APRESURADOS POR LAS ARMAS DE GUERRA.
Bajo
los mandatos del Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas, que insta a todos los miembros del organismo mundial a
inspeccionar la carga que circule “hacia o desde” Corea del Norte, entre otras
medidas de cooperación para hacer cumplir las sanciones a Pyongyang por su
desarrollo nuclear; a
mediados de julio de los corrientes Panamá retuvo en su canal interoceánico el viejo barco Chong Chon Wang, de
bandera norcoreana, portador de material bélico.
La embarcación con 36
tripulantes, procedente de Cuba e iba a Corea del Norte, traía consigo un
cargamento de azúcar que cubría dos contenedores de material bélico o
balístico. Igualmente y de acuerdo con la normativa internacional, es prohibido
estar pasando material bélico, no declarado, por el canal panameño.
El obsoleto barco, casi
una reliquia, ya estaba atracado en un
puerto cubano cuando, el 28 de junio de pasado, se llevó a cabo en La Habana
una cumbre de altos mandos militares de Cuba y Corea del Norte (El País, 16 de
julio, 2013). En las conversaciones, que
se prolongaron tres días, así por el estilo de la Guerra Fría, participaron el presidente cubano Raúl Castro,
el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, Leopoldo Cintra
Frías, y el jefe del Estado Mayor del Ejército Popular coreano, Kim Kyok Sik,
que viajó a la isla por invitación del gobierno de la isla.
“Visito Cuba
para encontrarme con los compañeros de la misma trinchera, que son los
compañeros cubanos”, dijo el general Kim para agradecer los honores recibidos
por el gobierno y el ejército militar cubanos. Como es sabido, Corea del Norte posee
poquísimos “compañeros”, especialmente
desde que Naciones Unidas sancionó el embargo en su contra, que ha sido
prorrogado cada vez que Pyongyang ejecuta un ensayo nuclear. Razón por la cual
Cuba, China, Irán y Siria – y solapadamente Nicaragua y Venezuela - han
rechazado estas sanciones y mantienen (El País, idem), pese a ellas, una
estrecha relación política con el régimen dinástico (y demencial) que ahora lidera Kim Jong-un: el tercer hijo
de Kim Jong-Il, nieto de Kim Il-sun.
Por su parte, Cuba
admitió que el armamento es de su propiedad. El argumento suyo de que el
cargamento bélico, descubierto en el Chong Chon Gang sería transportado a
Norcorea, a efecto de ser reparado y devuelto después a la isla, desde un
principio, fue descreído por las principales fuentes de inteligencia. Poco
contribuyeron los negativos antecedentes de los buques norcoreanos, en cuanto a
ser capturados tanto por las autoridades internacionales, como por
piratas, al transportar en el pasado
drogas y municiones.
Días antes, la
cancillería panameña confirmó que “no se excluye” que haya técnicos de Estados
Unidos y Gran Bretaña en la misión de inspeccionar a fondo el buque
retenido. Mientras que Corea del Norte reclama
la liberación de los tripulantes y del buque.
Las hipótesis señalan esta
vez a Siria, como el destino de las armas de guerra, que también Irán y Rusia le proveen. Armamento que resulta indispensable, sobre todo, cuando el presidente Basher al – Assad ha equilibrado
la guerra contra la oposición sunita,
apresurada por derrocarlo.
Lo antes
citado y la raquítica defensa cubana alrededor del buque norcoreano capturado, sería parte de su táctica de rearmar sus
aliados como Siria, ceñida a auscultar
la creciente transportación de armas de guerra por aguas del Caribe, de la cual
podrían ser también receptores Nicaragua, Venezuela, así como la narco -
guerrilla colombiana, cuyas negociaciones de paz con el Gobierno de Colombia,
posiblemente, le han permitido tomar un respiro y recobrar fuerza. La reciente caída de 15 militares del ejército colombiano
a manos de la Farc, es una señal evidente de su continuo rearme, en cuya red
estarían involucrados Norcorea, retratada en el hallazgo del buque Chong Chon
Wang, además de la implicancia de Cuba y el Irán, este con visible influencia
en las dictaduras nicaragüenses y venezolanas.
La vieja
nave norcoreana con armas de guerra,
capturada este mes en el canal de Panamá, está lejos de significar un simple
incidente o un hecho aislado. Los
regímenes dictatoriales o totalitarios en riesgo de desplomarse, cuyo objetivo,
ahora, es sobrevivir y mantenerse vigentes, se han entregado a cooperar entre ellos,
en cuanto a proveerse de armas. Corea del Norte y Cuba fijaron el método
correspondiente en su encuentro militar de junio pasado, todo ello a contrapelo
de la ética y las normas del derecho internacional. Para ellos el lenguaje de las armas será
siempre “la solución de continuidad” de sus sistemas políticos espurios. El azúcar que los roedores lo contaminen en los contenedores de los barcos.
Ronald
Obaldía González (Opinión personal)
No hay comentarios:
Publicar un comentario