ORGANIZACIONES RELIGIOSAS Y POLÍTICAS
ANACRÓNICAS.
Dos instituciones que inician la vía de
un serio decaimiento: las monarquías europeas modernas, cuyo poder demasiado
reducido está regido por regulaciones constitucionales en la mayoría de los
casos, más aún por conductas dolosas de sus miembros. La otra sería la jerarquía católica de la Santa Sede de la
Ciudad del Vaticano, un tipo de monarquía electiva vitalicia, golpeada en estos
tiempos por escándalos sexuales, oscuras
maniobras financieras e intrigas de Palacio, como lo dejó entrever el renunciante buen Pontífice Benedicto XVl.
En cuanto a las monarquías europeas,
todo pareciera indicar que tienen el tiempo contado, les queda pocas décadas de vida. Calificadas “de inútiles”, ociosas y despilfarradoras, ya sean la británica, la
española o las escandinavas, usadas como fuente de información de la farándula
y de los envidiosos paparazzi, así lo reconocen los irritados súbditos; u otra por ahí, que debió disculparse años
atrás por su comportamiento genocida en la África colonizada.
Los medios europeos explotan
frecuentemente los trinquetes financieros
de Iñaki Urdangarin, el esposo de la
guapa rubia, la infanta Cristina, hija del rey Juan Carlos de España,
enlodada supuestamente por su desleal marido en un acto de corrupción y tráfico
de influencias, el cual ha dañado sensiblemente la popularidad de la monarquía.
Tampoco ha pasado desapercibida la caza
de elefantes del año pasado en Botsuana, por parte del Rey Juan Carlos, hecho condenado en
los términos más fuertes, sobre todo, por la comunidad ambientalista, tanto así que
la simpática e indulgente expresión suya del “por qué no te callas” contra el
presidente venezolano Hugo Chávez cayó
en el olvido, dada la crueldad del rey contra el mundo animal.
Al mismo tiempo, una buena mayoría de
españoles desconfían de la capacidad intelectual y política del Príncipe Felipe,
el heredero directo de la Corona de España, en lo tocante a colaborar en
detener las proclamas independentistas, particularmente en el país Vasco y la
región Catalana. Es decir, hay una exigua atmósfera positiva, tanto para
la monarquía española como a las restantes, en el contexto también de recesión
y de políticas generalizadas de reducción del gasto público en Europa.
Para el gobierno de la
Iglesia Católica, autoritario e inaccesible a los laicos y fieles, tal como lo
destaca el marxista y teólogo brasileño Leonardo Boff, el panorama
es poco halagador.
La elección del latinoamericano Papa Francisco - que
sigue llamándose sacerdote y obispo - , signado
de gestos humildes, sin grandes alharacas, ajenas a los revestimientos
de pleitesías, su discurso evangélico a favor de los pobres (Juan Arias, 2013),
podría resultar un comportamiento inaceptable para los príncipes y la jerarquía
conservadora; precisamente, la responsable
de “fosilizar” la Iglesia de Jesucristo, nacida hace 2000 años de las participativas y espontáneas Bodas de Cana, de
acuerdo con la versión de los textos evangélicos.
Frente a un mundo cambiante, incomprensible en la inteligencia de
la vieja jerarquía y ante el evento de que la América Latina arrebató a Europa la administración
del poder del catolicismo, el Papa jesuita estaría en posición de dar “rienda suelta” a un auténtico cambio religioso y político que empezaría “a resonar más allá de la misma
Iglesia”.
Nos anuncia múltiples mensajes un Pontífice, que ha instado a sus colaboradores inmediatos (cardenales,
prelados, arzobispos, sacerdotes y laicos, etcétera), hoy bajo su mando, que dejen de ser
“coleccionadores de antigüedades” y cultivadores de “teologías narcisistas”;
que se vayan a manchar sus pies con el barro “de las periferias del mundo”,
donde se encuentran los más explotados por el poder (Juan Arias); así también un
jesuita que posee “racionalidad y fe”, al
cabo que ha enfrentado a los gobiernos
malsanos de los Kirchner (Rosendo Fraga, 2013).
Al mismo tiempo, el entonces cardenal Bergoglio escogió como símbolo papal un “corazón
franciscano”, por eso es posible que llege a ser más que “un mero líder
espiritual” de una Iglesia, echa bajo las manos euro-céntricas, desde que en el siglo IV, se institucionalizó en la religión oficial del Imperio Romano, en
tiempos del emperador Constantino el Grande.
Sin apartarse de los dogmas de la fe cristiana, el nuevo Papa
transmite un mensaje directo al gobierno de la Santa Sede, en especial a la
jerarquía en cuanto a desapegarse de las apariencias y de los símbolos del
poder Vaticano, para poner énfasis en una Iglesia que debe ser para los
desheredados, la portadora de valores universales en el que lo trascendental no es ya la institución como Iglesia, llena de
privilegios y cuentas bancarias, sino la humanidad y la civilización sedientas
de la palabra de Dios.
Así entonces, confío en que el Obispo de la Diócesis de Cartago de
Costa Rica lea a partir de ahora, con la
debida atención, las enseñanzas del Papa Francisco, para que se le sensibilice
su corazón; que deje de arrebatarle bienes inmuebles a las
comunidades parroquiales, como pasó con la humilde comunidad de Agua Caliente, cuyos
ingresos por la venta de una finca fueron invertidos, arbitrariamente, en ofrecer mayor e innecesaria comodidad a las
oficinas de su Obispado.
Ronald
Obaldía González (Opinión personal)
Carlos Manuel Echeverría escribe:
ResponderEliminarSos un kamikaze. Abrazo.
ResponderEliminarLourdes Montero Gómez escribió:
Me encantan sus reflexiones, con relación a las monarquías nos cabe duda que está llegando a su final, por el exceso de poder económico con que ha disfrutado en este caso a los españoles e ingleses, similar a Luis XVI y Maria Antonieta, auqnue los contectos históricos son diferentes, los comportamientos son parecidos, el pueblo les pedía un medrugo de pan y ellos disfrutaban de suculebtos manjares. En el caso de nuestra para mi amada iglesia Católica, gracias a Dios que nos llegó un Papa con más sensibilidad sobretodo con el espìritu franciscano, que se le será duro romper esos anquilosados esquemas y jerarquías lo será, como fueron duros los años del Pontificado de Juan XXIII, se le opusieron para que convocara al Concilio Vaticano Segundo, sin embargo queda demostrado que este fue un abrir las ventanas de la Iglesia Católica y una apertura para unir las jerarquías de otras religiones. Juan XXIII fue muy criticado por que aparentemente no era muy intelectual, sin embargo a las 24 años ya era Doctor en Teología. Al llegar a asusmir tenía una amplia visión del mundo, nos dio las Encíclicas Mater Magistra y Pace In Terris, que no se quedaron entre las jerarquías sino que salieron para todo el mundo. Bueno Don Ronald estos son mis humildes consideraciones. Dios quiera que nuestra Iglesia Guiada por el Papa Francisco sacuda la Barca de Pedro para que caiga la polilla.
Gracias
rodrigo díaz bermúdez escribió:
ResponderEliminarMuy bueno, me gustó.
Me pareció gracioso que diga que la iglesia nació en las bodas de
Caná. Cómo se le ocurrió eso a Ronald.
El papa Francisco fue escogido por ser un hombre sencillo y sincero,
pero recuerde que fue un convenio de las fuerzas internas que decidieron
construir un papa, de formación jesuita con vestimenta franciscana, no fue
algo que le sucedió al vaticano y sorprendiera a la iglesia, sino un perfil debidamente
diseñado para controlar varias situaciones desde este modelo necesario
para poder salir adelante.
El obispo de Cartago sabe bien cómo se mueve y construye la iglesia sus perfiles
y repite desde que lo conocí hace muchos años, la misma fraseología de Francisco
sólo que en el papa actual hay coherencia y en ese obispo nunca la ha habido.
Por lo demás el artículo suyo es bien bueno.
Escriba uno sobre venezuela y Capriles, creo que ese líder tiene futuro si se
sabe manejar en esta coyuntura.
J. Chaverri
ResponderEliminarnada agradable su ultimo articulo no me gusto