viernes, 18 de enero de 2013

LAS MANOS DE LAS MUJERES TICAS



LAS MANOS DE LAS MUJERES TICAS.

El filósofo tico - español Constantino Láscaris repetía una verdad de las más absolutas en Costa Rica: “un matriarcado” predominaba en esta pequeña y democrática nación, edificada con manos de mujer. En nuestras vidas, por supuesto, en nuestro origen y desarrollo personal, observamos el alma y tesón de una mujer, sobre todo que ha influido en nuestra mente y corazón. Por eso hoy es un día para recordar a Doña Vitalia Hernández de Amador, que hace un año partió hacia la Casa de Dios Todopoderoso. Ahí el Hacedor le tenía reservado un campo especial; ella había cultivado méritos infinitos en esta Tierra para ser alma inmortal en las moradas eternas.
La bella y amorosa mujer Doña Angelita Carbonell Massenet  atendió ayer el llamado del Señor.
Ella fue una enfermera abnegada que prestó sus servicios profesionales en la comunidad josefina de Zapote, por aquellas décadas de 1950 y 1960. Demasiadas madres de este distrito, incluida la mía, tuvieron la fortuna de recibir las debidas atenciones y cuidados intensos de parte de esta enfermera extraordinaria, que dirigía la Unidad Sanitaria de aquella apacible comunidad. Seguro que las madres zapoteñas que todavía nos acompañan, sobre todo, las que tienen hijos mayores de 50 años recordarán a Doña Angelita por su bondad y su compromiso profundo por la salud de las madres y los niños, por el respeto a la vida, que es un don de Nuestro Dios.
Ronald Obaldía González

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