martes, 7 de agosto de 2012

LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS "CAVA SU PROPIA TUMBA".

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) “cava su propia tumba”.
Al observar el ambiente esplendoroso de los Juegos Olímpicos, que se llevan a cabo en Gran Bretaña, renace el optimismo en la humanidad. Tales justas son capaces de convocar a los atletas del alto rendimiento, provenientes de todas las naciones, sometiéndolos a los estrictos estatutos, las normas y demás reglas, las cuales operan tanto en las eliminatorias previas como en las competencias finales,  sin que éstas pierdan vigencia y capacidad de cumplimiento, ya que  continuarán siendo los  fundamentos básicos de las múltiples competencias deportivas que conforman el olimpismo. 
Hacia el intento o aproximación del ideal del gobierno global, en el caso particular de dichas competencias,  los Estados Nacionales poseen absolutas limitaciones, en cuanto a intervenir en las decisiones y las normativas, producidas por el Comité Olímpico Internacional (COI), así como en las estructuras de base que funcionan a nivel nacional y hasta en el último rincón del planeta.
De haber un mínimo de interferencia por parte de algún gobierno, de inmediato comienzan a regir las sanciones contra el país infractor; sus atletas quedarán excluidos de toda justa  internacional, avalada por el COI; casi todas se organizan bajo la égida de esa organización mundial, cuyas  decisiones, repito,  son finales, las cuales poseen al mismo tiempo fuerza ejecutiva y jurídica.
El poder e influencia del COI y su estructura de gobierno propia, asemejan un gobierno universal y multilateral. La autoridad y las decisiones son de acatamiento obligatorio; en el proceso de decisiones se respetan las normas del pluralismo y la participación igualitaria, además hay una filosofía del deporte, portadora del respeto y la sana convivencia  entre los deportistas, sobre lo cual es fácil deducir allí el espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.   
Menos se quedan atrás de tal filosofía, esquema multilateral y estructura de gobierno global que rigen al olimpismo,   los rasgos organizativos de la  Federación Internacional de Fútbol Asociación, universalmente conocida por sus siglas  como la FIFA,  la institución que gobierna las federaciones de fútbol en todo el planeta. Se fundó el 21 de mayo de 1904 y tiene su sede en  Suiza.  Dicho ente del futbol agrupa 209 asociaciones o federaciones de fútbol de distintos países, contando con 17 países afiliados más que la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Asimismo,  la FIFA organiza los impresionantes campeonatos  de fútbol en sus distintas modalidades, los cuales se dan el lujo de paralizar casi todas las actividades internacionales y nacionales, mientras tiene lugar especialmente la Copa Mundial en la categoría mayor.  
Tanto las sesiones del COI como de la FIFA, son generalmente reuniones de miembros  de las representaciones de los países, “donde se ponen a votación cuestiones o acciones”, relacionadas con el movimiento olímpico o a la organización del futbol, respectivamente.  Las  decisiones finales (“o la obediencia obligada”), que son la razón de ser de ambos organismos no Estatales, poseen amplia fuerza legal, justamente de lo cual carece gravemente la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En cambio, el comportamiento ausentista de la ONU frente a la tragedia de Malí, una nación africana castigada por la etnia Tuareg, afín a células terroristas de al Qaeda y,  más recientemente, el genocidio en Siria, hace impensable el curso de la renovación exitosa de un discapacitado organismo multilateral, domeñado  por los intereses de las grandes potencias, fuente de impericias y fracasos, cargado de burocracia inútil,  el cual no deja de perder credibilidad, dada la precariedad en cuanto a logros y alcances. Ni siquiera la pasada Cumbre Río + 20 fue convincente frente a los desafíos ambientales.  
Cada vez que la organización acuerda intervenir en un conflicto, ya sea regional o doméstico, el cual amenaza la paz y la seguridad internacional, los desenlaces son siempre “sin gran sentido práctico” (Vitaly Churkin, 2012);  o tan tristes como la súbita  renuncia de Kofi Annan,  al cargo de enviado especial de la ONU en torno a la guerra de Siria.  Lo cual pone, de nuevo, en mal predicado al timorato Secretario General Ban Ki – moon, así también al propio Consejo de Seguridad, el  cual le permitió  a un alto jefe de la diplomacia costarricense, de mal recuerdo, inflar su ego, dedicándole ilusas peroratas.  ¡Mejor sigamos disfrutando de la magia de los Juegos Olímpicos de Londres, pues la ONU está pal´ tigre!
Ronald Obaldía González (opinión personal)

1 comentario:

  1. Excelente artículo, Don Ronald…triste realidad, pero muy cierta. Me encantó el último párrafo,ja,ja,ja…Un gran saludo don Ro, para usted y su esposa. Adolfo

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