ODA A LA LIBERTAD

ODA A LA LIBERTAD

Este 6 de noviembre es un día especial.  Lo es para este amigo de Ustedes que comenzó hace cinco años con este proyecto personal de escribir  sobre temas de la política nacional e internacional, con el propósito de compartir ideas con gente comprensiva, que ha tenido la nobleza de tolerarme y tomarse el tiempo de responderme; casi siempre para discrepar y estar en desacuerdo conmigo. En fin, con humildad, consiéntanme manifestar que esto último me ha hecho sentir orgulloso y feliz, ya que con ello contribuimos con un grano de arena al mejoramiento del sistema democrático costarricense, cuyo postulado mayúsculo es el ejercicio de la libertad de expresión. El cual se ha ensanchado, a través de la maravilla del internet y el facebook.  Quiero expresarles también mi agradecimiento imperecedero por  haberme estimulado la particular adicción de escribir y llegar con esta iniciativa a un lustro de edad.  Mi gratitud a los señores Ministros y Viceministros de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, que han pasado por la Cancillería en este lapso, quienes, sin restricciones,  me  han dado la oportunidad de difundir  mis puntos de vista, así como las  convicciones personales sobre hechos políticos, que se relacionan con el quehacer de la Cancillería. 

Dicho lo anterior, hablemos de un tema crucial. La conclusión de los comicios de los Estados Unidos de América es también este  6 de noviembre.  Con su particular sistema electoral de voto popular y voto electoral, el pueblo del  gran coloso del norte, el defensor y guardián de la democracia y los valores de la civilización occidental, decidirá si le concede la reeleción al Presidente Barack Obama, o si prefiere que la Casa Blanca sea ocupada por el candidato republicano Mitt Roomey. Cualquiera que sea el resultado de las votaciones, nadie puede negar la elevada calidad intelectual y las aptitudes de gobernar de ambos líderes. Para bien de la humanidad, los Estados Unidos de América quedará en buenas manos. La libertad,  los principios democráticos y el respeto a los derechos humanos saldrán ilesos nuevamente. 

Por su parte, todo ello seguirá siendo la carta de navegación de los pueblos civilizados.  Asimismo, vienen  a ser la máxima aspiración de todos los pueblos, sino obsérvese el fenómeno de la Primavera Árabe, en particular las vicisitudes de las fuerzas civilistas y democráticas. .  Cada proceso electoral de la única superpotencia nos deja preciosas enseñanzas, por cuanto se  llegan a reforzar dichos ideales universales. Los cuales, junto al pensamiento greco judeocristiano formaron una inquebrantable superestructura de pensamiento que, dificílmente,  habrá filosofía o religión capaz de superar tal  forma de concebir la realidad,  pues toda esa visión  es lo único inherente con la naturaleza y la dignidad del ser humano. 

El comunismo, el  fascismo y el relativismo de hoy  evocaron la antinaturaleza, el totalitarismo.  Como doctrinas  impuestas y artificiales no tardaron en exponer  su propio descrédito, debilidad y transitoriedad, Con sus deformaciones antropológicas,  apenas significaron una amenaza contra la ética occidental, por un leve lapso; luego se desplomaron súbitamente. Ahora somos testigos de sus vestigios. Los mismos pasos sigue el secularismo radical, adoptado por una Europa en caos. Mientras tanto, el Asia encuentra respuestas positivas en el Occidente primigenio.. Esto  quiere decir que la prosperidad asiática tampoco es un accidente. De manera racional, los pueblos de allá fijaron su mirada en la moral del Destino Manifiesto, allí donde se encubó la verdad,  el bien, la ciencia  y el progreso de las sociedades. ¡Salud por los Estados Unidos de América!.                

RONALD OBALDÍA GONZÁLEZ (OPINIÓN ESTRICTAMENTE PERSONAL)