportista bastante versátil, el afamado, Gerardo "chino" Solano, hoy un gran valor nacional en el campo del Volley Ball.
El colegio poseía una limitada infraestructura deportiva. Al principio había una cancha al aire libre para la práctica del baloncesto, y otra a la par, donde se jugaba volley ball. A la primera se le pudo colocar techo, pero siempre era inundada por las fuertes lluvias, lo cual paralizaba los entrenamientos y las clases de educación física. Afortunadamente, a través de las gestiones de la Junta Administrativa y de la colaboración del Diputado Romilio Durán Picado (1970), el colegio fue favorecido en 1976 con la instalación de un gimnasio de verdad, pues el Gobierno había adquirido en México un determinado número de gimnasios prefabricados, que por esa época fueron instalados en otras comunidades y centros educativos.
La inauguración del Gimnasio resultó todo un acontecimiento, hubo júbilo entre los estudiantes y la comunidad. Sin embargo, sobrevendrían las pequeñas disputas entre nuestros deportistas, deseosos de tener por más tiempo las modernas instalaciones, a efecto de llevar a cabo sus prácticas. Es así como en un día de tantos nuestros insignes exponentes del deporte, Carlos Abbot y el chino Solano entraron en bronca, de la buena. Por supuesto, que no faltó un oportuno mediador que tratara de bajar la tensión que cargaban tan brillantes personalidades, siempre tan apasionadas y comprometidas con tan noble actividad humana. Al final el diferendo no pasó a más, por lo que tanto Abbot y Solano, al fortalecer su amistad, siguieron engrandeciendo nuestra institución con sus excepcionales destrezas y enseñanzas.
Aquel  singular hecho no se quedó dentro del edificio del colegio, pues "el Periódico Zapote", que lo dirigía el egresado y hoy periodista Hernán Gutiérrez Oviedo lo difundió por ese medio, todo ello produjo simpáticos comentarios en aquella apacible comunidad zapoteña.

Historia número 3,  10 de agosto, 2012.

Comparto con los hermanos egresados otra historia de nuestro Liceo Rodrigo Facio. Estoy casi seguro que los debates entre los candidatos de los partidos políticos nacionales fue una iniciativa que nació del Facio allá por 1973,  ya que eran desconocidos. Los estudiantes Ana Isabel Mora (presidenta del gobierno estudiantil), Rubén Acuña Méndez y Carlos Grant, junto con el Departamento de Estudios Sociales, invitaron a los candidatos presidenciales a que explicaran a la comunidad estudiantil sus ideas y programas de gobierno. La idea fue acogida por los partidos costarricenses. La original iniciativa despertó curiosidad en la prensa nacional de aquel tiempo, sobre todo, que el auditorio estaba compuesto por jóvenes, pues la mayoría de ellos no calificaban como votantes en el proceso electoral de 1974, pues eran menores de edad. Por cierto, esa campaña fue una de las más dinámicas y polémicas, habida cuenta de que se presentó por primera vez Rodrigo Carazo Odio (el "macho Carazo") como candidato presidencial, el cual atraía las simpatías, especialmente de la juventud. Resulta que Carazo hizo acto de presencia en la feliz actividad cívica, demostrando su capacidad de expresión y convencimiento, pero también estaba sembrando maíz para el futuro. En esa oportunidad apenas obtuvo un buen porcentaje de votos, insuficientes para alcanzar la Presidencia. Resulta que a nuestro apreciado amigo, Rubén Acuña, le impactó sobremanera el "macho Carazo", y ahí mismo lo declaró como el mejor candidato. El resto de los estudiantes lo secundaron, por lo que explotaron los entusiastas aplausos de los muchachos. Por su parte, el rostro del "macho" reflejaba una inocultable emoción. No es de extrañar que Carazo obtuviera una buena cantidad de votos en Zapote, a pesar de representar un partido minoritario e independiente.
Mientras tanto, la distinguida educadora Doña Jenny Amador de Pardo, un tanto preocupada por la exposición del candidato comunista Manuel Mora Valverde, en especial, de su proverbial elocuencia, desde un rincón de la sala de Artes Industriales, donde se realizó el acto político, le hacía señas a unos estudiantes, ¡pues apenas que mantuvieran la calma y pensaran mejor!, por cuanto ese día ellos se sintieron impresionados por el discurso del histórico dirigente comunista.
La cuestión es que a partir de ese debate con los candidatos presidenciales, organizado en el Liceo Rodrigo Facio, las televisoras costarricenses, enseguida, comenzaron a institucionalizarlos, antes de ello había ausencia de experiencias anteriores. Hasta en esto ha sido grande nuestro colegio.

Ronald Obaldía González    Historia número 4,   13 de agosto, 2012.
“Los tiempos rosa” del Liceo Rodrigo Facio.

Consiéntanme narrar un hecho bastante especial de nuestro Liceo, acontecido a mediados de la década de 1960. Los cincuentones para arriba tenemos todavía presente la agitación internacional de aquella época, la cual influyó en todo el quehacer de los países. Costa Rica tampoco pudo liberarse de tales cambios, por el contrario, como una esponja los absorbió.
El arte y la música de aquellos tiempos experimentaron cambios sorprendentes. Nada menos que los Beatles llegaron a ser los principales protagonistas, entre otros conjuntos estadounidenses y británicos.
Nacieron entonces agrupaciones costarricenses de alta calidad, tales como los Twist Masters, los Thunder´s boys, los Beatniks, los Spiders, los Álamos, los Gatos, los King Kats, etcétera, los cuales se inclinaron por el género del rock original sajón, iniciado por la famosa banda universal de Liverpool.
Tanto los músicos, como la juventud nacional adoptaron acá la moda de “los melenudos” ingleses, precursores inmediatamente después de los famosos hippies.
Los hermanos Mora Robleto (Roberto, Reynaldo, José y Mario), hijos de un extraordinario pintor nacional, vivían en la Ciudadela del Zapote, además de que eran estudiantes del Liceo Rodrigo Facio. Ellos tenían un singular carisma, un gran don de gentes, tan es así que eran el centro de atención de las muchachas zapoteñas, particularmente, de las compañeras estudiantes del colegio, quien a la altura de 1967 consolidaba todo su prestigio.
De ellos, Reynaldo Mora llegó a acumular una fama incomparable. Apenas siendo estudiante, se integró como cantante a la banda musical los Thunder´s boys, que en el mismo instante ocupaba los primeros lugares dentro de las preferencias de los jóvenes y hasta de los adultos del país.
El estudiante y cantante, Reynaldo, así también se convirtió en buen compositor, por lo que tuvo la oportunidad de grabar dos canciones de él, demasiado románticas, que a veces se escuchan a través de alguna estación de radio.
Una de ellas llamada “Lilliana”, dedicada a su compañera de estudios, novia y luego esposa, Lilliana Garro, perteneciente a una numerosa familia del mismo apellido de ella, la cual todavía reside al norte del Colegio de Abogados en Zapote.
Sin embargo, la melodía “Juntos en el parque” derritió, sobremanera, los corazones de los jóvenes enamorados de toda Costa Rica. Los estudiantes del Rodrigo Facio tuvieron la ventaja que con ellos mismos convivía el verdadero autor e intérprete de aquella dulce canción, que rebasó las fronteras nacionales.
De seguro, que el complaciente Reynaldo la cantaría en los recreos, en los actos bailables de la institución, bajo las notas de los Thunders; se la solicitarían sus compañeros de sección y demás alumnos, pues al memorizarla y llevarla prendida en el alma, la melodía sería lo suficientemente útil para los besos y las caricias, tal vez, lágrimas, estimuladas por el misterioso Cupido.
De todo lo anterior, dieron testimonio “las barras” de la Iglesia, un rincón de algún pabellón de aulas, o aquellos altos y frondosos árboles de pino, ubicados en el sector norte y este de la plaza de fútbol de la comunidad zapoteña; los sitios en los que se inauguraron casi todos los noviazgos del colegio, que culminaron en varios matrimonios, tal como se pudo comprobar en el baile de los egresados del pasado 24 de julio.


Ronald Obaldía González    Historia número 5,  17 de agosto, 2012.
LOS ESTUDIANTES AFROCARIBEÑOS DEL LICEO RODRIGO FACIO. Nunca he tenido éxito en encontrar respuestas acerca de las motivaciones que guiaron a las familias afrocaribeñas costarricenses, emigrantes de la provincia de Limón, asentarse al sureste de San José, principalmente, en San Francisco de dos Ríos, en barrio Vasconia, barrio Luján, en la ciudadela Calderón Muñoz, incluso en barrio Córdoba y el barrio Quesada Durán.
Lo cierto es que muchas de estas familias decidieron matricular a sus hijos en el Liceo Rodrigo Facio. Este hecho fue creciendo inmediatamente después que el colegio se inaugurara en 1962. Recuerdo que a principios de la década de 1970 había aproximadamente 20 alumnos de este grupo étnico. Seguro que fueron grandes animadores de una sólida e integrada comunidad estudiantil, la cual en su conjunto comenzó a tener contacto con la contagiosa y sensual cultura del Calipso, nacida al arrullo de las olas del mar, así también del emblemático “Black Star Line”. De igual forma, en los famosos e improvisados bailes que se organizaban en las viviendas de los estudiantes era requisito básico la música afroamericana.
Ellos dieron vida a la institución educativa. Por ejemplo, la banda musical adoptó ritmos caribeños, fue una de las notables influencias de esos jóvenes. La novedad de los ritmos limonenses en la banda del colegio, despertaba enorme entusiasmo en los josefinos, acostumbrados a presenciar los desfiles estudiantiles celebrados en la Avenida Central.
Asimismo, era común observar a la gente de Zapote concurrir a los ensayos de la banda, los cuales se realizaban en las afueras del edificio, específicamente a la orilla de la calle, a través de la cual lo separaba de la plaza de fútbol.
En una competencia de bandas estudiantiles, que se llevó a cabo en 1970 en el cantón de Palmares, la del Rodrigo Facio se ganó las simpatías del público, dada la originalidad de su estilo, el cual se escapaba del denominador común. Razón por la cual, un grupo musical, llamado “Los Rockets” y luego “The Night Group” integraron en su elenco al compañero Pierre, residente hoy en New York, y otro estudiante caribeño, atleta y cantante, que, desafortunadamente, cayó años atrás en la indigencia.
El atletismo, el baloncesto y el fútbol se vieron favorecidos por el biotipo especial de los estudiantes afrocaribeños del colegio. En dichas ramas se cosecharon múltiples triunfos, tanto a nivel provincial como nacional. Estos logros quedaban corroborados en la vitrina de trofeos, ubicada en la Dirección, los cuales nos hacían sentir orgullosos de ser estudiantes de aquella próspera institución educativa.
La Junta Administrativa de ese entonces, todavía conformada por los patricios fundadores, había invertido en la construcción de una sencilla pista de atletismo, ubicada al interior de las instalaciones, la cual debió desaparecer por la construcción de las nuevas aulas, ya que crecía la población estudiantil de nuestro amado colegio zapoteño.

Historia número 6.   LOS ESTUDIANTES HACÍAN POLÍTICA.  24 de agosto, 2012.

Queridos amigos egresados, tolérenme esta historia de nuestra institución.

Dicho sea verdad, las disputas ideológicas entre comunismo y democracia, que, en todo el planeta, tuvieron lugar en la década de 1970, removieron también el ambiente estudiantil del Liceo Rodrigo Facio.
Por su parte, las elecciones para la escogencia del gobierno estudiantil fueron efervescentes jornadas, en las que se conocían los planes de trabajo de relevancia, y muchas de las miradas estaban puestas en el discurso de cada candidato, aspirante a la presidencia.
Justamente, la campaña estudiantil de 1972 llegó a ser una de las más reñidas y originales, dado que, por primera vez, participaba un joven demasiado inquieto que comulgaba abiertamente con las ideas marxistas.
Jorge “Kiko” Palma estudió en el Colegio Saint Francis, una institución privada, adonde acudían los hijos de la mayoría de las familias solventes de San José. A aquel joven - según su propia versión - se le imposibilitó la adaptación en aquel medio elitista; razón por la cual decidió trasladarse al Rodrigo Facio, cuya Directora, Doña Lía Gómez de Brenes tenía la generosidad de acoger a estudiantes que se hallaban en tal o similar complicación.
Kiko encontró un ambiente tolerante en aquel prestigioso centro de estudios zapoteño, por lo que, en ningún momento, su forma de pensar resultó un impedimento en su objetivo personal de alcanzar el más alto y honroso cargo de la comunidad estudiantil. Eso sí, con su partido Unión Socialista Estudiantil (USE), debió enfrentar la fuerte resistencia de otros dos contendientes, que se declaraban demócratas y distantes con respecto al comunismo.
Alguna frase fuera de tono hubo de resaltar en las efusivas manifestaciones de los alumnos, quienes tomaron muy a pecho el hecho de ser adversarios en aquel 1972. El más férreo opositor del partido “USE” era un joven demasiado estudioso, cuyo apellido olvidé. Sé que se llamaba Andrés, lo apodaban “perico”; él aceptaba con resignación “el mote”. En la campaña apareció otro candidato opositor Roberto Verdesia, el actual presidente del Comité nacional de atletismo. Un estudiante de apellido Valverde, proveniente de Barrio Córdoba, formó parte del proceso, aunque su aspecto de garbo poco le favoreció en una competencia politizada al extremo.
Había en el colegio un grupo particular de muchachos simpatizantes del estadounidense movimiento “Hippie”. Sus costumbres un tanto controversiales, coincidentes con aquella agitada época, resultaron amigables con las del candidato marxista. Jóvenes que residían en Zapote, pero que pertenecían a otros colegios, o que simplemente simpatizaban con las ideas de Kiko Palma, colaboraron con él en las labores proselitistas.
En las lecciones y recreos del colegio - incluso al interior de las familias de los estudiantes - se prolongaban los debates en torno a la conveniencia o no de las ideas de aquellos singulares candidatos, los cuales en las mesas redondas eran moderados por el estudiante Rodrigo Díaz Bermúdez, quien daba a conocer siempre su proverbial sensatez y cultura, todo lo cual lo hizo presidente del Tribunal Estudiantil.
Finalmente, Kiko ganó las elecciones con un escaso margen, lo cual vino a demostrar que en aquel proceso sobresalieron las convicciones y las posiciones de una comunidad estudiantil, estimulada por su excepcional Directora y extraordinarios educadores, que no cejaban en su empeño por fomentar espíritus libres y constructivos en un colegio, donde se respiraba cultura y saber por doquier.

NOBLEZA ESTUDIANTIL.   Historia número 7.   1 de setiembre, 2012.

Las elecciones de 1974 para la escogencia del Presidente del Gobierno Estudiantil resultaron bien participativas; nada menos que hubo cinco agrupaciones, cuyos candidatos fueron los estudiantes Jorge Isaac "Coco" Amador Hernández, Giovanni Roverssi Rojas, Walter Marín Méndez, Sigfrido Jiménez Regidor y Danubio González.
“Coco” Amador venció a sus rivales, particularmente, al apuesto y brillante estudiante Roverssi, quien ocupó el segundo lugar de aquella activa campaña, la cual ocupó espacios en la prensa nacional.
A fin de cuentas, el Liceo Rodrigo Facio era lo prioritario. Una vez juramentado Amador como el Presidente de los estudiantes, los otros ex -candidatos lo acompañaron en su fructífera gestión.
Por eso, en ese año nacieron los murales que captaron la atención del país, por su originalidad y alta calidad artística. Dicha iniciativa fue obra de la profesora Ana Cecilia Angulo Zeledón y del estudiante, y hoy gran artista costarricense, Sigfrido Jiménez; todo lo cual, quedó documentado en las páginas del Periódico La Nación de la época. La sección de Roverssi se motivó por la creación de otro mural, el cual, en efecto, se llegó a concretar.
Hasta Radio Monumental editorializó sobre tales eventos culturales, sin precedentes, en el sistema educativo costarricense. Mientras tanto el Presidente “Coco” Amador hacía esfuerzos por dotar de pinturas y otros materiales a la profesora Angulo, con tal de que continuara con la faena de los murales, los cuales le dieron prestigio a la institución.
Siguió la organización del Festival Deportivo Intercolegial; otro de los grandes logros de la gestión presidencial de Amador. En dicha ocasión, todos los profesores guías y los estudiantes de quinto año lo respaldaron, para que el encuentro deportivo, que congregó a grandes deportistas de los colegios de la provincia de San José, resultara un éxito completo.
En las justas intervinieron las poderosas selecciones de baloncesto del Saint Francis, el Calazans, el Liceo de Costa Rica y el Liceo Vargas Calvo, además de los equipos de fútbol y de volley ball de destacados centros educativos. Lo cierto es que el audaz estudiante Gerardo “el Chino” Solano se responsabilizó de la elaboración de los calendarios de los juegos, teniendo presente en dejarle al Rodrigo Facio la más cómoda posición, para llegar a las finales en todas las competencias. ¡Las argucias no dejaron de ser imprescindibles dentro de los intereses deportivos del Liceo!
Tras el festival deportivo, el gobierno estudiantil y los quintos años organizaron un baile “salsero” en el Centro de Recreación de la Universidad de Costa Rica, bajo las notas musicales del famoso conjunto de aquel tiempo: “La Nueva Vegetación”, el cual fue sugerido por la estudiante Eloida Ramírez, fan de la agrupación, razón por la cual el contrato salió a menor costo.
En ambas actividades, y en otras de menor envergadura, se obtuvieron buenas ganancias, las cuales se destinarían para el usual baile de graduación de los alumnos, que alcanzarían el bachillerato de secundaria de 1974.
Sin embargo, los fogosos estudiantes dieron acogida a los consejos sabios de sus ilustres profesores guías. La profesora y orientadora Flor de Castro llamó al Presidente “Coco” Amador y sus colaboradores, para instruirlos en la idea de que parte de esos fondos recaudados, sería positivo - además de convertirse en un verdadero ejemplo para la comunidad estudiantil – dedicarlos a llenar una necesidad material del colegio.
A Amador le satisfizo la propuesta de la bondadosa educadora, por lo que procedió a consultarla con el resto de los estudiantes, quienes de inmediato se identificaron con la noble causa; que, así “como el milagro de la repartición de los panes”, alcanzó, no solo para la compra de la útil máquina de cortar zacate, sino que se pudo realizar la compra de dos modernos diccionarios de inglés, que la profesora Viria de Amador los planteaba como una vital necesidad de la biblioteca del colegio.
Finalmente, el inolvidable baile de graduación de 1974 se realizó con toda la solemnidad, moderación y austeridad, celebrado, eso sí, en el espíritu de los valores de la solidaridad y del bien común, virtudes que eran inculcadas, constantemente, en las aulas de nuestro Liceo.

Ronald Obaldía González.

Vinculados a un pasado. Historia número 8, 9 de setiembre, 2012

Aquella gente de Cartago,  que comenzaba  a emigrar  desde principios del Siglo XVlll  hacia  “los valles menores del gran Valle Central”,  establecieron los primeros núcleos de población relevantes,  ya fueran  Aserrí, Escazú,  Curridabat,   la Villa Nueva de la Boca del Monte (San José) y Cubujuquí (Heredia).  Alrededor de las nuevas colonias, se iban fundando  haciendas y poblados dispersos, los cuales dieron lugar a las primeras concentraciones de personas.    

Como un punto de tránsito de las emigraciones y de la actividad comercial,  Zapote se constituía gradualmente en una de tales concentraciones.  De acuerdo con el contenido de  la copia de un documento del Archivo Nacional  que,  treinta y cinco años atrás,  la historiadora Luz Alba Chacón de Umaña  entregó al “Periódico Zapote” (1977), se corrobora que poco después de la Independencia Nacional en 1821,  esta  comunidad disponía ya de una escuela.  Este hecho  supone un asentamiento, poseedor de un interesante número de familias en dicha fase de la historia nacional.   

En todas las nacientes colonias, especialmente  las de San José,  que tiempo después le arrebataron a Cartago  la capital de Costa Rica, los pobladores tuvieron en mente la educación como factor de progreso y desarrollo, por lo que  Zapote tampoco llegó a ser la excepción.  La estructura y el diseño arquitectónico  del edificio de la escuela, ubicado al costado oeste del parque de la comunidad, hablaba por sí solo de un centro educativo que acumulaba bastantes décadas.

Los fundadores del Liceo Rodrigo Facio Brenes,  poniendo en práctica las  elevadas convicciones de sus antepasados,   trabajaron por el fortalecimiento de la educación y la cultura,  el mejor legado que le hubieron de conceder  a sus hijos y al resto de las familias del distrito, en un periodo en el que había un número reducido de centros de enseñanza secundaria en el país. 

Valga destacar  que, de acuerdo con las circunstancias específicas,   Zapote se ha distinguido por sus buenos niveles de calidad de vida, lo cual se pone en evidencia, a través del progreso, registrado por sus principales barrios; en esto ejerció  influencia  la excelente educación que los niños y los jóvenes  recibieron, tanto en la escuela como en el colegio.  

Adicionalmente,  Zapote fue una comunidad privilegiada, ya que  ella albergó educadores y religiosos extraordinarios.  Y en el caso del Liceo Rodrigo Facio, en sus primeros veinte años de  su consolidación, tuvo el mérito de acoger a estudiantes de las zonas circunvecinas, así como estudiantes desertores de colegios privados, todo lo cual enriqueció la atmósfera académica y estudiantil.

Más que educadores, hubo en este centro formadores de espíritus,  con verdadera vocación.  Permítanme citar las magistrales clases de estudios sociales de Jenny Amador de Pardo - de las profesoras que inauguraron la institución -  en especial,  su conocimiento preciso  de  la Constitución Política de Costa Rica; ello era más que suficiente para reconocer los orígenes y  fundamentos jurídicos  de nuestro sistema de convivencia democrático. Quién no recuerda las motivadoras clases de matemáticas de Carlos Castro  Johansson, extremadamente  diferentes a lo ocurrido hoy,  donde se indispone  a los  alumnos.
      
Álvaro Alvarado Castro, el elegante intelectual y humanista, formado  en la Universidad de Costa Rica, justamente en la década de 1960, en que ella iniciaba su proceso de creciente renovación. Este profesor que, entre tantas virtudes, cultivó  en los jóvenes el amor por la literatura clásica y contemporánea,  lo cual se completaba  con la profundidad  del pensamiento filosófico del profesor  Jorge Arturo Segura.

El alma auténticamente  bondadosa del presbítero Claudio Charpentier (Cabito),  quien,  además de  párroco de Zapote,  se desempeñó  como profesor de religión en el colegio y la Escuela Napoleón Quesada.  El  religioso que se ocupó de la salud espiritual de los estudiantes y la juventud del distrito,  dando a conocer  el camino de la Fe para  el crecimiento intelectual y moral de ese sensible sector,  entre lo que destacó  la fundación del Movimiento Juvenil Cristiano,  en medio del entorno de las décadas de 1970 y 1980,  confuso y convulsionado.   

En adelante  comentaremos  múltiples  y positivas experiencias de esas personalidades y  profesores   de nuestra época, que tanto bien  hicieron;   que dicho sea de paso,  le daban la espalda a las huelgas  y  rara vez   se incapacitaban.  Por otra parte,   las vacaciones originaban  dolor a los estudiantes, ya que nadie deseaba dejar el ambiente de solidaridad y gozo en que se crecía.  

Ronald Obaldía González.         

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