jueves, 3 de noviembre de 2011

LAS DAMAS DE BLANCO Y OTROS RIESGOS EN CUBA.

LAS DAMAS DE BLANCO Y OTROS RIESGOS EN CUBA.

Más que una noticia acerca de la deprimente realidad de Cuba, el fallecimiento de la líder de las Damas de Blanco,  Laura Pollán, pone de manifiesto la cobardía de la tiranía cubana, empeñada en perseguir y reprimir  cualquier señal de resistencia contra el espurio régimen. La organización de mujeres dirigida por  Pollán se atrevió a desafiarlo y desnudó aun más el irrespeto y las violaciones contra los derechos humanos,  cometidas en la cárcel insular “a cielo abierto”.
Más antes, fueron los promotores del “Proyecto Varela”, víctimas de las calumnias y acosos, fabricados por los testaferros al servicio de Fidel Castro. De manera “eficaz”, silenciaron dicha iniciativa política, la cual traía consigo el planteamiento de la modernización del Estado.  
Ningún ahorro de energías ha hecho la tiranía para desacreditar y descalificar, sin éxito,  el movimiento de las valientes mujeres que, solo por “el pecado” de demandar la excarcelación de sus esposos de las mazmorras, continúan siendo sometidas a boicots y humillaciones por parte de las hordas. 
Sin embargo, las Damas de Blanco han topado con mejor suerte que  el “díscolo” general de brigada Arnaldo Ochoa y tres comandantes (castristas), quienes fueron víctimas de fusilamientos en los paredones, a los cuales, desesperadamente, recurre hoy el gobierno de Siria - aliado cubano y del ALBA venezolano - para contener  las protestas populares.
Ni los tímidos asomos de “flexibilización económica” dentro del “sistema socialista”, han sido capaces de controlar lo que parece inminente: el desplome de la dictadura tropical castrista, que esta vez se mostró miserable y timorata  frente al prestigio internacional de la señora Pollán. Por eso,  debió haber sido justo que en compañía de la mujer de Yemen y las dos mujeres de  Liberia, se le hubiera concedido a esta cubana el Premio Nobel de la Paz.
Ahora se avecina el deterioro gradual de la salud de Hugo Chávez,  un factor de riesgo entre las valoraciones cubanas en su obsesión de sobrevivir, todo lo cual viene a complicar las expectativas sobre la alianza con Caracas, habida cuenta de las eventuales fracturas al interior del “chavismo”, en especial, las ambiciones de poder, tras el probable fallecimiento (“en dos años”) del presidente venezolano.
En medio del estancamiento de la (des) economía  y de la insuficiencia energética, atenuados solo por los subsidios y “la piñata” venezolana, - su tabla de salvación -  la precaria e incierta estabilidad de la dictadura de La Habana  luce insostenible.
Demás está decir que Cuba ha dependido también en los últimos cinco años de los aportes del gobierno socialista español, éste a punto de ser desplazado en las próximas elecciones por el derechista Partido Popular, un crítico constante del régimen.          
Por su parte,  la oposición anti-chavista en Venezuela tiene desvelado al gobierno cubano. El posible triunfo electoral de esa formación política lo presupuesta dentro del rango de sus principales amenazas, ya que si la oposición accede al poder,  se supone que habrá de cortar los subsidios que, por ahora, sostienen a los hermanos Castro;  así como lo revistieron aquellos de la desparecida Unión Soviética, su antiguo amo. Al mismo tiempo enmarcados en la línea de conducta de las tiranías tropicales:  buscar amos.  Tal “show” lo sabe protagonizar  Daniel Ortega.
Eso sí, la batalla librada por Laura Pollán merece continuidad en pos de ir tejiendo “la primavera cubana”.

Ronald Obaldía González.   (22 de octubre, 2011)

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