LA PRIMAVERA ÁRABE EN CONSTANTE ASCENSO.
Días atrás, Israel anunció que una operación militar contra
Irán sería la "última opción", esto a causa del controvertido programa
nuclear del régimen teocrático de Teherán, al que tanto Estados Unidos de
América, Europa, como el propio Israel acusan de intentar la fabricación de la bomba atómica.
Tal vez dicha postura hebrea viene a coincidir con el punto de vista de los Estados Unidos de
América, al insistir - en medio de la decisiva
fase electoral del Presidente Barack Obama - que el
peligro de un Irán nuclear “no es inminente”. Al cabo de mantener que las autoridades iraníes aún no han tomado una decisión
sobre construir un arma nuclear y,
además, “necesitarán todavía entre uno y dos años para resolver los problemas técnicos
de los iniciadores, ojiva y medios de lanzamiento”.
A fin de cuentas el aislamiento y la debilidad del Irán lo han ido acentuando las cautelosas, pero
efectivas resoluciones del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, resentidas por los ayatolas, que todavía se niegan a aceptar la verificación a
profundidad de sus capacidades de enriquecimiento de uranio, por parte de la Agencia Internacional de la
Energía Atómica (AIEA), pues se sospecha
que comportan objetivos militares.
El respaldo del Irán al terrorismo, así también su influencia negativa y subimperialista en
los países vecinos, específicamente en Siria, esta vez castigada por la guerra, engrosan el
expediente cargado de sanciones.
Un expediente que es estudiado, de manera minuciosa, por los enemigos árabes musulmanes, que se
cuentan dentro de la lista del régimen teocrático, ya sean Arabia Saudita,
Qatar, ahora Turquía, protector de la oposición sunita al gobernante sirio Bashar
al – Assad, así como el Egipto del presidente y líder de la sunita Hermandad
Musulmana, Mohamed Mursi, que, en la Cumbre del Movimiento de los No
Alineados, realizada la semana pasada, fue
un hecho cierto que lanzó severos dardos al régimen iraní, dado su rol desestabilizador
de la región.
Cabe prestarle puntual seguimiento a la reacción del
presidente Mursi, disgustado por el ataque, supuestamente, ejecutado desde Gaza
por células del movimiento Hamás contra las fuerzas
egipcias en la línea fronteriza con Gaza.
Precisamente, ese Hamas, en el que detrás actúa el Irán
chiita, que continúa financiándolo, a
pesar de sus complicaciones políticas y económicas, el latente descontento
popular y las fracturas dentro del régimen, producto de las contradicciones entre los ayatolas integristas y el (secular) presidente Mahmud Ahmadineyad.
Por otra parte, Irán en el terreno ideológico tendrá que
confrontar crecientes riesgos. Al lado
de sus fronteras cobra real fuerza “el
Islam político”, el cual constituye la fórmula “mediadora” de los
Hermanos Musulmanes, en cuanto a ganar las elecciones en Egipto, Libia, Túnez,
posiblemente en Siria, superando en ellas los movimientos inspirados en la Primavera
Árabe, promotora de sistemas de gobierno seculares y pluralistas.
Dicha interpretación
del Islam es una corriente (contextual)
que ha llegado a adoptar, de modo parcial,
los fundamentos de la democracia liberal
de naturaleza Occidental, rechazada por Irán. Sin
embargo, a la Hermandad musulmana le es
útil, porque persigue con ella limpiarse la cara de su pasado antioccidental
y antijudío, lo cual la distancia, hasta ahora, del integrismo o el radicalismo islámico, éste que además de defender la instauración de
Estados teocráticos, llegaron a ser el
precursor del terrorismo de al Qaeda.
De colocar Israel y los Estados Unidos de América las
opciones militares como última opción, a efecto de arruinar los apetitos atómicos de los ayatolas, seguro que por sí sola la Primavera Árabe ha cumplido
sus deseos, con todo los altibajos. Le llegó
la hora al presidente de Siria, hecho que parecía imposible. Por eso le llegará pronto a su mecenas, el
Irán, con la confianza que en esta odisea y las restantes, sea innecesario el derramamiento de sangre
inocente; pues a como pintan las cosas, resurge la esperanza del rejuvenecimiento progresivo de la sociedad y
la cultura árabe.
Lourdes Montero Gómez
ResponderEliminar16:41 (hace 3 horas)
para mí
Gracias Don Ronald, Dios quiera que a esta región tan conflictiva y con tan intricadas relaciones llegue la paz para sus cuidadanos, cómo dirían nuestros abuelos" no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista", aunque en esta región las guerras llevan siglos.
Saludos