lunes, 24 de noviembre de 2014
TRANSFORMACIÓN DE ZAPOTE Y LA CREACIÓN DEL LICEO RODRIGO FACIO BRENES. Número 1 y Número 2..
TRANSFORMACIÓN DE ZAPOTE Y LA CREACIÓN DEL LICEO RODRIGO FACIO BRENES. Número 1.
De las interrogantes que me he formulado en este tiempo en que he compartido comentarios con los queridos compañeros egresados, una de éstas tiene estrecha relación con la sólida y eficaz organización de base comunal que distinguió al distrito zapoteño. Todo lo cual dio origen al nacimiento del Liceo Rodrigo Facio Brenes, mientras que otras comunidades adyacentes, con mayor territorio, población, incluso infraestructura, que Zapote, esperaron varios años para contar con una institución de enseñanza secundaria.
Con el historiador costarricense Raúl Arias Sánchez, por cierto, casado con una dama zapoteña, he venido elaborando supuestos sobre este hecho particular. Éstos bien podrían ser objeto de una posterior investigación y de análisis profundo, a fin de encontrar respuestas, que se aproximen a la realidad de esa década creativa y pujante de 1960. La cual vino a transformar radicalmente el paisaje casi rural de esta comunidad josefina, así como de aquellos vecindarios que, por razones familiares e interculturales, fueron formando una zona geográfica, física y humana, integrada aún más a consecuencia de la fundación de nuestro colegio.
Nuestros supuestos se fundamentan en las grandes posesiones de tierras de Don Rafael Quesada Durán, quien era un laborioso campesino, asentado en Zapote, quien llegó a extender sus dominios territoriales hasta Barrio Luján, Barrio Córdoba, San Francisco de Dos Ríos, San Pedro de Montes de Oca, en cuenta Curridabat.
La vida de Quesada Durán transcurrió entre las últimas décadas del Siglo XlX y mediados del Siglo XX. Tuvo cinco hijos. Su casa de habitación de estilo victoriano y solariego, ubicada todavía al frente de la Escuela Napoleón Quesada, llegó a reflejar la influencia y la riqueza de un gamonal, cuyo capital crecía al amparo del cultivo y producción del café, la actividad de mayor generación de empleo por esas épocas.
Por cierto, una de las barriadas del distrito es denominada con sus apellidos. Asimismo, bastantes descendientes de Don Rafael continúan residiendo en Zapote.
Paulatinamente, este finquero se fue deshaciendo de sus tierras. El Estado se iba convirtiendo en el principal comprador de ellas, en especial, el Gobierno del Doctor Rafael Ángel Calderón Guardia (1940 – 1944), con las cuales se crearon nuevos asentamientos urbanos, entre los que cabe destacar la actual Ciudadela de Zapote y la Ciudadela Calderón Muñoz, entre otros, que se originaron inmediatamente después.
A diferencia de las comunidades como Curridabat, San Pedro y en el mismo San Francisco de Dos Ríos, donde sobrevivieron fincas de grandes extensiones de tierra, propiedad de poderosos cafetaleros nacionales, que compartían espacio con los minifundios, destinados a viviendas; en Zapote, Barrio Luján, Barrio Córdoba y Barrio Pinto eran los minifundios el denominador común, razón por la cual se estimularon las nuevas corrientes de inmigrantes internas.
Esta gente contribuyó a acrecentar las barriadas y a fortalecer la cohesión social, comenzó a relacionarse e integrarse con las familias oriundas, descendientes también de la gente de Cartago, la cual colonizó San José y el occidente del Valle Central, a inicios del Siglo XVlll.
Rafael Quesada Durán se dedicó a vender pequeñas parcelas, es decir, minifundios, orientados a viviendas. Su conducta empresarial contribuyó a incrementar la cantidad de habitantes, quienes, todos juntos, comenzaron un proceso de identificación y solución de necesidades modernas, vinculadas con el mejoramiento de la educación, la salud y la infraestructura comunal, entre otros servicios.
Entre más minifundios había en determinadas localidades de San José a mediados de la década de 1940, mayor era en ellas la recepción de las inmigraciones de gente, provenientes de diferentes regiones del país, y la cohesión social era lo suficientemente rápida.
Al mismo tiempo, se desarrollaba en tales colonias josefinas, que atraían inmigración, una mayúscula y renovada integración y constructiva convivencia psicosocial, en comparación con las zonas donde menos había minifundios.
Por eso, en Zapote, dominado por fincas de reducida extensión (o minifundios), llegó a activarse una vigorosa cultura e identidad comunalista entre 1950 y 1985, plenamente ligada con los objetivos de alcanzar desarrollo y prosperidad en su hábitat humano.
En conclusión, este es nuestro humilde supuesto; gracias a tales integraciones y cooperaciones culturales nació el Liceo Rodrigo Facio Brenes, de las grandes instituciones educativas del país.
Ronald Obaldía González.
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Ronald Obaldía González TRANSFORMACIÓN DE ZAPOTE Y LA CREACIÓN DEL LICEO RODRIGO FACIO BRENES. Número 2.
Con los recuerdos que albergamos de experiencias comunes, somos y seguiremos siendo memoria para nosotros, nuestras familias y los jóvenes que cursan hoy estudios en la institución, la cual nació en el distrito de Zapote, otrora una de las porciones de tierra de las 950 hectáreas que heredó el Padre Manuel Antonio Chapuí de Torres, casi a finales del Siglo XVlll, a quienes desearan trasladarse a vivir cerca de la ermita de la Boca del Monte, después conocida como la Villita o Villa Nueva y después denominada oficialmente como San José, la que llegó a ser la Capital de Costa Rica. Habíamos mencionado en la primera parte de este artículo a don Rafael Quesada Durán, a quien se debe el nombre del Barrio Quesada Durán, ubicado al suroeste de nuestro distrito. En el encabezado de este comentario me permití compartir la fotografía de la vivienda donde residió Quesada Durán con sus tres hijos y sus dos hijas. Precisamente, una de sus hijas heredó esa propiedad; luego fue vendida por sus familiares, por lo que la edificación hoy es empleada como oficina privada. Confiemos en que los actuales propietarios reconozcan lo emblemática que es la propiedad como tal en la historia de Zapote. La vivienda solariega de estilo victoriano, reflejaba la solvencia económica de este personaje, casi que de los fundadores de nuestra comunidad. Quesada fue un campesino poseedor de demasiadas fincas, tanto que varias de ellas se localizaban en Barrio Luján, San Francisco de Dos Ríos, San Pedro de Montes de Oca, Curridabat, incluso Tirrases. Es posible que los antepasados de don Rafael Quesada fueran objeto de las transferencias de terrenos hechas por el Padre Chapuí, cuyas posesiones comprendieron los Hatillos, la Uruca, Pavas, Mata Redonda, Montes de Oca, Zapote - de hecho La Sabana en San José, fue donada por el sacerdote - , por cuanto el apellido Quesada tiene un profundo arraigo josefino, lo cual nos hace pensar en tal supuesto entre los vínculos del Padre Chapuí y los ascendientes familiares del benefactor zapoteño. En el caso particular de Quesada Durán, personaje laborioso y caritativo, según la tradición oral, él donó tierras a pequeños jornaleros, especialmente a sus colaboradores en el barrio que lleva su nombre. Otras fincas decidió venderlas, algunas de ellas las heredaron sus descendientes, a la vez que el Estado le practicó expropiaciones, entre ellos, los terrenos que albergan la Ciudadela de Zapote. Aquí el Presidente Rafael Ángel Calderón Guardia (1940 - 1944) levantó un complejo residencial, al amparo de su programa de casas baratas, unido a proyectos de bien social, al tiempo que a través de ese plan se comenzaba a consolidar la clase media nacional. Volvamos de nuevo a Rafael Quesada. Él también fue fundador de un clan familiar que deparó demasiados descendientes, no pocos de ellos procedieron a fundar sus hogares con miembros de las antiguas y nuevas familias de Zapote y en general de San José.
(vivienda, ubicada en Zapote (San José), donde residió Rafael Quesada Durán)
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Me gustaria saber quienes fueron los hijos de Don Rafael Quesada Duran. Gracias
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